Cultivos predominantes en el interior peninsular


4. Los paisajes agrarios españoles

Son el resultado de la evolución de los elementos y factores físicos y humanos, y entre los que se pueden distinguir cuatro grandes dominios agrarios: paisajes atlánticos, de interior, mediterráneos y el de las Islas Baleares y Canarias.

4.1. La España atlántica

Esta parte posee un clima relativamente húmedo durante todo el año y con una topografía muy accidentada. Las principales actividades primarias que se dan son la ganadería, la explotación forestal, la agricultura y la pesca.

La abundancia de prados explica el tradicional desarrollo de la ganadería orientada hacia una explotación moderna, intensiva y de producción láctea.

La actividad forestal también presenta una importante significación económica, en la que predominan los árboles de hoja caduca, ocupan extensas superficies los espacios repoblados de pino y eucalipto que son objeto de explotación controlada orientada a la industria del mueble y del papel.

La agricultura desempeña un papel menos destacado aunque los cultivos tradicionales de la zona son el trigo, maíz, patata y plantas forrajeras destinadas a la alimentación del ganado. La agricultura atlántica se desarrolla en minifundios generalmente, y el paisaje predominante es del bocage, existiendo un poblamiento disperso que tiende paulatinamente a la concentración.

4.2. La España interior

El clima es mediterráneo continentalizado y la topografía bastante diversa, pero en estas tierras la agricultura y la ganadería son las bases del sector primario, así se establecen paisajes bastante contrastados:

– En las montañas y penillanuras predominan las explotaciones forestales y ganaderas extensivas, la agricultura solo se aprovecha en los valles con el cultivo de cereal y algunos viñedos. Las dehesas extremeñas, andaluzas y salmantinas son los mejores ejemplos de las explotaciones agropecuarias propias de los suelos pardos y accidentados.

– En las campiñas del interior destacan los cultivos de secano extensivo, siendo bastante común la rotación de cultivos y la práctica del barbecho; destacan los cultivos que constituyen la trilogía mediterránea sometidos a las directrices marcadas desde la PAC. Las áreas cerealistas se sitúan en la submeseta norte, y el viñedo y el olivar en la submeseta sur. Los cultivos industriales sometidos a un control más riguroso tienen zonas asignadas desde la PAC. Destacan los cultivos de algodón y remolacha en Andalucía, el girasol en Castilla-La Mancha, y el tabaco en determinadas áreas del valle del Tajo.

Junto a estos cultivos se ha desarrollado una ganadería ovina que aprovecha el pasto de las tierras en descanso, y que en pocos sitios se hace todavía la trashumancia. El ganado porcino tiene un papel destacado en las zonas de dehesa.

Las superficies transformadas en regadío han tenido una gran extensión en las últimas décadas gracias a la construcción de embalses y canales, en ellas se cultiva tomate, arroz, frutas…

La política de promoción de la calidad alimentaria se ha convertido en una pieza clave en el futuro de muchos productos agrícolas y en general del medio rural.

En la España interior coexisten el minifundio y el latifundio, así en la depresión del Ebro predominan las pequeñas explotaciones muy parceladas, mientras que en Andalucía y Extremadura destaca la gran propiedad, siendo el poblamiento concentrado el más frecuente.

4.3. La costa mediterránea y baleares

Tienen un clima típico mediterráneo con temperaturas elevadas y escasas precipitaciones, y es un área que ha sufrido una intensa transformación orientada a aumentar producciones y rentas agrarias.

La agricultura de regadío ha cobrado un gran dinamismo, se trata de una agricultura que utiliza técnicas muy modernas de carácter intensivo. Por otro lado, las deficiencias de agua incluyen esta zona dentro de las áreas afectadas por el Programa AGUA.

Los principales cultivos son las hortalizas, presentes en todo el litoral durante toda la temporada, y los cítricos y frutales no cítricos. Las nuevas técnicas de cultivo han permitido la práctica de cultivos subtropicales de alto valor en los mercados nacionales e internacionales.

La ganadería queda relegada a un segundo plano, aunque existen numerosas explotaciones intensivas que se practican en las zonas de mayor concentración demográfica orientadas a una abundante demanda de carne, leche, huevos y embutidos.

Con unas explotaciones de tipo mediano, e incluso pequeño, el litoral de la España mediterránea y de las Baleares ofrecen un paisaje de huerta, invernaderos y frutales, dotado de unas infraestructuras óptimas destinadas al regadío y a los transportes.

4.4. Las Islas Canarias

Presentan un clima con temperaturas agradables durante todo el año y con escasas lluvias, lo que junto con el abrupto relieve y los suelos poco fértiles explican la singularidad del paisaje canario.

A pesar de estas dificultades la agricultura canaria constituye una importante fuente de ingresos pues sus productos alcanzan un elevado valor añadido en los mercados nacionales e internacionales. Destacan los plátanos y otros cultivos subtropicales como el kiwi y la piña así como las patatas tempranas y los tomates


Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *