Evolución Cultural y Social en la España del Renacimiento al Barroco


Transformaciones Sociales y Culturales: De la Edad Media al Renacimiento

Durante el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, la sociedad seguía siendo estamental, pero la burguesía fue ganando importancia debido al crecimiento urbano y comercial.

En la Península Ibérica, dos eventos clave influyeron en la estructura social bajo el reinado de los Reyes Católicos:

  • La conquista de Granada (1492), que puso fin al dominio musulmán en la península.
  • La expulsión de los judíos, que obligó a muchos a convertirse al cristianismo o a abandonar el país. Los convertidos fueron conocidos como conversos, y muchos de ellos eran comerciantes o profesionales.

A partir de entonces, surgió el concepto de «limpieza de sangre», que discriminaba a quienes tenían ascendencia judía o musulmana, afectando especialmente a la burguesía emergente.

En el ámbito cultural, el evento más trascendental fue la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1440. Este hito tecnológico redujo drásticamente el precio de los libros y facilitó la difusión de la cultura por Europa y América, especialmente a través de universidades y academias.

Durante el Renacimiento, las lenguas vernáculas (como el castellano) ganaron valor frente al latín. En 1492, Antonio de Nebrija publicó la primera Gramática de la lengua castellana, un hecho que contribuyó significativamente a la unificación del idioma. Los textos de esta época ya presentan una mayor similitud con el castellano actual que los medievales.

El Renacimiento y la Influencia Italiana en España

Durante el Renacimiento, Italia se erigió como el epicentro de un movimiento cultural que marcó una ruptura con la mentalidad medieval. Este cambio se fundamentó en la recuperación de los valores de la Antigüedad clásica (Grecia y Roma), especialmente su visión del ser humano, la belleza y el conocimiento.

El Humanismo fue la corriente principal de este movimiento, y trajo consigo varias ideas clave:

  • Antropocentrismo: A diferencia del pensamiento medieval, que era teocéntrico (Dios en el centro de todo), el Renacimiento situó al ser humano como protagonista del mundo. Se valoró su capacidad de razonar, crear, estudiar y transformar su entorno.
  • Admiración por el mundo clásico: Los humanistas estudiaron profundamente los textos antiguos griegos y latinos. Se inspiraron en su arte, literatura, filosofía e ideas sobre la armonía, el equilibrio y la belleza, buscando recuperar ese esplendor cultural y aplicarlo a su tiempo.
  • Curiosidad y espíritu crítico: Los pensadores renacentistas no se conformaban con aceptar verdades impuestas por la tradición o la religión. Buscaban el conocimiento a través de la investigación, la observación y el análisis racional, lo que abrió las puertas a significativos avances científicos, filosóficos y artísticos.

En España, la influencia italiana se hizo especialmente notable durante el siglo XVI, sobre todo en la poesía y en el teatro.

Impacto en la Literatura Española: Poesía y Teatro

Poesía Renacentista: La Huella de Petrarca

La poesía española de la época estuvo profundamente marcada por Francesco Petrarca, cuya influencia perduró durante siglos. Petrarca es conocido por su Cancionero, una serie de poemas dedicados a una mujer idealizada. Escribía tanto en latín como en italiano, y es considerado un modelo por su estilo reflexivo y el uso magistral del verso endecasílabo y el soneto.

El Teatro Italiano: La Commedia dell’Arte

El teatro italiano alcanzó gran popularidad gracias a la Commedia dell’Arte, una forma teatral cómica caracterizada por personajes fijos y situaciones improvisadas. Los personajes eran arquetipos reconocibles, como Arlequín (el criado torpe), Pantaleón (el viejo avaro) o el Capitán (el fanfarrón).

La Poesía Italianizante en España: El Petraquismo

A principios del siglo XVI, llegó a España una nueva corriente poética: el petraquismo, denominado así en honor al poeta italiano Francesco Petrarca. Esta corriente innovó en la métrica al introducir versos endecasílabos y heptasílabos, poco usuales hasta entonces. Asimismo, se popularizaron estrofas como el soneto, la canción y la lira, y se recuperaron géneros clásicos como las odas y las églogas.

En esta corriente, el amor se concibe de una forma más espiritual, considerándose un afecto que se inicia con el enamoramiento a través de la mirada. La belleza de la mujer se entiende como un reflejo de la armonía divina y se contempla desde la distancia. El amante busca perfeccionarse espiritualmente, aunque a veces el desdén o la ausencia de la amada le provocan dolor. Este sentimiento amoroso aparece frecuentemente vinculado a la naturaleza, que refleja el estado de ánimo del poeta, aludiendo a elementos como la primavera, brisas, flores, ríos, cisnes y paisajes floridos en momentos de dicha, o al invierno, vientos fríos, árboles secos y hojas caídas en sus padecimientos. Para narrar historias de amor idealizado o imposible, los poetas recurrieron al locus amoenus, un escenario natural idílico.

