La Transición Española a la Democracia (1975-1978)
Los Primeros Pasos: De Arias Navarro a Adolfo Suárez
Opciones tras la muerte de Franco
Tras la muerte de Franco, se plantearon varias opciones para el futuro político de España:
- Continuidad: Mantener el sistema franquista, defendida por el búnker.
- Ruptura democrática: Un cambio radical hacia la democracia.
- Ruptura pactada: Una transición negociada entre las fuerzas del régimen y la oposición.
La posición del Rey Juan Carlos I
Dos días después de la muerte de Franco, se proclamó a don Juan Carlos como Rey de España. El papel del Rey fue decisivo. De él desconfiaban tanto los franquistas puros como amplios sectores monárquicos que seguían a su padre, don Juan, quien no había renunciado todavía a sus derechos. Sin embargo, en este contexto, don Juan Carlos se convertiría en un motor del cambio. Para realizar este cambio, contó con tres hombres clave por su puesto de responsabilidad en el franquismo: el teniente general Gutiérrez Mellado, Torcuato Fernández-Miranda y Adolfo Suárez.
Gobierno de Arias Navarro
Se confirmó como presidente del primer gobierno de la monarquía a Arias Navarro. Este se vio obligado a incluir en su gobierno a varios ministros de corte aperturista. Arias Navarro, a pesar de su talante franquista y consciente de la nueva situación, inició una serie de cambios que no eran sino un «maquillaje» para no desmantelar el régimen:
- Indultó a numerosos presos políticos.
- Legalizó partidos políticos (aunque con restricciones).
- No habló de elecciones generales ni de autonomías.
La presión exterior se acentuó en sus críticas contra la monarquía y el gabinete de Arias Navarro. El Rey se encontró con que no podía llevar las reformas hacia la democracia con Arias Navarro, a la vez que las huelgas, manifestaciones políticas y protestas aumentaban en el país. Después de un despacho rutinario entre ambos, don Juan Carlos manifestó a Arias Navarro su descontento por la marcha de los asuntos del país, forzando su dimisión. Arias presentó su dimisión sin pensarlo. El Rey la aceptó en el acto.
Nombramiento de Adolfo Suárez
Tras numerosas negociaciones, Fernández-Miranda consiguió que el Consejo del Reino incluyese como candidato a Adolfo Suárez, un hombre joven y vinculado a Falange. El Rey eligió a Suárez el 3 de julio de 1976 como presidente del gobierno. Su nombramiento fue mal visto por la oposición. Muchos se negaron a formar gobierno con él. A Suárez no le quedó más remedio que formar un gobierno de segundones, que fue calificado como un gobierno de «penenes».
El Rey contaba con los hombres que había llamado a transformar el sistema franquista. El Rey se convertiría en el motor de cambio y Suárez en el principal actor. Comenzaba así una reforma que esta vez sería definitiva.
La Platajunta: Convergencia de la Oposición
En la primavera de 1976 se formó la Platajunta, donde se englobaban los partidos de oposición (la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia) para fijar objetivos comunes:
- Ruptura pactada con el gobierno a través de un periodo constituyente.
- Liberación de los presos políticos y retorno a España de los exiliados.
- Restablecimiento de las libertades y derechos humanos.
- Legalización de partidos políticos y sindicatos.
- Reconocimiento de las autonomías regionales.
Desmantelamiento del Franquismo y Avance Democrático (1976-1977)
Estrategia de Suárez
Suárez comenzó a actuar en dos frentes:
- Negociar secretamente con la oposición, incluidos socialistas y comunistas, y aceptar la realidad de los nacionalismos mediante la amnistía.
- Liquidación de las Cortes franquistas, para lo que contó con Fernández-Miranda.
Su objetivo era desmontar el franquismo desde dentro e implantar la democracia. Los pasos más importantes en este proceso fueron:
Ley para la Reforma Política (1976)
En virtud de esta ley, se constituirían las futuras Cortes bicamerales (Congreso y Senado), ambas elegidas por el voto de los ciudadanos. Aunque dicha ley suponía la liquidación de las estructuras franquistas y de las Cortes, marcaba la llegada de un sistema parlamentario y era la pieza clave para la transición legal hacia la democracia. Tras una campaña electoral marcada por atentados del GRAPO y de ETA, el 15 de diciembre de 1976, el pueblo español aprobó la ley (el 94% se pronunció por el ‘Sí’ y un 2,5% por el ‘No’). Suárez llevó a cabo una amplia amnistía política y la legalización de símbolos nacionalistas: ikurriña, senyera catalana…
Legalización de Partidos Políticos (1977)
Entre enero y junio de 1977, Suárez usó el decreto-ley para agilizar la reforma. Se incluyó la legalización de los partidos políticos que aún no lo habían sido. El 1 de abril se disolvió el Movimiento Nacional. El 9 de abril fue legalizado el Partido Comunista, lo que originó una gran tormenta política por parte de los franquistas puros.
Regularización de Normas Electorales (1977)
Se aprobaron las normas electorales; las elecciones serían por sufragio universal directo. Se reconoció el derecho a la huelga, la libertad de expresión… El 15 de abril del mismo año se convocaron elecciones que habrían de celebrarse dos meses después, es decir, el 15 de junio. Don Juan cedió los derechos al trono español a su hijo, cerrándose un motivo de incertidumbre. Con todas estas medidas, se produjo una segunda amnistía, se restablecieron algunas instituciones autonómicas, como la Generalitat de Catalunya, y su presidente, Josep Tarradellas, volvió del exilio. También se puso en marcha un gobierno preautonómico en el País Vasco.
Dificultades y Tensiones
Los primeros meses de 1977 constituyeron la etapa más difícil y delicada de la transición. Las tensiones en la calle eran muy fuertes, tanto por la extrema derecha como por la extrema izquierda. ETA seguía matando para desestabilizar el país y enervar a los militares. Llevaron a cabo atentados, como el asesinato por pistoleros de extrema derecha de cinco abogados laboralistas del PCE en su despacho. El PCE respondió con una manifestación silenciosa.
La inestable situación económica generaba continuas huelgas y manifestaciones.
Elecciones de 1977 y Proceso Constituyente
Partidos Políticos en 1977
Convocadas las elecciones, se procedió a la formación de diversas coaliciones electorales:
- Derecha: La ultraderecha se presentaba atomizada en un mosaico de partidos. El más relevante de ellos era Fuerza Nueva, dirigido por Blas Piñar. Destacó también Alianza Popular, encabezada por Manuel Fraga Iribarne.
- Centro: Unión de Centro Democrático (UCD), la dirigía Adolfo Suárez.
- Izquierda: El PSOE estaba representado por Felipe González. El Partido Socialista Popular de Enrique Tierno Galván luego se integraría en el PSOE. El Partido Comunista de España (PCE) estaba liderado por Santiago Carrillo. A la izquierda del PCE, se presentaron un sinnúmero de partidos, ejemplo el Partido Comunista de España (marxista-leninista).
- Partidos Nacionalistas: En Cataluña se presentaron varios partidos. El más importante fue Pacte Democràtic per Catalunya, una coalición de grupos, de los cuales el más importante era Convergència Democràtica de Catalunya, fundado por Jordi Pujol en 1974. También se presentó Unió Democràtica de Catalunya. El PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) se presentó coaligado con Esquerra Republicana de Catalunya. En el País Vasco, la fuerza más importante era el Partido Nacionalista Vasco (PNV). En la izquierda se presentó Euskadiko Ezkerra (EE).
Resultados Electorales de 1977
Se celebraron las elecciones generales el 15 de junio de 1977. UCD consiguió 165 diputados de los 350 que componían el Congreso de los Diputados. Le seguía el PSOE con 118 diputados. Los comunistas obtuvieron 20 diputados y los franquistas de AP, 16. En Cataluña, Pacte Democràtic per Catalunya consiguió 11 diputados, Unió Democràtica de Catalunya 2 y Esquerra Republicana de Catalunya 1. En el País Vasco, el PNV obtuvo 8 diputados y Euskadiko Ezkerra (EE) 1. Adolfo Suárez fue investido presidente del gobierno. Le faltaban 20 diputados para la mayoría absoluta, circunstancia que le obligó a una política de pactos con los partidos de oposición, especialmente con los nacionalistas catalanes.
El gobierno de la Segunda República en el exilio se autodisolvió.
Proceso Constituyente y Pactos de la Moncloa
Las Cortes Constituyentes iniciaron la tarea de elaborar una Constitución que sirviera de base para iniciar la normalidad democrática. En lo político, el objetivo fundamental era la redacción de la Constitución; en lo económico, el fin primordial era combatir la grave crisis económica. Hacía varios años que los sucesivos gobiernos habían aparcado la toma de decisiones en este sentido y ahora la situación era insostenible: inflación al 40%, aumento del paro, déficit exterior galopante… Estos acuerdos se conocieron como Pactos de la Moncloa y fueron aprobados el 15 de octubre de 1977. Este apoyo al gobierno fue imprescindible para poder avanzar en el camino hacia la democracia.
La Constitución de 1978 y Primeros Gobiernos Democráticos (1978-1982)
La Constitución de 1978
Redacción de la Constitución
El encargo de elaborar la Constitución recayó en una comisión constitucional, formada por: Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez-Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Jordi Solé Tura, Gregorio Peces-Barba, Manuel Fraga Iribarne y Miguel Roca Junyent. El 31 de agosto, el proyecto fue discutido en las Cortes. La Constitución consta de un preámbulo, 11 títulos y 169 artículos, además de cuatro disposiciones adicionales, nueve transitorias, una derogatoria y una final. El 6 de diciembre de ese mismo año se celebró un referéndum, y el pueblo español le otorgó el apoyo del 87,9% de los votos.
Valores y Principios Fundamentales
Los principios y valores se concretan en el Título Preliminar. Los principios son:
- Estado democrático: Sitúa la soberanía en el pueblo, reconoce el pluralismo político y social, establece una serie de instancias para que el pueblo participe en las decisiones que le afectan.
- Estado de derecho: La primacía de la ley como fundamento de la sociedad moderna, la ley a la que todo debe estar sometido. Se basa también en la defensa y el reconocimiento de los derechos fundamentales de la persona.
- Estado social: Estado donde los poderes políticos se comprometen a actuar en los ámbitos familiar, social, laboral, cultural y económico.
- Monarquía parlamentaria: La monarquía adoptada por la Constitución adquirió ya la legitimidad democrática desde el momento que ha sido refrendada por la voluntad del pueblo. Los poderes del Rey son más simbólicos y moderadores que efectivos.
- La descentralización del Estado: Es el último principio que caracteriza al Estado configurado por la Constitución de 1978, es su carácter de poder descentralizado.
Instituciones del Estado
El Rey ocupa la jefatura del Estado, su cargo es vitalicio y la Corona hereditaria. Sus atribuciones están subordinadas a la Constitución y consisten en la representación simbólica de la nación, la sanción de las leyes aprobadas por las Cortes y el mando supremo nominal de las Fuerzas Armadas.
La Constitución española de 1978 reconoce la separación e independencia de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. El poder ejecutivo es responsabilidad del gobierno, se compone del presidente, los vicepresidentes y los ministros. El poder legislativo se basa en un sistema bicameral.
Las Cortes Generales están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado, las dos cámaras elegidas por sufragio universal directo. El Congreso se compone de un mínimo de 300 diputados y un máximo de 400, elegidos mediante un sistema proporcional. El Senado es una cámara de representación territorial; la mayor parte de los senadores son elegidos por los electores de cada provincia mediante un sistema mayoritario.
El poder judicial está integrado por jueces y magistrados, se encuentran sometidos al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional. Existe el Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, salvo en las materias constitucionales, que son competencia del Tribunal Constitucional.
El Estado de las Autonomías
Se abre un modelo descentralizado, siguiendo el ejemplo de la Constitución de 1931. Antes de abordar este asunto, se habían inaugurado regímenes preautonómicos en Cataluña y el País Vasco, restaurando el autogobierno y el reconocimiento de su carácter peculiar y diferente.
España está integrada por diversas nacionalidades y regiones. Las comunidades autónomas son provincias que acceden a su autogobierno.
Para acceder a la autonomía hay dos vías: el artículo 151, con un alto nivel de autogobierno, al que se acogieron las llamadas comunidades históricas; y las del artículo 143, que se aplicó al resto de comunidades.
España quedó dividida en 17 comunidades y dos ciudades autónomas. Los estatutos se aprueban entre 1979 y 1983. Las dos ciudades autónomas obtuvieron sus estatutos en 1995. Posteriormente, los estatutos han sufrido algunas reformas.
