Comentario del texto «informe sobre la ley agraria» de gaspar Melchor de jovellanos


El ensayo en el siglo XVIII.

Jovellanos

2. EL ENSAYO ILUSTRADO

La mayor parte de la prosa del XVIII está teñida de didactismo, por ello, lo más

positivo de la producción de la época hay que buscarlo en el campo de la investigación y

no en el de la novela. El ensayo se convirtió en el género predilecto para la divulgación

de los principios de la Ilustración.

Con la aparición de la prensa periódica, se inicia un tipo de ensayo en el que se

busca un contacto con los lectores, con quienes se pretende establecer un verdadero

diálogo, rasgo que será característica del ensayismo posterior.

El término ensayo, en este siglo, aún no se hallaba definido, por lo que los

ensayos dieciochescos adoptaron formas diversas: algunos siguieron la técnica epistolar;

otros prefirieron la autobiografía o las memorias para exponer las ideas; a veces se optó

por el informe, que pretendía ser objetivo; o por el libro de viajes, que ofrecía un

itinerario cuya variedad permitía reflejar situaciones diferentes. El ensayo en el siglo XVIII. Jovellanos

2.1. Los ensayos de Feijoo

 El benedictino Fray Benito Jerónimo Feijoo fue la principal figura en el

surgimiento del ensayo en España. Con sus textos pretendía educar al pueblo, al vulgo,

como él lo llamaba. Pedro Salinas le considera “padre de los ensayistas” y, sobre todo,

de los escritores del 98.

Temas

Intentó demostrar la falsedad de las supersticiones y de ciertas creencias

populares por medio de argumentos racionales que obligaran a pensar. Creyó necesario

combatir las supercherías y los errores culturales vigentes y, para ello, demostró la

inexistencia de seres fantásticos y criticó la creencia en los milagros, en las artes

adivinatorias y en las falsas propiedades de animales o plantas.

En lo que se refiere a la Iglesia, censuró conductas individuales de ostentación y

lujo, pues deseaba que la religión fuese entendida con la pobreza y dignidad que le

correspondía.

Obras

Teatro crítico universal


Temas variados y problemas relacionados con la

ciencia y la realidad de la época. En este terreno combatió el desdén hacia los

conocimientos experimentales y prácticos de los españoles y criticó todo tipo de

discusiones abstractas e ineficaces propias de la filosofía escolástica.

Cartas eruditas y curiosas


Su objetivo es combatir los errores admitidos

por la mayoría. Son 5 volúmenes que pretenden acabar con la creencia en los duendes y

en la Astrología.

Estilo

La prosa de Feijoo presenta un grado de simplicidad y de sencillez que contrasta

con los estilos barrocos. El benedictino habló del tino mental, cualidad innata, según él,

que permitía elaborar adecuadamente un texto.
El tono es ameno y coloquial lleno de

anécdotas curiosas.

2.2. Cadalso y las Cartas marruecas

 Temas

Los textos de Cadalso tratan, sobre todo, de las costumbres de los españoles: su

forma de vestir, su frivolidad, la ociosidad de los nobles, los usos lingüísticos…

Cartas marruecas

El título de la obra imita el de Cartas persas, de Montesquieu. Son 90 cartas que,

tres personajes de cultura y edad diferentes, se intercambian y permiten al autor

mostrar la realidad española desde otros tantos puntos de vista (el llamado

perspectivismo).

Visión desde fuera: Es la del extranjero, curioso y observador, Gazel, joven

marroquí que viaja por España. 

Visión desde dentro: Corresponde a Nuño, nativo y excelente conocedor de su

país.

Visión generalizadora: Pertenece a Ben-Beley, sabio marroquí. Hace una crítica

intencionada y satírica de España, pero desde un punto de vista comprensivo.

Desde la óptica ilustrada, viajar con utilidad es imprescindible para educarse.

Viajes y cartas son recursos literarios propios de este siglo: La famosa novela Los viajes

de Gulliver (J. Swift, 1667-1745) es uno de los muchos ejemplos.

Estilo

Conversacional, natural y sencillo; prosa de tono ensayístico, es decir, actitud

crítica y carácter divulgativo.

3. GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS Y EL ENSAYO ILUSTRADO

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744 – 1811) nació en Gijón. Estudió leyes y

ejerció como magistrado en Sevilla y en Madrid, ciudad donde desarrolló una intensa

actividad reformista. Ingresó en la Real Academia Española, en la de Bellas Artes de San

Fernando y en la de Historia, así como en la Sociedad de Amigos del País.

Cuando subió al trono Carlos IV, se produjo un freno en la renovación ilustrada, y

Jovellanos fue desterrado a Gijón; allí fundó el Instituto Asturiano y puso en práctica sus

ideas pedagógicas.

Después de ser nombrado ministro de Gracia y Justicia en 1797, fue desterrado

nuevamente a Gijón y luego encarcelado en el Castillo de Bellver, en Palma de Mallorca.

Fue liberado en 1808. Falleció en Puerto de Vega (Asturias)

Representa, como ningún otro ilustrado, las aspiraciones, inquietudes y

tendencias de su época. Educado en el orden y el trabajo, destacó por su sentido de la

responsabilidad y voluntad de servicio, muy común a los aristócratas del despotismo

ilustrado. Siempre entendió la política como el medio para conseguir las mejoras que

transformarían el país.

Temas

En sus ensayos manifestó una honda preocupación por los principales problemas

de la sociedad de la época: la agricultura, la industria, las comunicaciones, el problema

de Asturias… Y propuso algunas medidas reformistas para solventarlos.

Además, mostró gran interés por los temas relacionados con la educación; en

este sentido trató cuestiones pedagógicas como el rechazo del método memorístico y la

reforma de los estudios. Defendió la formación humanística para los científicos como

medio de desarrollo intelectual y de pensamiento integrador.

Abogaba por el aprendizaje de idiomas para posibilitar el acceso al

conocimiento, ya que mucha de la bibliografía más avanzada estaba en inglés o en

francés.

Basa la prosperidad de los pueblos en la instrucción, tesis que defiende en su

escrito Sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias 

Obras

Informe sobre la ley agraria


En esta obra trató de aplicar a la realidad

española las ideas económicas que circulaban por Europa, según las cuales, la riqueza de

un país residía en sus recursos naturales y en el trabajo de sus habitantes. Señala como

causas del atraso imperante en el campo español la concentración de la propiedad en

manos de la nobleza y de la Iglesia, las malas comunicaciones y la presión fiscal.

Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas


Defiende la existencia

de diversiones para el pueblo. Pretende una reforma del teatro mediante la creación de

una escuela de actores, la puesta en escena de obras didácticas y un ambiente teatral

culto.

Memoria sobre la educación pública


La cultura no debe ser privilegio de

una minoría y la educación debe ser libre, abierta y gratuita.

En muchas ocasiones, Jovellanos se sirvió de su propia vida como fuente de

recursos temáticos para sus obras

Estilo

Criticó los usos de la literatura barroca por considerarlos extravagantes y

defendió un estilo claro y sencillo, acorde con la intención expositiva y argumentativa de

los escritos.

Su estilo sobrio y elegante fue considerado por Menéndez Pidal “el mejor tipo

de prosa que nos ofrece el siglo XVIII”

En las cartas o las descripciones, se observa cierta subjetividad que anticipa

muchas veces el Romanticismo pues el paisaje, lo exterior, se muestra desde la

perspectiva de la propia percepción del autor.

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