Orígenes y Estallido de la Segunda Guerra Mundial
El Clima de Tensión en la Europa de los Años 30
Entre 1933 y 1939, una serie de acciones expansionistas marcaron los pasos que condujeron al mundo a la Segunda Guerra Mundial. Estas actuaciones encontraron una débil oposición de las democracias occidentales, lo que animó aún más a los países agresores. La humillación de Alemania en el Tratado de Versalles y la frustración de Italia explican el ambiente que había en ambos países en los años 30. Las políticas agresivas de nazis y fascistas se basaron en el deseo de modificar a su favor la situación heredada de 1919. Además, hay que tener en cuenta la política indecisa que mantuvieron Francia y Reino Unido al no frenarlos y la debilidad de la Sociedad de Naciones (SN), incapaz de oponerse con eficacia a estos hechos.
La Expansión Japonesa y la Agresión Alemana
El primer acontecimiento del nuevo ambiente bélico fue la invasión de China por Japón, que en 1933 abandonó la SN. La política exterior nazi tuvo como primer objetivo la revisión del Tratado de Versalles, llevando a cabo una hábil política de agresiones y apaciguamientos que le permitió llevar a cabo su expansión territorial. En 1933, Alemania abandonó la SN; en 1935, anunció el restablecimiento del servicio militar obligatorio; y en 1936, llevó a cabo la remilitarización de Renania. Francia se planteó emprender acciones militares, pero Reino Unido no la apoyó.
La Formación del Eje y la Política de Apaciguamiento
En la Italia fascista se seguía una política parecida: entre 1935 y 1936, las ansias imperiales se cumplieron con la anexión de Etiopía, lo que provocó el acercamiento de Italia y Alemania. La solidaridad de los dos estados fascistas se consolidó con la firma de un tratado de amistad en 1936, el Eje Roma-Berlín. En noviembre, Alemania firmó con Japón el pacto Anti-Komintern, dirigido hacia la URSS, al que Italia se adhirió un año después.
Desde 1937 hasta 1939, Alemania llevó a cabo la ampliación de sus fronteras por la fuerza, comenzando con la proclamación del Anschluss o invasión de Austria y siguiendo con la incorporación de la región de los Sudetes. Las democracias occidentales propusieron una conferencia, la Conferencia de Múnich, para tratar la cuestión a instancias de Mussolini en 1938, y finalmente la guerra logró evitarse. Alemania continuó con la invasión de Checoslovaquia en 1939 y la división del país en: Bohemia y Moravia como protectorados de Alemania, y Eslovaquia como país satélite de esta, consiguiendo lo que Hitler nombró “espacio vital”.
La Invasión de Polonia y el Inicio del Conflicto
Pero Hitler todavía quería la incorporación de Polonia, a la cual, tras unas duras agresiones por parte de la prensa germana, Francia y Reino Unido garantizaron su seguridad. En esos momentos, Alemania firmó el tratado de no agresión con la URSS, donde se estableció la división de Polonia por la mitad para ambos países. Fue el 1 de septiembre de 1939, con la invasión de Polonia, cuando Reino Unido y Francia le declararon la guerra a Alemania. Así, se puso en marcha el sistema de alianzas: las potencias del Eje (Japón, Alemania e Italia) y los Aliados, liderados por Francia y Reino Unido en los comienzos de la guerra. La invasión de Polonia puso de manifiesto la potencia del ejército alemán; la URSS, cumpliendo con su parte del pacto, invadió la parte oriental.
El Desarrollo de la Guerra: Frentes y Batallas Clave
La Blitzkrieg y la Caída de Francia (1940)
En abril de 1940, Alemania ocupó Dinamarca y Noruega, y en mayo se centró en atacar a Francia, la cual había adoptado un sistema de defensa semejante al de la Primera Guerra Mundial, la Línea Maginot, que se interrumpía en la frontera belga. Al igual que entonces, Alemania atacó por su retaguardia, entrando por Bélgica y los Países Bajos, que eran neutrales. Las fuerzas francesas y británicas, sorprendidas por la espalda, fueron incapaces de hacer frente a la invasión y emprendieron la retirada. En menos de un mes, Francia fue vencida. Los británicos pudieron salvar a gran parte de su ejército mediante la evacuación en Dunkerque. Italia entró en la contienda en 1940.
La derrota militar en Francia provocó el surgimiento de un nuevo gobierno dirigido por el mariscal Pétain, que solicitó un armisticio a Alemania. Así, Francia quedó dividida en dos: el norte, dirigido por los alemanes, y el sur, en manos de Pétain, llamado Régimen de Vichy, que era colaboracionista de los nazis. Contrario a esta política, surgió el general De Gaulle, que lideraba la resistencia del país desde Londres.
