Industrialización en España (Siglo XIX): Sectores Clave, Ferrocarril y Financiación


La Industrialización en España: Retos y Desarrollo en el Siglo XIX

La industrialización en España comenzó tempranamente (hacia 1830) pero su consolidación fue tardía. A diferencia de otros países, los sectores clave de la industrialización inglesa, como el algodón y la siderurgia, se desarrollaron solo en algunas regiones específicas.

Hacia 1875, las actividades industriales tradicionales aún dominaban el sector, siendo las verdaderamente representativas del siglo XIX español. Estas incluían:

  • Alimentación: harina, aceite, conservas, vino.
  • Vestido: calzado.
  • Otras: papelera, cerámica, vidrio.

Sectores Clave de la Industrialización Española

La Industria Textil Catalana: El Sector Algodonero

Antes del siglo XIX, Cataluña ya contaba con una importante actividad comercial y una sólida cultura manufacturera y artesanal, basada en la lana y las fábricas de «indianas» del siglo XVIII.

El sector del algodón se desarrolló principalmente gracias al proteccionismo arancelario.

  • Modernización Técnica (1830-1850): Se produjo una significativa modernización técnica. Tras 1832, se introdujeron las primeras máquinas de vapor (la primera en la fábrica Bonaplata de Barcelona).
  • Importancia del Sector: A mediados de siglo, representaba el 60% del sector industrial español.
  • Mercado: La producción se destinaba al restringido mercado español, Cuba y Puerto Rico.

El crecimiento de este sector estuvo limitado por varios factores:

  • Su incapacidad para atraer inversiones del sector bancario, predominando la autofinanciación familiar.
  • La evolución de la industria de bienes de equipo, donde el hilado avanzaba más rápido que el tejido, y los telares se mecanizaban más lentamente.

La producción experimentó una bajada significativa debido a la Guerra de Secesión de EE. UU. (1861-1865) por la escasez de algodón.

A partir de 1875, se observó un nuevo crecimiento impulsado por:

  • La Euforia económica (conocida como la «Fiebre del Oro», 1876-1886).
  • Medidas proteccionistas del gobierno hasta 1897, que llevaron a la exclusividad del abastecimiento del mercado colonial de las Antillas españolas.

Tras el desastre colonial de 1898, el sector sufrió un serio golpe por la pérdida de las colonias. Sin embargo, a principios del siglo XX, seguía siendo el sector más importante de la industria catalana.

La Siderurgia Vasca

La industria siderúrgica se estableció estratégicamente junto a las minas de hierro.

  • Primeras Fábricas:
    • Málaga (Marbella): 1830-1860.
    • Asturias (zona Mieres-La Felguera): 1850-1870.
  • Desarrollo en Vizcaya: Finalmente, el centro se trasladó a Vizcaya. La familia Ybarra fundó en 1882 la «Sociedad de Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero» de Bilbao. En 1885, esta empresa instaló el primer convertidor Bessemer en España. En 1882, también se creó «La Vizcaína». En 1902, estas dos empresas se unieron a otra para formar «Altos Hornos de Vizcaya», que se convirtió en la empresa siderúrgica más poderosa de España.

Un factor clave fue el intercambio comercial con Inglaterra: mineral de hierro en bruto se exportaba a cambio de carbón, facilitado por el transporte marítimo.

A finales de siglo, el empresariado vasco logró una notable consolidación, caracterizada por:

  • Concentración empresarial.
  • Capitalismo financiero.
  • Una gran banca industrial.
  • Protección del Estado.

Transporte: La Creación de la Red Ferroviaria

Tradicionalmente, el transporte en España era dificultoso debido al relieve, a lo que se sumaron los conflictos bélicos y el bandolerismo. La existencia de una red de transportes eficiente era vital para la integración de la economía nacional.

La Construcción de la Red de Ferrocarriles

  • Regulación Inicial (1844): La construcción fue regulada por primera vez por la Real Orden sobre la creación de ferrocarriles en 1844. El gobierno hizo concesiones a grupos financieros particulares españoles afines al partido moderado, quienes en gran parte se dedicaron a especular en bolsa.
  • Escaso Avance Inicial: No construyeron casi nada; en 1859, casi todos habían renunciado a sus derechos. Las únicas líneas construidas fueron:
    • Barcelona-Mataró (1848).
    • Madrid-Aranjuez (1851).
    • Gijón-Langreo (1853).
  • Impulso del Bienio Progresista (1855): Durante el Bienio Progresista, se modificaron las condiciones, ofreciendo ventajas económicas a las compañías que decidieran construirlas (Ley General de Ferrocarriles, 1855). Además:
    • Se fijó un plano radial a partir de Madrid (reflejo de la mentalidad centralista de los liberales españoles).
    • Se optó por un ancho de vía diferente al europeo, de 1,63 m (23 cm más ancho).
  • Crecimiento Acelerado: Se consiguió el efecto deseado: entre 1850 y 1875, se pasó de tener en explotación 28 km a 6.124 km, con un año récord en 1865 (929 km). Sin embargo, se construyó tarde y demasiado deprisa, con una planificación irracional.
  • Crisis y Continuidad: La crisis de 1866 hizo caer las acciones de ferrocarril en la Bolsa y paralizó la construcción. A partir de 1876, la construcción continuó.

La Financiación de la Red Ferroviaria

La financiación de la red ferroviaria fue, seguramente, la inversión de capital más importante del siglo. Se explica por las ventajas económicas ofrecidas:

  • El Estado «garantizaba» una rentabilidad mínima del 6% anual.
  • Se autorizaba la libre importación de toda clase de productos relacionados con la construcción de líneas de ferrocarril.

El Estado aportó, como subvenciones, el 16% del capital. Gran parte del dinero provino de los ingresos de la desamortización de 1855. Además, se permitió importar sin aranceles todos los materiales de construcción hasta 1887, lo que impidió que el ferrocarril sirviera de locomotora para la demanda de la siderurgia, como había ocurrido en otros países. La parte más importante del capital fue aportada por sociedades de crédito francesas.

La Financiación de la Industrialización Española

La industrialización necesitaba capital y un sistema financiero estable. La mayor preocupación del Estado fue obtener ingresos para las arcas públicas, sobre todo para pagar la deuda pública, lo que llevó a una política dirigista sobre el sector bancario.

Los esfuerzos por crear una banca privada en España estuvieron estrechamente ligados a la construcción de ferrocarriles, lo que impulsó su expansión desde 1855 hasta la crisis de 1866. Tras 1870, volvió a expandirse.

Primer Período (1840-1866): Nacimiento de la Banca Moderna

  • Capital Español: Se invirtió en la desamortización, en la creación de pequeñas empresas industriales y en pequeños establecimientos bancarios que no solían financiar a la industria.
  • Capital Extranjero: Especialmente francés, obtuvo ventajas de los gobiernos que le permitieron invertir en condiciones de rentabilidad aseguradas por el Estado.

A partir de 1856, el gobierno promulgó leyes para regular y favorecer la creación de bancos. Sin embargo, la escasa rentabilidad de las empresas creadas llevó a una fuerte crisis en 1866, que hundió a muchos bancos.

Los bancos financiaron, sobre todo, a las compañías ferroviarias y la deuda pública, destacando:

  • Banco de Barcelona (1844-1922).
  • Banco de Santander (1857).
  • Banco de Bilbao (1857).

Segundo Período (1868-1914): Consolidación de los Bancos Españoles

  • Capital Extranjero: Se dirigió a la explotación minera, atraído por las facilidades de la Ley de Minas de 1868.
  • Capital Español: Con un crecimiento más lento, se concentró en algunos bancos fuertes que comenzaron a invertir tímidamente en sociedades industriales.
  • Banco de España: En 1874, una ley concedió al Banco de España (creado en 1856) la exclusiva de emisión de moneda, por lo que todos los demás bancos pasaron a ser sociedades de crédito.
  • Acumulación de Capital Regional:
    • Cataluña: Acumulación de beneficios por la exportación de vinos entre 1876 y 1886 (la llamada «Fiebre del Oro»), y por el negocio colonial hasta 1897.
    • País Vasco: Acumulación de capital por la venta de mineral de hierro a Gran Bretaña, lo que propició la creación del Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya.

Comercio Exterior e Intervención del Estado

Durante el siglo XIX, los intercambios exteriores aumentaron, con un crecimiento de las importaciones y, en mayor medida, de las exportaciones.

  • Exportaciones: Se exportaban, sobre todo, productos agrarios (aceite, vino, naranjas), materias primas y productos semielaborados.
  • Importaciones: Se importaban tejidos de algodón en rama y lino, y, a finales de siglo, carbón.
  • Socios Comerciales: Se comerciaba con las colonias españolas hasta 1820, pero luego, sobre todo, con Francia y Gran Bretaña, que absorbían casi la mitad de las exportaciones. España, como país industrialmente atrasado, vendía principalmente materias primas y compraba productos elaborados.

La política comercial generó debates:

  • Los industriales catalanes eran partidarios del proteccionismo.
  • Los cerealistas defendían el librecambismo.

Hasta 1870, la tendencia fue hacia el librecambismo, pero después dominó el proteccionismo.

En general, siempre hubo una gran intervención del Estado en la economía, protegiendo sectores, lo que limitó la competitividad de las industrias españolas. También se otorgaban privilegios fiscales, subsidios y pedidos directos de la Administración para fomentar la producción.

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