Teatro e Historiografía en la Literatura Romana Clásica


El Teatro Romano

El teatro romano, influenciado por el teatro griego tras la conquista de ciudades del sur de Italia, comenzó como una celebración cultural y evolucionó hacia el entretenimiento popular, con una clara preferencia por la comedia sobre la tragedia. Esto se debe a la tradición etrusca de espectáculos cómicos con mimos, burlas y cánticos. Los actores eran siempre hombres, que representaban varios papeles sin usar máscaras, a diferencia de los actores griegos. Al principio, los teatros eran estructuras provisionales; A partir del siglo I a. C., los romanos construyeron edificios permanentes de piedra, eliminando el coro y usando decorados fijos que simulaban fachadas urbanas. La comedia más popular fue la fabula palliata, de origen y ambientación griega (como las de Plauto y Terencio), mientras que la fabula togata, de temas romanos, tuvo poco éxito. A menudo se adaptaban obras griegas mediante un recurso llamado contaminatio, que mezclaba tramas.

Autores Destacados del Teatro Romano

Plauto era del gusto popular, mientras que Terencio fue valorado en círculos cultos. En la tragedia destacó Séneca, cuyos textos, influenciados por Eurípides, estaban pensados para la lectura, con estilo retórico, análisis psicológico profundo y marcado fatalismo estoico.

Plauto vivió en una época convulsa marcada por las Guerras Púnicas y la expansión romana en Grecia y Oriente, dentro de una sociedad rígidamente jerarquizada. Mientras otros autores cultivaban la épica o la tragedia, como Ennio, Plauto se centró exclusivamente en la comedia, destacando por su talento más que por una tradición teatral consolidada. Se sabe poco de su vida con certeza. Según la tradición, nació en Umbría, se trasladó joven a Roma, trabajó en compañías teatrales y más tarde en la navegación, hasta caer en la ruina y trabajar en un molino, donde ideó muchas de sus obras. Alcanzó fama y murió rico hacia el 184 a. C.

Plauto escribió comedias palliatae, con ambientación griega y personajes-tipo sin profundidad psicológica (soldados, cortesanas, comerciantes, etc.). Utilizaba argumentos simples, con enredos, diálogos coloquiales, humor obsceno, ruptura de la cuarta pared, y una puesta en escena muy dinámica con canciones, bailes y gestos expresivos. Aunque basadas en modelos griegos, sus obras los adaptaban libremente mediante la contaminatio, incorporando elementos cómicos típicamente romanos. Su objetivo principal era divertir, incluso a costa de la coherencia argumental. Entre sus comedias más famosas están El anfitrión, Aulularia, Asinaria y El fantasma, influenciando a autores posteriores como Molière.

La Historiografía Romana

La historiografía como relato racional y analítico de hechos del pasado surgió en Grecia en el siglo V a. C. con Heródoto y Tucídides. Esta visión fue introducida en Roma por el griego Polibio en el siglo II a. C., quien transmitió la idea de que el historiador debía explicar las causas de los hechos. Sin embargo, los romanos se interesaban más por el propósito práctico del pasado que por sus causas profundas.

Los primeros historiadores romanos, llamados analistas, escribían en griego y seguían una cronología anual (Annales). Catón el Viejo fue el primero en escribir historia en latín, lo que marcó una transición hacia una historiografía más romanizada. En el siglo I a. C., surgen nuevas formas como las monografías históricas, escritas por César y Salustio, centradas en episodios concretos, y las biografías, como las de Cornelio Nepote.

En el Imperio, Tito Livio escribió una historia general de Roma para exaltar su destino grandioso y glorificar la era de Augusto. Más tarde, Tácito aportó un estilo más literario y crítico, con una visión dramática y estética del pasado.

Julio César: Historiador y Político

Narrar la vida de Julio César es relatar la historia de una época marcada por la crisis de la República y la transición hacia un poder personal. Fue una figura clave tanto política como literaria, desempeñando todas las magistraturas y alcanzando el cargo de pontífice máximo. César fue un excelente orador y escritor.

Sus dos obras más importantes, La Guerra de las Galias y La Guerra Civil, reflejan su trayectoria política y militar. Ambas forman parte de sus Commentarii Rerum Gestarum y, aunque escritas en forma de informes militares, tenían fines políticos: influir en la opinión pública.

La Guerra de las Galias (siete libros de César y uno añadido) narra año por año su conquista de la Galia, incluyendo campañas contra belgas, germanos, y la rebelión dirigida por Vercingetórix.

La Guerra Civil (tres libros) relata su conflicto con Pompeyo: el cruce del Rubicón, batallas clave como Farsalia, y la huida y asesinato de Pompeyo en Egipto.

Estilísticamente, según Cicerón, su prosa era clara, elegante y sobria. Usaba el estilo indirecto y hablaba de sí mismo en tercera persona para lograr un efecto de objetividad. Su lenguaje es preciso, directo y persuasivo, reflejando su carácter decidido y su influencia histórica y literaria.

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