El Franquismo: Origen y Naturaleza del Régimen de Franco
El Franquismo fue el régimen instaurado por Francisco Franco tras su victoria en la Guerra Civil Española. Se caracterizó por ser una dictadura de carácter personalista, en la que Franco únicamente debía responder ‘ante Dios y la historia’, y se apoyó en diversas ‘familias políticas’. Este nuevo régimen representó una ruptura radical con la II República, manifestándose en la ausencia de una Constitución, la inexistencia de partidos políticos, la concentración personal del poder, la restricción de derechos y libertades, y un estricto control de la información, entre otros aspectos.
Naturaleza Política e Ideología del Franquismo
El Franquismo responsabilizó al liberalismo de todos los ‘males de España’ y presentó al comunismo como la ideología enemiga de la nación. El régimen se configuró como un Estado antiliberal y totalitario, cuyas características principales fueron:
- Concentración del poder político en Franco.
- Anticomunismo, antiparlamentarismo y antiliberalismo.
- Negación de derechos individuales a los ciudadanos.
- La ‘democracia orgánica‘.
- El nacionalcatolicismo.
- Defensa de la unidad de la patria y tradicionalismo.
- Militarismo y un Estado centralista.
Las Bases Sociales del Franquismo
El Franquismo se respaldó en diversos sectores sociales, entre los que destacaron:
- Grandes terratenientes.
- Empresarios industriales y financieros.
- Burguesía.
- Campesinado católico del norte y centro del país.
Estos apoyos se consolidaron en los años sesenta, impulsados por el crecimiento económico que propició el surgimiento de una clase media, a menudo denominada ‘estómagos agradecidos’. El control mediático y un intenso adoctrinamiento contribuyeron significativamente a la pervivencia del régimen.
Las Familias Políticas y Pilares del Régimen
Estos grupos políticos e ideológicos constituyeron el fundamento del nuevo sistema y competían por adquirir mayor poder:
El Ejército
El Ejército fue el principal defensor del régimen y de su ordenamiento legal. Ejercía jurisdicción sobre los delitos políticos a través de los ‘Consejos de Guerra’. En los últimos años del régimen, surgió la Unión Democrática Militar (UDM), cuyos miembros fueron procesados y expulsados en 1986.
La Falange
La Falange aportó al régimen su principal arsenal ideológico. Recibió numerosos privilegios, fue responsable de la prensa y la propaganda, y desde 1939 controló los sindicatos oficiales. Su influencia decayó paralelamente a la caída de los fascismos en la Segunda Guerra Mundial.
La Iglesia Católica
La Iglesia Católica. El Concordato de 1953 consolidó su papel hegemónico en la enseñanza y la vida social. Organizaciones como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei ejercieron una notable influencia política.
Los Monárquicos
Los Monárquicos se dividían en carlistas y donjuanistas. Los carlistas obtuvieron cargos en el régimen. Los partidarios de Don Juan de Borbón adoptaron, en los años 40, posiciones más liberales.
Los Tecnócratas
Los Tecnócratas, que emergieron en los años 60, eran principalmente miembros del Opus Dei, formados en universidades, y partidarios de planteamientos económicos más liberales.
Los Franquistas ‘Puros’
Los Franquistas ‘Puros’ se adhirieron incondicionalmente al Caudillo. Su representante más destacado fue el almirante Carrero Blanco. Formarían más adelante el denominado ‘búnker’.
Institucionalización del Régimen: Las Leyes Fundamentales
A finales de septiembre de 1936, la Junta de Defensa Nacional nombró a Franco jefe de Gobierno y del Estado español, así como Generalísimo de los tres Ejércitos. En abril de 1937, se estableció el Decreto de Unificación, que puso fin a las discrepancias ideológicas y aglutinó a los partidarios del régimen en el Movimiento Nacional.
El Generalísimo se opuso a una Constitución que recordara el período liberal, pero llevó a cabo una labor legislativa con el propósito de dotar al Estado de una base jurídica que lo legitimara y lo equiparara, en apariencia, a otros países europeos. Las principales Leyes Fundamentales fueron:
- Ley de Administración del Estado (1938): Aprobada por el Consejo Nacional.
- Fuero del Trabajo (1938): Articulaba las relaciones laborales.
- Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Establecía una asamblea consultiva que representaba a sindicatos, familias y municipios, designados por Franco, como expresión de la ‘democracia orgánica’.
- Fuero de los Españoles (1945): Una declaración de derechos y deberes ‘concedidos’ a los ciudadanos.
- Ley del Referéndum Nacional (1945): Pretendía demostrar el reconocimiento del sufragio universal en España.
- Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947): Definió a España como un Estado católico, social y representativo, otorgando la jefatura del Estado a Franco de por vida o hasta su incapacidad, con la potestad de nombrar a su sucesor.
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Consolidó la dictadura al establecer los principios ideológicos inmutables del régimen.
- Ley Orgánica del Estado (1967): Reconoció y coordinó las seis leyes anteriores, en un intento de modernizar el régimen ante un posible ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE). Fue en este contexto cuando Franco nombró a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a título de rey.
Conclusión: El Legado del Franquismo
El régimen de Franco, surgido de la victoria en la Guerra Civil, intentó en todo momento resaltar los rasgos que lo oponían a la vencida II República. Se declaró abiertamente antiliberal y antimarxista, y reforzó los aspectos externos que lo identificaban con los fascismos europeos, siendo su rasgo más peculiar el marcado nacionalcatolicismo. Se apoyó siempre en una despiadada represión contra sus oponentes.
El Franquismo puede considerarse uno de los períodos más complejos y controvertidos de la Historia de España. A pesar del desarrollo económico que experimentó el país, desde el punto de vista político supuso un claro retroceso respecto a los logros en libertades y derechos alcanzados durante la II República. Culturalmente, se implantó una fuerte censura con el objetivo de imponer los valores de los vencedores e impedir la difusión de ideas que pudieran suponer un peligro para el régimen establecido.