La Crisis del Antiguo Régimen y la Construcción del Estado Liberal en España (1808-1854)
Crisis de 1808 y Guerra de la Independencia (1808-1814)
El gobierno de Carlos IV se caracterizó por un estado de crisis. Un conjunto de graves problemas provocaron el comienzo de la crisis del Antiguo Régimen:
- Crisis de subsistencia.
- Lucha de la burguesía para conseguir representación política.
- Descontento popular hacia el monarca y su valido (Godoy) por la alianza con Francia (Tratado de San Ildefonso en 1796) y la derrota contra el ejército inglés en la Batalla de Trafalgar (1805).
El descontento se manifestó en el Motín de Aranjuez en 1808, obligando a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo Fernando VII.
Reinado de José Bonaparte
José Bonaparte contó con el apoyo de los afrancesados, quienes intentaron realizar reformas. Sin embargo, la mayoría de la población no aceptó un monarca impuesto por Napoleón y se mostró contraria y hostil a su monarquía. La Constitución de Bayona (1808), una carta otorgada redactada por Napoleón, imponía una monarquía autoritaria, con cortes bicamerales y un sufragio censitario.
Guerra de la Independencia (1808-1814)
En ella se enfrentaron franceses contra ingleses en la Península Ibérica, además de la guerra civil generada por la crisis del gobierno español. Godoy (valido de Carlos IV) firmó el Tratado de Fontainebleau en 1807, permitiendo al ejército francés pasar por España para invadir Portugal. Napoleón pretendía quedarse con la Corona española, por lo que reunió a Carlos IV y a Fernando VII en Bayona, donde consiguió que Fernando VII devolviera la corona a su padre, quien a su vez se la cedió a Napoleón. Este se la entregó a su hermano, José Bonaparte. Este proceso provocó un gran descontento en España, que culminó con el Levantamiento del 2 de Mayo de 1808, iniciando así la Guerra de la Independencia.
Fases de la Guerra de la Independencia:
- Formación de Juntas (Mayo-Octubre 1808): Tras el levantamiento, se produjo un vacío de poder. Se formaron juntas locales que asumieron la soberanía, creándose más tarde la Junta Central Suprema. Napoleón fracasó en su intento inicial de control rápido.
- Penetración del Ejército Francés (1808-1812): El ejército francés avanzó hacia Madrid y ocupó Cataluña y Aragón. Los franceses fueron derrotados en Bailén. Napoleón decidió venir a España a dirigir su ejército, e Gran Bretaña intervino en el conflicto. Entre 1808 y 1812, Napoleón trajo sus mejores tropas; cayeron Zaragoza y Gerona, y Andalucía fue ocupada, a excepción de Cádiz. El ejército francés se vio amenazado por las guerrillas.
- Ofensiva Final (1812-1814): Con la ayuda militar de Gran Bretaña, Francia fue derrotada en Arapiles (1812). Los franceses se retiraron de Andalucía. Las victorias españolas se sucedieron hasta que, en 1814, Fernando VII regresó tras firmar el Tratado de Valençay con Napoleón.
El Reinado de Fernando VII (1814-1833): La Lucha entre Absolutismo y Liberalismo
Fernando VII, a su regreso, derogó la Constitución de Cádiz y las Cortes, volviendo a la situación anterior siguiendo el Manifiesto de los Persas (1814), que exigía la derogación de las reformas liberales, la suspensión de la Constitución y la vuelta al Antiguo Régimen y al absolutismo. Se restauró el régimen señorial y la Inquisición. Se volvió al régimen fiscal anterior, lo que aumentó la deuda pública. Los liberales fueron perseguidos. Se produjeron pronunciamientos sin éxito hasta que, en 1820, el General Riego acabó con el Sexenio Absolutista, dando comienzo al Trienio Liberal.
Trienio Liberal (1820-1823)
Comenzó con la victoria del pronunciamiento del General Riego en 1820, devolviendo el poder a los liberales. Fernando VII se mantuvo como monarca, pero fue obligado a jurar y obedecer la Constitución de 1812. Quedaron abolidas la Santa Inquisición, los derechos señoriales y el feudalismo. Se produjeron importantes reformas económicas. Los liberales se dividieron en:
- Moderados: Querían un cambio pausado y pactado con las fuerzas del Antiguo Régimen.
- Progresistas (Exaltados): Querían un cambio más radical y rápido.
Los absolutistas protagonizaron pronunciamientos y formaron guerrillas. El Trienio Liberal terminó con la llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis a España, un ejército francés enviado por la Santa Alianza para restaurar la monarquía absoluta de Fernando VII.
Década Ominosa (1823-1833)
Se restableció el Antiguo Régimen, aunque se llevaron a cabo algunas reformas administrativas. Se reprimió a los liberales, obligándolos al exilio. En la Década Ominosa surgieron grupos de oposición:
- Liberales exaltados.
- Absolutistas ultrarrealistas (que pretendían la vuelta al Antiguo Régimen más puro y protagonizaron la revuelta de los Agraviados en 1827).
Al final de su vida, Fernando VII enfermó. No tenía descendientes varones y la Ley Sálica prohibía que una mujer heredara el trono; el heredero debía ser Carlos María Isidro (su hermano). Antes de su muerte, Fernando VII abolió la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción, convirtiendo a su hija Isabel en la heredera. Esto creó un conflicto dinástico entre los partidarios de Carlos (absolutistas, carlistas) y los de Isabel (liberales, isabelinos).
Las Regencias y el Problema Carlista (1833-1843)
Tras la muerte de Fernando VII, su hija Isabel II le sucedió. Al ser menor de edad, el trono pasó a manos de dos regentes: María Cristina y Espartero. Con el reinado de Isabel II se inició la transición definitiva del Antiguo Régimen a la monarquía liberal y a la sociedad contemporánea.
Regencia de María Cristina (1833-1840)
María Cristina se alió con los liberales moderados. Se realizaron reformas como:
- División del territorio en 49 provincias.
- Libertad de industria.
- Supresión del régimen señorial y transformación de la propiedad privada (Desamortización de Mendizábal, 1837).
En 1834 se promulgó el Estatuto Real, una carta otorgada cuyos principios eran: Monarquía Constitucional, soberanía compartida y Cortes bicamerales:
- Cámara de Próceres: Elegidos por el monarca.
- Cámara de Procuradores: Elegidos por sufragio censitario.
El partido liberal se dividió en dos facciones principales:
- Liberales Moderados: Defienden un cambio pausado y pactado con la Corona y la Iglesia. Defienden el sufragio censitario restringido, la soberanía compartida y el proteccionismo económico. Sus líderes fueron Narváez y Martínez de la Rosa.
- Liberales Progresistas: Defienden un cambio más radical, un sufragio censitario más amplio y la soberanía nacional, además del librecambismo. Sus líderes fueron Mendizábal y Espartero.
La Primera Guerra Carlista (1833-1839)
El Carlismo fue un movimiento sociopolítico que apoyó a Carlos María Isidro como heredero en lugar de Isabel. Defendía el absolutismo, los fueros y se identificaba con la Iglesia. La 1ª Guerra Carlista enfrentó a absolutistas (carlistas) contra liberales (isabelinos). La guerra se desarrolló principalmente en zonas forales (País Vasco, Navarra, Cataluña y Maestrazgo). La guerra finalizó con el Convenio de Vergara en 1839, firmado entre el general Maroto (carlista) y Espartero (isabelino). Los carlistas ofrecieron la paz a cambio del mantenimiento de los fueros vascos y navarros y la incorporación de los oficiales carlistas al ejército español.
Gobiernos Progresistas y la Constitución de 1837
Los liberales progresistas se sublevaron, descontentos con el Estatuto Real (Motín de La Granja, 1836). Los progresistas forzaron la creación de una nueva constitución, la Constitución de 1837, que establecía:
- Soberanía nacional.
- Cortes bicamerales.
- Sufragio censitario (más amplio que el moderado).
- Derechos individuales.
- Refundación de la Milicia Nacional.
- Cristianismo como religión oficial.
- Abolición de señoríos y desamortizaciones.
Regencia de Espartero (1840-1843)
María Cristina intentó hacer un giro hacia los moderados, lo que provocó un alzamiento con Espartero a la cabeza, quien se convirtió en regente. El gobierno de Espartero se fue volviendo dictatorial, generando descontento, especialmente en Barcelona, donde aplicó una dura represión. La Regencia de Espartero culminó con el pronunciamiento de Narváez y O’Donnell.
La Década Moderada (1844-1854)
Isabel II fue declarada mayor de edad anticipadamente para poner fin al periodo de regencias. Junto con Isabel, gobernó el Partido Moderado, liderado por Narváez, quien lideró el pronunciamiento que puso fin a la regencia de Espartero. La Constitución de 1845 estableció los pilares del régimen moderado:
- Soberanía compartida (Corona y Cortes).
- Cortes bicamerales.
- Sufragio censitario muy restringido.
- Estado confesional (catolicismo).
Se llevaron a cabo importantes disposiciones legislativas:
- Creación de diputaciones provinciales.
- Centralización administrativa.
- Hacienda única.
- Creación del Concordato Eclesiástico de 1851 (restableciendo las relaciones con la Iglesia).
El Partido Progresista fue sistemáticamente excluido del poder debido a la manipulación electoral, protagonizando diversos pronunciamientos sin éxito. Contaba con el apoyo de la clase media. El Partido Demócrata, compuesto por progresistas más radicales, creía en el liberalismo más puro y contaba con las clases baja y media.
Los Carlistas protagonizaron la Segunda Guerra Carlista (Guerra dels Matiners) entre 1846 y 1849, aunque sin éxito. Bravo Murillo, miembro del Partido Moderado, intentó dar un giro más autoritario en 1852. Esto provocó la división del partido y la creación de una nueva facción, la Unión Liberal, liderada por el general O’Donnell. Este periodo estuvo marcado por la corrupción de miembros del Partido Moderado y de la Corona.
