Conceptos Fundamentales en Historia Económica
Analogía Histórica y Contrafactual
Analogía
Una analogía es un razonamiento que se utiliza para comparar dos elementos distintos con el fin de resaltar sus similitudes en algún aspecto y facilitar la comprensión de un concepto, a pesar de sus diferencias. Se basa en establecer una relación de semejanza entre elementos de dos conjuntos distintos.
Las analogías son útiles porque simplifican conceptos complejos al compararlos con ideas más accesibles. Contribuyen a clarificar estas ideas y a transmitir información de manera más accesible y eficiente. Son especialmente útiles en el estudio de la historia económica, ya que permiten comparar sucesos de diferentes épocas para comprender las causas subyacentes de situaciones como las crisis.
Contrafactual
Un contrafactual es una suposición hipotética sobre lo que habría ocurrido en el pasado si ciertas condiciones o eventos hubieran sido distintos. Es una herramienta habitual en la investigación histórica y económica que responde a la pregunta: ¿Qué habría pasado si…? Un ejemplo podría ser: «¿Qué habría pasado si Napoleón no hubiera invadido Rusia en 1812?» Ayuda a explorar diferentes escenarios y a evaluar cómo los cambios hipotéticos podrían haber afectado los resultados históricos.
Sistemas Económicos: Tradición, Mandato y Mercado
Un sistema económico se define como el modo de organizar las actividades económicas de producción y de especificar su distribución, según diferentes mecanismos de coordinación y regulación. Los tres sistemas económicos principales son:
- Sistema de Tradición: Es el más longevo. La «costumbre» es el mecanismo que impulsa a los individuos a tomar decisiones y seguir las directrices económicas de sus antepasados.
- Sistema de Mandato: Una «autoridad» central toma y dicta las decisiones, y los individuos se limitan a ejecutarlas.
- Sistema de Mercado: El mecanismo de los precios coordina las decisiones descentralizadas. Este sistema permite que las decisiones individuales y libres no afecten negativamente las de otros agentes. Para alcanzar la sincronización de intereses y la armonía natural (la «mano invisible»), los agentes deben cumplir dos reglas:
- No aceptar una autoridad impuesta externamente.
- Actuar conforme al principio de máxima ganancia monetaria.
Evolución Productiva y Transformaciones Industriales
Producción Preindustrial y Revolución Agrícola
Limitantes y Soluciones en la Producción Preindustrial
Los limitantes o cuellos de botella en la producción preindustrial incluían:
- La escasa variedad de tipos de producción.
- La influencia de agentes como los gremios o los monopolios.
- La tecnología limitada y rudimentaria, que restringía la eficiencia y la producción.
- La falta de mano de obra.
- Los recursos naturales escasos, debido a una gestión ineficiente de las materias primas y un transporte costoso.
La solución a estos desafíos implicó:
- Un cambio técnico en las formas de producción.
- Una mayor división del trabajo para incrementar la coordinación y la productividad, impulsada por la necesidad de un mercado más amplio.
- Cambios clave en la localización de la producción (proto-fábricas), como las manufacturas reales o la protoindustrialización del taller doméstico.
- Cambios en la organización de la producción con la aparición del empresario capitalista, el proletariado y, posteriormente, la Fábrica.
El Papel de la Agricultura en la Industrialización
La agricultura desempeñó un papel fundamental en la Revolución Industrial en Gran Bretaña (1750-1850), cumpliendo varias funciones importantes:
- En primer lugar, se encargó de alimentar a una población en constante crecimiento.
- Además, incrementó la demanda y el volumen del mercado.
- Permitió acumular capital para otros sectores.
- Por último, gran parte de la población migró del campo a la ciudad debido a los grandes avances técnicos y la mecanización, que redujeron la necesidad de mano de obra agrícola.
La Revolución Agrícola logró incrementar la productividad en el campo y diversificar la producción de alimentos. En resumen, la industrialización solo fue posible gracias a un aumento sostenido de la productividad agrícola.
El Mercantilismo: Riqueza y Control Comercial
El mercantilismo fue una teoría económica predominante en Europa entre los siglos XVI y XVIII. Se basaba en la idea de que la riqueza de un país se medía por la cantidad de oro y plata que poseía. Para aumentar esta riqueza, los países debían exportar más de lo que importaban, es decir, vender más bienes a otros países de los que compraban.
Principales Ideas del Mercantilismo:
- Acumulación de Metales Preciosos: Los países buscaban grandes reservas de oro y plata, considerándolas sinónimo de riqueza y poder.
