Quienes fueron los formalistas rusos


T 11


Crítica Modernista


A final del s. XIX, la literatura comienza a experimentar una transformación de su concepto y, por consiguiente, a la inauguración de las teorías literarias contemporáneas. Los responsables de esta transformación fueron los poetas modernistas o simbolistas.Un texto básico para comprender esta transformación de la literatura en el sentido antiromántico es el titulado Filosofía de la Composición, publicado por Edgar Allan Poe. Cabe decir que junto con esta “desacralización” de la literatura, que resulta de considerarla ya como un trabajo y no como un producto del genio, caracteriza esta nueva etapa del pensamiento literario modernista lo que se ha dado a conocer como autoreflexibilidad.
Si el impresionismo quería que la crítica fuera arte, el Modernismo quiere que el arte sea crítica, y el resultado de ello es que R.Barthes y J. Kristeva llamaron “texto”, es decir, un discurso a medio camino entre lo literario y lo teórico.

La Historia Literaria. Métodos histórico-positivos


Nacida de los impulsos del s. XIX y del Romanticismo, aparece en este periodo la ciencia de la literatura, identificada en el primer momento con la historia de la literatura, de manera que esta naciente ciencia de la literatura no es más que la historia literaria.
Por otra parte, se acepta el presupuesto positivista de la unidad del método de la ciencia, y se piensa que si la historia quiere ser ciencia deberá utilizar ese método. Surge así lo que se conoce como el método histórico-positivo. Todo esto está muy relacionado con el nuevo papel institucional de la literatura, que ya no solo va a significar el conjunto de textos propios de una nacíón, sino que va a pasar a ser también un área de conocimiento en las universidades.
La convicción de que todo encuentra explicación en el estado general del espíritu de una época condujo a las primeras manifestaciones del determinismo histórico que estuvo presente no solo en esta época, sino en buena parte de las teorías literarias del s. XX. Un determinismo histórico que no se contentó con interpretar los textos en tanto que testimonios de una determinada realidad histórica, sino que pretendíó incluso que dichos textos fuesen elaborados desde los presupuestos ideológicos propios de esa realidad.

Crítica Impresionista


Junto a esta ciencia de la literatura durante la segunda mitad del s. XIX, convivíó también su opuesto, es decir, la crítica literaria ajena a toda objetividad nace de esta manera la crítica impresionista que, a juzgar por las palabras de sus máximos representantes es más un signo del crítico que una referencia a la obra comentada.
Los impresionistas consideran que el crítico vive encerrado en su propio “yo”, y que ese encarcelamiento le impediría ver cualquier realidad objetiva que existiera fuera de ese “yo”. La idea de que la crítica es también arte, y la consideración de que no puede hacerse un discurso teórico sobre cómo la literatura nace de la fantasía y del sentimiento son, junto con el principio de la subjetividad absoluta, las carácterísticas más sobresalientes de la crítica impresionista. De ahí que los textos de crítica impresionista no se diferencien mucho de los textos literarios.

1. Introducción


Parece fuera de todo posible cuestionamiento la afirmación de que la teoría literaria contemporánea comienza con la llamada escuela formalista rusa.
Los formalistas rusos proceden de dos grupos: – Por una parte, el Círculo Lingüístico de Moscú, Jackobson, -Por otro lado, la sociedad para el estudio del lenguaje poético, conocido como OPOJAZ, Sklovski,
Aunque los primeros se inclinaban por aplicar teorías lingüísticas previas al estudio del texto literario, y los segundos preferían, sin embargo, elaborar teorías propias para el tratamiento del texto artístico. Los intereses y objetivos de ambos grupos eran bastante coincidentes y llegaron a constituir un grupo bastante compacto y homogéneo.
Es a partir de 1916 cuando se constituyó el grupo formalista, teniendo como pilares fundamentales las dos escuelas mencionadas, y se constituyó como tal mediante su rechazo del positivismo imperante, de manera que frente a la consideración externa o extrínseca de la obra de arte, los formalistas defendían una actitud interna o inmanentista.
Cabe decir que un papel decisivo en la orientación tomada por estos jóvenes críticos fue desempeñado por la evolución de la práctica literaria constituida por las vanguardias. Será precisamente ese marcado carácter intrínseco el que hizo inevitable el choque con las teorías sociales del arte en una situación histórico-política que exigía del intelectual un compromiso explícito con la causa revolucionaria. Así pues, con la elevación del marxismo a doctrina oficial comenzarían abiertamente entre marxistas y formalistas, en los cuales los formalistas fueron duramente castigados quedando aislados y debiendo, en muchos casos, emigrar.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *