La Concepción del Derecho en Cicerón
1. El Contexto Histórico y la Pregunta Fundamental
1.1. La Circunstancia Histórica
¿De dónde nace esta pregunta? Surge de la inquietud de Cicerón ante el momento histórico que estaba viviendo. Estaba profundamente preocupado por la situación política, pues percibía la crisis de la República romana y su transición hacia el Imperio.
Desde su perspectiva, este cambio representaba una etapa de decadencia y degeneración. Lamentaba profundamente la pérdida de la República y, por ello, su activismo político estuvo enfocado en su restauración.
En este contexto, Cicerón se pregunta qué es el derecho. Esta cuestión cobra relevancia, ya que, si el contexto es de decadencia, podría decirse que su causa es precisamente la pérdida del derecho. Esto es interesante porque existe un vínculo entre la República (res publica, lo que pertenece a todos) y el derecho.
La solución, entonces, será recuperar o redescubrir ese derecho. Será necesario volver a sus principios para responder a la pregunta fundamental: ¿qué es el derecho?
1.2. La Filosofía de la Historia en Cicerón: El Hilo Dorado y la Flecha sin Blanco
Cuando hablamos de filosofía de la historia, nos referimos a la manera en que se interpreta el sentido del devenir histórico. En el caso de Cicerón, esta visión se resume en la expresión “el hilo dorado de la historia”.
La metáfora del hilo proviene del mito del Minotauro: el hilo que permite salir del laberinto una vez vencida la bestia. Así, si deshacemos el hilo, encontramos una solución. Por otro lado, el adjetivo “dorado” alude al origen de la historia, un momento inicial perfecto en el que dioses y hombres convivían en armonía. Era un tiempo puro, un “origen dorado”. Sin embargo, a medida que la historia avanza, se produce un proceso de olvido y deterioro. Cuanto más lejos del origen, mayor es la corrupción; cuanto más cerca, mayor es la pureza.
Esta idea se complementa con otra imagen filosófica, la de “la flecha sin blanco de la historia”, utilizada por Aristóteles. La flecha, al ser disparada con fuerza, asciende, pero inevitablemente pierde impulso y cae. La enseñanza detrás de esta metáfora es que todo lo que sube, eventualmente baja. En la visión ciceroniana, la historia es un proceso de ascenso y posterior decadencia, pues todo lo vivo tiende a morir, no solo los organismos, sino también las creaciones humanas, incluidas las instituciones políticas y cívicas.
El papel del derecho, según Cicerón, es precisamente intentar prolongar ese movimiento ascendente y ralentizar la caída. Si combinamos ambas imágenes —el hilo dorado y la flecha—, la propuesta de Cicerón se centra en la tradición.
¿Por qué la tradición? Porque, etimológicamente, “tradición” proviene de traditio, que significa transmisión. El hilo representa la tradición que se ha ido pasando de generación en generación hasta remontarse al origen. De igual forma, la flecha simboliza el intento de mantener viva esa tradición, que de otro modo tendería a desaparecer. En este sentido, la tradición es la memoria que sostiene el pasado y evita el olvido, pues olvidar es morir.
2. La Razón Estoica y el Derecho
2.1. El Uso de la Razón Estoica
Cicerón, como buen estoico, concebía la razón como una capacidad natural del ser humano. Para los estoicos, todos poseemos razón por naturaleza. Sin embargo, es importante matizar esto: no significa que siempre tengamos la razón, sino que tenemos la capacidad de usarla.
Cicerón distingue entre razón y recta razón. La razón es la capacidad natural de comprender e interpretar el mundo de manera inteligente. No obstante, no todos la usamos de la misma manera ni para los mismos fines, y con frecuencia la empleamos de forma incorrecta. Usarla bien significa llegar a la verdad de las cosas.
Para Cicerón, la clave para un buen uso de la razón es la educación y la adquisición de la virtud. Solo cuando alcanzamos la virtud poseemos la recta razón. En este sentido, una persona buena piensa bien, mientras que una persona mala piensa mal. Es decir, pensar bien es, en última instancia, una cuestión moral.
Además, los estoicos defendían que la realidad existe objetivamente, lo cual no es evidente para todas las corrientes filosóficas. No solo existe, sino que además es positiva: el simple hecho de que algo sea real implica que es bueno. Esto supone un vínculo entre razón y realidad.
Cicerón sostiene que el deseo de conocer es innato en el ser humano. No es solo que podamos conocer, sino que queremos hacerlo por naturaleza.
2.2. Derecho Natural vs. Derecho Positivo
Cicerón distingue entre derecho natural y derecho positivo. El derecho natural tiene su origen en la naturaleza, y para Cicerón, que era pagano, la naturaleza no se diferencia de la divinidad (una distinción que sí harán los cristianos más tarde).
Por otro lado, el derecho positivo es aquel que surge de la voluntad de los hombres. Sin embargo, Cicerón no considera que uno sea mejor que el otro, ya que ambos cumplen su función.
Para Cicerón, lo antiguo y duradero tiene más valor. Por tanto, podemos intuir que si nos preguntamos qué es el derecho, es porque el derecho bueno es el que se parece a una encina.
La Naturaleza del Derecho y sus Fuentes
1. La Naturaleza como Origen del Derecho
Cicerón aborda la razón y la tradición. Es consciente de que vive en una crisis, la decadencia de la República, con la llegada de César y la pérdida de las libertades clásicas basadas en el concepto de res publica, el ideal republicano.
Consciente de la crisis, propone una crítica y una solución: recuperar la ley (qué es la ley y qué significa recuperarla).
“Lo que perdura en el tiempo es mejor” – los antiguos decían que si ha resistido es porque es bueno.
El origen es el impulso creador de las cosas; es lo bueno, en el origen está la verdad de las cosas. Las leyes no deben responder a las modas, sino al origen; cuanto más originales, mejor.
La propuesta de Cicerón es convertir leyes duraderas en la base de regímenes duraderos.
Habla del derecho natural – El derecho natural es aquel que tiene la naturaleza en el hombre.
Cicerón, en este apartado, hace especial referencia al Derecho Natural (refiriéndose al derecho de la naturaleza del hombre), en contraposición al Derecho Positivo (haciendo alusión al derecho de las leyes).
El derecho tiene su origen en la naturaleza del hombre.
Cicerón, en el texto, recalca que las leyes que se hacían en la República, ahora las hace uno solo que goza de ese mismo poder.
2. Las Fuentes del Derecho según Cicerón
2.1. ¿De dónde nace el derecho? Las Fuentes del Derecho
La fuente del derecho, según el artículo 1.1 del Código Civil, es la ley, una concepción de la época napoleónica.
Santo Tomás dice: Si la fuente del derecho es la ley, ¿cuál es la fuente de la ley? Pues, el legislador. Esto significa que el legislador crea derecho. ¿Todo lo que crea el legislador es derecho? ¿Si el legislador dice que los padres pueden comerse a sus hijos, puede convertirse en derecho? Según el iuspositivismo, sí que podría. Según Cicerón, no es esa la pregunta, ya que la fuente del derecho es la naturaleza del hombre (es fundamental saber esto).
¿De dónde sacamos el derecho? De la observación de cómo somos.
Un don es aquello que no adquirimos, sino que tenemos desde que nacemos. La naturaleza es previa y nos da cosas que no aprendemos, como la razón y la conciencia.
Cicerón propone buscar leyes que perduren en el tiempo.
La naturaleza es social, por lo que, para entender el derecho, debemos observar cómo nos relacionamos.
Frase clave: “La ley es la ley suprema grabada en nuestra naturaleza” (aprender de memoria).
La ley es una razón suprema y refleja el orden de la realidad. Para Cicerón, ni siquiera los dioses actúan sin razón. La ley verdadera se convierte en carácter y moldea a los hombres.
La fuente del derecho es la ley. La ley crea derecho. Santo Tomás dice lo contrario.
Sabemos cómo somos observándonos en acto. – haremos una reflexión abstracta. ¿Cómo son los hombres? – para responder eso hay que observarlos.
Del comportamiento deducirás cómo son, sacamos la fuente del derecho observando cómo somos.
Para ello hay que poner la atención en ciertas cosas.
Para Cicerón hay cosas que son de nacimiento, lo único que importa es el hecho de cómo somos por naturaleza. Hay cosas que no son aprendidas, sino innatas por la naturaleza (cosas que son dadas = la razón, la conciencia, el diálogo…).
Este texto es un diálogo en homenaje a Platón, porque el diálogo es la forma más expresiva del acto de razonar.
Para Cicerón, la naturaleza es social; si queremos saber cómo es el derecho, hay que observar cómo actuamos en la sociedad.
2.2. Elementos de la Ley Suprema
LA LEY CONSISTE EN LA RAZÓN SUPREMA GRABADA EN NUESTRA NATURALEZA QUE NOS ORDENA QUÉ DEBE HACERSE Y PROHÍBE SUS CONTRARIOS, Y ESA MISMA RAZÓN, CUANDO ESTÁ FIRMEMENTE DESARROLLADA EN EL ALMA DEL HOMBRE, CONSTITUYE LA RAZÓN.
Elementos:
- Entendemos por razón, especialmente “razón suprema”, como la reflexión o el entendimiento de la realidad (la realidad se puede entender), la cual está por encima, entendida como una razón divina, es decir, la razón de Dios. Concretamente, la ley es la razón de los dioses, lo cual no supone que sea la voluntad de los dioses, postura que se constituye contra el voluntarismo jurídico. Con ello, podemos interpretar que hasta los dioses se refieren a una razón, es decir, siempre hay una razón para hacer las cosas.
- El universo es razonable porque es comprensible y se rige a través de leyes, además de poder comprenderse a través de un lenguaje. Es a lo que se refiere la razón suprema.
- La expresión “grabada en nuestra naturaleza” se entiende como algo interno, innato. Por tanto, la ley, según Cicerón, está grabada en nuestra naturaleza. Por ello, cabe plantearnos: ¿la ley es una idea innata? Debemos distinguir entre innato o inculcado (inducido por la sociedad).
- Como segunda conclusión, entendemos que la ley no es la plasmación de lo justo, sino que puede ser la plasmación del poder o de las creencias. El ejemplo de Somalia, habiendo dos culturas, razonando podemos llegar a un punto.
- El ser humano, por naturaleza, está inclinado hacia lo bueno, hacia lo bello, hacia lo verdadero y hacia la unidad. Además, ciertas posturas dicen que también hacia lo justo, lo que se denomina como los trascendentales del ser. En sí, estamos inclinados, una tendencia, para que esta se consolide hace falta una educación, una cultura o un aprendizaje, para aquello que inicialmente se manifiesta a modo de inclinación se acabe convirtiendo en una conducta.
- La tercera expresión: “sobre lo que nos ordena qué es lo que debe hacerse”, se refiere al contenido de la ley, es decir, sobre lo que hay que hacer. El contenido de las leyes es lo que nos permite diferenciar entre las leyes científicas y las leyes jurídicas (las cuales describen lo que se puede o no se puede hacer). La ley jurídica para Cicerón tiene un contenido moral; el derecho es moral, determina lo que está bien y lo que está mal.
- La cuarta y última expresión: “esa misma razón cuando está firmemente desarrollada en el alma del hombre constituye la razón”, nos muestra la constitución de una condición, es decir, si la ley no se ha interiorizado no es una verdadera ley, es decir, no se entiende como verdadera si no es voluntaria. La ley ordena los actos voluntarios; si el principio no es querido, no se constituye como verdadera. Es fundamental entender que la ley se convierte en un hábito ordenado.
¿Cómo se recupera la naturaleza, si hemos perdido el sentido de la ley? Pensando.
3. Razón y Recta Razón: El Vínculo con la Realidad
“Iré a buscar la raíz del derecho a la naturaleza, con ella como guía se desarrolla nuestro diálogo” – vayamos a buscar la raíz del derecho. ¿Qué es el derecho?
3.1. La Naturaleza Regida por la Razón Divina
Idea de la naturaleza – ¿Qué es la naturaleza?
“La naturaleza en su conjunto está regida por la energía de los dioses inmortales…” Para la modernidad, la naturaleza es res extensa (cosa sin forma) – la naturaleza es algo neutro y es la idea desde la cual va a partir Kelsen. Esto supone que del ser no se puede deducir el deber ser, porque se puede sostener como algo y hacer una descripción sobre ello, pero no deducirlo. Por ejemplo, ¿podemos deducir de una semilla que se va a convertir en un árbol?
Si se rompe el ser con el deber ser, aparece una pregunta kantiana: ¿de dónde deduzco el ser, del deber ser? ¿Porque somos, debemos deducir que debemos ser? – No.
En resumidas cuentas: del ser no se deduce el deber ser. Tú no eres, tú en realidad no eres, estás debiendo ser (estás en camino de ser) lo que realmente eres.
Para Cicerón, la naturaleza está regida por la energía de los dioses inmortales; no es neutra, sino que está regida. La naturaleza en sí misma tiene un sentido, y por ello está regida. La naturaleza para los estoicos tiene un sentido moral. La naturaleza en este sentido es positiva, es buena. Con ello aplicamos un objetivo moral del ser. Hay una energía, una positividad.
Y también por la razón de los dioses – la naturaleza está regida por una razón superior, es razonable. La naturaleza tiene un logos.
La naturaleza tiene la iniciativa, lo que supone que nosotros, como sujetos, la naturaleza despierta en nosotros las ganas de conocer; actuamos como sujeto pasivo, lo cual se puede entender como apasionado. Con ello, la realidad es apasionante y nosotros somos apasionados (Platón). La realidad nos apasiona.
Sin la razón, las cosas no tendrían sentido, y el sentido se lo da la realidad, provocando que la razón se dirija a la realidad. Todo ello es lo que explica el tránsito de la razón a la recta razón. La idea de pasión: el ser humano tiene pasiones. Reacciona ante el impacto de lo real. Ejemplo: La música.
Cicerón cree que hay que reaccionar como se debe. Aprender a reaccionar es el aprendizaje de la virtud.
RAZÓN ES EL VÍNCULO CON EL SER. (vínculo es unión, nexo). Yo puedo recuperar el sentido de mi existencia, porque puedo conocer la realidad. El sentido de mi vida lo encuentro en mi relación con el mundo.
Cicerón entiende que el sentido de la vida se encuentra en relación con la realidad. Es fundamental discernir entre el sujeto (yo), razón (vínculo) y realidad (objeto); son los pilares de la propia filosofía del derecho, que nos hace cuestionarnos ¿qué es lo justo? Yo quiero conocer lo justo, los jueces toman una decisión racional sobre la realidad.
LO JUSTO SE PUEDE CONOCER PORQUE PERTENECE AL MUNDO DE LO REAL. Por ello, lo justo solo se puede conocer ya que pertenece al mundo de lo real.
3.2. La Recta Razón y el Acuerdo Común
“Además, quienes tienen en común la razón, también tienen en común la recta razón” – Cicerón con esto añade que, además, la recta razón, es decir, el descubrimiento de lo justo a través de la razón, es común, lo cual supone el llegar a un acuerdo.
No habría una política antigua sin la existencia del acuerdo. Si tenemos razón, tenemos recta razón y por ello un común acuerdo.
“Y dado que esta constituye la ley…” La ley es común porque es un acuerdo, la cual deriva de un acuerdo democrático, la democracia.
La democracia es un sistema, mecanismo o procedimiento que permite a la sociedad ponerse de acuerdo de forma democrática.
En la sociedad nos ponemos de acuerdo a través de una negociación, la cual, tras realizarse y obtener un acuerdo, cierta parte tiene que asumir un sacrificio ante la voluntad de la mayoría. El acuerdo en la política contemporánea se basa en el compromiso.
Cicerón, respecto a ese asunto, se centra en la palabra res publica (cosa pública o cosa común), la cual es la ley. Idea propia del pensamiento republicano occidental, esta idea entiende que la ley está por encima de todas las cosas, incluso por encima del rey.
Según Cicerón, la República puede ser salvada salvando la ley, a la cual se llega razonablemente en el sentido de cómo son las cosas. La mayor preocupación sobre la que versan estas ideas de Cicerón es la pérdida del acuerdo, de la ley, de la razón.
Obstáculos para el Conocimiento de lo Justo y la Recuperación de la Ley
1. ¿Por qué no hay Acuerdo entre los Hombres?
Si tenemos el uso de la razón, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo, es decir, por qué no se da el acuerdo entre los hombres?
Para Cicerón, Dios nos ha hecho a todos iguales, ha impreso en el alma de los seres humanos la misma naturaleza divina, teniendo todos, por tanto, la misma alma. Todos somos iguales porque tenemos el uso de la razón y, por tanto, la capacidad de conocer y el deseo.
La realidad ha sido creada por los dioses, lo que supone la existencia de la realidad, es decir, es lo que es. Si la primera premisa supone que todos conocemos por naturaleza y la segunda es que la naturaleza se puede conocer, ayuda a que todos lleguemos a un conocimiento de la verdad y de lo justo. Todos, por naturaleza, podemos conocer la propia naturaleza, siempre y cuando sea libre y voluntariamente y sin interferencias.
Por lo que todos deberíamos conocer lo que es, y llegar a un conocimiento de la verdad de lo justo, de lo que es.
1.1. La Depravación de las Costumbres
En el conocimiento está implicada la moralidad del sujeto que conoce, es decir, una persona buena conocerá bien y, a la inversa, una persona mala conocerá mal. Para conocer hay que querer bien, y para querer hay que conocer.
Para quererlo necesitas conocerlo.
Cicerón se refiere a un conocimiento relativo al corazón; cuando alguien conoce algo, lo ha hecho suyo y lo ha interiorizado, es decir, lo relacionas contigo mismo y lo reconoces.
Para conocer hay que querer, y para querer hay que conocer. Es imposible conocer lo justo si no se quiere lo justo.
Relación inseparable entre la moralidad y el conocimiento.
1.2. El Engaño de las Opiniones: Placer y Dolor
¿Por qué lo engañoso de las opiniones puede llevar a un error en el conocimiento? La opinión general puede influir en la opinión particular, es decir, en las decisiones. Por un lado, tenemos la depravación moral y, por otro lado, la presión de las costumbres (cuestión sociológica).
Las palabras clave dentro de la depravación de las costumbres son el placer, el dolor y la virtud (razón). “Y no solo en las buenas acciones, sino también en las depravadas se evidencia el carácter de semejanza del género”. Somos fuertes en lo mismo y somos débiles en lo mismo.
Según Cicerón, el placer se parece al bien natural. El placer se introduce como un espejismo, es decir, aquello que me confunde; pensamos que aquello a lo que mi acción se dirige no es bueno (por ejemplo, ver un espejismo del agua en el desierto, “mi vida es una mierda y me fumo un porro para evadirme”), entiendo que el fin de mi acción es distinto al que debería ser, que es el bueno. Cicerón entiende que respecto al placer nos autoengañamos.
Cicerón dice que realmente somos capaces de engañarnos, no solo de no aceptar la verdad, sino que, además, confundimos la verdad; el placer nos confunde.
“El dolor es considerado como uno de los más grandes males, tanto por su crueldad que parece preceder a la muerte de la naturaleza”. El bien es apetecible y el mal no, es algo repugnante. El dolor, a su vez, es considerado como uno de los más grandes males, pero verdaderamente no lo es. Parece malo, por ello, lo evitamos; sin embargo, hay ciertos bienes que exigen que pasemos a través del dolor para conseguirlos.
El hombre intenta evitar el camino doloroso para obtener el bien, pero no es la forma correcta de conseguirlo. Un claro ejemplo del camino del dolor para obtener el bien final son las oposiciones o una maratón. Al apartarnos del dolor, nos apartamos del bien, por ello, acabamos equivocándonos. En el camino de la virtud al conocimiento intervienen el placer y la pasión. Todo esto es una corriente puramente estoica.
2. La Conciencia: Su Naturaleza y Educación
2.1. La Conciencia como “Fueguecillo”
Respondiendo a la pregunta inicial, según Cicerón, por naturaleza tomamos parte del derecho. Cicerón, en el texto, también hace alusión especialmente a “los fueguecillos”, los cuales son la conciencia, la cual, a su vez, también es la ventana desde la que nos asomamos al mundo. La conciencia para Cicerón existe; con ella juzgamos lo bueno y lo malo que hay en el mundo. El problema es que la conciencia se puede llegar a extinguir, es decir, una persona puede acabar siendo tan mala que se le acaba olvidando su propia naturaleza.
¿Cómo recuperamos el sentido de la Ley? Con la razón. El derecho se puede pensar con la razón. La naturaleza y el derecho se pueden pensar, no es algo relativo, sino que tiene solución.
Respecto a la razón y la recta razón, Cicerón no es sistemático. “La República: la Ley”.
La naturaleza es neutra, porque no se puede deducir lo que se puede hacer.
¿Qué es lo justo? Lo justo es lo que yo quiero conocer. Lo justo es lo real, la razón nos permite saber qué es lo real, y ¿cómo sé yo qué es lo justo?
La recta razón: Quienes tienen la razón también tienen la recta razón. Quien tiene la razón puede conocer la recta razón. Porque tenemos razón, podemos ponernos de acuerdo.
La Ley es lo común ya que es un acuerdo. El acuerdo actual se basa en un procedimiento, la democracia. En todo acuerdo hay un sacrificio.
Aquellos que tienen una ley en común, también tienen un derecho en común. El pensamiento republicano es: Res publica. La cosa común, que es la Ley.
A Cicerón le preocupa recuperar el acuerdo, el acuerdo sobre la Ley, sobre lo justo. Ya no estamos de acuerdo en lo que es justo, pero se puede recuperar, porque la realidad existe, y es razonable y positiva, y el sujeto que quiere conocer, tiene la razón que le permite conocer. Si se usa bien, llega a la recta razón, y como esa razón puede ser usada bien, se puede llegar a un acuerdo.
Relación que hay entre el acuerdo y el recuerdo. El recuerdo es volver al corazón, la memoria de la que nos habla Cicerón.
Acuerdo, camino de la razón a la recta razón. Poner algo en común, las verdades que tenemos en nuestro corazón, que es la Ley, es decir, que la Ley es el corazón del acuerdo.
Es tan grande la corrupción que generan los malos hábitos.
La conciencia es la ventana con la que nos asomamos al mundo para juzgar lo bueno y lo malo, es la determinación de cómo soy. Nos tenemos que educar para terminar siendo lo que somos. La conciencia se educa, y dice que se puede llegar a extinguir. Una persona que acaba siendo tan mala que se olvide de sí mismo.
2.2. Conscientia y Anamnesis: Dos Aspectos de la Conciencia
¿Es verdad que uno puede llegar a olvidarse de sí mismo? ¿La conciencia es irreductible?
La culpa es el último resorte de la conciencia; si sientes culpa, aún hay algo dentro de ti, es que queda conciencia. Si no sientes culpa, la conciencia se ha visto reducida.
Irreductibilidad de la conciencia: Las malas conductas repetidas te llevan a perder la conciencia; la conciencia para Cicerón es reducible. La gente mala es la que no tiene conciencia. La persona que está a voluntad con el mal que ha hecho.
La conciencia puede llegar a estar completamente borrada de ti. Según Cicerón, la conciencia sí se educa.
La conciencia (no es Cicerón, es filosofía ética. Está relacionado con el texto que leímos del corazón y con el tema de la razón y conciencia. Materia de examen):
La conciencia tiene 2 aspectos: el problema de la filosofía occidental es que hemos acentuado la conciencia y hemos dejado de lado la anamnesis.
- La “conscientia”: es caer en la cuenta de una verdad que ignorábamos o creíamos ignorada. Es el uso que le damos a la palabra conciencia cuando decimos, por ejemplo: “perdona, no era consciente de lo importante que era esto para ti”. Son las verdades que yo reconozco como tales, he reconocido porque he caído en la cuenta. Hay que actuar siempre según la “conscientia”, es decir, según las propias convicciones, las convicciones que hemos hecho nuestras. El imperativo moral es actuar según las propias convicciones. Si para actuar bien bastase con actuar con las propias convicciones, caeríamos en el absurdo de pensar que los dictadores como Hitler actuaron bien, es decir, según las verdades que ellos consideraban.
- La “anamnesis”: es otro aspecto de la misma cosa, de la conciencia. Son las verdades inscritas en el corazón (aquí referirnos al texto del Papa Francisco que vimos). No son verdades de tipo normativo, es decir, nadie piensa que tenemos las 12 tablas escritas en el corazón, o los 10 mandamientos. Se ha hablado de que el corazón es el lugar de la autoconciencia, donde uno es consciente de sí mismo, de lo que es. De lo que sí se ha hablado tradicionalmente es de inclinaciones del corazón, es decir, que estamos hechos y por naturaleza somos tendentes a ciertas cosas, tendemos a ciertas cosas. Esto lo llamaban “trascendentales del ser” y decían que eran 4:
- Lo bueno
- Lo bello
- Lo verdadero
- Lo uno, la unidad
Lo que quieren decir con esto es que preferimos lo bueno a lo malo, lo verdadero a lo falso, lo bello a lo feo y lo uno a lo múltiple, fracturado (ej: cuando una amistad se rompe). Y si añadimos la quinta, lo justo a lo injusto. No quiere decir que todos tengamos una idea de belleza o de justicia, es que esa idea se va haciendo y confirmando en un contraste de lo que experimentamos con aquello a lo que tendemos.
La “conscientia” no está explícita en nuestra conciencia, pues yacen oscurecidas en nuestro interior que ha de florecer, que se ha de iluminar y eso se aclara en la experiencia. Nadie se conoce a sí mismo al momento, se va descubriendo poco a poco. El camino de la conciencia es llevar la “anamnesis” al sustrato de la “conscientia”, es decir, seguir tu destino, llevar a las convicciones aquello que llevas dentro.
Cicerón dice que esos fueguecillos se pueden llegar a extinguir, pero que se tienen que ir aclarando a lo largo de la experiencia; cuando ese tránsito es el correcto, es el camino de la virtud, y cuando es incorrecto, es el camino al vicio.
La virtud la entendemos como ese tránsito a la verdad a través del camino correcto. Para Kelsen, cumplimos con el derecho por miedo a la coacción (ej. Pagar la hora del coche porque si no me ponen una multa). La pregunta de Cicerón es ¿Y por qué cumplimos con la norma justa? Puede ser por la coacción.
Actuar bien nos convierte en listos si lo hacemos por coacción; si lo hacemos porque es lo bueno y no por coacción, es lo que nos hace buenas personas. La justicia no es un medio para Cicerón, sino que es un fin.
Las leyes no siempre son justas. Crítica de Cicerón al derecho positivo: Por ejemplo, en Somalia una mujer no tiene tantos derechos y sería absurdo pensar que es lo justo. Hace una distinción entre la legalidad y la legitimidad. La legalidad hace referencia a la forma y la legitimidad al contenido.
La República, la Ley y la Tradición
1. La República como Pilar Fundamental
La imagen que da origen al segundo libro es la casa de los abuelos, la casa de los antepasados. Y lo hace para hablar de la tradición, como la vuelta a casa. Ítaca rechazó lo inmortal; es decir, la vuelta a casa.
¿Por qué esta imagen? = Es el sitio de sus familias, esto es un pensamiento muy romano.
“Pero hay además otra razón por la cual me produce grato” – esta casa, este sitio o este lugar a mí me es grato, pero tú no consigues entenderlo, porque es mi raíz, mi patria.
Habla de la República, y existe el concepto de la República y su importancia.
En este párrafo, hacemos referencia a la República, calificándola como lo más importante. Aparece un antagonismo entre dos patrias, entendidas también como dos naturalezas. Se entienden como la chica y la grande, lo cual se puede remitir a la actualidad, ya que es constante en la filosofía política.
Con esto entendido, podemos preguntarnos ¿cuál es superior? Según Cicerón, la República es superior, por la cual “tenemos que dar la vida”, está por encima de la patria chica.
Cicerón nos dice dos cosas: según el principio ontológico, es decir, del ser, la República es superior al pueblo, es decir, tiene más categoría que cada uno de los pueblos; sin embargo, en un orden del conocimiento y de la pertenencia, primero va la patria chica y luego la grande. Debemos entenderlos como dos planos distintos, de lo particular se va a lo general. Es decir, si en algún momento perdemos el sentido de la República, debemos volver al lugar al que verdaderamente pertenecemos, siendo la única forma de recordar de dónde venimos y a dónde pertenecemos. “Nadie puede ser español sin ser de Albacete”. La forma de recuperar la República es recuperando las tradiciones de nuestros padres. El orden particular siempre se ordenará en función de lo general. Por tanto, una vez expuestas estas ideas, ¿qué es más importante? La República es el epicentro, es decir, mientras que la República vaya bien, todo irá bien. Ejemplo = Yo no puedo ser español si antes no soy malagueño, por lo cual tendré que volver a Málaga si me pierdo para recordar mi nacionalidad española. Por lo que recuperar la República es recuperar la dinastía. Para Cicerón, es fundamental una República fuerte, siendo el pilar fundamental de la sociedad. La República debe tener unos códigos claros a los que pertenecer, es decir, la propia ley. La ley se impone a todos por igual, no pide el consentimiento. El orden particular siempre se ordenará en función de lo general. Lo que es la naturaleza de lo que es la razón, imaginándome leyes. Debes tener unos códigos para entrar en la República, es la ley. Debes tener una serie de leyes para entrar. La ley se impone, la República deja de ser República cuando no es ley ni es República. Nadie te ha pedido una aclaración de tu conciencia, solo se te pide obediencia.
2. Significado y Esencia de la Ley
“¿Qué es la ley?” – Significado y esencia de la palabra ley: en este libro II, la distinción más importante es la diferencia entre derecho natural y derecho positivo.
La primera característica de la ley natural es que es eterna. El derecho natural está hecho por los dioses, es la razón de los mismos, entendida en la actualidad como la razón natural. Por otro lado, el derecho positivo, que está hecho por los hombres, es temporal y pertenece a la voluntad.
Otra de las grandes diferencias entre los autores: para Kelsen, el derecho natural no existe, por lo tanto, es fundamental el derecho positivo, a diferencia de Cicerón.
¿Qué derecho es superior? = Prima el derecho natural. “Juicio de Núremberg: no les podían juzgar por los derechos positivos, porque ellos habían actuado conforme a su ley aprobada”.
Según una metáfora de Marco = “prescripciones médicas” – Trata acerca de una metáfora acerca de la receta médica. Si una receta médica no tiene propósito de sanar, sino de matar, no es una receta médica. Lo que dicta es el objetivo, el fin. Es una distinción material y formal de la ley. Una ley se distingue de dos cosas: del contenido material y formal, pero sobre todo del material.
Para definir una ley, no basta que solo sea aceptada por el pueblo; es necesario, pero además se necesita la distinción de lo justo y lo injusto. Si esto no ocurre, la ley no es lícita.
En consecuencia, “ley es distinción de lo justo y de lo injusto, expresión de la antiquísima primordial…” – si la ley no distingue lo justo de lo injusto de manera natural, no es una ley.
3. La Tradición y la Pietas
La ley es aquello que resiste al cambio. Distinguimos entre la patria chica y la patria grande. Aquella ley que no cambia es lo que estamos buscando, que es la ley natural. ¿Cómo es posible considerar humano a alguien que no da las gracias, no cuenta con el don de la razón?
3.1. La Tradición como Reconocimiento de un Don
¿Qué es la Pietas? Reconocimiento de una deuda que no se puede pagar, y que sin embargo es necesaria para vivir. Esto es una contradicción. Si lo necesitas, lo puedes exigir. La deuda no se puede devolver, eso genera una confusión. Porque si es una deuda, se debe poder devolver; si es imposible, no es deuda, y en caso de que no se pueda devolver, es una deuda imposible. Ejemplo = la vida es una deuda que no la puedes devolver; otro ejemplo es el mundo.
No hay pietas sin caritas; la virtud de la pietas tiene que ir ligada a la caritas.
Sí que en verdad se puede responder a la deuda, porque si no, habría un trauma (con esto se arregla la tradición). Esta se puede arreglar dando las gracias.
3.2. La Pietas: Deuda Impagable y Agradecimiento
Las gracias es la forma de responder la deuda impagable denominada pietas. Esto está unido a la República y a la tradición. La República no es solo un argumento de autoridad, sino de razón; pide que aquello que no te mereces, ni que es el resultado de tu esfuerzo, sin embargo, es tan valioso que sostiene todo lo demás. La tradición es un don que has recibido. La razón sin tradición no funciona, y la tradición sin razón no funciona, dado que es el reconocimiento de algo (no todo lo recibido es tradición, porque, por ejemplo, las mujeres no pueden votar porque es tradición). La tradición es poder reconocer el valor de algunas cosas recibidas; no todo se debe a ti, sino que hay cosas que has recibido y las debes reconocer, y a partir de ahí una persona puede crecer. No puedes crecer si no reconoces que hay un montón de cosas valiosas que tienes y no has hecho tú, sino que te han venido. Recuperar las leyes que hacen posible a la República. Solo la tradición, solo esas leyes, conseguirían las leyes de estado; las demás nos llevarán a una tiranía de estado. Solo conservaremos la República si conservamos las leyes de la razón y las leyes de la tradición. Pero para ello hay que depurarlas.