- Control del Comercio: Los gobiernos imponían regulaciones estrictas para asegurar un superávit comercial (más exportaciones que importaciones). Esto incluía altos aranceles a los productos importados.
- Colonias: Se establecían colonias para obtener materias primas baratas y asegurar mercados para los productos manufacturados.
- Intervención del Gobierno: El Estado desempeñaba un papel activo en la economía, apoyando industrias nacionales, estableciendo monopolios y controlando la producción y el comercio.
La Primera Industrialización: Origen y Transformación
La Primera Industrialización se originó en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII y concluyó a mediados del siglo XIX. Representa, posiblemente, el cambio productivo más importante en la historia de la humanidad. Fue una alteración sustancial de los modos de producción anteriores, permitiendo un incremento exponencial de la producción y la productividad, además de una disminución de los costes de producción. Según el historiador y economista estadounidense David Landes, la Revolución Industrial es un complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la habilidad humana por maquinaria y la fuerza humana y animal por energía mecánica, hizo posible el paso de la producción artesanal a la fabril.
La industrialización transformó las relaciones de producción a nivel global, dando origen a la fábrica y a la clase obrera. Ocasionó un éxodo rural masivo hacia las ciudades, lo que provocó un enorme crecimiento urbano. Además, marcó el fin de la sociedad feudal y el surgimiento de la sociedad moderna. Introdujo la máquina como herramienta de trabajo, permitió el aumento de la producción mundial, inaugurando la futura sociedad de consumo, y dio origen a la explotación intensiva de numerosos recursos naturales, especialmente los fósiles (carbón, gas, petróleo), ya que la necesidad energética de la sociedad industrial no dejó de crecer.
Cambio Tecnológico y el Surgimiento de la Fábrica
Impacto del Cambio Tecnológico
El cambio tecnológico fue fundamental en la Revolución Industrial en Gran Bretaña. Junto con el crecimiento del mercado y la Revolución Agrícola, constituyó un requisito clave para el proceso de industrialización. El gran avance tecnológico y el invento más importante de la Revolución Industrial fue la máquina de vapor (James Watt, 1769), que permitió el desarrollo del transporte. Facilitó el transporte de mercancías y personas a una escala hasta entonces desconocida y posibilitó el desarrollo de motores en fábricas con dimensiones y potencias sin precedentes. Además de la máquina de vapor, se desarrollaron otros inventos importantes como la «Jenny» (hiladora) y el ferrocarril, que fue la aplicación más significativa de la máquina de vapor al transporte, impulsando el comercio y el intercambio económico. Algunos de los factores que incentivaron y posibilitaron este cambio tecnológico fueron el precio asequible de la energía y unos salarios elevados.
La Fábrica y la División del Trabajo
La fábrica se define como la concentración de trabajadores en un mismo lugar. Surgieron a finales del siglo XVIII y se extendieron progresivamente por el continente europeo. Influyó en la forma de producir y en las relaciones laborales. Redujo los costes fijos, impulsó la especialización del trabajo y separó la unidad de producción de la de consumo. Según un ejemplo de Adam Smith (la fábrica de alfileres), en una fábrica, al descomponer la producción con 10 trabajadores especializados, se podían producir 48.000 alfileres al día, mientras que 10 trabajadores por separado no producirían más de 200 alfileres diarios. En definitiva, la fábrica acelera la división del trabajo. La división técnica del trabajo consiste en dividir la elaboración de un producto en varias operaciones o fases separadas, realizadas por distintos trabajadores. La separación de las tareas permite:
- Reducir los tiempos muertos.
- Fomentar la mecanización de la producción.
- Desposeer al trabajador de poder productivo.
Dinámicas Económicas Globales y Crisis del Siglo XX
El Climaterio Británico: Declive de una Potencia
Se conoce como Climaterio Británico al período que marca el fin de la etapa de Inglaterra como primera potencia económica mundial. El Climaterio Británico se sitúa a partir de 1870, ya que para 1880 Estados Unidos ya superaba a Gran Bretaña en producción industrial, y a partir de 1900 sería superada por muchos países europeos. A partir de 1880, Estados Unidos superó a Gran Bretaña en PIB. Si bien el PIB británico continuó creciendo, su tasa de crecimiento fue menor, no descendió ni se estancó. El PIB estadounidense adquirió una pendiente pronunciada, y fue a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando Estados Unidos se consolidó como líder indiscutible. Estas son algunas de las causas que explican este proceso:
- La industria británica tendió a buscar nuevos mercados para sus productos tradicionales, en lugar de innovar en nuevos productos y procesos.
