El Liberalismo y la Ciudadanía Política
El liberalismo es una corriente ideológica, política y económica que concibe la sociedad como un conjunto de seres libres (ciudadanos) con unos derechos y unas libertades fundamentales que el Estado debe garantizar.
Principios Fundamentales del Sistema Político Liberal
- El conjunto de ciudadanos constituye la nación y posee la *soberanía nacional*. Este poder se canaliza a través de un sistema representativo mediante los partidos políticos.
- La *separación de poderes* para evitar la tiranía, es decir, la concentración de todos ellos en una misma persona.
- La existencia de una *Constitución* elaborada por el Parlamento.
- El derecho de propiedad con libertad. La economía se fundamenta en el *libre mercado*, y el Estado no debe intervenir en los asuntos económicos.
Las Revoluciones Liberales y la Evolución del Sufragio
En el primer liberalismo (doctrinario) se impuso el *sufragio censitario*, que limitaba el derecho al voto solo a los ciudadanos más ricos, únicos que podían ser elegidos. A lo largo del siglo XIX se fue imponiendo la democracia y se reconoció el *sufragio universal* (derecho a voto de todos los ciudadanos varones).
Los Ideales Nacionalistas
El nacionalismo surge de la necesidad de hacer coincidir Estado y nación (entendida como un grupo que posee una serie de lazos culturales propios). En el Antiguo Régimen y bajo el absolutismo, muchos pueblos estaban sometidos a grandes imperios (austriaco, ruso u otomano) o se habían fragmentado en múltiples estados. Los movimientos nacionalistas podían tener un carácter *disgregador* (buscando la independencia) o *unificador* (buscando la unión de territorios fragmentados).
La Revolución Francesa (1789-1799)
Causas del Estallido Revolucionario
La Revolución se originó por una profunda crisis económica y social, marcada por la subida del precio de los alimentos. La burguesía se sentía marginada porque solo los privilegiados podían ostentar cargos y gozar del reconocimiento social. La solución al déficit estatal pasaba por una reforma fiscal que obligaría a la aristocracia a pagar impuestos.
El Estallido y la Asamblea Nacional
La Revolución Francesa se inició en 1789 con una revuelta de los privilegiados que exigieron a Luis XVI convocar los Estados Generales. En 1789, ante la negativa de los privilegiados a que el voto fuese por persona y no por estamento, los diputados del Tercer Estado (o Estado Llano) decidieron abandonar los Estados Generales. Reunidos en el *Jeu de Paume* (o el Juego de Pelota), se erigieron en Asamblea Nacional y se comprometieron a elaborar una Constitución. El 14 de julio, una muchedumbre asaltó la prisión de la Bastilla para apoderarse del arsenal de armas. Atemorizado, Luis XVI reconoció la legalidad de la Asamblea Nacional Constituyente.
La Monarquía Constitucional (1789-1792)
El 4 de agosto de 1789 se abolió el feudalismo y se promulgó la *Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano*, estableciendo la igualdad ante la ley y los impuestos. En 1791 se promulgó una Constitución que establecía la separación de poderes, la soberanía nacional y la igualdad legal de los ciudadanos. El rey tenía derecho de veto y se mantenía el sufragio censitario. Para defender las conquistas, se creó un nuevo ejército: la Guardia Nacional. Los bienes de la Iglesia se declararon bienes nacionales (*desamortización*) y fueron vendidos a particulares.
La República Democrática (1792-1794)
Luis XVI huye de París, es descubierto y detenido. Los austriacos invaden Francia y llegan a las puertas de París.
La Convención Girondina
Se originó una revuelta de los *sans-culottes* que proclamaron la República. La muerte del rey provocó una coalición absolutista contra Francia. En el interior, hubo revueltas contrarrevolucionarias.
La Convención Jacobina y el Terror
En 1793, ante las amenazas que se cernían sobre la Revolución, los jacobinos se hicieron con el poder. Se creó una nueva Constitución basada en la democracia social. El poder ejecutivo quedó en manos del Comité de Salvación Pública (liderado por Robespierre). Para hacer frente a las amenazas exteriores, se creó un ejército con reclutamiento forzoso y se impulsó el *Terror*. Se aprobaron medidas sociales como el control de los precios, la distribución de los bienes de los contrarrevolucionarios y la venta de las tierras del clero. Además, se cerraron las iglesias y se inició un nuevo calendario.
