El carácter conservador del mozárabe, como el de toda lengua, sufre un gradual proceso de residualización (siglos XI-XII) que permite testimoniar procesos de cambio en su primera fase de evolución. El mozárabe sufrió la progresiva disminución de su ámbito territorial por el avance de la Reconquista. Tras la muerte de Almanzor en 1002, se produjo una paralela disminución de su vitalidad debido a la fuerte islamización que tuvo lugar en esta época del Califato.
No obstante, el mozárabe todavía se conservaba con cierta vitalidad durante los siglos XI y XII, a pesar de las migraciones a territorios cristianos y de las persecuciones de las que fueron objeto por parte de los almorávides y almohades. Toledo conservó su prestigio como centro cultural y era el principal centro de la mozárabia peninsular todavía en 1085, cuando fue conquistada por Alfonso VI.
Declive y Vestigios del Mozárabe
A partir del siglo XIII, el mozárabe se convierte en un dialecto residual. De él se conservan testimonios referentes a:
- La toponimia y antroponimia.
- Ciertas actividades artesanales.
- Los nombres de plantas.
Restos léxicos del mozárabe existían todavía en el habla de los moriscos en tiempos de la Reconquista del reino de Granada.
Origen y Denominación del Término Mozárabe
El término mozárabe aparece en el siglo XI en textos cristianos hispanos para referirse a la población arabizada llegada de al-Ándalus. Si bien la preponderancia del idioma árabe sobre el latín o romance ha quedado en evidencia, dado que el primero era de uso corriente en la vida cotidiana, esto no significa, como pretendiera Álvaro de Córdoba, que los mozárabes olvidaran el idioma de sus antepasados. Así lo prueban los muchos códices latinos escritos en Toledo hasta los últimos tiempos de la dominación musulmana.
La existencia de estos códices permite destacar nuevamente el distanciamiento entre mozárabes y cristianos del Norte, producido por la ola de influencia francesa. Los mozárabes persistieron en el uso de la antiquísima letra gótica en sus libros eclesiásticos y en instrumentos públicos.
Contexto Multicultural y Lingüístico en al-Ándalus
Es interesante aludir a la situación multicultural de la España islámica, donde lo más caracterizador es el bilingüismo árabe-románico y las disglosias resultantes. Sin embargo, existe una propensión a establecer, como nos cuenta Leopoldo Peñarroja en su libro *El mozárabe de Valencia*, una dependencia irreal entre romanidad y mozarabismo. Este hábito, al que no han escapado los filólogos más cualificados, está condicionado por la confluencia en un término («mozárabe») de dos ideas distintas: una religiosa y otra lingüística.
Nunca la religión (cristiana, judía o musulmana) determinó en al-Ándalus el uso lingüístico. Mozárabes, judíos y musulmanes usaron indistintamente los dialectos árabes y romances vulgares, sin que esto presuma un bilingüismo individual generalizado.
La Perspectiva de Galmés de Fuentes sobre el Mozárabe
Según Galmés de Fuentes, en su obra sobre dialectología del mozárabe (1983), al producirse la invasión árabe en 711, la mayor parte de la España románica quedó sometida al dominio musulmán. Zonas como Toledo, Mérida, Córdoba, Sevilla y Zaragoza permanecieron durante siglos bajo el dominio de la cultura y la lengua árabe.
No obstante, la romanidad no sucumbió ante la invasión. La lengua romance siguió perviviendo bajo el dominio musulmán, aunque relegada al plano familiar y desgajada de sus cohabitantes norteños, presentando rasgos arcaizantes.
Denominaciones Árabes y Evolución del Término
A esta lengua románica los árabes la designaron con el nombre de lisān al-‘aŷam, es decir, “lengua extranjera”. A quienes la practicaban los llamaron mustā‘rib, que significa “el que, sin ser árabe, se hace semejante a los árabes”, de donde deriva el español «mozárabe». La designación árabe de esta lengua de los mozárabes ha dado, por otra parte, el término español «aljamía», nombre con el que en la actualidad se designan los dialectos mozárabes.
Periodos Históricos del Mozárabe
La historia de esta lengua mozárabe se desarrolla en tres periodos distintos:
- Periodo de Rebeldía, Heroísmo y Martirio: Dura hasta el año 932, fecha de la sumisión de Toledo al poder califal.
- Periodo de Postramiento: Menéndez Pidal sitúa el término de esta época en el año 1099, fecha de la primera persecución conocida contra los mozárabes por parte de los árabes. Este mismo año marca la muerte del Cid, suceso que determina el abandono de Valencia y la primera migración en masa de los mozárabes en 1102.
- Periodo de Migración y Gran Mengua: Causado por el advenimiento de dos fanáticas dinastías africanas: la de los almorávides y la de los almohades.
A pesar de las quejas tópicas de Álvaro de Córdoba, los mozárabes mantuvieron una importante literatura en latín, sobre todo en la primera y segunda etapas de su historia. El latín en el que escribieron los mozárabes no estaba demasiado alejado del modelo clásico; no obstante, en él afloraron, a veces, rasgos vulgares, como la sonorización de consonantes sordas intervocálicas o las confusiones de ‘b’ y ‘v’.