Asociados a estos temas, surgieron varios tópicos poéticos:

  • Carpe diem (‘disfruta del día’) o Collige, virgo, rosas (‘recoge, doncella, las rosas’): Invita a disfrutar la vida y la juventud antes de la llegada de la vejez.
  • Locus amoenus: Vincula el sentimiento amoroso del poeta con un paisaje natural idealizado y placentero.

Garcilaso de la Vega: El Caballero Poeta del Renacimiento Español

Garcilaso de la Vega es la figura más importante de la lírica castellana renacentista y personifica el ideal de caballero de la época: soldado y poeta. Tomó sus temas y modelos de la lírica petrarquista y los adaptó magistralmente al castellano. Entre sus obras, destacan sus sonetos y canciones, así como sus tres églogas, composiciones en las que dos o más pastores dialogan, con un lenguaje culto y refinado, sobre el desengaño amoroso o una naturaleza idealizada.

Muchos de sus poemas tienen como tema principal el amor, inspirado en una dama portuguesa de la que estuvo enamorado. Su métrica y su estilo reflejan a la perfección el ideal literario renacentista de armonía y belleza.

La Poesía Mística en el Siglo XVI: La Unión con lo Divino

La poesía religiosa cobró gran importancia en el siglo XVI. En este contexto, surgió una corriente de poesía mística cristiana que busca comunicar líricamente la unión íntima del alma con Dios. Este proceso se desarrolla en tres fases:

  • Vía purgativa: El alma se limpia de sus pecados mediante la penitencia y se desprende de los deseos materiales.
  • Vía iluminativa: El alma recibe de Dios una sabiduría que la ilumina y le hace desear unirse a Él.
  • Vía unitiva: Se fusionan el alma y Dios en un estado de éxtasis, logrando una felicidad apenas comunicable con palabras.

La Profesionalización del Teatro en el Siglo XVI

Durante el siglo XVI, el teatro experimentó un proceso de profesionalización. Aunque el teatro religioso seguía presente y se representaba en plazas públicas, surgieron nuevas formas como el teatro cortesano, representado en palacios y dirigido a la nobleza, con un estilo más refinado. Paralelamente, apareció un teatro comercial urbano que se representaba en los populares corrales de comedias. Este teatro era accesible a todas las clases sociales, lo que impulsó a los autores a crear obras diseñadas para entretener a un público más amplio y diverso.

Los Corrales de Comedias: Escenarios Populares

Los corrales de comedias eran patios interiores de casas o posadas adaptados para la representación de obras teatrales. El público se organizaba según su clase social: los palcos estaban reservados para la clase alta, el patio era para el público más humilde que veía las obras de pie, y el escenario, elevado, contaba con cortinas para la entrada y salida de los actores. Algunos balcones traseros también se utilizaban como parte del decorado. Un ejemplo famoso que aún se conserva es el Corral de Comedias de Almagro.

Lope de Rueda: Pionero del Teatro Popular Español

Lope de Rueda fue una figura clave en el teatro renacentista español. Fundó una de las primeras compañías teatrales itinerantes que recorrían el país y, además, actuaba en sus propias obras. Escribía piezas breves en prosa con un lenguaje popular y cómico, lo que permitió acercar el teatro a todo tipo de público, independientemente de su clase social.

La Decadencia Social en el Siglo XVII Español

La decadencia que se vivió en España durante el siglo XVII fue consecuencia de la confluencia de varias crisis en diferentes ámbitos, que se manifestaron en un breve intervalo de tiempo:

  • Crisis política: Los reyes Felipe III, Felipe IV y Carlos II mostraron una menor capacidad de gobierno que sus predecesores, delegando su poder en personas de confianza, los llamados validos, lo que favoreció la corrupción en la corte.
  • Crisis económica: La grave crisis agraria, la disminución de las actividades industriales y el declive del comercio por la pérdida de control sobre las rutas ultramarinas provocaron que gran parte de la población viviera en la pobreza. Muchos se dedicaban a la mendicidad o a la delincuencia, mientras que solo una minoría de nobles y eclesiásticos vivía cómodamente de las rentas.
  • Crisis demográfica: La población española se redujo notablemente durante el siglo XVII a causa de la precaria situación económica, la propagación de epidemias, las constantes guerras, la creciente emigración a América y la expulsión de los moriscos en el año 1609.

Claves de la Literatura Barroca Española

  • La crisis espiritual del siglo se refleja en la literatura barroca a través de una visión pesimista del mundo, que muestra la decepción ante la realidad.
  • La importancia de la religión en esta época se manifiesta en la literatura mediante temas como la brevedad de la vida, la devoción, el arrepentimiento o la concepción del mundo como un lugar de paso.
  • Tanto la desconfianza social como la religiosidad se reflejan en la obsesión por el paso del tiempo y la muerte, características distintivas de la literatura barroca en general.
  • Frente al idealismo del Renacimiento, el arte barroco es más realista. En la literatura, se recurre con frecuencia al contraste para destacar la dualidad de la condición humana.
  • La exageración, la emotividad y el dinamismo se potencian con el uso abundante de figuras literarias.

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