La Novela Española de Posguerra
La Guerra Civil supuso una fractura total con la literatura anterior. Las nuevas condiciones políticas existentes en la época obligaron a un gran número de escritores a adaptarse a un marco completamente diferente. Así, en los años 40, algunos autores continuaron su obra en el exilio, mientras que otros se quedaron en España. De estos últimos, un grupo escribió novelas de exaltación patriótica y propaganda ideológica. Un tercer grupo, sometido a la censura del nuevo gobierno, optó por reflejar la realidad del país devastado a través de la novela de tipo existencial.
Novelistas en el Exilio
Los autores que continúan o comienzan su obra en el exilio conforman un grupo muy heterogéneo. Destacamos a Ramón J. Sender, que se encuadra en la novela realista y social, con obras como Crónica del alba (1965) y Réquiem por un campesino español (1953). También Max Aub, que aborda el tema del hombre como ser social en El laberinto mágico.
Características de la Novela en el Exilio:
- El recuerdo de España y la Guerra Civil.
- La reflexión sobre temas que afectan a la naturaleza y existencia del ser humano.
La Novela Existencial y Tremendista
La novela española de la posguerra carece de interés hasta 1942, año en que Camilo José Cela publica La familia de Pascual Duarte. Esta obra supone una ruptura con la narrativa imperante hasta el momento, de exaltación patriótica.
El Tremendismo pertenece a la literatura desarraigada:
- Pretende reflejar la vida tal cual.
- Nace de la vivencia, en primera persona, de los horrores de la Guerra Civil.
La Novela Existencial pertenece a la literatura desarraigada:
- Refleja, de forma intimista, el clima de miseria moral.
- Presenta personajes desorientados, disconformes con el mundo que les ha tocado vivir.
Novela Social de los Años 50
Renace en los años 50 con una gran promoción de jóvenes escritores. Desarrollan una novela diferente tanto en los temas como en lo formal.
- Reflejo de la realidad española como instrumento de denuncia de las injusticias sociales.
- Preferencia por temas como lo cotidiano, la soledad y la visión crítica del pensamiento de la época.
- Uso de personajes colectivos y representativos, narración objetiva, basada en la observación del comportamiento de los personajes.
Autores de Posguerra (Novela Social):
- Miguel Delibes: El camino (1951) y Las ratas (1962), que reflejan la vida rural castellana.
- Camilo José Cela: La colmena (1951), novela colectiva de 250 personajes que malviven en el Madrid de 1943.
Otros escritores de la nueva generación (Novela Social):
- Carmen Martín Gaite: Profundiza sobre la condición femenina, marcada por la soledad y la incomunicación (ej. Entre visillos).
- Rafael Sánchez Ferlosio: Cuya novela El Jarama (1955) se convierte en un retrato fiel de la juventud de la época.
Novela Experimental de los Años 60
Muchos escritores se replantean los presupuestos del realismo social. La literatura opta por una crítica más personal, incorporando las técnicas innovadoras del resto de Europa y, sobre todo, de EE. UU. (influencia de William Faulkner y F. Scott Fitzgerald). Destacan obras como La ciudad y los perros (1963) de Mario Vargas Llosa y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
En este contexto surge Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos, que inaugura una nueva etapa en nuestra narrativa, a la que se van a incorporar autores que pertenecen a promociones distintas:
- Surgidos en los 40: Como Miguel Delibes, con Cinco horas con Mario, donde introduce grandes innovaciones narrativas (narraciones en primera y segunda persona, monólogos interiores, etc.); o Torrente Ballester, con La saga/fuga de J.B., protagonizada por personajes que escapan de la catástrofe de Baralla.
- Autores de la “Generación de Medio Siglo”: Como Juan Goytisolo, con Señas de identidad, en la que critica y parodia la España tradicional; Juan Benet con Volverás a Región, en la que emplea largos monólogos con diversas voces; Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa.
Pero Luis Martín-Santos cambia el rumbo de la narrativa española con Tiempo de silencio, partiendo de un héroe noventayochista. Se emplean técnicas narrativas como:
- Punto de vista múltiple (varios narradores).
- Desorden cronológico (analepsis, elipsis, etc.).
- Estructura externa en capítulos, la novela abierta y técnicas como el contrapunto.
Renovación Estilística:
Emplea humor e ironía y artificios tipográficos.
La Poesía Española de Posguerra
A partir de 1939, tras el asesinato de Federico García Lorca, los años cuarenta comienzan con la muerte de Miguel Hernández en 1942. Juan Ramón Jiménez y muchos poetas de la Generación del 27 parten al exilio, donde siguen cultivando una poesía marcada por el dolor y el desarraigo. Quienes se quedan en España plasman sus diferentes visiones del mundo. Destacan dos corrientes principales: la poesía arraigada (representada por la revista Garcilaso), afín a los valores e ideología del nuevo régimen; y la poesía desarraigada (representada por la revista Espadaña), que muestra la angustia existencial y el desarraigo por la situación que viven.
- En los años 50:
- Los afines al gobierno cultivan una poesía metafísica y profunda.
- Otros cultivan una poesía existencial.
Esto da lugar a una poesía social que sirve como instrumento de denuncia de las injusticias de la situación de España.
- En los 60: Se produce una renovación formal; la poesía social se sustituye por otra en la que no se abandona la crítica, pero se hace mediante humor e ironía.
- A finales de los años 60: Se formaron los Novísimos, buscando una poesía estetizante y decadente, con influencias de elementos como el cine, el cómic, la música, etc.
Poesía de los Años 40
La poesía de los años 30 se fue alejando de la poesía pura y deshumanizada de las vanguardias. La Guerra Civil supuso un paréntesis en la creación poética, que se puso al servicio de posiciones políticas e ideológicas.
- Miguel Hernández (1910 – 1942): Poeta de transición entre la Generación del 27 y la poesía de posguerra. Basa sus poemas en la imagen: metáforas gongorinas en Perito en lunas (1933); imágenes más personales en El rayo que no cesa (1936); comparaciones más sencillas en Viento del pueblo (1937). Se convierte en poeta de los elementos de la naturaleza, simbolizándolos, como el toro. Temas recurrentes: el amor, la vida y la muerte, presentes en Elegía a Ramón Sijé.
- Los poetas que se quedan en España: Divididos en tres grupos: los que comulgan con la ideología triunfante; los vencidos, que muestran su descontento; y los que buscan la renovación formal de la poesía.
Poetas en el Exilio
Destacamos a León Felipe.
- Su mayor preocupación es España, la patria perdida; expresan dolor y odio hacia los vencedores.
- Añoran la tierra y desean volver, atenuando el tono exaltado.
La Poesía en España: Arraigada, Desarraigada, Postismo y Grupo Cántico
Los poetas siguen las tendencias iniciadas por la Generación del 27 de fundar revistas. Destacan dos revistas: Escorial y Garcilaso.
Características comunes de los poetas arraigados:
- Formalismo clasicista (métricas y temas del Siglo de Oro).
- Temas religiosos, patrióticos, etc.
- Deseo de armonía, orden y claridad.
- Intimismo.
- Sencillez en el lenguaje.
- Visión optimista del mundo.
Dentro de la poesía arraigada, encontramos a autores como José García Nieto, Luis Felipe Vivanco o Leopoldo Panero. Muchos poetas de este movimiento evolucionan a una poesía más personal y compleja, como La casa encendida de Luis Rosales.
La poesía desarraigada nace en España en 1944 de la mano de Espadaña. Dámaso Alonso publica Hijos de la ira, que aborda la realidad del momento; Vicente Aleixandre expresa su malestar por la situación sirviéndose del surrealismo en Sombra del paraíso. Se empiezan a publicar libros de autores que alcanzan su plenitud en los años 50 como Ángela Figuera, con Mujer de Barro; Blas de Otero, con Ángel fielmente humano y Redoble de conciencia; José Hierro, con Con las piedras, con el viento.
Características de la Poesía Desarraigada:
- Visión pesimista y desesperada de la vida y el mundo.
- Necesidad de expresar con rabia e ira.
- Lenguaje llano, directo.
- Presencia de traumas ocasionados por la guerra.
- Desorden sintáctico.
- Religiosidad angustiada en lucha con Dios.
Algunos poetas no llegaron a adscribirse a ninguno de los dos grupos, no fueron valorados y su reconocimiento se produce a partir de los años setenta. Se trata del Postismo y el Grupo Cántico.
La Poesía Social de los Años 50
La salida natural de la literatura existencial fue el compromiso y la solidaridad con los demás. Nace un «nosotros», lo que se plasmará en la poesía social, que surge hacia 1950 con la intención de denunciar las injusticias sociales, el paro y la falta de libertad.
Es una poesía que pide “la paz y la palabra” para cambiar la sociedad. España va a ser tema central en sus versos con títulos como: Qué trata de España (Blas de Otero), Cantos íberos (Gabriel Celaya) o España, pasión de vida (Eugenio de Nora).
Se trata de una poesía comprometida, que busca ante todo ser útil, por lo que rechaza el formalismo. Esta se convierte, en palabras de Celaya, en “instrumento para cambiar el mundo”, y va dirigida, como dice Blas de Otero, “a la inmensa mayoría”, por lo que el lenguaje es directo y coloquial.
La Renovación de los Años 60 (Poesía)
Se comienza a tomar forma una nueva generación poética que, sin renunciar al compromiso, va alejándose de las formas empleadas por la poesía social. El realismo se transforma en una postura crítica, empleando la ironía, el sarcasmo, los símbolos, etc.
Poetas importantes:
- Ángel González
- Jaime Gil de Biedma
- Claudio Rodríguez
- etc.
Rasgos comunes:
- Vivencias similares: muchos son amigos.
- Influencia de los poetas sociales.
- Afán de ahondar en el lenguaje: elevan el tono coloquial a categoría poética.
- Temas: amistad, amor, trabajo e infancia.
Obras destacadas:
- Palabra sobre palabra (1975) de Ángel González.
- Las personas del verbo (1975) de Jaime Gil de Biedma.