El avance hacia Madrid (julio – noviembre 1936).


LAS OPERACIONES MILITARES DE LA GUERRA

Desde el momento en que la insurrección se convirtió en guerra civil hasta que finalizó, 33 meses después, el conflicto pasó desde el punto de vista militar, por cuatro etapas o fases de duración desigual:

El avance rebelde hacia
Madrid (julio-noviembre de 1936)

Las batallas alrededor de Madrid y la ocupación del Norte (diciembre de 1936-octubre de 1937)

La ofensiva hacia el Mediterráneo (noviembre de 1937-junio de 1938)

La batalla del Ebro y el final de la Guerra Civil Española (julio de 1938-abril de 1939)

Los inicios del conflicto: el avance hacia Madrid

Las operaciones militares empezaron la semana siguiente del alzamiento y dio lugar a una fase de la guerra civil que se conoce como “guerra de columnas”. Esta primera etapa del conflicto trascurrió entre el desencadenamiento de las operaciones y el fracaso de los insurrectos en su intento de conquistar Madrid .Después de cruzar el Estrecho, las tropas africanas, legionarios y regulares e, consiguen el enlace con la zona insurrecta del norte, una vez eliminada la resistencia en Badajoz.  En septiembre, Franco ocupa Toledo –poniendo fin al asedio de su alcázar, donde resistían centenares de militares con sus familias- y en octubre ya se encontraba a las puertas de Madrid.

La conquista de la capital podía ser inminente y, por eso, el 29 de octubre se decreta la movilización general para salvar Madrid. Miles de hombres y mujeres, con un entusiasmo enorme, fortificaron los accesos en el interior de la ciudad. Mientras nacían consignas que fueron míticas, como “no pasarán” o “Madrid, tumba del fascismo”.

El 6 de noviembre, el Gobierno Republicano se traslada a Valencia, dejando la plaza en manos de una junta presidida por el general Miaja, mientras que la estrategia de defensa  de la capital quedaba en manos del general Rojo. A pesar de los ataques aéreos, Madrid resistió desde noviembre hasta enero el ataque frontal, gracias en parte, por la llegada de las primeras Brigadas Internacionales y de una columna anarcosindicalista llegada desde Barcelona, la columna Libertad, comandada por el líder anarquista Buenaventura Durruti, quien encontraría allí su muerte. 


 La heroica resistencia de Madrid cerró la fase de la guerra denominada “de columnas”. En esta etapa los combatientes utilizaron el sistema de columnas de tropas, como en las guerras coloniales; las tropas republicanas estaban compuestas en gran parte por tropas milicianas, milicias políticas voluntarias de partidos y sindicatos.

Las batallas alrededor de Madrid

La segunda fase se caracterizó por la regulación de los dos ejércitos, especialmente el republicano, con la creación del nuevo Ejército Popular de la República y la disolución de una buena parte de las milicias. Por otra parte, Franco  también militarizará sus cuerpos de voluntarios, (falangistas…).

Fracasado el intento de entrar en la capital, los insurrectos llevaron a cabo dos maniobras envolventes para aislar Madrid, que dependía de las comunicaciones del este,; así, los sublevados intentaron cortarla. Esta maniobra produjo la batalla del Jarama (febrero de 1937) donde los dos bandos se atribuyeron la victoria. Se extinguió de forma progresiva como consecuencia del desgaste simultáneo de los dos ejércitos. Los insurrectos cruzaron el río pero no consiguieron su objetivo; los republicanos consiguieron frenar la ofensiva que pretendía aislar Madrid. En la batalla de Guadalajara (marzo 1937) las tropas fascistas italianas aliadas de Franco sufrieron una espectacular derrota en manos del reconstruido Ejército Popular de la República. Fue la primera victoria republicana de gran repercusión.

