Obras Maestras del Renacimiento y Barroco: De la Mona Lisa a Las Meninas


Apolo y Dafne

Gian Lorenzo Bernini | Barroco | Mármol | Galería Borghese, Roma

Descripción y Estilo

Apolo y Dafne parecen modelos de la Antigüedad, representados con los criterios de la idealización clásica y un movimiento realista. Bernini fue el primer artista que se atrevió a plasmar el movimiento de la metamorfosis, captando el instante preciso. Con respecto a sus expresiones, Dafne se da la vuelta, aterrorizada al sentir la mano de Apolo, mientras que este muestra una expresión estupefacta al presenciar la transformación. La escultura es exenta, pero está concebida para ser observada desde un punto de vista privilegiado.

Bernini, interesado en el tratamiento de la luz, pulió unas superficies para que esta las acariciara y talló otras con mayor profundidad para subrayar la tensión emocional. Simuló las ojeras en los ojos, mostrando un gran virtuosismo en el tratamiento de la piel. Las curvas que confluyen en la base, desde donde emerge el árbol, acentúan el arqueo del cuerpo de Dafne.

Contexto Mitológico

Esta obra se basa en un episodio de Las metamorfosis de Ovidio, un poema que recoge historias y leyendas mitológicas. La ninfa Dafne, hija del dios Peneo, se consagró a Artemisa. Apolo se enamoró de ella y, ante su persecución, Dafne le pidió ayuda a su padre, quien la convirtió en laurel. Desde entonces, Apolo consideró este árbol como sagrado. Bernini, que fue escultor, arquitecto y pintor, desprendía emoción y dramatismo en sus obras. Combinó el punto de vista renacentista, la captura del instante, el realismo y un magistral tratamiento de la piel para reflejar la emoción y el movimiento.

Las Meninas

Diego Velázquez | Barroco | Óleo sobre lienzo | Museo del Prado, Madrid

Técnica y Composición

El pintor hizo que la luz incidiese en las figuras del primer plano, mientras que las más alejadas permanecen en penumbra. Este juego de luces y sombras crea una asombrosa ilusión de espacio. La luz que entra por la puerta del fondo aporta profundidad a la escena. La paleta es clara, luminosa y con una gran riqueza de colores. La pincelada es larga y fluida, difuminando los contornos y creando una atmósfera única.

Análisis de los Personajes

Los personajes están dispuestos en varios planos. En el grupo central se encuentra la infanta Margarita, acompañada de sus meninas: María Agustina Sarmiento, que le ofrece agua, e Isabel de Velasco, que se inclina. A la derecha, se sitúa el grupo formado por la enana Maribárbola, el enano Nicolasito Pertusato y un mastín; este grupo, por sus anomalías físicas y su color oscuro, acentúa la luminosa figura de la infanta. Más atrás, se encuentran una dama de honor y un guardadamas. En el otro extremo, detrás del gran lienzo, nos encontramos con el propio Velázquez, cuya cruz de la Orden de Santiago fue añadida tras su fallecimiento por orden del rey. Al fondo, en la puerta, se recorta la figura de José Nieto, aposentador de palacio. Finalmente, reflejados en el espejo, aparecen los reyes de España, Felipe IV y Mariana de Austria.

Interpretación y Legado

Esta tela de grandes dimensiones fue conocida inicialmente como El retrato de la infanta Margarita, y su primer título oficial fue La familia, para posteriormente ser llamada Las Meninas. Las diferentes interpretaciones de la obra apuntan a un retrato de la infanta, un retrato de la familia real o una reivindicación del estatus social del artista y de la nobleza de la pintura. Este cuadro fue muy apreciado por el rey. Velázquez asimila el arte pictórico del pasado y de su época, creando una obra profundamente personal. Gracias a su dominio del color y la luz, se convirtió en un genio de la perspectiva aérea. Sus cuadros son una magistral mezcla de luz, color, profundidad y perspectiva. Artistas posteriores, como Goya y Manet, se fijarían en él como un referente fundamental.

Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane

Francesco Borromini | Barroco | Ladrillo y estuco | Roma

La Fachada

Borromini dividió la fachada en dos pisos y combinó columnas de orden normal y de orden gigante. Los demás elementos de la fachada rompen el esquema tradicional, potenciando ritmos ondulantes y ascendentes que le confieren un gran dinamismo. El entablamento inferior es horizontal y unitario, mientras que el superior está segmentado por un medallón. Las columnas gigantescas potencian la verticalidad, y los capiteles corintios inclinan sus volutas hacia fuera, creando un efecto de movimiento expansivo.

Interior y Planta

La planta de la iglesia representa el triunfo de una mente racional y compleja. La planta, de base elíptica, integra diferentes elementos para dotar de unidad al conjunto. Se establecieron dos elementos principales: dieciséis columnas de orden compuesto y un entablamento continuo. Sobre este, un conjunto de arcos de medio punto y pechinas sostienen una cúpula ovalada con casetones geométricos (cruces, hexágonos y octógonos) que aumentan la sensación de altura. La semicúpula del ábside busca una mayor profundidad, y las ventanas ocultas crean el efecto de que la cúpula brilla y parece estar suspendida sobre el espacio de la iglesia.

El Estilo de Borromini

Este fue el primer proyecto exclusivo de Borromini, realizado en un solar irregular y pequeño. Como resultado, se convirtió en un arquitecto reconocido que concebía los edificios como un conjunto orgánico de fuerzas en tensión. Su técnica, a menudo descrita como angustiada y dramática, juega con los límites, las curvas, las elipses y los espacios cóncavos y convexos, todo al servicio del movimiento.

Columnata de la Plaza de San Pedro

Gian Lorenzo Bernini | Barroco | Vaticano

Diseño y Función

El planteamiento de Bernini consiguió salvar las exigencias de crear un acceso digno a la basílica de San Pedro, acoger a los peregrinos y ofrecer una visión perfecta del papa en el balcón de la Logia de las Bendiciones. El punto central de la plaza es el obelisco egipcio. Como sede del cristianismo, la propia forma del edificio debía tener un significado especial: los brazos de la columnata simbolizan el abrazo de la Iglesia a sus fieles.

Estructura Arquitectónica

Bernini ideó una primera plaza trapezoidal (la Piazza Retta), delimitada por dos brazos rectos y ligeramente convergentes, que desemboca en una gran plaza elíptica (la Piazza Obliqua), permitiendo la visión del Papa desde cualquier punto. Los dos brazos ovalados tienen cuatro hileras de columnas y pilares dóricos que sostienen un entablamento de orden jónico. La columnata culmina en una balaustrada sobre la que se alzan 140 estatuas de santos y mártires. Bernini daba importancia a la cúpula de Miguel Ángel, relegada a un segundo plano por la fachada de Maderno, y, mediante recursos ópticos, convirtió la cúpula en el eje visual de la basílica.

Significado

Tras años de conflictos religiosos, la Iglesia retomó de nuevo su autoridad y buscó acercarse a sus fieles. La columnata, que dejaba entrever la basílica medio oculta entre sus columnas, creaba una experiencia procesional: al atravesarla, el peregrino descubría la grandiosa arquitectura en todo su esplendor. Como arquitecto, Bernini realizó otras obras maestras en el Vaticano, como el Baldaquino de San Pedro.

La Gioconda (Mona Lisa)

Leonardo da Vinci | Renacimiento | Óleo sobre tabla | Museo del Louvre, París

El Rostro Enigmático

Lo que más llama la atención de La Gioconda es su enigmática mirada y su atractiva sonrisa. Su ausencia de cejas y pestañas, junto a la coloración verdosa del rostro, aumenta su magnetismo. Para conseguir esa mirada y sonrisa, el autor pintó con infinita paciencia sobre un delgado soporte de madera, preparado con varias capas de enlucido. Dibujó la composición directamente sobre el cuadro y luego aplicó los colores muy diluidos para modelar la luz y las sombras con una naturalidad nunca antes vista.

La Técnica del Sfumato

El paisaje del fondo está formado por dos partes independientes que acentúan la sonrisa de la mujer. Leonardo difuminó los contornos de los ojos y los labios empleando la técnica del sfumato. Esta misma técnica se aplica en los rizos que caen sobre los hombros, fundiéndose con las rocas y el chal. Consiguió recrear los efectos sutiles de la luz sobre la piel y el paisaje, imitando la textura de la piel a la perfección. La luz y la paleta de colores empleada dulcifican el retrato.

Composición y Paisaje

La composición es sencilla: una mujer sentada en una silla frente a un paisaje. La dama gira el cuerpo y dirige la mirada hacia el espectador. Lo difícil es conseguir que nada parezca inmóvil; incluso las formas del paisaje parecen fundirse unas con otras. Para realzar su aire de misterio, recurrió a un truco en el paisaje: la línea izquierda del horizonte es más alta que la derecha. Así, vista desde la izquierda, la mujer parece más alta y erguida, cambiando sutilmente ante los ojos del espectador.