La Batalla de Inglaterra y la Expansión en África
En el verano de 1940, Alemania parecía invencible y Hitler se centró ahora en la invasión de Gran Bretaña, la Operación León Marino, donde la Luftwaffe intentó destruir su capacidad defensiva desde el aire bombardeando a gran escala objetivos importantes en las islas. Pero la aviación británica acabó derrotando a la alemana, lo que frustró la invasión del país. Otros éxitos alemanes, conseguidos a principios de 1941, pudieron ocultar el fracaso de esta operación, como la derrota inglesa en el norte de África por el Afrika Korps o la invasión de Yugoslavia y Grecia.
La Invasión de la Unión Soviética (Operación Barbarroja)
En su deseo de dominar toda Europa y ante la imposibilidad de ocupar Gran Bretaña, Hitler decidió dirigirse hacia el este, atacando la URSS en junio de 1941 sin previa declaración de guerra. Durante seis meses, obtuvo grandes victorias, desarrollando una guerra relámpago (Blitzkrieg) consistente en grandes ofensivas simultáneas con bombardeos aéreos masivos, que preparaban la penetración rápida de las fuerzas motorizadas y acorazadas por tierra. Pero los soviéticos no se rindieron a pesar de las enormes pérdidas. Los alemanes alcanzaron Leningrado y sometieron la ciudad a un asedio; por el sur, ocuparon Ucrania; y por el centro, llegaron a las puertas de Moscú, donde centraron todas sus fuerzas en octubre, pero la defensa resistió y contraatacaron con tropas siberianas. La llegada del invierno ruso puso al ejército alemán ante las enormes dificultades de sobrevivir y tuvo que retroceder. Esta fue la primera derrota terrestre de los alemanes, comparable a la sufrida en la Batalla de Inglaterra.
El Frente del Pacífico y la Entrada de Estados Unidos
Por otro lado, desde principios del siglo XX, Japón impulsó una política de expansión imperialista y Estados Unidos vio una amenaza a su posición de dominio en el Pacífico. El 7 de diciembre de 1941, la aviación japonesa atacó Pearl Harbor, principal base estadounidense en el Pacífico central, y una parte importante de su flota quedó dañada o destruida, lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra contra el Eje. Esto supuso un cambio decisivo para el desarrollo de la contienda y, desde entonces, los tres dirigentes aliados acordaron coordinar sus acciones frente al enemigo común.
En los meses que siguieron a Pearl Harbor, los japoneses lograron apoderarse del sudeste asiático, pero a partir de 1942, los estadounidenses tomaron la iniciativa en un largo proceso de recuperación, a través de las victorias aliadas en el Mar del Coral y Midway, que supusieron el retroceso japonés. Incapaces de resistir, los japoneses recurrieron a los kamikazes o pilotos suicidas, y siguieron ofreciendo una feroz resistencia.
El Punto de Inflexión y la Contraofensiva Aliada (1942-1944)
Las Victorias Aliadas en Stalingrado, El Alamein y Midway
Las derrotas del Eje en El Alamein, Stalingrado y Midway marcaron la retirada de los ejércitos fascistas en todos los frentes. Entre 1942 y 1943 se produjo un cambio en el signo de la guerra. Hitler intentó lograr la victoria definitiva durante la segunda mitad de 1942 lanzando dos grandes ofensivas: una en el sur de la URSS con el fin de apoderarse de la zona del Cáucaso, donde los alemanes fueron derrotados en la Batalla de Stalingrado; y otra donde el Afrika Korps de Rommel intentó apoderarse del canal de Suez, siendo derrotados en la Batalla de El Alamein por el general Montgomery cerca de Egipto.
Las potencias del Eje combatieron desesperadamente durante dos años más, a pesar de las continuas derrotas. Los alemanes lanzaron su último ataque contra la URSS en el verano de 1943 en la Batalla de Kursk, la mayor batalla de carros de combate de la historia, y fueron derrotados, favoreciendo la contraofensiva y la expulsión de los alemanes.
La Liberación de Italia y el Desembarco de Normandía
En mayo de 1943, alemanes e italianos se rindieron en Túnez y África quedó en manos de los Aliados, quienes invadieron el sur de Italia desde allí y apresaron a Mussolini. Pero los alemanes hicieron frente a la situación y dividieron el país en una zona de gobierno proaliado y la República de Saló, dirigida por Mussolini, que fue liberado por las SS alemanas.
Con el fin de abrir un gran frente occidental, los Aliados planearon el gran desembarco en el norte de Francia el 6 de junio de 1944, el llamado Día D o Desembarco de Normandía. A partir de aquí, los alemanes tuvieron que defenderse en dos grandes frentes. París fue liberado el 26 de agosto y Francia entera a finales de 1944. Además, desde 1942, bombardeos aéreos habían destruido una gran parte de las ciudades y zonas industriales alemanas.
