La Ficción Idealista: Características y Géneros
La ficción idealista se inició a finales del siglo XV. Se caracteriza porque el origen familiar o social del protagonista es siempre elevado. Los ambientes y lugares son ficticios o están idealizados. Además, es inverosímil, es decir, no creíble. Las historias suelen transcurrir en un tiempo lejano o alejado de referencias históricas reconocibles por el lector. Las acciones son inverosímiles y el final no siempre es cerrado, lo que permite una continuidad de la historia.
Géneros de Ficción Idealista
Novela de Caballerías
El protagonista principal es un caballero andante que viaja por lejanas tierras en busca de fama y honra, combatiendo contra caballeros y seres maravillosos. Persigue conseguir el amor de su amada. Un ejemplo destacado es Amadís de Gaula.
Novela Sentimental
Ejemplo: Cárcel de Amor. Se centra en el protagonismo de un «amador» que perseguía un ideal inalcanzable. Utiliza recursos literarios como la carta, a diferencia de la novela picaresca.
Novela Pastoril
Tiene su origen en la literatura grecolatina. Relata historias de amor entre pastores idealizados, convertidos en perfectos cortesanos, en una naturaleza idílica (pastoril) o locus amoenus (lugar perfecto para el amor).
Novela Morisca
Consiste en historias sencillas sobre el mundo árabe con final feliz, en las que el amor y la guerra se entrecruzan en la vida de los protagonistas musulmanes, a menudo en armónica convivencia con los cristianos. Suelen ser breves y aparecen intercaladas en obras más extensas. Ejemplo: La historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa (también conocida como Historia cautiva en África).
Novela Bizantina
Novela de viajes o aventuras. El argumento principal es el encuentro, la separación y el reencuentro de los personajes. Los erasmistas veían en estas novelas una lectura que combinaba lo entretenido con lo moral. El peregrino representaba al hombre cristiano en su itinerario vital. Ejemplo: Los trabajos de Persiles y Sigismunda de Cervantes.
La Ficción Realista: Orígenes y Evolución
La primera característica a destacar de la ficción realista es que se sitúa a medio camino entre el teatro y la novela. La novela realista presenta personajes que dejan de ser arquetipos idealizados para convertirse en individuos con contradicciones humanas. Describe la sociedad en sus contextos más ordinarios y particulares.
Antecedentes de la Novela Realista
La Celestina fue un punto de partida crucial para la novela realista. También destaca la obra La Lozana Andaluza.
La Novela Picaresca y el Lazarillo de Tormes
La vida de Lazarillo de Tormes inició la senda de las novelas realistas. Es el texto iniciático de un nuevo género: la novela picaresca. Con El Lazarillo se inauguró la novela moderna, entendida como un relato verosímil de carácter realista en el que se asiste a la evolución de un personaje en el medio en el que vive, con espacios realistas y creíbles.
Características de la Novela Picaresca
- Antiheroísmo: Sus protagonistas viven al margen de los códigos sociales, en contraposición a los héroes de las novelas idealistas.
- Carácter autobiográfico: El protagonista narra sus propias aventuras en primera persona.
- Estructura abierta: Las aventuras se disponen mediante una organización episódica e itinerante.
- Intención moralizante: A menudo, con una visión crítica de los diferentes estamentos y clases sociales.
- Procedimiento del servicio a muchos amos: El protagonista se pone al servicio de múltiples amos, lo que le permite interactuar con diversas capas sociales.
La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades: Contexto y Estructura
Las primeras ediciones del Lazarillo datan de 1554. El libro tuvo un éxito inmediato ese mismo año. A pesar de ser prohibida por la Inquisición, la obra siguió difundiéndose de manera clandestina. Su autoría es anónima; el autor no reveló su nombre, consciente de la fuerza de su sátira y crítica. Algunas hipótesis apuntan a los hermanos Valdés.
La obra consta de un prólogo y siete tratados. El último tratado, en consonancia temporal con el prólogo, es el que organiza la narración y da sentido al relato, ya que sirve para explicar la historia. En el prólogo se plantea el amancebamiento de su mujer con el arcipreste. La novela se presenta como una carta en la que Lázaro trata de justificarse ante los rumores que han llegado a su interlocutor («Vuestra Merced»), y para ello cuenta su vida desde sus innobles orígenes, imitando el género epistolar (de emisor a receptor).
Interpretación y Trascendencia del Lazarillo
Con esta obra se inicia la senda de la novela realista verosímil europea. Relata el proceso de aprendizaje de un individuo hecho a sí mismo desde la infancia en un mundo difícil. Por primera vez, los lectores reconocen su propio contexto y medio como materia novelable: espacios, personajes y un lenguaje también real. Sin embargo, habrá que esperar casi medio siglo para que el género se perpetúe con Guzmán de Alfarache.
El Lazarillo se percibe como un libro anticlerical, debido a las situaciones relacionadas con la Iglesia en cada uno de los tratados, al lenguaje religioso y su simbolismo, y a la posible identificación del autor con un erasmista o un converso por su crítica anticlerical.
El estilo está alejado de la retórica de otros modelos narrativos de la época, excepto en el prólogo. Destaca el uso de polisíndeton para adecuar la lengua a un registro no culto, y la economía expresiva.