- El esfuerzo inversor interno se redujo, mientras aumentaba la exportación de capital hacia otros países.
- El crecimiento de la productividad británica se desaceleró. Gran Bretaña siguió siendo una potencia económica mundial, pero perdió terreno frente a sus competidores.
- A esto se sumó una escasa participación del Estado en la economía y un mercado interno más pequeño en comparación con el estadounidense.
Estados Unidos y la Segunda Revolución Industrial
Entre 1870 y 1914 tuvo lugar la Segunda Revolución Industrial, un período en el que surgieron nuevos competidores y mercados. En cuanto a su impacto en Estados Unidos, podemos señalar algunos factores clave:
- La vitalidad de su mercado interno y la importancia del Estado al implementar una política proteccionista.
- La abundancia de recursos y materias primas, junto con importantes movimientos migratorios, impulsaron significativamente el PIB per cápita durante el siglo XIX, superando el crecimiento de Gran Bretaña.
- La aparición de grandes corporaciones que dominaron diferentes sectores de la economía estadounidense, cuyas actividades y prácticas empresariales tuvieron un impacto significativo en la economía y la sociedad de la época.
- Como últimos factores que explican este gran crecimiento económico, se incluyen la mejora de la productividad del capital y del trabajo, junto con unos salarios elevados.
La Gran Empresa y su Impacto
La gran empresa, concepto desarrollado por Alfred Chandler, se caracterizó por:
- La producción a gran escala y el origen de monopolios y oligopolios (trusts, cárteles, holdings).
- El aumento del tamaño de las empresas para maximizar las economías de escala.
- La separación de la gestión y el control, lo que llevó a la modernización de la gestión empresarial, especialmente en EE. UU., a diferencia de Europa, donde las empresas solían ser de menor tamaño y muchas seguían siendo familiares (Peugeot, Fiat, etc.).
- Una alta intensidad de capital y uso de energía, así como un proceso productivo continuo y rápido.
- Economías de escala: reducción sustancial de los costes unitarios al aumentar la producción.
- Economías de diversificación: posibilidad de producir bienes diferentes en una misma planta y con el mismo equipo humano.
- La integración empresarial, impulsada por la necesidad de integración vertical (hacia atrás y hacia adelante). Más allá de la fábrica, se requería una constante actividad de coordinación entre proveedores, productores y consumidores.
Taylorismo y Fordismo: La Producción en Masa
La Segunda Industrialización se caracterizó por la producción en masa, impulsada por el Taylorismo y el Fordismo.
El Taylorismo se basó en:
- Separación absoluta entre las labores de dirección y ejecución del trabajo.
- La creencia en una única manera óptima de producir (one best way).
- Una «ciencia universal» de la producción, alejada del empirismo y el humanismo.
- La descomposición máxima del proceso de producción en sus elementos básicos (las tareas se definen en términos de movimientos y tiempos).
El Fordismo:
- La cadena de montaje de Ford (1913) materializó las ideas de Taylor.
- Conectó la nueva forma de organizar el trabajo con un nuevo modelo de consumo.
- Generó economías de escala, lo que permitió bajar costes y precios.
- Se aplicó principalmente en empresas de producción continua (alimentos, bebidas, automóviles).
- Basándose en sus principios, se movían las piezas, no los trabajadores, utilizando el principio de fijación y la aritmética de los tiempos.
El Nuevo Imperialismo y la Primera Globalización
El siglo XIX presenció un fenómeno histórico de gran envergadura: el Nuevo Imperialismo. Potencias europeas como Gran Bretaña, Francia y Alemania se embarcaron en una carrera por la expansión territorial y económica, estableciendo colonias en Asia y África. En América Latina, la dinámica fue distinta, predominando un imperialismo informal, basado en la influencia económica y política.
Diversos factores impulsaron este fenómeno:
- La necesidad de nuevos mercados para sus productos manufacturados era imperiosa.
- La búsqueda de materias primas como caucho, petróleo y minerales resultaba crucial para alimentar sus industrias.
- Ideologías de superioridad racial y cultural también jugaron un papel importante, justificando la dominación colonial.
- La presión demográfica en Europa contribuyó, impulsando la migración hacia nuevos territorios.
- En el caso de Gran Bretaña, la Pax Britannica —un período de paz y estabilidad relativa— facilitó su expansión imperial. Su dominio de los mares le permitió controlar las rutas comerciales y proteger sus inversiones en ultramar.