La ocupación del Norte

Franco decidió cambiar de estrategia:. Los frentes de combate fueron desplazándose de este a oeste:. Los insurrectos,  liderados por el general Mola, desencadenaron un ataque hacia Vizcaya a finales de marzo. Pocos días después, el 26 de abril, la ciudad vasca de Guernica fue arrasada por la aviación nazi, por orden del cuartel general de Franco. Se producía así, el primer bombardeo aéreo de la historia sobre una población civil, y Guernica quedaría inmortalizada en la obra de Picasso como símbolo de la ignominia del fascismo contra la población desarmada.


Bilbao fue ocupada en junio, gracias a la superioridad de medios (armamento y aviación de los sublevados). La República, por tal de aligerar la presión militar del norte, desencadenó el ataques pero no consiguió evitar que las tropas de Franco entraran primero en Santander y después en Asturias, donde la batalla se desarrolló entre septiembre y octubre de 1937. Esto significó que una zona industrial y minera muy importante pasara a los rebeldes, debilitando aún más la posición de la República. Además, miles de personas huyeron de la zona, iniciando un éxodo de exiliados hacia otras zonas  fieles a la República, especialmente Barcelona.

El avance hacia el Mediterráneo

En diciembre de 1937, el ejército republicano se restructuró alrededor del general Rojo, defensor de Madrid. Se pretendía reforzar la organización y dotar al ejército de la eficacia necesaria para invertir el desarrollo de la guerra. Con este objetivo el ejército se dotó de comandantes profesionales que se integraron en los cuadros procedentes de las y de las Brigadas Internacionales.

El nuevo ejército republicano intentó tomar la iniciativa desencadenando diversas ofensivas, la más importante de las cuales se produjo en Teruel (1937-1938). La batalla de Teruel  condujo a la ocupación republicana de la ciudad, hasta que los republicanos hubieron de abandonarla definitivamente. El ejército de Franco desarrolló entonces la campaña de Aragón (en tierras de Teruel). Sus tropas llegaron al Mediterráneo. El territorio republicano quedó dividido en dos zonas, una de las cuales era Cataluña.

Franco podía haber atacado entonces Cataluña y finalizar la guerra, pero no lo hizo, seguramente para no acercarse a la frontera francesa en un momento de tensión internacional. Prefirió continuar su ataque hacia el sur, manteniendo fuertes combates en Castellón y Valencia, capital de la República. Su avance quedó frenado cuando el ejército republicano, que había recibido nuevos armamentos y renovado sus unidades, llevó a cabo un poderoso ataque sobre el río Ebro en la provincia de Tarragona.


La Batalla del Ebro (Julio de 1938-Nov. 1938)


La última fase de la guerra se inició con la batalla del Ebro y finalizó con la derrota definitiva de la República.

La batalla del Ebro fue uno de los episodios militares más importantes de la guerra. Comenzó el día 25 de julio con el ataque republicano a Mequinenza y Amposta. Una primera penetración profunda de los republicanos hacia el sur les llevó a ocupar Gandesa. Donde consiguieron resistir cuatro meses. Franco envió grandes refuerzos, incluyendo aviación alemana e italiana, que consiguieron frenar el ataque. Después contratacaron y a principios de noviembre el ejército republicano tuvo que replegarse hacia la otra orilla del río mientras que el ejército de Franco cruzaba completamente el Ebro. El día 16 se dio por concluida la batalla. El ejército republicano había quedado gravemente disminuido.

Franco decidió entonces emprender definitivamente la ofensiva contra Cataluña. El día 26 de enero de 1939 entraba en Barcelona sin lucha. La caída de Girona significó la huida hacia Francia de miles de refugiados, entre ellos el gobierno republicano, instalado en Barcelona desde octubre de 1937.

Todo el Gobierno de la República, con el jefe de Gobierno, Negrín, y el presidente, Azaña, abandonaron España. También atravesaron la frontera los miembros de las Cortes republicanas, el gobierno de la Generalitat de Cataluña con su presidente, Lluís Companys, y sus parlamentarios, además del gobierno vasco, refugiado desde hacía más de un año también en Barcelona. Muchos empezaron un largo exilio. En febrero toda Cataluña estaba ya ocupada y el futuro de la República totalmente decidido.

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