Bóveda de la Capilla Sixtina

Miguel Ángel | Renacimiento | Fresco | Ciudad del Vaticano

Estilo Pictórico

La concepción escultórica guio la pintura de Miguel Ángel. Para que cada figura tuviera una postura diferente y dinámica, realizó numerosos estudios y esbozos previos. Los cuerpos desnudos, representados con una fuerza y naturalidad asombrosas, desvelan su profundo conocimiento anatómico. La restauración de la bóveda reveló colores fuertes, vibrantes y luminosos. A medida que el espectador se acerca al altar, las figuras son de mayor tamaño y las pinceladas se vuelven más libres y enérgicas.

Estructura y Narrativa

Miguel Ángel simuló diez arcos fajones para dividir el espacio en nueve tramos y dos falsas cornisas que parten los tramos en tres registros, contando historias del Antiguo Testamento. En las esquinas de estos tramos se sientan los ignudi, adolescentes desnudos que sostienen medallones de bronce. En las enjutas y los tímpanos laterales se encuentran los antepasados de Jesús, y en los tronos se alternan cinco sibilas y siete profetas. Las pinturas de la Capilla Sixtina representan los sucesos espirituales de la Humanidad a través de historias bíblicas. La escena más famosa y reconocida universalmente es La creación de Adán.

La Anunciación

Fra Angelico | Quattrocento (Renacimiento) | Fresco | Museo di San Marco, Florencia

Composición y Estilo

La composición aparece dominada por la arquitectura nítida y rítmica del soportal en el que sucede la escena. Como es habitual en el Quattrocento, un cuidadoso dibujo es el constructor de la imagen pictórica. En ella se emplean colores de una gama cromática muy amplia, pero que armonizan gracias a su leve saturación. La escena parece tener una iluminación difusa que genera un delicado claroscuro y una suave sensación de volumen. Esto, junto con el ya comentado dibujo, crea unas figuras delicadas y dulces, de contornos fluidos y apariencia ligera, tanto en el Ángel como en la Virgen, que entroncan con las también delicadas figuras del gótico internacional, cuya influencia en Fra Angelico es evidente.

Elementos Renacentistas

Sin embargo, otros elementos determinantes alejan esta imagen de la estética gótica y la sitúan plenamente en la del Quattrocento:

  • Claridad compositiva: Basada en los ritmos de la arquitectura representada, que afecta incluso a los árboles del fondo, los cuales parecen repetirse pautadamente con formas más propias de un jardín modelado por el hombre que de un bosque.
  • Arquitectura clásica: Esta misma arquitectura de formas nítidas, sencillas y desnudas, cuyos elementos (columnas clásicas de capiteles corintios y jónicos, o los arcos de medio punto) evocan las del Renacimiento y, en especial, los soportales del claustro que Michelozzo estaba realizando en el propio convento.
  • Perspectiva cónica: El empleo de la perspectiva cónica frontal para representar de un modo coherente el espacio y las relaciones entre las figuras y este.
  • Idealización y contención: La idealización de las figuras y rostros del ángel y de la Virgen, así como la contención expresiva de estas.

Significado y Legado

Fra Angelico, llevado por su devoción mariana, trató en numerosas ocasiones el tema de la Anunciación. En otras versiones, suelen aparecer en el jardín del fondo las figuras de Adán y Eva siendo expulsados del Paraíso terrenal. Así, se aludía a ellos como los causantes del pecado original y a la Virgen como aquella que, al traer a Cristo al mundo, nos libera de dicho pecado. Sin embargo, en este caso, Fra Angelico no representa a Adán y Eva, ya que parece querer poner el acento en el mismo momento de la Anunciación. La claridad y austeridad de la imagen también parecen evidenciar esto. Además, para resaltar este instante, el artista se aleja de excesivas minuciosidades, permitiéndoselas solo en el tratamiento del ala del ángel o en las plantas del jardín. Todas estas características han hecho de esta imagen un símbolo no solo de la pintura de Fra Angelico, sino de toda la pintura quattrocentista florentina. La misma delicadeza en el tratamiento de las figuras marianas tendrá su continuador en pintores como Fra Filippo Lippi, hasta evolucionar en los modelos de Perugino a finales del siglo XV, y de Rafael a comienzos del Cinquecento.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *