Comunicación Alternativa y Contrainformación: Estrategias de Enfrentamiento y Transformación Social


Comunicación Alternativa y Contrainformación: Premisas Fundamentales

Lo contrainformativo, lo popular, lo participativo; las diferentes formas de entender lo alternativo están asociadas a un proyecto más amplio. En cuanto a la Comunicación Alternativa y la Contrainformación, existen tres premisas clave:

1. Primer Acercamiento: La Voluntad Instrumental

Se destaca la voluntad instrumental que, como describe Margarita Graziano, remite a una praxis transformadora de la estructura social en tanto totalidad.

El elemento determinante de la comunicación alternativa es su proyecto de cambio radical de la sociedad, en su inserción en un lugar y en una perspectiva de enfrentamiento a lo dominante.

Respecto al tema del poder, podemos tener en cuenta las dos dimensiones de la comunicación alternativa: material y discursiva. Aquí entra en juego lo contrainformacional. Existe una relación dialéctica entre comunicación alternativa y contrainformación.

Para A. Cassigoli, ambos conceptos pertenecen a mundos diferentes: la contrainformación tiende a criticar y dar vuelta la información oficial y, con la óptica de la clase trabajadora, ponerla a su servicio, sin necesidad de crear otros medios paralelos o alternativos. El transmisor de la relación informativa siempre es institucional, ya que estas instituciones tienen la capacidad económica y el aval político para poder operar. La contrainformación se relacionará siempre con este concepto de información, que implica un transmisor institucionalizado.

La contrainformación no se relaciona dialécticamente con lo informativo, sino que se refiere a una interpretación política del mensaje oficial capaz de provocar formas comunicativas y no puramente informativas. Para Cassigoli, la contrainformación es la lectura crítica de los medios, que excede el concepto de medio para situarse en la crítica permanente y, por otro lado, abre la posibilidad de pensar. Este acercamiento tiende a reducir la agenda del debate a los temas impuestos por los medios del sistema. Las experiencias contrainformacionales no están encadenadas porque:

  1. En tanto discurso propio, no se limita a dar vuelta la información oficial; es una forma de intervención.
  2. La lectura crítica no se limita a los hechos que pueden ser noticiables por los medios masivos, sino que abarca la propia realidad y lo que queda fuera de los medios por el proceso de jerarquización noticiosa.
  3. Las prácticas alternativas contrainformacionales que se enmarcan en un proyecto de cambio social definen su agenda de acuerdo a los objetivos políticos del grupo que integran.

El gran problema para los medios de contrainformación es la generación de información propia, construir otro modelo de noticiabilidad. Existen momentos en los cuales las agendas coinciden; pero el tratamiento es desde lados opuestos. Afirma el Grupo de Cine Alavío que los medios masivos y los medios alternativos se terminan cruzando en el campo de batalla. La tarea contrainformativa es poner en evidencia los mecanismos de ocultamiento y tergiversación de los medios masivos, y dar vuelta la información oficial. La disputa por el sentido no se ejerce solo en los momentos «calientes», cuando las agendas son compartidas, sino también en la cobertura de lo que para los medios no es noticia.

2. Derribando Mitos: La Falsedad del Periodismo Independiente

Hablar de comunicación alternativa haciendo eje en la contrainformación implica aceptar algunas premisas básicas.

Primera Proposición: Enfrentamiento y Orden de Clase

La contrainformación supone enfrentamiento, no solo contra el discurso oficial, sino también contra el orden (de clase) establecido. En la contrainformación se integran estrategias de dominación y de subversión. Todas las prácticas comunicacionales que se asumen como contrainformativas se definen en relación con un proyecto de cambio social.

