1. El Conocimiento en Aristóteles
Aristóteles concibe la universalidad de la ciencia como el resultado de la conjunción de todos los saberes. Clasifica los saberes en:
- El saber productivo: Es el saber técnico, enfocado en la fabricación de cosas útiles (como la retórica o la medicina), con el fin de satisfacer necesidades.
- El saber práctico: De carácter ético-político, se refiere a las acciones humanas. Su fin por excelencia es la búsqueda de la felicidad, abordada desde la ética en el plano individual y la política en el colectivo.
- El saber teórico: Son aquellos saberes que tienen su fin en sí mismos (como la física, las matemáticas y la metafísica).
A. La Ciencia (Episteme)
La ciencia (episteme) se define como el reconocimiento de las causas, es decir, los ‘porqués’ de los fenómenos.
B. Gnoseología y el Proceso del Conocimiento
Aristóteles se opone firmemente a la reminiscencia platónica; para él, conocer no es recordar. Para Aristóteles, el conocimiento se inicia a través de los sentidos, y a medida que el ser humano crece, adquiere más conocimiento, lo que lo sitúa en una clara posición empirista.
El proceso de abstracción comienza con los sentidos. A través de las sensaciones, tanto de los sentidos propios (vista, olfato, etc.) como de un sentido común, se aprehende lo sensible. La imaginación posibilita la reproducción mental de los objetos percibidos y, junto con la memoria, facilita el trabajo del entendimiento.
El grado superior del conocimiento es el conocimiento intelectual, exclusivo de los seres humanos. Este es llevado a cabo por el entendimiento, que desarrolla razonamientos y hace posible la ciencia.
En resumen, el conocimiento en Aristóteles se concibe como un proceso de abstracción cuyo objetivo es alcanzar un concepto universal.
2. La Metafísica: La Ciencia del Ser
La metafísica es la ciencia del ser en cuanto ser, del ente en cuanto ente (donde ente es aquello que participa del ser). En la metafísica se distinguen la filosofía primera y las ciencias particulares. La filosofía primera es el saber más universal, que aborda el conocimiento de forma general. Las ciencias particulares, por su parte, son disciplinas específicas como las matemáticas o la biología. La metafísica, al estudiar el ser en su totalidad, abarca toda la realidad.
A. Sustancia y Accidente
Aristóteles establece una fundamental distinción entre sustancia y accidente:
- Sustancia: Es la forma del ser propiamente dicho, a la cual remiten el resto de formas de ser (los accidentes). Para Aristóteles, las sustancias son únicamente los individuos concretos. Dentro de la sustancia, se distinguen dos aspectos inseparables: la sustancia primera y la sustancia segunda. La sustancia primera es el sujeto (el individuo particular), mientras que la sustancia segunda es la esencia (su definición). El concepto central de la metafísica aristotélica es la esencia, entendida como la definición de algo.
- Accidente: Son todas aquellas propiedades que pertenecen a una cosa (sujeto) pero no de modo sustancial o esencial, sino de forma contingente o causal.
B. Materia y Forma
Aristóteles también introduce otra distinción clave: materia y forma:
- Materia: Es aquello de lo que está hecho algo.
- Forma: Es lo que define su esencia y función.
Para Aristóteles, la ciencia consiste fundamentalmente en conocer la forma o esencia de las cosas.
3. La Física: El Estudio de la Naturaleza
La Física se ocupa de la naturaleza, entendida como aquello que posee en sí mismo el principio del movimiento. Lo opuesto a lo natural es lo artificial. Los tipos de cambios que tienen lugar pueden afectar a los accidentes (cambios cuantitativos, cualitativos y de lugar) o a la sustancia (generación y corrupción).
A. Acto y Potencia
Aristóteles utiliza esta distinción para resolver el problema del cambio planteado por Parménides, y es paralela a la distinción materia-forma.
La potencia se refiere a las posibilidades de realización que posee una sustancia, mientras que el acto es la posibilidad ya realizada. Esta distinción es fundamental para la explicación del cambio. Según Parménides, solo existe el ser o el no-ser, lo que le lleva a descomponer el movimiento en una sucesión de puntos estáticos, negando así su existencia real. Aristóteles, en cambio, introduce una nueva distinción en el ser: el ser en potencia y el ser en acto, lo que le permite explicar el movimiento como la conversión de la potencia en acto.
B. La Doctrina de las Cuatro Causas
Dado que conocer algo implica conocer sus causas, la física debe establecer las causas de los seres naturales. Esta es la famosa doctrina de las cuatro causas:
- Causa material: Aquello de lo que está hecho algo (la materia).
- Causa formal: La esencia o la forma que define algo (su figura externa o estructura).
- Causa eficiente: Aquello que produce o desencadena el proceso o el cambio.
- Causa final: El propósito o fin para el cual algo existe o se realiza.
C. El Universo y el Primer Motor Inmóvil
Para Aristóteles, el universo o cosmos se describe a través de la teoría del geocentrismo, la concepción astronómica predominante en su época. La causa última del movimiento en el cosmos es el Primer Motor Inmóvil. Es ‘primer motor’ porque es la causa inicial de todo movimiento, e ‘inmóvil’ porque no es causado por nada más. El Primer Motor es puro acto, carece de potencia, lo que significa que es perfecto y pura forma, sin ningún componente de materia.
4. Antropología: El Ser Humano
Para Aristóteles, la antropología se fundamenta en el hilemorfismo, lo que implica que en el ser humano coexisten materia (el cuerpo) y forma (el alma). Esta unión es sustancial, es decir, cuerpo y alma no pueden separarse.
En los seres vivos, Aristóteles distingue tres tipos de funciones del alma:
- Las vegetativas: Permiten la vida y son comunes a todos los seres vivos (nutrición, crecimiento, reproducción).
- Las sensitivas: Relacionadas con la percepción, el movimiento, el deseo, etc., presentes en animales y humanos.
- Las racionales-intelectuales: Exclusivas del ser humano, vinculadas al pensamiento y la razón.
En el alma del ser humano, se distinguen dos partes principales:
- La parte irracional: Donde se encuentran las funciones vegetativas y sensitivas.
- La parte racional: Que corresponde al alma intelectual.
El alma intelectiva posee tres funciones:
- La teórica: Relacionada con la sabiduría (sophia).
- La práctica: Relacionada con la prudencia (phrónesis).
- La productiva: Relacionada con la técnica (téchne).
Estas tres funciones dan origen a las virtudes dianoéticas (o intelectuales). Para Aristóteles, el alma no es inmortal; cuando el cuerpo muere, el alma también perece, ya que son inseparables.
5. Ética: La Búsqueda de la Felicidad
A. La Felicidad (Eudaimonía)
Aristóteles propone una ética eudemonista, lo que significa que el fin último y absoluto de la vida humana es la felicidad (eudaimonía), la cual se busca por sí misma. La felicidad se concibe como la vida buena o la mejor vida posible. Para alcanzarla, es necesario llevar todas las capacidades del ser humano a su perfección, es decir, actualizar lo que somos en potencia y convertirlo en acto.
La felicidad posee varias características:
- No es algo que simplemente nos sucede, sino una actividad que realizamos a través de nuestras acciones.
- No es momentánea, sino que permanece a lo largo del tiempo.
- No se identifica con los placeres, la riqueza o los honores/cargos, aunque reconoce que son necesarios unos mínimos materiales para poder dedicarse a la búsqueda de la felicidad.
B. La Virtud (Areté)
La virtud (areté) se define como el hábito del término medio (aplicable tanto a las acciones como a las pasiones). El término medio al que se refiere Aristóteles es relativo a cada individuo y a las circunstancias específicas. La virtud se adquiere mediante la acción continuada y repetida, que con el tiempo se convierte en un hábito casi natural.
Aristóteles distingue dos tipos de virtudes:
- Las virtudes éticas: Basadas en el comportamiento y la elección del término medio (ej. valentía, templanza).
- Las virtudes dianoéticas (o intelectuales): Basadas en el conocimiento y la razón, como la sabiduría (sophia) y la prudencia (phrónesis).
C. La Felicidad Perfecta: La Vida Contemplativa
La felicidad perfecta es identificada por Aristóteles con la vida contemplativa, que implica dedicar la existencia a la sabiduría (sophia). Esta vida debe complementarse con las virtudes éticas (el término medio), que se alcanzan mediante la prudencia. Sin embargo, este nivel de felicidad es considerado difícil de alcanzar para los seres humanos, siendo más bien propio de los dioses.
6. Política: El Hombre como Animal Social
Aristóteles afirma que el ser humano es un animal político (zoon politikon) por naturaleza, lo que implica que vive inherentemente en comunidad. Como es característico del pensamiento griego, la comunidad es previa al individuo; es decir, el ser humano necesita vivir en sociedad para desarrollarse plenamente.
Aristóteles distingue las siguientes formas de comunidad natural:
- Las familias: Donde la autoridad recae tradicionalmente sobre el varón.
- La aldea: Una reunión de familias, aún sin una estructura política formal.
- La polis (ciudad-estado): La comunidad por excelencia, dotada de estructura política. En ella, no solo se garantiza la supervivencia, sino que también se puede alcanzar la felicidad y la vida buena.
Aristóteles clasifica las formas de gobierno según el número de gobernantes y si gobiernan para el bien común o para su propio interés. Las formas puras son la monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (gobierno de los mejores) y la politeia (gobierno constitucional o república). Sus degeneraciones son la tiranía, la oligarquía y la democracia (en su sentido negativo, como gobierno de la masa sin ley).
Aristóteles otorga gran importancia a la clase media, argumentando que «para que el Estado pueda sostenerse, debe haber una gran masa de la clase media», ya que esta proporciona estabilidad y equilibrio.