La Primera Globalización Económica se vio impulsada por este Nuevo Imperialismo. El flujo de bienes, capitales y personas se intensificó, conectando las metrópolis europeas con sus colonias y creando una red de interdependencia económica. Sin embargo, este proceso estuvo marcado por la explotación colonial, la desigualdad y la violencia.
Las Consecuencias Económicas de la Paz (1919)
En su obra «Las consecuencias económicas de la Paz» (1919), John Maynard Keynes lanzó una dura crítica al Tratado de Versalles, firmado tras la Primera Guerra Mundial. Consideraba que el tratado era «indignante e imposible» y que solo traería «desgracias». Keynes cuestionaba la imposición de severas reparaciones a Alemania, considerándolas excesivas e inviables. Argumentaba que estas medidas ahogarían la economía alemana, impidiendo su recuperación y perpetuando el resentimiento, lo que a su vez podría conducir a nuevos conflictos. Para Keynes, Alemania no era la única responsable de la guerra. En su análisis, la responsabilidad recaía en todos los países involucrados, y el Tratado de Versalles solo exacerbaba las tensiones existentes, transformando a Alemania de agresor en víctima. Finalmente, las predicciones de Keynes se cumplieron: Alemania se enfrentó a la hiperinflación, sufrió desequilibrios macroeconómicos, fue rescatada por créditos estadounidenses y se generó un fuerte sentimiento nacionalista que dio origen a partidos como el NSDAP.
La Gran Depresión de 1929: Causas y Alcance
La Gran Depresión fue ocasionada principalmente por los desequilibrios provocados por la Primera Guerra Mundial. Se inició en Estados Unidos y se extendió por todo el mundo. Sus características principales fueron:
- Altas tasas de desempleo.
- Inexistencia o la falta de sistemas de seguridad social.
- Caída de los precios de los productos agrícolas y de otras materias primas.
Entre 1929 y 1932, el comercio internacional se redujo en un 60%. El liberalismo económico quedó desterrado durante medio siglo. Estados Unidos fue el mayor afectado, pero la crisis se transmitió al resto del mundo. América del Norte redujo el crédito exterior a los países europeos (Alemania, Francia, Gran Bretaña, etc.) y a los países productores agrícolas (América Latina). Las importaciones estadounidenses se redujeron, y la caída de la capacidad de compra del mercado de EE. UU. provocó una disminución de los intercambios mundiales. Además, se produjo una caída generalizada de los precios tras la crisis estadounidense, ya que otros países se vieron obligados a bajar los precios de sus productos para hacerlos competitivos en los mercados mundiales y para eliminar sus stocks de producción.
Respuestas a la Gran Depresión: Estalinismo y Nazismo
Tras la Gran Depresión, surgieron en el mundo tres enfoques principales para afrontarla:
- El Socialismo y la planificación central.
- Las economías mixtas, la socialdemocracia y el keynesianismo.
- El fascismo.
Estalinismo
En la Unión Soviética, el Estalinismo propició un crecimiento anual entre el 3,8% y el 10%, cifras pocas veces alcanzadas. Una característica importante era que este crecimiento era fundamentalmente extensivo, sin mejoras significativas en la productividad (un sistema que planificaba, pero no optimizaba la producción). Los costes de vida eran muy altos, lo que limitaba drásticamente el consumo de la sociedad, además de imponerse límites al propio consumo. Con esto, el consumo personal cayó, la inversión privada aumentó inicialmente, pero comenzó a disminuir con los planes quinquenales de los años 30.
El Nazismo
Aunque fue una aberración política, económicamente tuvo ciertos «éxitos». Alemania fue el país más afectado por la crisis de 1933, con tasas de paro del 35% y la aplicación de políticas deflacionistas. Se generó un fuerte gasto público en defensa y construcción de infraestructuras, lo que a su vez creó empleo. Se implementó la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), una estrategia para proteger el producto nacional, negándose a comprar o importar productos de otros países a toda costa, incluso si la producción interna era más costosa o de menor calidad. Además, se rearmó el ejército, transformándolo en una máquina de guerra motorizada y creando la fuerza aérea más avanzada mundialmente. Con respecto a la economía, el gasto público aumentó, la inversión en transportes e infraestructuras creció, se produjeron múltiples avances tecnológicos y el crédito de inversión aumentó, restringiendo el consumo. En resumen, la política económica nazi logró sacar a Alemania de la depresión, siendo los empresarios el grupo más favorecido.