El Fin de la Guerra y la Rendición de las Potencias del Eje (1945)
La Caída de Berlín y la Capitulación Alemana
No fue hasta la Batalla de Berlín, librada entre alemanes y soviéticos en mayo de 1945, cuando se acabó con la resistencia nazi. Esto supuso el suicidio de Hitler y la capitulación de su sucesor, Dönitz, el 7 de mayo. Días antes, Mussolini fue apresado y ejecutado en el norte de Italia.
Las Bombas Atómicas y la Rendición de Japón
Por último, para evitar las grandes pérdidas que hubiera supuesto la invasión de Japón, Estados Unidos recurrió a los lanzamientos de dos bombas atómicas en Hiroshima el 6 y en Nagasaki el 9 de agosto, hecho que provocó la capitulación de este país el 2 de septiembre. La Segunda Guerra Mundial había concluido.
Consecuencias Globales de la Segunda Guerra Mundial
Reconfiguración Geopolítica y Conferencias Aliadas
Los Aliados celebraron varias conferencias para coordinar sus actuaciones militares y definir el mapa de Europa: la Conferencia de Yalta para decidir sobre el futuro de Alemania y la de Potsdam, en la que surgieron ya claras diferencias entre los Aliados occidentales y los soviéticos.
Impacto Demográfico y Territorial
La Segunda Guerra Mundial fue especialmente cruel y despiadada, y sus consecuencias afectaron a millones de civiles. Demográficamente, se calcula que murieron más de 50 millones de personas y se produjo el desplazamiento forzoso de más de 20 millones. Los efectos territoriales fueron de menor importancia en Europa, donde se trasladaron las fronteras de la URSS y Polonia a costa de Alemania. Japón volvió a los límites anteriores a su expansión por el Pacífico. Austria volvió a ser independiente en 1955 y Alemania quedó dividida en cuatro partes, al igual que Berlín.
Repercusiones Económicas y Avances Tecnológicos
Económicamente, gran parte del mundo se encontraba arruinado, sobre todo Europa, en la cual los países recibieron ayuda de Estados Unidos y la URSS. Una contienda tan colosal requirió un gigantesco esfuerzo económico, en cuyo desarrollo se debe tener en cuenta la superioridad productiva industrial y agrícola de Estados Unidos y del Imperio Británico sobre los países del Eje. La movilidad de los hombres jóvenes para el ejército y el aumento de la producción armamentística provocaron una escasez de mano de obra en todos los países participantes. Alemania usó a prisioneros y los Aliados utilizaron la mano de obra femenina y los jóvenes. Las necesidades generadas por los ejércitos abocaron a los contendientes a la intervención de los gobiernos en la economía.
Además, impulsó importantes novedades tecnológicas: producción a gran escala de penicilina y nuevas fibras textiles, ordenadores, la energía nuclear y el uso de aviones cada vez más veloces, al igual que misiles antiaéreos y portaaviones. Aunque el más importante fue el uso de la bomba atómica.
El Horror del Holocausto y la Resistencia
Las derrotas de las potencias democráticas y de sus imperios coloniales marcaron el comienzo de lo que llamaron el “nuevo orden” y se acompañaron del uso de métodos crueles e inhumanos, como el racismo que ejercían los nazis hacia los judíos principalmente y la ideología de la supremacía de la raza aria, y su “espacio vital”. En 1941, Hitler llevó a cabo el genocidio, conocido como Holocausto, de la población judía en la Europa ocupada a través de los numerosos campos de exterminio, como el de Auschwitz o Treblinka, y la adaptación de brutales represalias contra cualquier resistencia en las poblaciones conquistadas. Los éxitos alemanes durante la primera mitad de la guerra en los países ocupados propiciaron la aparición de grupos que les apoyaron, los colaboracionistas, frente a la resistencia que se alzó en la URSS y en Francia, que reforzaron el nacionalismo y la hostilidad contra los alemanes.
El Nuevo Orden Mundial y la Creación de las Naciones Unidas
La última consecuencia y una de las más importantes fue la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en octubre de 1945. Entre sus principales finalidades se encuentra la cooperación de los países miembros para resolver problemas internacionales, el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los pueblos de la Tierra y la promoción de las relaciones de amistad entre las distintas naciones del mundo. Desde 1952, la ONU tiene su sede en la ciudad de Nueva York. La ONU es la institución internacional más importante desde mediados del siglo XX. Su precursora fue la Sociedad de Naciones (SN), surgida tras la Primera Guerra Mundial, cuya actuación fue bastante más limitada. Se compone de una Asamblea General, una Secretaría General, un Consejo de Seguridad, un Consejo Económico y Social, y un Tribunal Internacional de Justicia.