Estructura Social y Orígenes del Movimiento Obrero en el Siglo XIX Español


EPÍGRAFE 7: La Nueva Estructura Social y el Surgimiento del Proletariado

Durante el siglo XIX, las transformaciones políticas y económicas impulsadas por la revolución liberal acabaron con la sociedad estamental, eliminando los privilegios estamentales de la nobleza y el clero, las formas antiguas de propiedad vinculada, amortizada o señorial, las limitaciones de los gremios y las trabas a la libertad de comercio. Surgió así un modelo basado en la igualdad ante la ley. Sin embargo, esta igualdad formal no evitó la aparición de una nueva sociedad de clases, donde las diferencias ya no dependían del nacimiento sino de la riqueza. Esto generó desigualdades legales, especialmente en relación con el derecho al voto, que dependía de un determinado nivel económico. La abolición de los gremios dejó a los obreros sin protección corporativa, lo que explica sus luchas por el reconocimiento de las asociaciones obreras. A partir de mediados de siglo, se generalizó el uso del término clase social, diferenciando entre clases acomodadas o ricas frente a clases inferiores o clases trabajadoras. Fue apareciendo una clase media, característica de la nueva sociedad liberal. Hacia 1860, la estructura social era tripartita: una clase alta o clase dirigente (muy minoritaria), una clase media reducida y una amplia base de clases populares o bajas.

Composición de la Sociedad de Clases

a) Las Clases Dirigentes

La clase dirigente combinaba a la aristocracia tradicional y a la alta burguesía. La vieja nobleza perdió sus privilegios, pero conservó sus propiedades agrarias y se adaptó al nuevo orden liberal, basado en la riqueza. La alta burguesía industrial y financiera (banqueros, empresarios, altos funcionarios, militares, políticos) buscaba a menudo títulos de nobleza, generando un proceso de ennoblecimiento que mantenía la influencia social de la aristocracia.

También formaban parte de esta clase los indianos, hombres enriquecidos en Cuba y Filipinas gracias al azúcar o al tabaco, frecuentemente ligados al trabajo esclavista y convertidos en grupos de presión contra la abolición de la esclavitud.

La Iglesia, gran perdedora inicial por las desamortizaciones y la expulsión de órdenes religiosas, logró recuperarse durante la Restauración: reconstruyó parte de su patrimonio, aumentó sus miembros, recuperó influencia política, y volvió a controlar la enseñanza y las costumbres.

b) Las Clases Medias

Representaban alrededor del 15% de la población y constituían un grupo muy variado:

  • Propietarios de tierras.
  • Campesinos acomodados.
  • Mandos intermedios del ejército.
  • Empleados públicos.
  • Profesionales liberales (médicos, abogados, profesores).
  • Comerciantes o artesanos propietarios de talleres.

Vivían con austeridad, temían caer en la proletarización y alternaban ideologías entre el conservadurismo y el progresismo.

c) Las Clases Populares o Bajas

Eran el 80% de la población y también los grupos más pobres: campesinado, obreros industriales y trabajadores urbanos asalariados.

El Campesinado

Representaba un 77% de la población activa. Era un grupo diverso pero casi siempre pobre. Pertenecían los pequeños propietarios con tierras insuficientes y poco productivas, los arrendatarios que entregaban una renta elevada, los asalariados agrícolas empleados solo por temporadas y, por último, los jornaleros, la situación más dura, trabajaban solo cuando se les contrataba y vivían al límite.

El jornalero se convirtió en el problema estructural del campo español, tenían sueldos bajísimos, solo unos 200 días de trabajo al año. La mayor concentración se encontraba en Andalucía, Extremadura y La Mancha. Su vida se caracterizaba por la falta de acceso a educación y sanidad, con hambrunas frecuentes y alta mortalidad. La desesperación generó protestas, influencias socialistas y anarquistas, y revueltas como las de 1840, 1855, 1856, 1861, casi siempre reprimidas por la Guardia Civil (creada en 1844). La desamortización de Madoz agravó la pobreza al privatizar los bienes comunales.

Los Trabajadores Urbanos

En un contexto de escaso desarrollo industrial, persistían formas artesanales. Creció el número de trabajadores ligados a servicios públicos (limpieza, alumbrado, transporte) y pequeños funcionarios o dependientes con salarios muy bajos y negocios familiares frágiles. Las mujeres eran las más explotadas: trabajaban como empleadas del hogar en condiciones durísimas.

Los Obreros

Un pequeño grupo (no llegaban al 3% de la población activa en 1860), procedentes casi todos del campo. Vivían en barrios insalubres, sin alcantarillado ni luz eléctrica, hacinados, mal alimentados y sin descanso.

Trabajaban más de 14 horas por salarios miserables, sin derechos, sin seguridad, con mujeres y niños trabajando por la mitad del salario. La esperanza de vida obrera era de solo 30 años, frente a los 50 de la burguesía.

Nacimiento y Desarrollo del Movimiento Obrero

La combinación de explotación, bajos salarios, hambre, falta de descanso, ausencia de derechos y condiciones de vida miserables impulsó el nacimiento del movimiento obrero. Sus primeras demandas fueron: el derecho de asociación, la defensa del salario y la mejora de las condiciones laborales. A partir de 1870 surgieron ideologías que buscaban transformar la estructura social: el socialismo y el anarquismo.

a) Los Inicios del Movimiento Obrero (1840–1868)

Desde los años 1830 se crearon asociaciones de ayuda mutua, que protegían a los obreros ante enfermedades o accidentes. Con el tiempo fueron prohibidas frecuentemente, aunque legalizadas temporalmente en periodos progresistas.

Entre 1842 y 1855 los trabajadores formaron la Junta Central de Directores de la Clase Obrera, lo que permitió organizar la primera huelga general de la historia de España (julio de 1855) en la Cataluña industrial. Reivindicaban:

  • La libertad de asociación.
  • Un horario estable.
  • Juntas mixtas obreros–patronos.
  • Limitación del despido libre.

La reacción estatal fue la prohibición de las sociedades obreras.

b) La División del Movimiento Obrero en el Sexenio Revolucionario (1868–1874)

En 1864 se creó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Su objetivo era la emancipación económica y social mediante la propiedad colectiva de los medios de producción y la creación de una sociedad igualitaria.

En 1871 la AIT se dividió en dos corrientes:

  1. La corriente marxista (Karl Marx) defendía conquistar el Estado para implantar la dictadura del proletariado.
  2. La corriente anarquista (Mijaíl Bakunin) rechazaba el Estado, la propiedad privada y toda autoridad, proponiendo una federación de comunas libres.

En España, el triunfo de la Revolución de 1868 permitió la libertad de asociación. Después, en 1868, Giuseppe Fanelli, enviado de Bakunin, fundó los primeros núcleos de la AIT en Madrid y Barcelona. Más tarde, en 1870, se celebró el I Congreso Obrero Español en Barcelona, con mayoría bakuninista, y nació la Federación Regional Española de la AIT.

Tras 1871, en Córdoba se impusieron las tesis anarquistas; en Madrid, bajo Paul Lafargue, surgió una sección marxista.

Así, el movimiento obrero español quedó dividido en:

  • Socialistas (Madrid, Bilbao, Cantabria, Asturias).
  • Anarquistas (Cataluña, Valencia, Andalucía, Aragón).

El golpe de Pavía (1874), que puso fin a la Primera República, ilegalizó todas las asociaciones obreras, obligándolas a la clandestinidad.

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