La literatura durante la Guerra Civil Española


Los experimentos vanguardistas dan paso a un proceso de rehumanización de la literatura al que no fue ajeno el agitado contexto social de la época.

Comenzó la producción de una poesía comprometida con la realidad, rasgos que se acentuarían durante la Guerra Civil.

1. Primera etapa (1933-1936),

búsqueda de un lenguaje poético propio. En Perito en lunas, de influencia gongorina y vanguardista, el hermetismo resulta esencial. En El rayo que no cesa, el tema es el amor que no puede ser completo porque las pautas morales impiden a la amada acceder a su pasión erótica. Destaca la Elegía a Ramón Sijé, centrada en la fuerza de la amistad.

2. Segunda etapa (1937-1938),

marcada por la influencia de Neruda y su concepción de la poesía impura, comprometida con la realidad. M. Hernández se convierte en un poeta social y militante. Con Viento del pueblo, dedicado a Alexaindre, angustia y de airada protesta frente al sufrimiento de los pobres y de los niños. El hombre acecha, está dedicado a Neruda. La guerra, que se revela en sus aspectos más terribles, descubre la verdadera naturaleza sanguinaria del hombre.

3. Los últimos poemas (1938-1941),

escritos en la cárcel, se recogen en Cancioneros y romancero de ausencias, sentimiento de ausencia; la de su primer hijo, que ha muerto; la del segundo y la de su mujer. Vuelve a aparecer el hambre, que da origen a uno de sus poemas: las Nanas de la cebolla. Levanta la bandera del amor, que es esperanza: amor al hijo, que significa el futuro, y amor a la esposa.

Poesía arraigada.

Termino asignado por Dámaso Alonso, porque muestra la conformidad con el mundo que les había tocado vivir. Se refiere a poetas afines al régimen de Franco que publican en revistas como “Garcilaso” y “Escorial”. Se trata de autores como Luis Rosales, José García Nieto…

La generación del 36 reúne a escritores cuyo vehículo de expresión fue la revista Escorial. Con el término garcilasismo se refiere a los escritores aglutinados a la revista Garcilaso. Su poesía reflejaba una visión positiva del mundo que sólo podía lograrse obviando la dura realidad de la época.

Los temas son Dios y la patria, el paisaje castellano como expresión de espiritualidad y el amor, unas veces relacionado con la familia y otras con la pareja.

La referencia estilística fue la poesía del Siglo de Oro; el modelo por excelencia, Garcilaso de la Vega; y la forma poética predilecta, el soneto.

La trayectoria de Luis Rosales, se inicia con los sonetos de Abril, que revelan ya su dominio de las formas clásicas que continúa en Retablo sacro del nacimiento del Señor. En La casa encendida o Diario de resurrección, opta por el verso libre. En La casa encendida hay monotonía de la realidad, impregnada de resignación religiosa.

Poesía desarraigada.

En 1944 se funda la revista Espadaña como réplica al garcilasismo. Este hecho coincide con la publicación de: Hijos de la ira, de D. Alonso y Sombra del paraíso, de V.Aleixandre. Esta corriente muestra su desconformidad con el mundo circundante, su preocupación vital y protesta social y política.. Reflexiona sobre la condición humana, sobre la existencia condenada a la muerte y sin un Dios que les guíe. Transmitía angustia porque los poetas perciben la realidad como un caos. También incorporan la falta de sentido de la existencia con un tono dramático y un lenguaje directo y desgarrado. Destaca D. Alonso.

Dámaso Alonso. Introdujo cambios formales y temáticos. Sus textos están cargados de protesta frente a la injusticia y la desilusión de ser hombre. Vuelve la idea de la poesía como comunicación. La angustia histórica, causada por la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, junto con la angustia existencial, determinan los temas filosóficos que Dámaso Alonso pone de manifiesto en esta obra. Hijos de la ira se caracteriza por las frecuentes exclamaciones invocaciones dirigidas a Dios, en una búsqueda de respuestas, y por la abundancia de imágenes relacionadas con lo monstruoso. Escrito en versos, con léxico coloquial y paralelismos, está repleto de imágenes que recuerdan el mundo onírico del Surrealismo.

También se desarrolla una poesía refinada y sensual, de tono nostálgico y corte vanguardista, heredada del 27 (Luis Cernuda). Destacan Ricardo Molina y Pablo García Baena, que se agrupan en el Grupo Cántico. A estas se suma el Postismo, que reclama el papel de la imaginación y destaca el carácter experimental.

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