Hispania Prerromana y Romanización
Pueblos Prerromanos
Íberos: Cultura no indoeuropea ubicada en la costa mediterránea. Tenían escritura, adoraban astros y espíritus, y su sociedad era monárquica con aristocracia. Se dedicaban a la agricultura, ganadería, comercio y metalurgia.
Celtas: Indoeuropeos establecidos en la Meseta, Galicia y Portugal. Destacaban en metalurgia, agricultura y artes decorativas. Eran politeístas, venerando el sol y la naturaleza.
Celtíberos: Fusión de íberos y celtas, organizados en ciudades y castros con un gobierno aristocrático, consejo de ancianos y asamblea popular.
Tartesios: Ubicados en el sur, con una cultura floreciente y una lengua aún no descifrada. Practicaban agricultura, ganadería y comercio marítimo.
Pueblos Colonizadores
Fenicios: Comerciantes y navegantes que fundaron Cádiz (1100 a. C.) y colonias en el sur. Introdujeron la escritura y técnicas de navegación.
Griegos: Fundaron colonias comerciales como Ampurias y difundieron la vid, el olivo y el alfabeto.
Cartagineses: Expulsaron a los fenicios y dominaron el Mediterráneo occidental. Fundaron Cartagena y explotaron recursos naturales.
Conquista Romana (218-19 a. C.)
Roma llegó en 218 a. C. para enfrentarse a Cartago en la Segunda Guerra Púnica. Tras derrotar a los cartagineses en 206 a. C., Hispania se convirtió en provincia romana. Hubo resistencia local, como las revueltas de los lusitanos y celtíberos (Numancia), pero fueron vencidos. La conquista finalizó en el 19 a. C. con la sumisión de cántabros y astures.
Romanización
División territorial:
República: Hispania Citerior (Tarraco) y Ulterior (Córdoba).
Alto Imperio: División en Bética, Lusitania y Tarraconense.
Bajo Imperio: Se añaden Carthaginensis, Gallaecia y Balearica.
Ciudades romanas:
Colonias: Fundadas para veteranos de guerra, con derecho romano.
Municipios: Ciudades preexistentes con autonomía limitada.
Ciudades indígenas: Aliadas o sometidas a Roma, con distintos grados de tributo.
Ciudadanía romana: Generalizada en época de Augusto y extendida a toda la población en 212 d. C.
Impacto Económico y Cultural
Lengua y cultura: El latín sustituyó a las lenguas locales, salvo el euskera.
Economía:
Exportación de vino y aceite a Roma.
Producción de garum (salsa de pescado).
Explotación minera en Sierra Morena y Las Médulas.
Aportaciones de Hispania al Imperio
Hispania proporcionó emperadores como Trajano, Adriano y Teodosio, además de influyentes escritores como Séneca, Lucano, Quintiliano y Marcial.
Evolución del Ejército Romano
Desde sus orígenes, Roma tuvo que defenderse para mantener su espacio vital. Con el Imperio, este sistema defensivo fue cambiando hasta ser plenamente ofensivo con el objetivo de ampliar territorios. En sus últimos años, Roma volvió a usar la táctica defensiva para proteger sus fronteras, amenazadas por la presión de innumerables pueblos bárbaros. Se pueden destacar tres momentos decisivos en lo que concierne a la organización del Ejército Romano:
Época Monárquica
Inicialmente, solo los patricios y sus clientes formaban el ejército, compuesto por ciudadanos entre 17 y 60 años. Se organizaban en 3 tribus y 30 curias, aportando 100 infantes y 10 jinetes cada una, sumando un total de 3.000 infantes y 300 jinetes. El rey lideraba el ejército, la caballería era la unidad más prestigiosa y el ejército se licenciaba en otoño.
Reforma de Servio Tulio
Permitió el acceso de los plebeyos al ejército, excluyendo a los proletarii (sin bienes). Los ciudadanos costeaban su armamento: los más ricos formaban la caballería (1.800 jinetes), y la infantería se dividía en dos legiones de 4.200 hombres (de 17 a 46 años en las fronteras y de 46 a 60 en la reserva interna).
Reforma de Cayo Mario
Permitió el reclutamiento voluntario sin importar la riqueza, profesionalizando el ejército con un compromiso de 25 años a cambio de pensión y tierras. Esto llevó a la lealtad de los soldados hacia sus generales y no a Roma, provocando guerras civiles y dictaduras.
El Soldado Romano
Había legionarios (ciudadanos) y auxiliares (extranjeros que buscaban ciudadanía). El uniforme incluía túnica, sagum y caligae. Su armamento se dividía en defensivo (cassis, scutum, lorica) y ofensivo (pilum, hasta, gladius). Los auxiliares tenían equipo según su origen.
La Legión Romana
Era la base del ejército, comandada por un cónsul en la República o un legado en el Imperio. Se organizaba en:
Caballería: 300 jinetes organizados en decurias, turmas y alas.
Infantería pesada: Hastati (jóvenes), Principes (experimentados), Triarii (veteranos).
Infantería ligera: Velites (hostigadores) reemplazados luego por tropas auxiliares.
Unidades tácticas:
Centuria (80-100 hombres).
Manípulo (2 centurias).
Cohorte (3 manípulos).
Legión (10 cohortes, comandada por un legado).
El símbolo de la legión era el águila, cuya pérdida era una gran deshonra.
Marcha, Combate y Asedio
Las legiones marchaban hasta 25 km diarios, con exploradores al frente, infantería en el centro y caballería en los flancos. En asedios, rodeaban la ciudad con murallas y torres más altas que las defensas enemigas. Usaban formaciones como la «Tortuga» para protegerse mientras escalaban las murallas.
El Campamento Romano
Se organizaba en castra temporales o permanentes (que dieron origen a ciudades como León). Se trazaban calles principales y un foso defensivo rodeado por empalizadas. Contaba con áreas para la administración, provisiones y entrenamiento.
La Marina Romana
No tuvo gran relevancia hasta la Primera Guerra Púnica (264 a. C.). Pompeyo ordenó la construcción de 500 naves para combatir piratas. Desde Augusto, la marina se hizo permanente. Sus barcos de guerra (naves longae) tenían un espolón metálico para embestir al enemigo y torres para lanzar proyectiles. Usaban garfios para el abordaje, favoreciendo el combate cuerpo a cuerpo.