La Atención Primaria de Salud en Cuba: 1959-1984
El contexto y el comienzo
Siempre que miramos al pasado, la historia nos muestra antecedentes. Esto debe entenderse con respecto a las ideas y conceptos. Estos antecedentes han sido claramente expuestos por el historiador médico Gregorio Delgado García en distintas ocasiones.1
También es necesario conocer los hechos que estudiamos en el contexto político, económico y social en que se producen. El período al que nos referiremos en este trabajo se sitúa entre 1959 y 1984.
En la década anterior (los años 50), el mundo ya se movía en el espacio de la llamada «guerra fría», con su componente de armas nucleares amenazantes. Se fortalecía el «campo socialista» y se aceleraba la descolonización en África y Asia. Triunfaba la revolución china, se fortalecían los movimientos de liberación, a la vez que proliferaban las dictaduras militares, sobre todo en América Latina.
En Cuba tomaba el poder una dictadura militar, represiva y corrupta, que fue precedida por un breve período de «democracia representativa» donde destacaron la corrupción, la lucha entre pandillas armadas amparadas por el régimen y la subordinación del país a los intereses políticos y económicos extranjeros (Estados Unidos de América, EE. UU.), de los que éramos dependientes. El 25 % de las mejores tierras agrícolas estaba en manos extranjeras, así como la energía eléctrica, el servicio telefónico, el suministro de combustibles, la banca, el transporte ferroviario y marítimo y la minería, entre otras actividades económicas relevantes.2-3
La actividad económica era predominantemente agrícola, con gran concentración de la propiedad de la tierra (latifundio). El desempleo y subempleo eran permanentes y masivos, afectando hasta al 25 % de la fuerza de trabajo. Las exportaciones se hacían en un 60 % a un solo país, e igualmente las importaciones en un 75 %, en ambos casos con los EE. UU.
Por lo anterior, se ha afirmado que Cuba era un país neocolonial, agrícola, monoexportador y dependiente.
Contra esta situación, donde la educación, la salud y la seguridad social no eran prioridad y sí fuentes de enriquecimiento ilícito, se hizo la Revolución. En 1959, esta dio inicio al cumplimiento del Programa del Moncada, enunciado por Fidel Castro en su autodefensa conocida como «La historia me absolverá», que condujo a la nueva sociedad cubana, lograda por la voluntad política del movimiento revolucionario y la indoblegable voluntad del pueblo.5
Políticas iniciales de la Revolución
De inmediato emergieron como políticas de la Revolución las siguientes:
- La destrucción del aparato represivo de la tiranía que le había permitido perseguir, encarcelar, torturar y asesinar a miles de personas.
- El restablecimiento de los derechos humanos, que desde la lucha guerrillera se hizo política del movimiento revolucionario, aplicada en esos momentos a sus prisioneros y mantenida siempre hasta hoy.
- La erradicación de la corrupción, de larga historia en Cuba.7
Primeras conquistas sociales y económicas
En los dos primeros años, las conquistas de la Revolución fueron notables, entre otras:
- La reforma agraria, que liberó del pago de la renta al 85 % de los campesinos arrendatarios, creó 208 000 nuevos puestos de trabajo y produjo una nueva distribución de la riqueza y un mejor nivel de vida de la población rural.4
- La reducción de las tarifas eléctrica, telefónica y de alquileres (entre 30 y 50 %), así como la rebaja del precio de los medicamentos.8-10
- El aumento de los salarios (de 30 a 40 %) y de las pensiones y jubilaciones.
- La reducción del desempleo (del 12,5 % al 9,0 % entre 1958 y 1962, y hasta el 1,3 % en 1970).
Estas políticas elevaron el ingreso y contribuyeron a una mejor calidad de vida de la población.11
Pilares de la política social
Sobre esta plataforma económica se insertaron las políticas sociales en los años iniciales del proceso revolucionario. Se adoptaron tres direcciones principales:
- Educación: erradicación del analfabetismo, nuevas escuelas y maestros, y educación gratuita en todos los niveles de enseñanza.
- Salud: servicio médico rural gratuito, aumento de cobertura y formación de profesionales y técnicos.
- Seguridad social: para todos, saneamiento económico de las cajas de retiro y nueva legislación.
Es en el contexto de la revolución democrática, popular, agraria y antiimperialista que se inicia en Cuba un movimiento para el desarrollo de la atención primaria de salud (APS).12
La atención a la población rural
Un mes después del triunfo revolucionario, en febrero de 1959, se creó el Departamento de Asistencia Técnica, Material y Cultural al Campesinado del Ejército Rebelde, y entre sus funciones se incluyó la atención a la salud de la población campesina.13
Esta primera medida no provenía del sector salud, débil aún; fue en el Ejército Rebelde, que conocía con detalle la mala situación de salud de la gente del campo, donde se generó esta acción. Era otra forma de hacer revolución, no solo con las armas.
Ya en enero de 1960 se aprobó la Ley 723, creando el Servicio Médico Social Rural (SMSR) para médicos recién graduados. No era obligatorio, pero 318 de 330 lo aceptamos. En 1973 ya serían 1 265 profesionales, ya que desde 1962 se incluyó a los estomatólogos.12
Las funciones de la APS en el SMSR, asignadas a los hospitales rurales (que se construían y ponían en funcionamiento desde los primeros meses de 1961) y a los consultorios de los médicos en zonas rurales (llamados Puestos Médicos Rurales), fueron en esos momentos: la asistencia médica, la vigilancia epidemiológica (con énfasis en el paludismo), la vacunación, la educación sanitaria y las actuaciones médico-legales. Esto indica que, desde temprana fecha, los servicios que organizaba la salud pública revolucionaria buscaban la integralidad, o sea, la fusión en una unidad aplicativa de la promoción y prevención con la asistencia y la rehabilitación.
Una de las primeras tareas educativas que asumieron los médicos rurales fue ofrecer su colaboración a las parteras empíricas, llamadas «recogedoras», que eran las que brindaban cuidados a las parturientas en las zonas rurales del país. Estas «ayudantas» —nombre que recibirían en algunos lugares del oriente— también asumían otras tareas de la casa en los momentos alrededor del parto.
