Palacio strozzi materiales


Mezquita de Córdoba


  Autor: (desc) Estilo: Hispano-musulmán. Cronología: s VIII. Carácterísticas: sobre la antigua iglesia visigoda de San Vicente. Columnas poca altura con Pilastras de base rectangular. Arcos dobles de herradura en la parte inferior. Arcos de medio punto en la zona superior. Ladrillos de barro para dovelas rojas y piedras blancas.

Discóbolo

Autor: Mirón. Estilo: Clásico. Cronología: s. V a.C. Carácterísticas: Atleta en el previo momento de lanzamiento. Actitud tensa y concentrada. Cuerpo describe un arco ideal (composición geométrica) Cuerpo atlético.

Pórtico de la Gloria


Autor: Maestro Mateo. Estilo: ROMánico. Cronología: Siglo XII. Carácterísticas: Destaca el volumen de las figuras y el tratamiento de las vestimentas. Apóstol Santiago, situado sobre el Parteluz. En el tímpano aparece Cristo rodeado de ángeles Representa la “Parusía” Naturalismo e individualismo.

Mosaico de Teodora

  Autor: (desc) Estilo: Bizantino. Cronología: año 547. Carácterísticas: Teodora y su corte observan el camino de la emperatriz desde el palacio imperial hasta Santa Sofía. Las cortinas, con diversidad de telas de gran variedad cromática, simbolizan el interior del edificio. Teodora aparece decorada con una multitud de joyas y suntuosos ropajes en los que están representados los reyes magos.

3) El arte hispano musulmán:


 2.1 Carácterísticas. Los árabes eran nómadas en su mayoría, y no tenían una tradición arquitectónica propia. Por ello el arte musulmán recogíó todo lo artístico de las civilizaciones precedentes: Del arte romano copiaron el uso de columnas, los arcos de ½ punto y las dovelas bicolores. Del arte bizantino, la utilización de bóvedas y cúpulas para cubrir edificios. Del arte visigodo, el arco de herradura. El arte islámico está muy vinculado a la religión y se caracteriza por la prioridad absoluta de la arquitectura sobre cualquier otro arte plástico. La escultura y la pintura, aunque inexistentes, fueron siempre artes aplicadas al terreno ornamental, recubriendo con ricas decoraciones todas las superficies. En esta decoración artística cabe diferenciar cuatro tipos de ornamentación: La geométrica (de lacería). La vegetal o de ataurique, formada por pequeñas hojas simples o dobles. La caligráfica, formada por textos religiosos. En el ámbito decorativo, son carácterísticos los mocárabes, prismas colocados en posición vertical, que cuelgan del techo que embellecen numerosas cúpulas y bóvedas.


2.1 La arquitectura islámica:


carácterísticas generales; tipologías y edificios. La arquitectura islámica no posee unas carácterísticas homogéneas, sino que adapta sus  necesidades constructivas a las peculiaridades del país conquistado. La arquitectura tiende a ocultar los elementos constructivos y las estructuras de sus  edificaciones, recubríéndolo todo con la decoración. Todo ello obedece al deseo de ocultar la  pobreza de los materiales y de adecuar los edificios a su función religiosa. Tampoco son frecuentes en sus orígenes las construcciones de grandes proporciones y  extraordinaria solidez, puesto que no les interesa tanto la durabilidad como su inmediata  utilización. Solían recurrir a materiales de poca calidad (arcilla, madera, adobe, yeso…). Destaca la utilización preferente del ladrillo frente a la piedra. Como soportes adoptan el pilar y la columna, especialmente delgados, porque aguantan techumbres muy ligeras. Los capiteles más utilizados son el corintio, el cúbico y el de mocárabes. Entre los arcos destacamos: el de herradura, de herencia visigoda; el arco túmido (herradura apuntado); el arco lobulado o poli-lobulado y el mixtilíneo (de líneas rectas y curvas  combinadas). En la cubierta de los edificios utilizaron el artesonado de madera como las  estructuras abovedadas (cúpula gallonada, de mocárabes…).

2.2 Tipologías:

mezquitas y palacios. Los edificios más significativos de la arquitectura islámica son las mezquitas, o templos para la oración; los palacios, y también las madrasas o centros de estudio del Corán.

A. Arquitectura religiosa

En la arquitectura religiosa el edificio  más importante es la mezquita, lugar para  la plegaria colectiva. Por lo general son  arquitrabadas y de una sola planta,  cuadrada o rectangular. El patio de acceso (sahn) está rodeado por  una arquería y en su zona central hay una fuente (sabil), para realizar las abluciones o purificaciones, ya que es necesario  lavarse antes de entrar en la mezquita. En el patio también se encuentra el alminar o minarete, una torre de planta circular o geométrica, que adosada a uno de sus lados, servía para que el almuédano o muecín llamara a los fieles a la oración. Otro elemento importante es el muro de la quibla, orientado hacia La Meca, en el que se abre un  gran nicho (mihrab) que bien pudiera tener sus orígenes en los ábsides basilicales. También  destaca el púlpito (minbar), muy decorado, desde donde el imán o director de la oración pronuncia  su sermón.


La sala de la oración (haram) es una zona cubierta que se divide en varias naves dirigidas perpendicularmente al muro de la quibla, a fin de que los fieles orienten sus rezos hacia el mihrab y La Meca. En las mezquitas más importantes, la sala de oración se enriquecía con otra construcción cercana al muro de la quibla, denominada maxura, a la que sólo podían acceder personalidades destacadas. Entre las principales mezquitas del mundo islámico señálamos: mezquita de Damasco (Siria), la mezquita de La Roca o Omar (Jerusalén) y la mezquita de Córdoba.

B. Construcciones civiles

Entre las numerosas construcciones civiles destacan las de  carácter defensivo, como la alcazaba, edificio militar también  con función administrativa. Asimismo cabe destacar las  fortalezas o castillos, para defenderse de los ataques  cristianos y que aprovechaban al máximo las irregularidades  del terreno. Otro tipo de construcción civil importante son los palacios.  Habitualmente poco ornamentados por fuera, estos conjuntos  arquitectónicos, destinados a albergar la residencia de los  soberanos y príncipes musulmanes, llegan a ser verdaderas  ciudades como el palacio de Medina Azahara de Córdoba.  Solían tener planta cuadrangular y estaban amurallados. En el  centro se dispónía un patio a partir del cual se organizan las  diferentes dependencias. La presencia de zonas ajardinadas y  de fuentes de agua era frecuente en estos palacios. Los palacios, que reservan sus mayores encantos  para el interior, son edificios con tres zonas bien diferenciadas: el recibidor (mexuar); las dependencias destinadas a actos públicos, entre las  que destaca la sala del trono (diwan); y la zona  íntima donde vive el señor con sus esposas (harem). Todo el conjunto palatino, además, suele estar en  el interior de un recinto fuertemente amurallado.  Estas fortificaciones, levantadas también para defender las ciudades, se componen también de  una serie de altas torres con formas geométricas y notables puertas de acceso. Destacamos los palacios de Qusayr Amra (Jordania), Medina Azahara (Córdoba), La Alhambra (Granada), palacio de La Aljafería (Zaragoza). En el ámbito de la península Ibérica cabe citar también los baños públicos. Ubicados principalmente en centros urbanos cerca de los mercados y las mezquitas, los baños musulmanes  tienen su origen en las termas romanas, y constan de una sala de entrada o vestíbulo y tres salas  destinadas a los baños (piscina de agua fría, templada y caliente). Su uso no es sólo de carácter  higiénico, sino también ritual.



2) Desde el 330 a. C. En que muere Alejandro Magno, hasta finales del siglo II a.C. En que los territorios griegos pasan a ser conquistados por Roma. Lo más importante de este periodo, desde el punto de vista artístico, es la extensión de los conceptos del arte griego a todo el Mediterráneo oriental. Se creó una especie de cultura común a la que se llamó koiné (“comunidad”). – Interés por el movimiento y el dinamismo (frente al equilibrio de la época clásica). – Complicadas composiciones de grupo. – Realismo llevado al límite: patetismo, tensión, dolor… – En cuanto a los temas, predomina lo individual. Es carácterístico el desarrollo del retrato realista. Se desarrollan temas como la fealdad, la vejez (Demóstenes), las deformaciones físicas o los asuntos meramente anecdóticos (Niño de la oca, Espinario).

Un tema muy utilizado es la representación de  Afrodita, diosa del amor (los romanos la llamarán Venus). Su ejemplo más conocido es la Venus de Milo (Afrodita de Melos), descubierta en 1820. Los artistas del Neoclásico la tomaron como modelo, al considerarla un ideal de belleza. Venus de Milo. 130 a. C. – 100 a. C. Mármol blanco. 211 cm de alto. Museo del Louvre. En Pérgamo, se erigíó el gran altar de Zeus para celebrar la victoria sobre los gálatas: – Situado sobre un podio de siete metros de altura. – El muro principal estaba decorado con un friso escultórico. – Las figuras tenían un tamaño superior al natural y eran casi de bulto redondo para aumentar la expresividad.

Altar de Zeus en Pérgamo


El conjunto representa la lucha de dioses contra gigantes con la victoria final de Zeus y Atenea. El detalle muestra la lucha de Atenea contra el gigante Alcioneo. También se deben a la escuela de Pérgamo, las esculturas Galo moribundo y Galo suicida. Copias romanas en mármol de originales helenísticos en bronce. Ambas estatuas forman parte de un conjunto de seis que el rey Átalo I mandó construir para conmemorar la victoria sobre los celtas (también llamados gálatas) en 233 a. C. A la escuela de Rodas pertenece La Victoria de Samotracia: Erigida en el Santuario de los Grandes Dioses de Samotracia en agradecimiento por una victoria naval. Colocada sobre un pedestal con forma de proa de barco. Con las alas extendidas irrumpe en la proa, mientras el viento agita y moja sus ropas, que dejan traslucir sus formas femeninas. El conjunto es de un gran dinamismo y destacan en el mismo los efectos de claroscuro. Actualmente, está en el Museo del Louvre.

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