Conferencia de paris 1946


Las consecuencias de la guerra

9.1. El impacto de la guerra

Cuando finalizó la guerra, Europa estaba material y moralmente destrozada y su población, diezmada. Sobre este paisaje de ruina y desolación emergieron dos nuevas potencias, Estados Unidos y la URSS, que aparecieron como los grandes vencedores del conflicto y relegaron a Europa a un segundo plano.

El balance demográfico de la guerra se situó alrededor de los 50 millones de muertos, de los cuales casi la mitad correspondieron a la URSS, seguida de Alemania y Polonia. Por primera vez en la historia, la mayoría de víctimas no eran militares, sino que formaban parte de la población civil.

Las destrucciones materiales fueron muy importantes y afectaron, sobre todo, a las ciudades, los medios de comunicación y las instalaciones industriales. La producción de los países beligerantes disminuyó en un 50% en 1939. El descenso de la oferta provocó un incremento de la inflación que dificultó la recuperación del nivel de vida anterior al conflicto. En contrapartida, los países que habían quedado al margen de la contienda (Canadá, Australia, Suecia…), y que se convirtieron en suministradores, experimentaron un notable crecimiento económico.

La guerra dejó un profundo impacto moral.
Los derechos humanos habían sido sistemáticamente vulnerados y la violencia y la crueldad se habían instalado en Europa durante seis largos años. Las modificaciones de fronteras y la expulsión de minorías étnicas al finalizar la guerra comportaron un elevado número de desplazamientos forzosos de población. Además, el conocimiento del Holocausto judío y las consecuencias de la bomba atómica dejaron un profundo trauma entre la población.

9.2. Las conferencias de paz

Los tres grandes aliados (el Reino Unido, Estados Unidos y la URSS) colaboraron intensamente para enfrentarse al enemigo común y derrotar a las potencias del Eje. Sus dirigentes se reunieron por primera vez en la Conferencia de Teherán (noviembre de 1943), a la que asistieron Churchill, Roosevelt y Stalin. Allí se tomaron las primeras medidas militares conjuntas para acelerar el final de una guerra que ya se consideraba ganada.

El segundo encuentro de los tres grandes tuvo lugar en Yalta (febrero de 1945), donde se decidió la eliminación del régimen nazi en Alemania, la división de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación y una división similar de las ciudades de Berlín y Viena.

La tercera conferencia de paz se celebró en Potsdam (agosto de 1945) tras la derrota de Alemania. Los nuevos protagonistas, Truman (EE.UU.), Attlee (Reino Unido) y Stalin (URSS), se pusieron de acuerdo en diversos aspectos referentes a Alemania (devolución de todos los territorios europeos anexionados por Alemania, separación de Austria, desmantelamiento de la industria militar, proceso y castigo de los líderes nazis por un tribunal internacional…) y se fijó la línea de frontera entre Alemania y Polonia.

Pero en Potsdam también se evidenciaron las diferentes concepciones económicas y políticas que separaban a las grandes potencias. Mientras Estados Unidos representaba la economía capitalista y la democracia parlamentaria, la URSS defendía el comunismo y un sistema político de partido único.

Los antiguos aliados empezaron a acusarse mutuamente de aprovechar el triunfo bélico para acrecentar su hegemonía. De este modo, Europa fue dividiéndose en dos zonas de influencia:
El Este, que había sido liberado del dominio nazi por el ejército soviético, y el Oeste, que lo había sido por el angloamericano. El mundo de la posguerra quedó así marcado por la división en bloques antagónicos y por la rivalidad entre las nuevas potencias emergentes (la URSS y EE.UU.).

Finalmente, se celebró la Conferencia de París (1946) para reordenar definitivamente el mapa europeo. La URSS se anexionó una zona oriental de Polonia, los países bálticos, Prusia oriental y una pequeña parte de Finlandia y de Rumania. Hungría volvió a sus fronteras de 1937 e Italia perdió el Dodecaneso e Istria en favor de Grecia y Yugoslavia respectivamente.

9.3. La creación de la ONU

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) se fundó en la Conferencia de San Francisco (abril de 1945) para sustituir a la Sociedad de Naciones. La nueva organización, integrada por 46 Estados, fijó sus objetivos en una Carta fundacional:

  • El mantenimiento de la paz internacional, el rechazo de la fuerza y la no injerencia en los asuntos internos de un Estado.

  • La defensa de los derechos humanos de las personas sin diferencias de religión, etnia, edad o sexo.

  • La cooperación entre los distintos pueblos impulsada por una serie de organismos especializados en colaboración internacional.

  • El derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, con lo cual se ponía en entredicho la legitimidad de los imperios coloniales.

En la ONU, todos los Estados miembros están representados en la Asamblea General, y para adoptar una decisión es necesaria una mayoría de dos tercios. También se creó un Consejo de Seguridad en el que los cinco miembros permanentes (EE.UU., URSS, Reino Unido, Francia y China) tenían derecho a vetar las decisiones tomadas por la Asamblea.

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