Dictadura de Primo de Rivera esquema


13.2.
La dictadura de Primo de Rivera.

            Introducción: El 13 de Septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, dio un golpe de Estado que contó pronto con la comprensión y apoyo de Alfonso XIII. Rápidamente se declaró por parte de los sublevados el estado de guerra, la suspensión de las garantías constitucionales y la disolución de las Cortes. Así, el régimen de la Constitución de 1876 era sustituido por una dictadura militar, ante la indiferencia de la opinión popular.

            Causas del Golpe de Estado: El golpe contó con el acuerdo de la alta burguésía, las clases medias y el Ejército, descontentos con la situación de crisis que atravesaba el país. Las razones eran las siguientes:
descontento del Ejército tras el desastre de Annual; auge de los nacionalismos periféricos, y ascenso de republicanos y del movimiento obrero; y triunfo del fascismo en Italia el año anterior. En cuanto al Ejército, autor del golpe, diremos que en él destacaron dos movimientos dispuestos a derrocar el Gobierno liberal (punto de conexión entre ambos grupos). Por un lado, el grupo de Barcelona estaba vinculado a las Juntas de Defensa y, por otro, el de Madrid estaba formado por africanistas. Primo de Rivera fue quien sirvió de enlace entre ambos grupos, por lo que puede que esta fuese la razón de que fuera aceptado como jefe de la sublevación.

            Directorio Militar: La dictadura atravesó dos etapas principalmente: el Directorio Militar y el Directorio Civil. La primera de ellas transcurríó entre 1923 y 1925, comenzando tras el golpe, al constituirse Primo de Rivera como ministro único y siendo asesorado por un Directorio Militar. No obstante, tras este gobierno se encontraban los intereses del mismo bloque de poder que había estado dirigiendo España durante la Restauración: la oligarquía de terratenientes e industriales.

            Las primeras medidas que se tomaron fueron: la prohibición de la bandera y el himno catalán, y la restricción de la lengua catalana al ámbito privado; una política de fuerte represión contra el desorden público; la formación de la Uníón Patriótica, partido único bajo la dirección militar; y el intento de erradicar el caciquismo mediante la suspensión de los ayuntamientos y el procesamiento de los funcionarios corruptos.

            El momento de mayor éxito del Directorio se dio con el desembarco de Alhucemas en 1925, con el que se puso fin a la resistencia de las cabilas del Rif, lideradas por Abd-el-Krim. Con esta operación militar se ponía fin a la guerra con Marruecos, lo que dio a Primo de Rivera un gran prestigio entre la opinión pública.

            Directorio Civil: Ese mismo año, 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, al que se incorporaron algunos seguidores de Maura, sustituyó al Directorio Militar, tratando de institucionalizarse la Dictadura. En este proceso, en 1927, se constituyó la Asamblea Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros del partido único elegido por sufragio restringido y de orientación contraria al liberalismo. El modelo era el del Consejo Fascista en Italia. Sin embargo, el intento de elaborar por parte de la Asamblea una ley fundamental para el Estado fracasó.

            En política económica, se mantuvo una línea proteccionista e intervencionista, dirigida a promover la producción nacional. La aportación más positiva fue la inversión en obras públicas, especialmente carreteras y embalses hidráulicos. No obstante, el excesivo intervencionismo trajo consigo consecuencias negativas: la limitación de la iniciativa privada; el excesivo gasto que condujo a una elevación del déficit público; y la pérdida de competitividad de los productos españoles en el extranjero, que dio lugar a un déficit de la balanza comercial.

            En política social, se establecíó la Organización Corporativa del Trabajo, una serie de comités paritarios que tenía como fin arbitrar las relaciones entre patrones y obreros. Estos comités favorecieron en muchas ocasiones a los trabajadores, por lo que fueron vistos con recelo por parte de los patronos. Recibieron el apoyo de los socialistas, que representaron de forma mayoritaria a los trabajadores dentro de los propios comités. En este sentido, los sucesores de Pablo Iglesias, Largo Caballero y Julián Besteiro, no tuvieron reparo en utilizar la Dictadura para organizar a los trabajadores.

            Oposición: Así, a pesar de los fracasos institucionales, la Dictadura dio lugar a una situación de orden y de cierto crecimiento económico. Sin embargo, pronto contó con elementos de oposición. Por un lado, había un amplio espectro de liberales, conservadores, republicanos, socialistas, anarquistas, intelectuales o estudiantes. Por otro lado, dentro de las filas del Ejército, comenzó a crecer el descontento ante algunas arbitrariedades de Primo de Rivera, como la de colocar a algunas socialistas dentro del sistema.

            Fin de la Dictadura: El golpe de gracia a la Dictadura vendría de fuera: el crack de la bolsa de Nueva York, en 1929. A pesar de que las consecuencias se hicieron sentir menos en España que en otros países, la situación provocó un creciente descontento social, producíéndose huelgas y acrecentándose la oposición. Carente de apoyos sociales, el 27 de Enero de 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al monarca y marchó a París donde moriría dos meses después.

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