Las Señoritas de Aviñón (Les Demoiselles d’Avignon)
Clasificación
Autor: Pablo Ruiz Picasso. Año: 1907. Movimiento: Cubismo. Ubicación: Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Nueva York.
Descripción
En el cuadro, la historia transcurre en un prostíbulo, donde en el centro se encuentran cinco mujeres desnudas. Abajo, se muestra un bodegón compuesto por algunas frutas (un trozo de sandía, un racimo de uvas, una pera y una manzana) sobre una mesa cubierta con un mantel blanco arrugado. De las cinco mujeres, tres presentan rostros peculiares, como máscaras pintadas. Estas son la mujer de la izquierda y las dos de la derecha, en las que es evidente la influencia de la cultura africana. Las dos mujeres del centro tienen rostros más acordes con sus cuerpos. Las violentas pinceladas ofrecen una visión simultánea desde distintos puntos de vista, rompiendo con la idea unitaria de la obra de arte vigente desde el Renacimiento italiano. Además, la obra se reduce a un conjunto de planos angulares, sin fondo ni perspectiva espacial, donde las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.
Características
En el cuadro priman dos aspectos fundamentales: el primitivismo y la disgregación espacial. El primitivismo, evidente en los rostros de estas mujeres, tiene una doble vertiente:
- Las dos figuras de la derecha muestran una relación más clara con la escultura negra, sobre todo de corte oceánico.
- Mientras que las dos centrales y la de la izquierda nos llevan a la estatuaria ibérica.
Contexto
Es el cuadro que marcó el comienzo de la Época Negra de Picasso y es la referencia clave para hablar de cubismo. Rompe con el Realismo, con los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, quedando reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.
La Raya Verde de Henri Matisse
La Obra y su Creador
La Raya Verde, que se conserva actualmente en el Museo Estatal de Arte de Copenhague, es un retrato realizado en 1905 por Henri Matisse, el artista más importante del fauvismo. El título hace referencia a la amplia pincelada de verde brillante que define la frente y la nariz de la mujer retratada. El elemento fundamental de La Raya Verde es el color. Matisse dibuja con el color, suprime las sombras y las sustituye por colores puros, fuertes y brillantes. El color lo es todo: configura los planos y el espacio. El modelado casi ha desaparecido y la línea, siempre con carácter sinuoso, solo aparece cuando se hace irremediablemente necesaria.
Innovación Cromática y Estilo Fauvista
El autor emplea colores vivos, aplicados con violencia sobre la tela y de manera arbitraria en relación con la naturaleza (rostro verde, por ejemplo). Sin embargo, la obra no provoca desasosiego ni aturdimiento en el espectador; al contrario, a través de la estridencia cromática, Matisse transmite una cierta armonía. Quizá contribuye a ello el esmerado equilibrio de color entre las manchas verdes y rojas. El retrato está trabajado a base de grandes áreas de color puro, en las que se adivina una cierta influencia de Gauguin, Cézanne y Van Gogh. De hecho, el fauvismo hunde sus raíces en la corriente postimpresionista.
Matisse: Fantasía, Evolución y el Nacimiento de los «Fauves»
Matisse proyecta en este y en todos sus retratos su propia fantasía, lo que le permite deformar el modelo mediante el color y el trazo, así como eliminar prácticamente la psicología del retratado. Henri Matisse nació en la segunda mitad del siglo XIX en el norte de Francia, en el seno de una familia de clase media. Aunque estudió Derecho, se sintió atraído por la pintura y entró en la Escuela de Bellas Artes de París en 1892. Analizó la pintura de los impresionistas y adoptó la técnica puntillista. De esta manera, comenzó a experimentar con el color, a base de yuxtaponer pequeñas pinceladas de pigmento puro para crear poderosos efectos cromáticos visuales. Hacia 1905, fecha en la que realizó la obra que nos ocupa, modificó la técnica puntillista, concediendo mayor amplitud a la pincelada. El resultado fueron atrevidas obras pictóricas que rompieron con la tradición anterior: era la auténtica liberación del color. Precisamente por la estridencia cromática, este grupo de artistas fue bautizado como los fauves, que en francés significa ‘fieras’.
El Fauvismo como Movimiento Revolucionario
El fauvismo fue el primer movimiento artístico revolucionario del siglo XX. No constituyó una escuela artística con un programa elaborado, pero agrupó a un considerable número de pintores (Matisse, Derain y Vlaminck, entre otros) que elaboraron una pintura entusiasta y apasionada.