El juicio ordinario


4.4. Miedo a la libertad

Hay ocasiones en que nos gustaría que otros decidieran por nosotros, porque nos asusta aceptar la responsabilidad de la responsabilidad (si yo decido, no soy responsable). Como decía Fromm, la libertad nos asusta, preferimos mantenernos en una situación de minoría de edad. 

La libertad pesa mucho. Según los filósofos existencialistas, el individuo nace sin un libro de instrucciones que le indique qué es y cómo tiene que realizarse de acuerdo con su naturaleza. Sartre decía que el individuo humano es arrojado al mundo y condenado a existir, es decir, a elegir y decidir como vivir. 

El ser humano es un ser arrojado al mundo y condenado a ser libre, que camina solo y sin ayuda, comprometido en la construcción de un mundo del que él es enteramente responsable. 

5. ¿En qué consiste ser una buena persona?

Según Aristóteles, conocemos no por conocer, sino también para ser mejores. Podríamos empezar diciendo que una buena persona es aquella que alcanza un equilibrio creativo y activo en sus relaciones consigo mismo, con el mundo y con los demás. 

5.1. Desarrolla una madura afectividad moral

Como diría Lévinas, una buena persona es aquella que ante la mirada del otro, del pobre, del excluido, del extrangero, es capaz de conmoverse y sentirse interpelado y responsable de su vida negada. 

Este sentimiento moral según Dussel fundamenta el primer principio de toda ética: todos tenemos derecho a vivir con plenitud. 

Podríamos decir que una buena persona es aquella que se conmueve y se siente interpelada por la fragilidad del ser humano (de todos). 

Los sentimientos morales relacionados con esta forma de sensibilidad son: empatía, compasión, tolerancia, benevolencia, vergüenza, culpa…

5.2. Razona bien

Una buena persona es razonable, es consciente de la complejidad de la realidad y se esfuerza por conseguir un pensamiento crítico y creativo – este pensamiento tiene como guía la búsqueda de la justicia y que es cuidadoso con lo que tiene valor (valioso) 

Es un pensamiento que valora lo que vale – capaz de apreciar la belleza y admirar la virtud (protector de lo que merece la pena ser conservado) 

Este tipo de pensamiento se genera en el diálogo – una buena persona sabe escuchar y tiene en cuenta las opiniones de los demás a la hora de formar las suyas. La persona que justifica sus puntos de vista con razones, busca los medios mejores para conseguir sus fines. Se esfuerza por construir buenos argumentos teniendo en cuenta las reglas lógicas, etc. 

5.3. Conoce el mundo en el que vive

Una buena persona es capaz de conmoverse ante el sufrimiento del otro, pero también conoce el medio en el que ese sufrimiento (del otro o de sí mismo) se produce y sus causas. Por ello es necesario estar informado sobre los problemas que nos rodean (económicos, políticos…) 

Bien ético – consiste en que todos los seres humanos puedan vivir en plenitud y equilibrio con la naturaleza. Para conseguirlo hay que conocer las estrategias que se deben tomar en cada momento, para que nuestra acción sea realmente transformadora 

5.4. Obra bien

Buena persona – toma conciencia de las situaciones que impiden su autorrealización y se compromete en una acción transformadora de las situaciones reales que niegan la vida en plenitud a los seres humanos. 

Buena persona es aquella que en su obrar busca la consecución de espacios y formas de vida que posibiliten vivir con dignidad a todos los seres humanos. 


5.5 El mal radical (+ documental)

A lo largo de la historia se han cometido grandes injusticias, guerras, torturas… todo esto nos lleva a preguntarnos por el origen del mal, y cuál es la raíz del mal – es lo que Kant llamó “el mal radical” 

Entre las reflexiones acerca del mal podemos destacar las siguientes:

– En muchas tradiciones se relaciona el mal moral con la existencia de fuerzas malignas y arbitrarias que lleven a los humanos a obrar mal. En el relato bíblico frente a la bondad de la obra de Dios, se responsabiliza a Adán y Eva (al ser humano) del mal – son tentados por el milagro y deciden apartarse del bien. Este mal va a afectar no solo a 2 personas sino a toda la descendencia (la humanidad entera) 

– En la época moderna, Hobbes piensa que el ser humano en estado de naturaleza (fuera de una sociedad políticamente organizada) se comportaría con los demás como un lobo (tenemos una naturaleza malvada) 

– Rousseau mantiene la idea del buen salvaje y piensa que el origen del mal no radica en la naturaleza humana, sino en la sociedad. 

– Según Kant, el ser humano es finito y racional a la vez. El bien radica en la voluntad: una voluntad buena es aquella que se determina a obrar racionalmente y por respeto a la razón. Pero el mal también está enraizado en la naturaleza humana: el ser humano tiene propensión natural al mal, es decir, a actuar por principios subjetivos, que tienen que ver con deseos, egoísmo… Pero esta maldad puede ser restaurada por la disposición que asimismo tiene al bien. 

– El nazismo ha dado forma a un nuevo modo de totalitarismo que desprecia a la vida humana y trata a los seres humanos como seres superfluos. Según Hannah Arendt, esto comenzó cuando a millones de seres humanos se les dejó sin Estado y se les negó el derecho a tener derechos. Arendt llega a la conclusión de que no radica en la naturaleza humana, no es radical. Se trata de un “mal banal”, el criminal del totalitarismo no era un loco, ni un monstruo, sino alguien tan superfluo que era capaz de pensar por sí mismo y de dar respuesta con sus criterios a una situación moral conflictiva. 

6. Emoción y razón en los juicios morales

6.2. Racionalismo moral

El juicio moral tiene su raíz en la razón, que es el motor de la acción, ya que distingue el bien del mal. Niega que las emociones puedan causar juicio moral, aunque influyan. 

Según Kant, la acción moralmente buena es la que se hace por respeto al deber, y no por las inclinaciones que surgen de los sentimientos. 

Según Kohlberg, los sucesivos estadios morales por los que pasa el individuo se basan exclusivamente en el razonamiento moral que se manifiesta en el juicio moral. En este caso destaca la dimensión cognitiva del desarrollo moral. Todas las personas evolucionamos hasta llegar al estadio más maduro, en el que el individuo se mueve por criterios racionales universales. 

6.3. Emotivismo moral

La intuición moral, incluidas las emociones, es la causa de los juicios morales, que equivalen a expresiones del gusto. La causa de los juicios morales es la intuición moral, que incluye las emociones. No se puede argumentar racionalmente, tiene que ver con los gustos. No cabe una argumentación racional para defender nuestras preferencias o aversiones morales, como no cabe un razonamiento para convencer a alguien para que le guste una determinada comida. 

Hume distingue dos tipos de sentimientos: 

– Los particulares que no tienen por qué ser compartidos por los demás. Ejemplo: Tal persona es antipática. Otras personas no tienen porqué estar de acuerdo 

– Los comunes son los sentimientos con los que se espera que los demás estén de acuerdo. Estos sentimientos expresan el rechazo a aquellas conductas que son perniciosas para la sociedad, y son comunes a todos los seres humanos, ya que se basan en un principio común de la condición humana. Ejemplo: Tal persona es injusta, se espera que los demás estén de acuerdo. 

Siguiendo a otros filósofos, Hume cree que la moral surge de manera espontánea de un sentimiento innato universal de benevolencia para la humanidad, que puede deteriorarse por las circunstancias ambientales – la filantropía.

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