La Caída de los Jacobinos y el Directorio (1794-1799)
El establecimiento de la represión y el Terror provocó la oposición de gran parte de la población (principalmente la burguesía). En el mes de Termidor se produjo un golpe de Estado, y Robespierre fue ejecutado.
La República Burguesa (1794 a 1799) elaboró una nueva Constitución (1795) que otorgaba el poder ejecutivo al gobierno (el *Directorio*) y restablecía el sufragio censitario. El ejército fue la única institución que logró mantener el orden en el interior del país y acabó con los ejércitos invasores. En 1799, Napoleón puso fin al Directorio con la intención de volver a la Revolución solo en sus aspectos más moderados.
La Era Napoleónica (1799-1815)
El Consulado y el Imperio
Napoleón inauguró el Consulado. En 1800, creó una nueva Constitución que establecía un sistema político que incluía algunas de las conquistas revolucionarias, pero que representaba los intereses de la burguesía y alejaba el poder de los sectores radicales. Elaboró códigos civiles y fundó los liceos (escuelas del Estado). Se hizo nombrar cónsul vitalicio y, en 1804, emperador. En los países anexionados o con influencia francesa, se destronó a los monarcas absolutos y se impuso el fin de los derechos señoriales y la igualdad legal.
La Caída de Napoleón
Sus campañas militares le ayudaron a expandir sus ideas liberales por Europa. En 1814, vencido por Rusia y España, Napoleón fue exiliado a la isla de Elba hasta 1815, cuando retomó el poder por Cien Días. Fue derrotado definitivamente en Waterloo y desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió.
La Restauración Absolutista y el Congreso de Viena
Los estados que vencieron a Napoleón fueron reunidos por Metternich en el *Congreso de Viena* para volver al absolutismo. Tras reponer a los monarcas de Rusia, Reino Unido, Austria y Prusia, remodelaron el mapa europeo sin contar con la voluntad de las naciones. En 1815 se creó la *Santa Alianza*, un tratado de ayuda mutua entre monarcas absolutos frente a las revoluciones liberales.
Las Oleadas Revolucionarias (1830 y 1848)
La fuerza del liberalismo y el nacionalismo se demostró en tres oleadas revolucionarias:
- La de 1830: En Francia se acabó con Carlos X, monarca absoluto, y se proclamó rey a Luis Felipe de Orleans, estableciendo una monarquía liberal.
- La de 1848: Con ella apareció la democracia (sufragio universal, igualdad social, soberanía popular y los trabajadores como fuerza política). Francia pasó por su II República, pero esta evolucionó en un sentido conservador. Luis Napoleón Bonaparte acabó proclamando el II Imperio francés.
El Congreso de Viena, al reordenar las fronteras de Europa sin tener en cuenta la identidad nacional de algunos pueblos, provocó revoluciones liberales con reivindicaciones nacionalistas. Grecia, que pertenecía al Imperio Turco u Otomano, se independizó. Bélgica, que fue unida a Holanda por el Congreso de Viena, se independizó en 1830 tras el triunfo de la revolución. También las colonias españolas de América continental se proclamaron independientes.
Los Movimientos Nacionalistas Unificadores
La Unificación de Italia
Italia estaba fragmentada. El Papa era soberano en los Estados Pontificios con capital en Roma. Austria poseía Lombardía y el Véneto. Solo el Piamonte, gobernado por los Saboya, una monarquía liberal, quería la unión de Italia. Cavour, jefe del gobierno piamontés, inició una guerra contra Austria y consiguió Lombardía. Garibaldi dirigió un levantamiento popular. Víctor Manuel II de Saboya fue nombrado rey de Italia. Tras la unificación de los Estados Pontificios y el abandono del Véneto por parte de Austria, Italia tuvo como capital Roma.
La Unificación de Alemania
Alemania estaba fraccionada. Las dos potencias que pretendían dirigir la unificación eran Austria y Prusia. Prusia provocó una unión aduanera (*Zollverein*). En 1861, Otto von Bismarck fue nombrado canciller por Guillermo I, quien declaró la guerra a Francia. En 1871 se proclamó el II Imperio Alemán (*Reich*) y Guillermo I fue nombrado *Káiser* (emperador).