El Imperialismo y la Era de las Potencias Mundiales: Un Vistazo Histórico


El Imperialismo y la Era de las Potencias Mundiales

En el último cuarto del siglo XIX, las grandes potencias dominaron la economía y la política de territorios. Esta expansión territorial, intensa entre 1870 y 1914, sirvió como salida para sus productos y respondió a diversas causas, aunque la dominación colonial perduró hasta mediados del siglo XX.

Del Colonialismo al Imperialismo

El colonialismo se define como la forma de dominio territorial, político, económico o cultural de un país sobre otro. El colonialismo europeo se inició en el siglo XVI, con potencias como España y Portugal expandiéndose por América. Exploraron económicamente los territorios colonizados y crearon sociedades, pero sin establecer un control político y militar estricto. Entre finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, las nuevas ideas liberales y los conflictos políticos frenaron esta expansión y facilitaron la independencia de la mayoría de las colonias americanas.

A partir de 1870, la expansión económica del capitalismo dio paso a lo que conocemos como imperialismo. El imperialismo implicó la ocupación de territorios poco explotados en África, Asia, América Latina y Oceanía, mediante la ocupación militar y el control político y económico por parte de un grupo de colonizadores.

Causas del Imperialismo

Hasta 1870, la ocupación de territorios no respondía a una voluntad estatal planificada para repartirse el mundo. Los gobiernos intervenían paulatinamente, y los territorios se convertían en colonias. Posteriormente, empresas, científicos y aventureros se establecieron por su cuenta en diversos lugares.

Formas de Dominación Colonial

Podemos distinguir diferentes formas de dominación colonial según el tipo de poblamiento:

  • Colonias de explotación: Territorios controlados por la metrópoli, donde una minoría explotaba los recursos naturales en beneficio propio, sin considerar las necesidades de la población local.
  • Colonias de poblamiento: La población europea era abundante y llegó a sustituir a la población autóctona. Los colonos se quedaban con las tierras fértiles, dejando a la población originaria sin recursos.

Existían también territorios explotados por su interés comercial, conocidos como concesiones, que algunos países ofrecían. Las condiciones económicas establecidas en estos pactos eran más favorables a los estados colonizadores, ya que conseguían libertad de comercio.

Tipos de Gobierno Colonial

Se distinguen varios tipos de gobierno colonial:

  • Colonia: Territorio donde el gobierno local era sustituido por uno dependiente directamente de la metrópoli.
  • Protectorado: Se mantenía un gobierno autóctono para los asuntos interiores, mientras la metrópoli se reservaba los asuntos exteriores y el ejército.
  • Dominio: Modelo de colonias de poblamiento utilizado por el Reino Unido en territorios con poca población indígena.
  • Territorio metropolitano: Utilizado por Francia, donde las colonias eran una extensión del territorio metropolitano.
  • Mandato: Tipo de gobierno colonial surgido tras la Primera Guerra Mundial, otorgado a las potencias vencedoras.

Primeros Pasos hacia la Democracia

El liberalismo político se implantó de manera desigual en la Europa del siglo XIX. Aún existían monarquías del antiguo régimen, y solo algunos países de Europa occidental habían accedido a un régimen plenamente liberal. Entre 1870 y 1914, la política europea experimentó cambios significativos impulsados por la Segunda Revolución Industrial. Los cambios culturales provocaron una lenta transición desde el liberalismo moderado hacia prácticas democráticas.

Pasos del Proceso de Democratización

  • Ampliación del derecho al voto: Se extendió el derecho al voto a las mujeres, siendo Nueva Zelanda el primer país en aprobar el sufragio universal femenino en 1893.
  • Aparición de nuevos movimientos políticos y sociales.

La Era Victoriana

La monarquía liberal parlamentaria británica se consolidó durante el reinado de Victoria I. Este periodo se caracterizó por la estabilidad del sistema, con la monarquía como eje central, una ideología liberal y un bipartidismo entre conservadores y liberales. El parlamento bicameral (Cámara de los Lores y Cámara de los Comunes) se reformó con leyes electorales entre 1832 y 1885, y reformas sociales entre 1870 y 1891. En 1900 se creó el Partido Laborista, y en 1906 se garantizaron derechos laborales. Económicamente, el Reino Unido defendía el librecambismo, pero a partir de 1870, su industria perdió competitividad frente a Alemania y Estados Unidos, aunque la economía británica se mantuvo como el principal centro financiero mundial.

La Francia de la Tercera República

Tras la derrota en la guerra franco-prusiana y la caída del Segundo Imperio, Francia se convirtió en una de las grandes potencias europeas, adoptando la Tercera República como régimen político. Este régimen fue duradero y atravesó diversas etapas. Hubo un proceso de paulatina democratización, con la ampliación del sufragio universal masculino. Jules Ferry impulsó importantes reformas en la educación primaria y la laicización del Estado.

La Alemania del Segundo Reich

Tras la victoria sobre Francia, Prusia aceleró la unificación de los estados alemanes. El Imperio Alemán, dirigido por Guillermo I, era un Estado federal liberal con un gobierno autoritario. La Constitución de 1871 establecía una monarquía constitucional federal. El poder legislativo recaía en un parlamento bicameral. Alemania se unificó legislativa, judicial y económicamente, convirtiéndose rápidamente en una gran potencia industrial. El canciller Bismarck implementó una política social intervencionista con leyes de garantía social para los obreros. En política exterior, buscó asegurar la posición de Alemania en Europa y aislar a Francia mediante un sistema de alianzas. Guillermo II adoptó una política expansionista para convertir a Alemania en una potencia de primer orden, incluyendo la construcción de un imperio colonial.

El Imperio Austrohúngaro

El reinado de Francisco José I se caracterizó por un carácter conservador y absolutista. El imperio no vivió la revolución industrial y tecnológica de forma generalizada. A partir de 1880, la alta burguesía aumentó su presencia, pero sin influencia política significativa. El principal desafío fue la revolución húngara de 1848, que requirió la ayuda de Rusia. En 1868 se introdujeron reformas para una monarquía dual, y en 1871 se firmaron pactos como el de los Tres Emperadores, la Dupla Alianza y la Triple Alianza.

El Imperio Ruso

En el siglo XIX, el Imperio Ruso era el Estado más extenso y poblado del mundo, con una economía predominantemente agrícola y al margen de la influencia de la burguesía y el liberalismo. El zar era un monarca absoluto, y las manifestaciones nacionalistas eran reprimidas. La monarquía autocrática del zar se consideraba teocrática, con el zar como representante de Dios en la Tierra. Rusia mantenía un régimen feudal, y en 1861, el zar Alejandro II decretó la liberación de los siervos, aunque la mayoría continuó trabajando para los mismos terratenientes. La industrialización se limitó a algunas ciudades, y el Estado recurrió a capital extranjero y aumentó los impuestos.

Estados Unidos

Estados Unidos se consolidó como una República Federal, con una Constitución que recogía principios del liberalismo político. Se produjo la expulsión de pueblos indígenas y un aumento significativo de la población.

Características Políticas, Sociales y Económicas en Rusia

El ascenso al trono de Nicolás II no supuso un cambio sustancial. En 1910, el país contaba con solo 2 millones de obreros industriales, que comenzaron a organizarse en sindicatos. Los campesinos, que representaban la mayoría de la población, carecían de tierras propias. La servidumbre no desapareció hasta 1861, y el sistema agrario se mantenía enfocado al consumo. La industrialización se aceleró a principios del siglo XX, con la iniciativa privada rusa y el capital extranjero. Al problema obrero se sumaba el problema nacional, todo ello sustentado en un modelo político feudal.

Movimientos de Oposición al Zar

A finales del siglo XIX, los movimientos anarquistas ganaron apoyo en Rusia. En 1898 se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, con dos visiones sobre cómo alcanzar el socialismo:

  • Facción menchevique: Defendía el socialismo clásico y la necesidad de una fase de democracia burguesa.
  • Facción bolchevique: Consideraba innecesaria la fase de democracia burguesa y apoyaba un proceso revolucionario directo.

En el campo, la principal demanda campesina era la propiedad directa de las tierras. Los intereses de la naciente burguesía y las nuevas clases medias estaban representados por el Partido Constitucional Demócrata.

La Revolución de 1905

La situación social rusa estalló, evidenciando la debilidad del poder zarista. Las causas principales incluyeron la derrota ante Japón en la guerra por Manchuria y una recesión económica que provocó movilizaciones y protestas de obreros y campesinos. El 9 de enero, en San Petersburgo, una manifestación pacífica fue reprimida violentamente por el ejército (Domingo Sangriento). Se crearon los consejos obreros (soviet) y hubo motines militares. El gobierno aceptó algunas demandas, aprobó una Constitución y creó la Duma (Asamblea Legislativa) en 1906, concediendo libertades civiles y políticas. Sin embargo, el gobierno adoptó una postura involucionista, y los motines militares demostraron divisiones en el ejército, influenciado por los soviet.

La Revolución Moderada de Febrero (1917)

En el invierno de 1917, una crisis de subsistencia provocó manifestaciones en Petrogrado contra la falta de alimentos y el fin de la guerra. El 27 de febrero, la revuelta culminó con una huelga general y el motín de las tropas. Los diputados liberales y el soviet formaron un gobierno provisional presidido por el príncipe Lvov. El zar Nicolás II prometió convocar una Asamblea Constituyente, y Rusia se declaró una república liberal, manteniendo sus compromisos internacionales para continuar en la guerra, lo que generó una dualidad de poderes.

La Revolución de Octubre: Una Revolución Socialista

Lenin regresó de su exilio en abril, defendiendo que la fase de la revolución burguesa había terminado y debía dar paso a la revolución proletaria, con todo el poder para los soviet. Sus propuestas, plasmadas en las Tesis de Abril, incluían abandonar la participación rusa en la guerra mundial, retirar el apoyo al gobierno y tomar el poder mediante una revuelta. En junio de 1917, el Partido Bolchevique fue legalizado, pero Lenin tuvo que exiliarse nuevamente. Kerensky asumió el gobierno, pero en agosto, tras un intento de golpe de estado zarista, se evidenció que el gobierno tampoco controlaba la situación.

El Primer Gobierno Bolchevique

Tras llegar al poder, las nuevas autoridades bolcheviques comenzaron a implementar las Tesis de Abril. Los decretos más importantes fueron sobre la tierra, las empresas industriales, las nacionalidades y la paz.

La Guerra Civil (1918-1921)

La oposición al gobierno bolchevique se organizó en el Ejército Blanco, apoyado por Rusia, Reino Unido, Estados Unidos y Japón, quienes buscaban el pago de la deuda zarista. El Ejército Rojo, organizado por Trotsky, estaba bien disciplinado e ideológicamente homogéneo, con comisarios políticos que fomentaban el espíritu revolucionario. Esta unidad permitió la victoria bolchevique en 1921. Durante este periodo de violencia, miembros de la familia imperial fueron ejecutados.

Organización del Nuevo Estado Soviético

En noviembre de 1917 se convocaron elecciones para una Asamblea Constituyente. En 1918, el Partido Bolchevique pasó a denominarse Partido Comunista. El Estado ruso se organizó como una República Federal bajo el control del Ejército Rojo, dando lugar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. En 1924 se aprobó una constitución.

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