Segunda Premisa: Imposibilidad del Periodismo Independiente

La segunda premisa es la imposibilidad de seguir aceptando el mito del periodismo independiente. Chomsky, refiriéndose a los periodistas que se definen independientes, escribe: «Dicen, nadie me dice qué tengo que escribir. Escribo lo que quiero… lo cual es cierto, pero no estaría ahí si no hubieran demostrado previamente que nadie tiene que decirles qué escribir porque ya dirán lo correcto ellos mismos«. La eliminación de la idea de independencia es central: todos los medios que definen su práctica como contrainformativa hacen explícito su carácter dependiente de un proyecto de transformación social.

Es muy difícil encontrar prácticas comunicacionales en el circuito oficial que asuman explícitamente su carácter dependiente de algún tipo de proyecto extramediático. Por el contrario, construyen el mito de la independencia periodística.

Cuando hablamos de contrainformación, ponemos el acento en el carácter del compromiso político. La prensa oficial se articula sobre tres ejes: independencia, objetividad, verdad; mientras que las prácticas contrainformativas se basan en: dependencia, subjetividad, verdad. Gabriel Levinas señala que uno de los problemas que pretenden ser esquivados es la relación medios-anunciantes, los condicionantes materiales del trabajo periodístico.

Como sucede en todo juego de intereses políticos y económicos, surgen oposiciones y conflictos que generan grietas que el discurso contrainformativo puede aprovechar. Carlos Lins Da Silva observa que el contenido de los medios de comunicación cambia a medida que cambia el panorama de la lucha de clases en la sociedad y en su propio interior. Esto permite que las contradicciones del terreno favorezcan la posibilidad de «colar» las voces propias. Pero es necesario estar atentos a los nuevos atajos o a la refuncionalización de aquellos que habían quedado en el archivo del sistema.

3. Reconocimiento de la Manipulación

El momento de la recepción (tercer campo; 1 y 2 son el campo de la emisión) es la instancia privilegiada de la lucha ideológica. Hablar de contrainformación supone una perspectiva manipulatoria de los medios. Los grupos con proyectos de cambio social vieron en la contrainformación un mecanismo de desalienación del individuo. Si la información es controlada, seleccionada e incluso distorsionada, el individuo partirá de una base parcial y probablemente falsa para formar su juicio. El problema de la manipulación se instala en la pelea por dominar la formación de dicho juicio.

Enzensberger define el término manipulación como una consciente intervención técnica en un material dado. Si esta intervención es de una importancia social inmediata, la manipulación constituye un acto político. Así, toda utilización de los medios presupone una manipulación. La cuestión radica en quién manipula los medios.

Frente a la inexistencia de la «no manipulación», la posibilidad de resistirla pasa por aprender sus técnicas, lo que abre la posibilidad a la producción propia. Este autor plantea un tipo de democratización técnica de la palabra. En este sentido, la idea de manipulación adquiere un carácter positivo: se trata de enfrentar la dominación utilizando sus mismas técnicas. Técnicas y tecnologías no son neutras ni democratizadoras en sí mismas. El eje está en usos sociales diferentes a los que realizan las prácticas comunicativas dominantes. Existen dos dimensiones de manipulación: 1) tratamiento sobre los materiales en el momento de la emisión; 2) efecto que dicho tratamiento produce en el receptor.

Con los años se han ido abandonando las concepciones más duras de la manipulación, aquellas que ven la relación emisor/receptor como una relación de dominación vertical y unilateral, avanzando hacia propuestas que otorgan mayor poder de autonomía al receptor. La emergencia de nuevos actores con planteos de cambio social colocará en escena el tema de la contrainformación. Manipulación y contrainformación son conceptos ligados.

El reconocimiento de la existencia de manipulación al hacer explícitos los mecanismos de la misma constituye la tercer premisa. Rodolfo Walsh llevó a la práctica medios de comunicación contrainformativos. Cada situación política tuvo su medio de comunicación contrainformacional. La comunicación alternativa no puede ser conceptualizada como un a priori a la experiencia, se realiza en la práctica.

