El Camino a la Democracia en España: Reformas y Desafíos Postfranquistas


La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia

El Escenario Político Postfranquista

Tras la muerte del dictador, se plantearon diversas opciones políticas:

  • Por un lado, el continuismo, defendido por los inmovilistas (el búnker).
  • La ruptura, defendida por la oposición clandestina de izquierda.
  • O el reformismo, que buscaba la democratización desde el consenso.

Ante esta situación, el rey optó por la continuidad de Arias Navarro como presidente del Gobierno y nombró a Torcuato Fernández Miranda presidente del Consejo del Reino y de las Cortes.

El Gobierno de Arias Navarro: Un Intento Fallido de Reforma

Arias Navarro configuró un gobierno en el que participaron reformistas e inmovilistas, lo que hizo visible la división interna. Llevó a cabo un tímido programa de reformas que pronto generó decepción en la sociedad, pues se le identificaba con el inmovilismo del búnker. Mientras tanto, en junio de 1976, Adolfo Suárez defendió ante las Cortes un proyecto de Ley de Asociaciones, que no fue aprobado y quedó reducido a una Ley Reguladora de Reunión que limitaba el derecho de las asociaciones políticas.

La Incapacidad de Arias Navarro y la Oposición Unida

Cada vez era más clara la incapacidad de Arias Navarro para transformar el régimen, lo que derivó en 1976 en manifestaciones y huelgas que reclamaban democracia, a lo que se unió la actividad terrorista. La respuesta del gobierno seguía siendo la represión. Desde la oposición, se fusionaron la Junta Democrática (del PCE) y la Plataforma de Convergencia Democrática (del PSOE y los nacionalistas catalanes), dando lugar a la “Platajunta”. Esta exigía el fin del régimen franquista, la legalización de los partidos políticos y unas elecciones generales dentro de un proceso constituyente.

Adolfo Suárez: El Impulso Decisivo hacia la Democracia

Arias Navarro no consiguió negociar ni con el búnker ni con la oposición, por lo que se vio forzado a dimitir el 1 de julio de 1976. El 5 de julio, Juan Carlos I nombró como Presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, un burócrata falangista capaz de impulsar el cambio, guiado por Torcuato Fernández Miranda. Así quedó establecido el segundo gobierno de la democracia.

Desafíos Iniciales del Gobierno de Suárez

Este nombramiento no fue muy aclamado, pues la sociedad apenas conocía a esta nueva figura política y no contaba con la aprobación de los inmovilistas ni de la oposición. A pesar de ello, su gobierno tenía que hacer frente a la grave crisis económica y a dos aspiraciones fundamentales de los españoles: establecer un régimen democrático sustentado en una Constitución y responder a las aspiraciones autonómicas de las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia).

Las Reformas Clave de Adolfo Suárez

Para cumplir con sus objetivos, llevó a cabo diversas iniciativas que manifestaban su voluntad de cambio:

  • Tras ser nombrado, legalizó los derechos de reunión, manifestación y asociación.
  • A esto se unió la aprobación de la amnistía de los presos políticos.
  • Comenzó a establecer contacto con los sindicatos y los partidos opositores.

Pero lo más destacado fue la proposición de una Ley para la Reforma Política.

La Ley para la Reforma Política: El Desmantelamiento del Franquismo

En septiembre de 1976, Suárez presentó el proyecto de la Ley para la Reforma Política al país, y tras un tenso debate, fue aprobada por las Cortes franquistas en noviembre. Posteriormente, el 15 de noviembre, fue sometida a referéndum y contó con la aprobación del 94% de los votos. Finalmente, el 4 de enero de 1977, la ley entró en vigor, lo cual significaba el desmantelamiento del franquismo desde su propia legalidad, ya que las propias instituciones franquistas firmaban su fin. El contenido fundamental de la ley establecía un sistema bicameral (Congreso y Senado) elegido democráticamente, de modo que el gobierno estaba obligado a convocar elecciones democráticas. La ley también disponía la elaboración de una Constitución por las nuevas Cortes surgidas tras las elecciones.

Legalización de Partidos y Sistema Electoral

En febrero de 1977, fueron legalizados los partidos políticos, con excepción del PCE. En marzo, se estableció el sistema proporcional, corregido mediante la votación por listas cerradas y el método D’Hondt (fórmula electoral que permite la asignación de un mayor número de diputados a los partidos más votados para formar mayorías). Finalmente, el 9 de abril de 1977, Adolfo Suárez legalizó al PCE (Partido Comunista de España), aunque esta iniciativa no contó con el apoyo de los franquistas inmovilistas.

Obstáculos en el Camino a la Democracia

A su vez, la actividad política se vio entorpecida por el terrorismo de ETA y del GRAPO. A esto se unió una extrema derecha opuesta a la democratización, cuyo acto más relevante fue la matanza de cinco abogados laboralistas en Madrid en enero de 1977.

Las Primeras Elecciones Democráticas

En poco tiempo al frente del gobierno, Adolfo Suárez había tomado los pasos necesarios para instaurar una democracia. El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936.

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