Características Lingüísticas de la Expresión Textual
La Subjetividad en el Discurso
La expresión de la subjetividad se hace evidente en la defensa de la opinión del autor/a y en su estilo particular, en este caso, en su visión negativa o positiva de “…”. Los rasgos lingüísticos de dicha subjetividad que destacan en el texto son:
- La personalización del discurso o deixis personal con marcas de la 1.ª persona que señalan a la autoría: “…”, “…”, “…”.
- Oraciones de modalidad emotiva en oraciones interrogativas y exclamativas: “…”, “…”, “…”.
- Elementos cuantificadores que intensifican la valoración subjetiva: “…”, “…”, “…”.
La Objetividad al Servicio de la Información
El texto “…” contiene también elementos relacionados con la expresión de la objetividad al servicio de la mera información (función representativa o referencial del lenguaje) como:
- Aportación de datos, cifras y estadísticas verificables: “…”, “…”, “…”.
- Orden lógico y no emotivo de los elementos de la oración (Sujeto + Verbo + Complementos): “…”, “…”.
- Oraciones impersonales o construcciones pasivas reflejas (“se” + 3.ª persona del singular): “…”, “…”, “…”.
- Uso de adjetivos especificativos no valorativos: “…”, “…”.
El Registro Predominante en el Texto
El registro predominante en el texto “…” es el formal-medio con un nivel de lengua estándar, pues es un texto escrito con anticipación y de forma cuidada y meditada, como es propio de los textos periodísticos de opinión. Se caracteriza por respetar las exigencias normativas del idioma y por ser correcto, pero sin la rigidez del formal-culto. Algunos rasgos serían:
- El uso de figuras literarias como la … en “…” para referirse a …
- La aportación de estadísticas y datos verificables como “…”, “…”.
- El uso correcto de conectores y marcadores de discurso como “…”, “…”, “…”.
Géneros Textuales
Artículo de Opinión
Se trata de un texto periodístico de opinión, probablemente de una columna, ya que va firmado por su autor/a: … y de enfoque subjetivo en el que su autor/a defiende con argumentos una tesis u opinión personal sobre un tema actual y de interés social como el del …. Por tanto, es un texto de género argumentativo cuyo propósito es convencer a los lectores de la validez de sus argumentos. Elementos propios de este género textual serían:
- La subjetividad que se hace presente en el uso de la 1.ª persona del singular (“…”).
- El tono (cercano y familiar / serio y formal / humor / ironía / sarcasmo / denuncia …) con el que argumenta su opinión.
- El registro formal-medio, característico de los medios de comunicación y apreciable en la corrección normativa de la lengua.
Editorial
Se trata de un texto periodístico de opinión, de un editorial, pues no aparece firmado por una persona en particular. Es la defensa de la opinión del periódico …, su línea editorial sobre un tema de actualidad y de interés público como en este caso …. Por tanto, es un texto de género argumentativo cuyo propósito es convencer a los lectores de la validez de sus planteamientos y contribuir a la opinión pública. Elementos propios de este género textual serían:
- Aunque refleja la opinión del periódico, el editorial busca la objetividad, de ahí que predominen la claridad y el enfoque objetivo, así como la exposición de datos e informaciones verificables.
- La estructura: predominio de la exposición de hechos, datos e informaciones objetivas (“…”) que conducen a la argumentación y valoración de los mismos. La estrategia es conducir al lector a la reflexión de los hechos sobre los que trata.
- El uso de un tono y registro formal y serio: sin humor y sin la personalización del discurso, pues se da un predominio absoluto de la 3.ª persona (“…”) porque es la línea editorial en su conjunto la que se responsabiliza de su autoría. El nivel de lengua es formal-culto, sin concesiones a los coloquialismos.
Contexto Literario y Sociohistórico de «Nada»
Contexto Sociohistórico y su Reflejo en la Obra
Nada, novela de Carmen Laforet publicada en 1945, es una novela de posguerra. El contexto histórico de la época, la dura posguerra española, se hace presente en la novela. Los años cuarenta estuvieron marcados por la pobreza (casa de la abuela, asignación económica, racionamiento, paro, hambre…), la violencia (matrimonio Gloria y Juan), la opresiva religión católica (la tía Angustias), los traumas de la guerra (encarcelamiento y tortura de Román por espía) o el suicidio de Román. A pesar de la férrea censura de esos años, Laforet logra dar testimonio de la posguerra, a menudo, con tintes críticos.
Contexto Literario y Subgénero al que Pertenece «Nada»
Dentro del realismo que caracterizó a la novela de posguerra (realismo social, realismo objetivo, realismo crítico y realismo existencial), Nada es una novela de “realismo existencial”. C. Laforet, Cela y Delibes constituyen el bloque del “realismo existencial”. El existencialismo de Sartre se traslada a la amargura de la vida cotidiana. La vida se convierte así en una condena o castigo. Los personajes se alejan de todo heroísmo, ocupados como están en su supervivencia. Sufren de soledad, incomunicación y frustración (Juan, Gloria). Son seres marginados o desarraigados que apenas sobreviven en un mundo de pesadilla, y a menudo acaban en la muerte (Román). Formalmente esto se traslada a un narrador testigo que apenas puede ser dueño de sus actos y emociones; un narrador como en el caso de Andrea que más que protagonista es testigo impotente de lo que ocurre, como si no tuviera fuerza para actuar y tomar las riendas de su vida. Hay quienes consideran que esta sordidez de los personajes y sus vidas ahogadas en circunstancias de miseria hacen que la novela comparta ciertos rasgos del tremendismo al estilo de La familia de Pascual Duarte de Cela.