Las tres premisas vuelven sobre el tema del poder: se trata de pensar los medios contrainformacionales como herramientas destinadas a un proyecto de cambio social. Enfrentamiento, dependencia política y reconocimiento de manipulación son los ejes (emisor → receptor → contexto).

La Comunicación Alternativa: Crisis y Transformación (La Experiencia Europea)

Prado Pico

La comunicación alternativa es una ilusión teórica y como tal no existe; lo que sí existen son las utilizaciones alternativas de los medios. La Comunicación Alternativa es un proceso que permite una inversión de signo respecto a la comunicación dominante. Esta inversión puede darse a distintos niveles comunicativos: del contenido, de la naturaleza del proceso y de la función social que procede de los dos anteriores.

Rasgos de la Ilusión Teórica

Convertir al receptor en emisor es el primer desafío. Brecht afirmaba que la radio sería el más fabuloso aparato de comunicación si supiera no solamente transmitir, sino también recibir, no solo hacer oír, sino también hacer hablar, ponerse en comunicación con él. La utilización de las tecnologías audiovisuales se moldea con tres corrientes analíticas de izquierda:

  1. Enzensberger: Expone la influencia del control económico de la tecnología en la toma de la palabra.
  2. Baudrillard: Se habla de forma que no se puede ser respondido; la revolución en este campo solo estará en la restitución de esta posibilidad de respuesta. Supone el trastorno de toda la estructura actual de los medios.
  3. Althusser: Preocupaciones por las relaciones entre el poder del Estado y sus aparatos ideológicos; la denuncia de las lógicas de integración permite articular la práctica comunicativa alternativa desde una posición de vigilancia frente a los peligros de recuperación ideológica.

Marco de Emergencia

En los años 70, Europa experimentó una transformación política y social. Los conflictos sociales se generalizaron, la ciudad sustituyó a la fábrica y los problemas laborales dejaron de tener un papel central. Se rompe la separación tradicional entre vida pública y privada. En el nuevo esquema económico que deriva de la sociedad postindustrial, los partidos de masas se manifiestan en los nuevos conflictos. Las mujeres, los jóvenes y los parados adquieren significados en cuanto tales. Las propias características del proceso productivo de la información se encargarán de dejar fuera de circulación los contenidos de los nuevos movimientos.

Las características del circuito dominante mencionado pueden resumirse en:

  1. Información fragmentada, descontextualizada y con detalles superfluos.
  2. La lógica productiva de la novedad interrumpida (noticiarios) solo es posible satisfacerla mediante detalles fragmentados, reales o imaginarios.
  3. Se basa en la rapidez con que se suministran porciones de novedad. Es más importante impactar varias veces al receptor con detalles de un mismo hecho central que hacerlo una sola vez de forma reflexiva y profunda.
  4. Las fuentes son más apreciadas, ya que ofrecen más fragmentos listos para su circulación. Las privilegiadas son las grandes agencias. Los productos suministrados a dosis por estas fuentes especializadas están en permanente circulación.
  5. Las informaciones generadas en otros ámbitos sociales solo acceden al circuito si son susceptibles de ser espectacularizadas con opiniones emitidas por personajes o expertos ajenos al proceso.
  6. La intervención del periodista se reduce a unas técnicas de confección sobre el acontecimiento, de fragmentos dados por las fuentes especializadas. Los medios son aparatos de confección.
  7. Los temas que desafían la lógica productiva quedan fuera de circulación sin efectuar un control o censura explícita.
  8. Cada vez son más los sectores que se expresan solo en los procesos sociales, pero no en los medios. Los contenidos generados por estos quedan excluidos del acceso a los aparatos.
  9. El proceso de concentración se sitúa en los aparatos de producción y en las fuentes.

Esta lógica productiva deja fuera de circulación los contenidos generados por amplios sectores sociales. Esta exclusión sistemática y sus urgentes necesidades expresivas les conducen a la articulación de experiencias alternativas con los medios audiovisuales: dan vida a las radios y televisiones libres.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *