Comentario de los cuentos del conde Lucanor


EL MESTER DE CLERECÍA.

Se desarrolló durante los siglos XIII y XIV, paralelamente una escuela poética que entiende la poesía como un oficio de hombres doctos y sabios.

Empleo de la cuaderna vía, estrofa de cuatro versos alejandrinos con igual rima consonante.

Los poetas de inspiran en escritos literarios cultos, sobre todo latinos, tales como leyendas piadosas, narraciones de la Antigüedad clásica o tratados doctrinales. La biblia y otras literaturas también sirven como fuentes para componer las obras. Los temas dominantes son los novelescos, los históricos o los religiosos, siempre con una clara intención didáctica.

En el Siglo XIII, destacan tres poemas épicos-novelescos: el Libro de Alexander, el Libro de Apolonio y el Poema de Fernán González.

En el Siglo XIV, predominan los temas populares y el uso de estrofas variadas. Un ejemplo es el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita, después el mester de clerecía entro en decadencia.

LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA.

Se inicia con una introducción alegórica en la que Berceo se presenta a si mismo como locus amoenus.

Se incluyen veinticinco narraciones de milagros, cuya fuente es una colección en latín de veintiocho narraciones en prosa. El objetivo de Berceo es adoctrinar a un público inculto. Incluye elementos cotidianos de su religión, emplea giros dialectales, un tono humorístico o introduce comparaciones y metáforas.

Los personajes pertenecen a diferentes oficios y clases sociales. Predominan los religiosos, pero aparecen también gente humilde como mendigos. Los milagros transcurren en distintos lugares: Italia, el Camino de Santiago, Palestina, Constantinopla… solo tres sucesos transcurren en España.

La estructura es la siguiente: en primer lugar, Berceo presenta al personaje como un pecador. Después actúa para salvarlo y al final se incluye una moraleja que resume los beneficios que tiene el orar y respetar a la virgen

EL LIBRO DE BUEN AMOR.

Compuesto por más de 1700 estrofas, de carácter variado, basa su unidad en el estilo, el tono y la personalidad del autor y su supuesto carácter biográfico.

Se podría decir que es un tratado sobre aventuras amorosas.

ELEMENTOS QUE LO COMPONENE: una parte introductoria. Una narración autobiográfica ficticia en la que el Arcipreste cuenta sus aventuras amorosas con diferentes mujeres y todas terminan en fracaso. Treinta y dos ejemplos, fabulas y cuentos. Digresiones orales, satíricas. Una glosa. Una narración de los amores de don Melón y doña Endrina. La batalla de don Carnal y doña Cuaresma.

ESTILO Y FINALIDAD DE LA OBRA: el deseo del autor es que el libro vaya de mano en mano, revela su naturaleza juglaresca y popular, el estilo recoge las peculiaridades de la lengua oral. Hay diferentes opiniones acerca de la intención de la obra, unos defienden su carácter dialéctico y, en cambio, para otros predomina el tono humorístico.       


LA PROSA CASTELLANA DEL Siglo XIV.

La prosa castellana comienza a desarrollarse entre los siglos XIII y XIV, con la creación de las universidades y la necesidad de acomodar la lengua. Se inicia la creación de una prosa apta para la transmisión del conocimiento y la literatura.

Alfonso X el Sabio fue quien impulso la prosa castellana, fue el director y supervisor de una serie de obras realizadas por equipos de sabios. Planteo dos obras históricas, la Estoria de
España y la General Estoria.
Impulso el libro de las Siete Partidas.
La supervisión de las obras por parte del rey puso un énfasis especial en la corrección del lenguaje, abríó el camino para la creación de una prosa más compleja, precisa y elaborada. Como creador compuso en gallego las Cantigas de Santa María.

El uso de la prosa castellana de normalizo en el Siglo XVI, se inicia la creación de relatos de ficción, tomando como modelo colecciones de cuentos orientales.

El conde Lucanor


Don Juan Manuel es el inaugurador de la ficción literaria, el conde Lucanor, escrito hacia 1335, la parte más importante del libro es la primera, que cuenta de cincuenta y un ejemplos.

ESTRUCTURA: el conde Lucanor plantea un problema a su sirviente Patronio. Patronio le relata una historia. Después, Patronio aclara cuál es su consejo. Finaliza con una referencia a don Juan Manuel y escribe unos versos finales que resumen la moraleja del relato.

Es un estilo sencillo y natural, las historias incluidas tratan de temas muy diversos. Los argumentos están tomados de colecciones de cuentos orientales, pero don Juan Manuel las rehace y las adapta al consejo moral que quiere transmitir.       

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *