Causas y Consecuencias de la Pérdida del Imperio Español


La Pérdida del Imperio

A) Causas

  • Situación en Cuba y Puerto Rico: Cuba fue descubierta por Colón en su primer viaje (1492) y colonizada por Diego de Velázquez. Desde el siglo XVI, la isla proporcionaba a España azúcar y tabaco, mediante plantaciones trabajadas por esclavos negros africanos. A mediados del XVIII, dicho comercio fue monopolizado por la Real Compañía de Comercio de La Habana. Con la pérdida del imperio español de América, la inversión española se centra en la explotación de estas islas. El capitán general era la autoridad suprema de Cuba y tenía poderes que equivalían a los de un monarca absoluto, ya que podía suspender la legislación vigente en España. Desde el Trienio Liberal, los cubanos exigen el fin del régimen esclavista y se inició una concienciación independentista. Puerto Rico fue descubierto por Cristóbal Colón en su segundo viaje (1493); también allí se crean grandes plantaciones de caña de azúcar trabajadas por esclavos negros, y en el siglo XVIII se creó la Compañía de Barcelona en régimen de monopolio. En conclusión, España se nutría de su tabaco y su azúcar y, a la par, les vendían el trigo castellano y los textiles catalanes. Cuba y Puerto Rico vendían a EE.UU. y España le compraba a EE.UU., sujetos a un fuerte arancel.
  • Situación en Filipinas: El imperio español poseía también islas en Asia y Micronesia, las islas Carolinas, conquistadas en 1543, y las islas Marianas, conquistadas por Legazpi en 1571, pero sobre todo las islas Filipinas, llamadas en honor a Felipe II, conquistadas también por Legazpi. Filipinas fue el intermediario comercial entre Asia y América; en 1785 se fundó la Compañía Gaditana de Filipinas. EE.UU. estaba creando en ese momento su imperio en el Pacífico y estima que Filipinas podría ser una excelente base para controlar el mercado chino.

B) La Pérdida de Puerto Rico

Desde la segunda mitad del XIX suceden en Puerto Rico levantamientos independentistas. Desde 1868, nacen guerrillas independentistas, lideradas por Emeterio Betances. En 1868 se inició un levantamiento tras el llamado Grito de Lares. España fue obligada a abolir la esclavitud y, finalmente, en 1897 concede autonomía a la isla.

C) La Pérdida de Cuba

La independencia cubana se logra a raíz de tres guerras sucesivas:

  • La Guerra de los Diez Años (1868-78): En octubre de 1868, se inició la primera guerra de la independencia cubana, la Guerra de los Diez Años o Guerra Larga, con el llamado Grito de Yara. Fue liderada por Céspedes, Gómez y Maceo. En 1869, Céspedes fue elegido presidente de la República Cubana en armas y los esclavos fueron liberados en el territorio rebelde. Durante la monarquía de Amadeo de Saboya (1871-73) se produce una lucha ideológica por el tema de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico. España se dividió entre:
    • Abolicionistas: constituidos por dirigentes republicanos (Castelar, Pi i Margall) y algunos intelectuales como Giner de los Ríos.
    • Antiabolicionistas: La alta burguesía española con grandes plantaciones de azúcar y tabaco en la isla, liderados por el marqués de Manzanedo.
    El gobierno de Amadeo de Saboya intentó abolir la esclavitud y realizar reformas políticas. Las divisiones internas del ejército libertador permitieron el triunfo español en la Guerra de los Diez Años. Cánovas envió un ejército de 70.000 hombres al frente del general Martínez Campos, quien logró la pacificación. Finalmente, se firmó la Paz de Zanjón (febrero de 1878), se amplió la amnistía a los guerrilleros, permitiendo la salida de las islas de los disidentes cubanos, y un régimen de autonomía análogo al de Puerto Rico, legalidad de los partidos políticos, libertad de expresión, etc.
  • La Guerra Chiquita (1879-80): Un sector minoritario de guerrilleros encabezado por Mateo continuó la lucha, dando lugar a la llamada Guerra Chiquita, que tuvo escasa significación. Maceo tuvo que exiliarse de Cuba, pero la ceguera de Cánovas provocaría la definitiva Guerra de Independencia.
  • La Guerra de Independencia Cubana (1895-98): La guerra había arruinado la agricultura y las fortunas criollas y españolas. Entonces, EE.UU. vio su oportunidad y empezó a invertir en las plantaciones con vistas a su comercialización. Surgen nuevos grupos independentistas, liderados por el escritor José Martí, instalado en Nueva York, quien fundó en dicha ciudad el Partido Revolucionario Cubano en 1892 e inició la preparación de la definitiva guerra de independencia. Durante el gobierno largo de Sagasta, se abolió la esclavitud en la isla. España mantuvo fuertes aranceles proteccionistas en Cuba para impedir la llegada a la isla de productos norteamericanos.

Mckinley amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense al azúcar y el tabaco cubanos. José Martí y el P. Revolucionario Cubano organizan la oposición tanto al dominio español como al norteamericano en Cuba. En 1895 estalla en Cuba una Rebelión Independentista, tras el llamado Grito de Baire. La insurrección comenzó en la parte oriental de la isla. Martí contó con el apoyo de prestigiosos guerrilleros que habían adquirido experiencia en la Guerra de los Diez Años. Martí murió en combate en mayo de 1895, pero sus tropas siguieron hostigando a las tropas españolas. El gobierno de Cánovas envió al ejército de 37.000 soldados al frente del general Martínez Campos, pero no logró sus objetivos. Unos años después, en 1896, Martínez Campos fue sustituido por el general Valeriano Weyler, con un nuevo ejército de 140.000 hombres. Weyler practicó severos sistemas de represión, aplicó la táctica de tierra quemada y obligó a los campesinos a concentrarse en aldeas cerradas para aislarlos de las tropas rebeldes. Pese a ello, las tropas españolas no eran capaces de dominar la rebelión. Tras el asesinato de Cánovas, el nuevo gobierno liberal de Sagasta sustituyó a Weyler por el general Blanco y concedió cierta autonomía a Cuba. Sufragio universal, promete una constitución cubana por la cual el gobernador tendría un papel semejante al del rey español, igualdad de derechos con los peninsulares y autonomía arancelaria. Pero ya era demasiado tarde; la debilidad española animó a EE.UU. a intervenir en la guerra. En 1898, envió el acorazado Maine a la bahía de La Habana con el pretexto de salvaguardar los intereses norteamericanos y las vidas de sus súbditos. El 15 de febrero de 1898 tuvo lugar la voladura o explosión del acorazado Maine. Dos meses después (18 de abril de 1898), el Congreso y el Senado norteamericanos declaran la guerra a España en Cuba y Filipinas, con el pretexto de que ambas decían ser estados independientes. La guerra hispano-norteamericana tuvo dos frentes: Cuba y Filipinas. En mayo de 1898, España envió una flota al Caribe para defender Cuba y Puerto Rico, al mando del almirante Cervera, siendo destruida en la bahía de Santiago de Cuba por los barcos americanos blindados y con cañones de mayor alcance. Las tropas americanas desembarcaron en Cuba y ocuparon fácilmente la isla, pero EE.UU. en ningún momento reconoció al gobierno independiente de Cuba.

D) La Pérdida de las Filipinas

En Filipinas existían movimientos nacionalistas desde 1870, contra la tiranía de los ricos terratenientes españoles. Los nacionalistas son organizados por José Rizal. El general Aguinaldo, apoyado por Estados Unidos, reanudó la lucha. Al año siguiente, aprovechando la guerra entre España y Estados Unidos (1898), ocupó todo el territorio excepto Manila, apoyado por la flota norteamericana del Pacífico, que destruyó la escuadra española en Cavite.

E) Consecuencias

La Paz de París: Tras las derrotas de Cuba y Filipinas, las Cortes Españolas estudian las condiciones de paz impuestas por el presidente norteamericano, Mckinley. Finalmente, se firmó la Paz de París (10 de diciembre de 1898), cuyas cláusulas más importantes incluían: independencia de Cuba, cesión a Estados Unidos de Puerto Rico y de Guam, y cesión a Estados Unidos de Filipinas a cambio de una compensación económica de escasa importancia. Era el fin definitivo del imperio colonial español. Un poco después, en febrero de 1899, España vendió a Alemania los archipiélagos de Marianas, Carolinas y Palaos. Era el fin del imperio colonial español.

Los nuevos países en el ámbito de influencia norteamericana: El desastre español de 1898 abrió las puertas del colonialismo norteamericano:

  1. El caso de Cuba: Tras su independencia, Cuba elaboró una constitución en la que se incluyó la enmienda Platt (1901), que daba derechos a EE.UU. para intervenir militarmente en la isla y establecer bases militares. La resistencia cubana a estas medidas provocó una segunda ocupación de 1906 a 1909. Tras su independencia, los cubanos intentaban vender su tabaco y azúcar en EE.UU., pero se encontraron con tarifas arancelarias muy altas. En enero de 1934, Batista dio un golpe de estado con el apoyo norteamericano. En 1952, el propio Batista instaura una dictadura militar y potencia la penetración de capital norteamericano. La dependencia cubana de EE.UU. se prolongará hasta la Revolución comunista dirigida por Fidel Castro y su principal colaborador, Ernesto «Che» Guevara.
  2. Filipinas: Desde 1898, Filipinas pasa a depender de EE.UU., que instauró un régimen de ocupación y se dedicó a explotar las riquezas del país. Una vez afianzadas las empresas norteamericanas, se probó una constitución que establecía la autonomía interna, concediendo la plena independencia a Filipinas en 1946.
  3. Puerto Rico: La Ley Foraker estableció un gobierno civil en la isla designado por el presidente de EE.UU. y se multiplican las empresas americanas dedicadas a la caña de azúcar. Desde 1952, Puerto Rico es un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, aunque sus habitantes han rechazado en varias ocasiones convertirse en el estado 51º de la Unión. También EE.UU. mantiene estrechos contactos con las antiguas islas españolas de Oceanía.

El Despertar de las Consecuencias: La Crisis del 98 Vista por los Intelectuales

A) Crisis Económica, Social y Política, Más Visible Tras la Derrota

Según Tuñón de Lara, la crisis del 98 puso a la luz todas las miserias de España. Fue una crisis total que afectó a todas las estructuras de la sociedad española. Los años finales de la Regencia de María Cristina de Habsburgo viven una profunda crisis en varios sentidos:

  • a) Crisis económica: España vive un período de esplendor económico, sobre todo en Cataluña, donde se habla de la «fiebre del oro». Sin embargo, a partir de 1886 se produce una aguda crisis caracterizada por la inflación y la disminución del comercio exterior (la llamada crisis finisecular del siglo XIX), pérdida de sus últimas colonias, quiebra de la hacienda, producida por los gastos y deudas de la guerra colonial.
  • b) Crisis política: La oposición republicana, obrera y nacionalista, que trata de poner fin a la farsa caciquil.
  • c) Crisis social: La crisis económica repercute en el ámbito social, provocando un intenso paro. Ello deriva a su vez en huelgas y terrorismo anarquista: acciones de la Mano Negra, bomba del Liceo, asesinato de Cánovas. El desarrollo industrial en algunas zonas acrecentó el peso de la clase obrera.
  • d) Crisis militar: Se viene abajo el mito del imperio español. Además, los soldados y oficiales de Cuba y Filipinas –después de sufrir los estragos de las enfermedades tropicales y la guerra de guerrillas– llegan a España y comprueban que nadie les agradecía sus servicios. Los políticos sabían de la clara inferioridad española y, pese a ello, lo apoyaron. Todos los partidos apoyaron al Gobierno. La derrota supuso, pues, una desilusión mayor en la opinión pública. Muchos políticos y escritores atacaban al ejército, al que consideraban un gasto inútil. Los oficiales, indignados, se alejaron del sistema parlamentario. La prensa extranjera presentó a España como un país hundido, con un ejército ineficaz y un sistema político corrupto. Pero la crisis de 1898 más que política o económica fue sobre todo una crisis moral o ideológica, de la cual derivarán el Regeneracionismo y la Generación de 1898.

B) El Regeneracionismo

Corriente político-ideológica surgida tras el desastre de 1898 (pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico) cuyo objetivo era buscar soluciones en el terreno político, social y económico, y situar a España al mismo nivel que los países más avanzados de Europa. Sus figuras más representativas fueron:

  • Valentín Almirall, en su «España, tal como es», afirmaba que España solo era superior al resto de países europeos en deuda pública y en número de generales.
  • Santiago Alba, en su obra «Los problemas de España», habla de un país dominado por la «coalición de los estómagos».
  • Joaquín Costa, político y escritor de fines del XIX, fue diputado republicano y alcanzó una extraordinaria popularidad con sus obras: «Oligarquía y caciquismo». Su programa se resumía en las siguientes propuestas:
  1. Aumento de escuelas primarias y del Bachillerato, idea recogida en su lema «despensa y escuela», se acelera el proceso de alfabetización, sobre todo en la mitad norte del país, mientras que en el sur se mantendrán tasas de analfabetismo superiores al 50%.
  2. La recuperación económica a través de una profunda reforma agraria y el desarrollo de políticas hidráulicas.
  3. Defiende la necesidad de un «cirujano de hierro», es decir, un gobernante autoritario que, con carácter temporal, modernizara y solucionara los graves problemas de España.

En 1900, el propio Costa fundó un nuevo partido político, la Unión Nacional, cuyo lema era “despensa y escuela” y “ponerle siete llaves al sepulcro del Cid”. El Regeneracionismo tuvo su influencia en la política. El primer gobierno regeneracionista fue el gobierno de Silvela-Polavieja, que pretendió llevar a cabo una «revolución desde arriba». Pero el regeneracionismo político ocupará también el Gobierno Largo de Maura y el gobierno liberal de Canalejas, que tratan de modernizar el país desde distintas perspectivas. También se autojustifica como tal la dictadura de Primo de Rivera.

C) La Generación del 1898

Fue una generación de intelectuales que viven la crisis de 1898 y tratan de analizar las causas del «desastre». Sus principales representantes fueron Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz, «Azorín», Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado o Ramón Mª del Valle Inclán. Cultivaron géneros variados (ensayo, novela, teatro o poesía). Finalmente, el teatro popular culpó a Estados Unidos del desastre español.

La Guerra Colonial de Marruecos (1893-1926)

Tras el desastre de 1898, España quedó reducida a la condición de pequeña potencia europea, cuyas posibilidades colonizadoras se limitaban a Marruecos.

A) La Situación Antes del 98: Los Precedentes

España poseía desde el siglo XV varios establecimientos litorales en el norte de Marruecos. A fines del siglo XV conquistan Melilla y el Peñón de Vélez. En el siglo XVII se conquistó Alhucemas. En 1668, Ceuta pasó a manos de España, intercambiada por Sacramento. Pero será en el siglo XIX cuando Francia, España, Alemania y Gran Bretaña se disputen el dominio de Marruecos:

  1. Durante el gobierno de la Unión Liberal (1856–1863) se resucitan sueños de grandeza imperial, a través de la Guerra de Marruecos. En 1859, un ejército español de 160.000 hombres desembarca en Ceuta. En 1860, tras la batalla de los Castillejos, Prim ocupó Tetuán. Por el Tratado de Wad-Ras, logra el derecho de pesquería en Ifni y una indemnización económica. Ifni no fue ocupada militarmente hasta 1934, durante la II República española.
  2. Durante el reinado de Alfonso XII se inicia la penetración española en el Sahara occidental, estableciéndose factorías en Río de Oro y Bahía Blanca.
  3. Durante la Regencia de María Cristina de Habsburgo estalló la llamada primera Guerra de Melilla y el gobierno español tuvo que mandar tropas de refuerzo y nombró jefe supremo al general Martínez Campos. Finalmente, en 1894, el sultán firmó la paz.

B) El Interés Español por Marruecos se Multiplicó Tras la Pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico

Tras la mayoría de edad de Alfonso XIII, España y Francia fijan las zonas de influencia.

  • Acuerdo hispano-francés: En 1904, un acuerdo hispano-francés delimitó las zonas de influencia, favoreciendo a Francia. Se produjo la Conferencia de Algeciras, donde se ratificaron las áreas de influencias de España y Francia. Inglaterra, deseosa de frenar el avance francés, apoya a España en su pretensión de adquirir también su propio protectorado.

Se inician entonces las Campañas de Marruecos u ocupación militar española de Marruecos:

  • Campañas de Marruecos (1909–1927): En julio de 1909, algunas tribus del Rif atacan las fuerzas españolas de Melilla y a los obreros de la Compañía Minera del Rif. El general Pintos fue derrotado en el Barranco del Lobo. La llegada de estas noticias motivó un decreto que movilizaba a los reservistas. Ello provocó manifestaciones contra la guerra en Madrid, Zaragoza, Alcoy y, sobre todo, la Semana Trágica de Barcelona del 1909. Tras la victoria del monte Gurugú, se firmó el tratado de Mokri (1910), que puso momentáneamente fin a la guerra y Melilla se transformó en capitanía general. En 1911, España ocupó temporalmente Tetuán, Larache y Alcázarquivir, para frenar un posible avance del ejército francés. En 1912, se firmó un nuevo Tratado hispano-francés (noviembre, 1912) por el cual España recibió, en protectorado, el norte de Marruecos (región del Rif) y una zona en el sur (la región de Ifni). España nombró un Alto Comisario. Durante la I Guerra Mundial, el protectorado de Marruecos estuvo en calma.

Del desastre de Annual al desembarco de Alhucemas: La Guerra Independiente del Rif (1921–1926). En julio de 1921, el general Silvestre inicia una campaña militar adentrándose en el corazón del Rif sin proteger suficientemente su retaguardia. Entonces, las cabilas rifeñas (tribus de beduinos de las montañas del Rif) se lanzan a la lucha, dirigidas por Abd-el-Krim. Éste era un caudillo que ocupó importantes cargos en la administración del protectorado español. En julio de 1921, obtuvo la victoria de Annual. Incluso llegó a organizar un estado independiente con capital en Axdir. El desastre de Annual hizo tambalear el sistema político. Se formó una comisión dentro del Parlamento (Comisión Picasso) y se produjo el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera. Una vez en el poder, Primo de Rivera modificó la política seguida hasta entonces:

  • Inició la contraofensiva.
  • Evacuó los puestos de difícil defensa.
  • Acordó con los franceses una operación conjunta contra Abd-el-Krim, que había irrumpido en territorio francés.

En septiembre de 1925, Primo de Rivera en persona, junto a 200.000 soldados españoles, llevó a cabo el desembarco de Alhucemas, logrando expulsar a Abd-el-Krim de Axdir. Mientras tanto, Francia envió al general Pétain. Finalmente, el emperador del Rif se rindió en junio de 1926. Abd-el-Krim fue deportado a la isla de Reunión.

Conclusión

La pérdida del imperio colonial supone la constatación de la debilidad española y llevará graves problemas a España: Semana Trágica de 1909, dictadura de Primo de Rivera, ejército africano sobredimensionado y agresivo, básico en la Guerra Civil…

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