Las competencias: el gobierno central se reserva las competencias sobre relaciones internacionales, defensa, fuerzas armadas, sistema monetario y hacienda. Las comunidades autónomas tendrán competencias de: urbanismo, turismo, carreteras, transportes, pesca. Cada comunidad autónoma formará parlamentos propios y elegirá a su presidente y sus órganos de gobierno. Disponen de recursos económicos, salvo en el caso del País Vasco y Navarra (con régimen foral).
Primeros Gobiernos Democráticos (1978-1982)
Gobierno de Adolfo Suárez (1979-1981)
Cumplida su tarea, las Cortes fueron disueltas y se convocaron nuevas elecciones generales para el 1 de marzo de 1979 para constituir un parlamento ordinario de acuerdo con la Constitución.
Las urnas dieron la victoria a la UCD, seguida por el Partido Socialista. A distancia, el Partido Comunista y la Coalición Democrática (de derecha). Con estos resultados, Suárez formó un nuevo gobierno. Del espíritu de consenso se pasó a la confrontación; los partidos de izquierda realizaron una oposición al gobierno de Suárez.
Meses siguientes, se redujeron los actos terroristas y las presiones involucionistas. En Cataluña se restableció la Generalitat, y Josep Tarradellas fue confirmado en su cargo. En el País Vasco, se puso en marcha un gobierno preautonómico presidido por el socialista Ramón Rubial, líder del partido más votado en las elecciones generales de 1977 en la región. En abril de 1979 se convocaron las primeras elecciones municipales democráticas, en las grandes ciudades. El triunfo fue para la izquierda.
Los problemas principales de Suárez venían de su propio partido. La UCD era una formación muy poco cohesionada y sin una dirección efectiva; los enfrentamientos y rivalidades eran frecuentes. El presidente veía cómo sus apoyos se reducían.
En marzo de 1980 se celebraron las primeras elecciones autonómicas en Cataluña y en el País Vasco, que dieron el triunfo a los nacionalistas: Convergència i Unió, con Jordi Pujol a la cabeza, y Partido Nacionalista Vasco. Estos resultados no hicieron sino aumentar las tensiones en el interior de la UCD.
La oposición crecía y en mayo de 1980, Felipe González presentó una moción de censura contra el gobierno de Suárez. Aunque venció el presidente, la figura del líder socialista salió reforzada y se convertía en un candidato creíble.
Suárez dimitió el 29 de enero de 1981. El Rey designó a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la presidencia. La investidura como presidente del gobierno quedó fijada para el 23 de febrero.
El Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981
En un ejército, la mayoría de cuyos mandos tenía formación franquista, la situación era tensa, y esa tensión aumentaba ante la actividad de ETA. La ultraderecha, varios sectores militares y grupos reaccionarios pedían abiertamente una insurrección. El momento se presentó el día en que Leopoldo Calvo Sotelo iba a ser investido presidente. Dirigieron el pronunciamiento: el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero; el teniente general Jaime Milans del Bosch y el general de división Alfonso Armada.
A las 18:00, Tejero con un grupo de guardias civiles entraba a tiros en el Congreso, secuestrando a los diputados y anunciando la comparecencia de una autoridad militar.
Milans del Bosch sacó los tanques en Valencia y publicó un bando similar al de Mola en 1936. La operación descansaba en la ocupación de Madrid y el apoyo del Rey.
El jefe de la citada división se puso en contacto con la Zarzuela y le informó de que el Rey no apoyaba a los golpistas. La tarde se desarrolló entre las negativas de varios mandos militares y los contactos de don Juan Carlos con todas las autoridades militares, dando órdenes estrictas de defender la legalidad democrática.
Hacia la una de la madrugada, el Rey se dirigió al país con uniforme de capitán general.
El golpe fracasó, pero demostró la fragilidad que aún tenía la democracia en España.
Gobierno de Calvo Sotelo (1981-1982)
El 24 de febrero, Calvo Sotelo fue nombrado presidente. Su gobierno duraría año y medio, y estuvo presidido por las tensiones internas en el seno de la UCD.
En su etapa de gobierno tuvo lugar la aprobación de muchos de los estatutos de autonomía. En este periodo se produjo también una continua transferencia de competencias del gobierno central a las comunidades autónomas. Destacó la colaboración de los partidos nacionalistas con el gobierno, lo que apoyó a un gobierno débil.
Desde el punto de vista social, destacó el escándalo del «aceite de colza». También en 1981 tuvo lugar la aparición del SIDA. Con la ley del divorcio, el gobierno se ganó la crítica de la Iglesia.
Una de las últimas medidas de Calvo Sotelo fue la tramitación del ingreso de España en la OTAN. La medida fue masivamente criticada por la izquierda.
No solo la UCD tenía problemas; en la izquierda, el PCE sufría una aguda crisis. El PSOE asistía al reforzamiento del liderazgo de Felipe González y una mayor moderación en su ideario, lo que le hizo abandonar posturas radicales.
Calvo Sotelo convocó elecciones anticipadas para el 28 de octubre de 1982, que pondrían fin a la etapa centrista e inaugurarían la etapa de gobiernos socialistas, que estarían en el poder hasta 1996.
La Era Socialista: Modernización e Integración Europea (1982-1996)
Primer Gobierno Socialista (1982-1986)
Durante esta primera legislatura, el Gobierno enfrentó una difícil situación económica y aprobó un plan de estabilización económica. Esto implicó el cierre de industrias entre 1982 y 1985, un proceso necesario para la entrada en la CEE y diseñado por el ministro Carlos Solchaga, buscando reestructurar sectores en crisis como el textil, naval, minero y siderúrgico. Estas medidas generaron desconcierto en los sindicatos (UGT y CCOO) debido al aumento del desempleo, pero contribuyeron a sanear la economía española. El Gobierno también enfrentó una fuerte campaña terrorista de ETA y reformó el Ejército para evitar golpes de Estado. Se implementaron medidas sociales importantes, como la Ley de Reforma Universitaria (LRU) y la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE). Además, se expropió el grupo Rumasa por razones de utilidad pública. Al final de la legislatura, Felipe González cambió su postura sobre la OTAN y defendió la permanencia, destacando en el referéndum su liderazgo en España.
En estos años, se diseñó el mapa autonómico español con la aprobación de varios estatutos de autonomía, incluyendo los de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Canarias, Comunidad Valenciana, Aragón, Murcia, La Rioja, Extremadura, Baleares y Madrid.
Adhesión a la CEE
La adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (CEE) se hizo realidad tras el desarrollo de la democracia. En 1977, Suárez solicitó el ingreso en la CEE y comenzaron las negociaciones en 1979, aunque en 1982 estaban paralizadas. Los socialistas trabajaron para mejorar las relaciones con países comunitarios. El 12 de junio de 1985, España firmó el Tratado de Adhesión a la CEE, ratificado sin votos en contra, y el 1 de enero de 1986 España se unió a la Europa de los Doce.
Segunda Legislatura Socialista (1986-1989)
La segunda legislatura socialista (1986-1989) comenzó tras la victoria del PSOE en las elecciones de 1986, lo que provocó una crisis entre sus opositores AP y PCE. Parte del PCE se unió con grupos menores para formar Izquierda Unida (IU), mientras que en Cataluña surgió Iniciativa per Catalunya. Manuel Fraga renunció a la presidencia de AP en 1986 y fue sucedido por Antonio Hernández Mancha en 1987. Este periodo se caracterizó por un fuerte desarrollo económico, impulsado por inversiones en infraestructura de la CEE y una expansión de servicios educativos y sanitarios. Sin embargo, las medidas del gobierno aumentaron las diferencias sociales, lo que llevó a una huelga general el 14 de diciembre de 1988.
También se firmaron los Pactos de Madrid y Ajuria Enea para combatir el terrorismo de ETA. El PSOE ganó nuevamente por mayoría absoluta, pero con menos votos, debido a críticas de los sindicatos UGT y CCOO por su política liberal. AP tuvo problemas internos y en 1989 nació el Partido Popular (PP).
Tercera Legislatura Socialista (1989-1993)
En esta tercera legislatura, España organizó los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla en 1992, mostrando una imagen moderna del país, muy diferente a la de la España franquista. Sin embargo, la recesión económica mundial de principios de los noventa generó una crisis, aumentando la inflación y el desempleo. Para enfrentar el gasto público, los socialistas subieron notablemente los impuestos, lo que provocó protestas sociales. La LOGSE de 1990, que buscaba modernizar la educación en España, fue criticada y contribuyó a la disminución de votos para el PSOE en las elecciones siguientes. La crisis económica también llevó a escándalos de corrupción, como los casos de Luis Roldán, Juan Guerra, Filesa y Mariano Rubio. Además, el escándalo de los GAL, que implicó una ‘guerra sucia’ contra ETA, fue utilizado por el PP e IU para oponerse al PSOE. En política exterior, España participó en la Guerra del Golfo y en la Guerra de Bosnia.
Cuarta Legislatura Socialista (1993-1996)
El PSOE ganó de nuevo en la cuarta legislatura (1993-1996), pero sin mayoría absoluta. Necesitó apoyo de CiU, PNV y Coalición Canaria, debido a los casos de corrupción, las críticas sociales, el aumento de impuestos y la oposición del PP e IU. El Gobierno enfocó sus esfuerzos en la crisis económica y pactó con CiU una política de rigor presupuestario. Felipe González convocó elecciones generales anticipadas tras no recibir apoyo para los presupuestos.
Los Gobiernos del Partido Popular (1996-2004)
Gobiernos de José María Aznar (1996-2004)
Los gobiernos del PP de Aznar (1996-2004) enfrentaron desafíos para lograr mayoría absoluta, lo que les llevó a pactos con nacionalistas y regionalistas. El PP confirmó su giro al centro-derecha con victorias en elecciones regionales y municipales. Tras el fin del ciclo socialista bajo Felipe González, Aznar implementó medidas autonómicas y un extenso programa de privatización de grandes empresas, siguiendo una ideología liberal y buscando cumplir los criterios de Maastricht para ingresar en la Eurozona. A pesar de algunas críticas, la economía se reactivó y el desempleo disminuyó, lo que ayudó a cumplir con los acuerdos de Maastricht en 1999.
El terrorismo de ETA intensificó su violencia, destacando el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco en 1997, lo que unió a las fuerzas políticas contra ETA. El Pacto de Lizarra-Estella en 1998 buscó terminar con la situación, pero las negociaciones con ETA no prosperaron, y la tregua se rompió en 1999. La política exterior se basó en la integración militar en la OTAN y la participación en la Guerra de Kosovo. Un gran problema fue la llegada de inmigrantes, muchos de los cuales murieron al intentar cruzar el Estrecho de Gibraltar.
Las elecciones de 2000 resultaron en mayoría absoluta para el PP, que giró al centro y confió en la economía para consolidar su poder. Felipe González no continuó en la dirección del PSOE, siendo Joaquín Almunia su sucesor. Las reformas en educación y el ámbito laboral causaron protestas sociales, y las relaciones con el PNV se volvieron tensas. El euro comenzó a circular el 1 de enero de 2002, pero se generaron tensiones sociales por la catástrofe del Prestige y el apoyo a la intervención de EE. UU. en Irak, lo que deterioró la relación de España con Europa Occidental. La falta de diálogo ante las protestas y una serie de crisis llevaron a un declive en el apoyo al gobierno de Aznar y el PP.
El PSOE comenzó un proceso de reestructuración y eligió a José Luis Rodríguez Zapatero como nuevo líder. En las elecciones del 14 de marzo de 2004, tras los atentados terroristas en Madrid el 11 de marzo, Zapatero ganó las elecciones con 164 diputados.
Los Gobiernos Socialistas de Zapatero (2004-2011)
Primera Legislatura de Zapatero (2004-2008)
Los gobiernos del PSOE (2004-2011) se dividen en dos legislaturas. En la primera (2004-2008), José Luis Rodríguez Zapatero retiró las tropas de Irak el 18 de abril de 2004 y derogó el trasvase del Ebro en junio. Implementó medidas sociales como la regularización de 580.000 inmigrantes, la reforma de la ley del divorcio y la ley del matrimonio homosexual en 2005. También se aprobó la primera ley antitabaco en 2006. Hubo una tregua con ETA, pero fue interrumpida por un atentado en diciembre de 2006. En este periodo también se introdujo el carnet de conducir por puntos y una nueva ley de educación. Finalmente, la legislatura terminó en un contexto de incertidumbre económica ante el inicio de una crisis.