Contexto Nacional e Internacional y Antecedentes
La Restauración Borbónica tuvo gran éxito en la península, pero en Cuba el sistema no prosperó debido al incumplimiento de las promesas por parte del gobierno español. Esto desembocó en una nueva guerra: la Guerra Chiquita y, posteriormente, la de independencia.
A finales de siglo, las grandes potencias, con superioridad técnica, militar y financiera, dominaban la política y la economía a nivel mundial. España, industrialmente atrasada y con inestabilidad política, se situaba entre las naciones secundarias.
En cuanto a los intereses geopolíticos, Estados Unidos (EE. UU.) buscaba ampliar su dominio en América, amparado en la Doctrina Monroe, sobre posesiones como Cuba, Puerto Rico, entre otras.
Situación de los Territorios Coloniales
Cuba
Era la principal posesión española, con una economía basada en plantaciones (azúcar, café, tabaco) y mano de obra esclava. Su mercado estaba cautivo, impuesto por la política arancelaria española. Esta situación de malestar se incrementó con el Arancel de Cánovas en 1891, que gravaba los productos no españoles.
Puerto Rico
No presentaba graves problemas al alcanzar la autonomía en 1872. Además, se abolió la esclavitud y contaba con una economía bastante estable.
Filipinas
La situación era distinta debido a que la población española era reducida. Tenían una economía basada en la producción de tabaco y en el acceso a intercambios comerciales en Asia. También estaban controladas por un contingente militar y contaban con una gran presencia de órdenes religiosas.
En el ámbito político, estos territorios carecían de representación en las Cortes españolas y en instituciones de autogobierno.
Reinicio del Conflicto y Desarrollo de la Guerra
Todas estas causas provocaron la reanudación de la insurrección en 1895, iniciada en Baire. Cuba se dividía en tres sectores principales:
- El independentista, liderado por José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano.
- El españolista, representado por españoles y grandes latifundistas, cuyo partido era la Unión Liberal.
- El autonomista, que apostaba por una Cuba española con autogobierno, representado por el Partido Liberal Autonomista.
Desarrollo de la Guerra Hispano-Cubana
La guerra hispano-cubana se desarrolló en cuatro etapas:
Primera Fase (Febrero – Mayo de 1895)
Se inició con la muerte de José Martí.
Segunda Fase (Octubre de 1895 – Enero de 1896)
Caracterizada por los avances insurgentes que el general Martínez Campos no logró detener, lo que le llevó a recurrir al diálogo.
Tercera Fase (Enero de 1896 – Diciembre de 1897)
El general Weyler sustituyó a Martínez Campos con la consigna de»guerra hasta el final«. Se implementó la política de concentración forzada de campesinos, provocando epidemias y hambrunas con estimaciones de hasta 400.000 muertos civiles. Esta política intensificó la campaña de prensa en EE. UU. y fomentó la injerencia norteamericana.
Cuarta Fase (Diciembre de 1897 – Abril de 1898)
Iniciada con el asesinato de Cánovas del Castillo y el consiguiente cambio de gobierno. Sagasta, el nuevo presidente, inició una estrategia de conciliación: destituyó a Weyler, decretó la autonomía de Cuba, introdujo el sufragio universal masculino y estableció la igualdad de derechos. Sin embargo, estas medidas llegaron demasiado tarde para detener el impulso independentista.
La Insurrección en Filipinas
En Filipinas, la insurrección se inició en 1896 en la provincia de Manila. El capitán general Camilo García Polavieja inició una represión que culminó con la ejecución del líder independentista Rizal a finales de 1896.
En 1897, el nuevo gobierno liberal nombró a Fernando Primo de Rivera, quien logró una pacificación temporal mediante negociaciones indirectas.
Intervención de Estados Unidos y Desarrollo de la Guerra Hispanoamericana
Por parte de EE. UU., el presidente McKinley mostró su apoyo a los rebeldes y exigió la pacificación de Cuba y su eventual venta. EE. UU. envió un ultimátum a España y, al ser rechazado, comenzó el conflicto. En el Pacífico, la escuadra española del almirante Montojo fue destruida en Cavite, y Manila fue finalmente ocupada en agosto de 1898. En el Caribe, la escuadra del almirante Cervera fue aniquilada en la batalla naval de Santiago de Cuba. Las fuerzas estadounidenses ocuparon La Habana, Santiago y, en julio, Puerto Rico.
Consecuencias del Conflicto
El conflicto culminó con la firma del Tratado de París el 10 de diciembre de 1898. En este tratado, España reconoció a Cuba como país independiente (asumiendo su deuda), cedió Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam a EE. UU., y vendió las últimas colonias del Pacífico (como Palaos, Marianas y Carolinas) a Alemania en 1899.
Consecuencias Políticas
En el ámbito político, el sistema político se desprestigió. Sagasta tuvo que dimitir, y surgieron críticas severas al régimen canovista. Se intentó una regeneración con el gobierno de Francisco Silvela y el general Polavieja (marzo de 1899), pero fracasó al no lograr reformar la estructura política.
Consecuencias Morales y Sociales
El impacto moral en España fue crítico, ya que el país pasó a ser una potencia de tercer orden y perdió su influencia internacional. Además, se extendió la sensación de corrupción e incompetencia política en la sociedad. En este contexto, surge la Generación del 98, con escritores como Unamuno, Valle-Inclán y Machado, quienes reflexionaron sobre los males del país y apostaron por una regeneración nacional.
Consecuencias Económicas
Finalmente, las consecuencias económicas fueron:
- La repatriación de capitales y la creación de nuevas compañías industriales y financieras.
- El impulso del cultivo de la remolacha azucarera.
- La intensificación de las ideas regeneracionistas y el fortalecimiento de los movimientos nacionalistas.
- El nacimiento de la Institución Libre de Enseñanza, promoviendo una educación laica y modernizadora.