Explorando el Cubismo, Futurismo, Expresionismo, Dadaísmo y Surrealismo: Un Viaje Artístico


El **cubismo** es considerado la primera **vanguardia**, ya que rompe con el último estatuto **renacentista** vigente a principios del **siglo XX**, la **perspectiva**. En los cuadros cubistas, desaparece la perspectiva tradicional. Trata las formas de la **naturaleza** por medio de figuras **geométricas**, fragmentando líneas y superficies. Se adopta así la llamada «perspectiva múltiple»: se representan todas las partes de un objeto en un mismo plano. La representación del mundo pasaba a no tener ningún compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado, sino con lo que se sabe de ellas. Por eso aparecían al mismo tiempo y en el mismo plano vistas diversas del objeto: por ejemplo, se representa de frente y de perfil; en un rostro humano, la nariz está de perfil y el ojo de frente; una botella aparece en su corte vertical y su corte horizontal. Ya no existe un **punto de vista** único. No hay sensación de **profundidad**. Los detalles se suprimen, y a veces acaba representando el objeto por un solo aspecto, como ocurre con los **violines**, insinuados sólo por la presencia de la cola del mismo.

A pesar de ser pintura de **vanguardia** los géneros que se pintan no son nuevos, y entre ellos se encuentran sobre todo **bodegones**, **paisajes** y **retratos**.

Se eliminan los colores sugerentes que tan típicos eran del **impresionismo** o el **fauvismo**. En lugar de ello, utiliza como tonos pictóricos apagados los grises, **verdes** y **marrones**. El monocromatismo predominó en la primera época del cubismo, posteriormente se abrió más la paleta.

Con todas estas innovaciones, el arte acepta su condición de arte, y permite que esta condición se vea en la obra, es decir, es parte intrínseca de la misma. El cuadro cobra autonomía como objeto con independencia de lo que represente, por ello se llega con el tiempo a pegar o clavar a la tela todo tipo de objetos hasta formar collages.

La obra resultante es de difícil comprensión al no tener un referente naturalista inmediato, y ello explica que fuera el primero de los movimientos artísticos que necesitó una exégesis por parte de la «crítica», llegando a considerarse el discurso escrito tan importante como la misma práctica artística. De ahí en adelante, todos los movimientos artísticos de vanguardia vinieron acompañados de textos críticos que los explicaban.

Historia

El cubismo tuvo como centro neurálgico la ciudad de París, y como jefes y maestros del movimiento figuraban los españoles Pablo Picasso y Juan Gris y los franceses Georges Braque y Fernand Léger. El movimiento efectivamente se inicia con el cuadro «Las Señoritas de Avignon» (Demoiselles D’Avignon). Como elemento precursor del cubismo destaca la influencia de las esculturas africanas y las exposiciones retrospectivas de Georges Seurat (1905) y de Paul Cézanne (1907).

El cubismo surge en la **primera década** del **siglo XX**, constituyendo la primera de las **vanguardias** artísticas. Entre las circunstancias que contribuyeron a su surgimiento, se ha señalado tradicionalmente tanto la obra de **Cézanne** como el arte de otras culturas, particularmente la **africana**. En efecto, Cézanne pretendió representar la realidad reduciéndola a sus formas esenciales,2 intentando representar los volúmenes sobre la superficie plana del lienzo de una manera nueva, tendencia que fue seguida por los cubistas. Ya antes que él, los **neoimpresionistas** Seurat y Signac tendieron a estructurar geométricamente sus cuadros. Lo que Picasso y Braque tomaron de Cézanne fue la técnica para resolver ese problema de lograr una nueva figuración de las cosas, dando a los objetos solidez y densidad, apartándose de las tendencias impresionistas que habían acabado disolviendo las formas en su búsqueda exclusiva de los efectos de la luz.

Por otro lado, el **imperialismo** puso a **Occidente** en contacto con otras civilizaciones con un arte propio y distinto del **europeo**. A través de diversas exposiciones, **Picasso** conoció la **escultura ibérica** y la africana, que simplificaban las formas y, además, ponían en evidencia que la pintura tradicional obedecía a una pura convención a la hora de representar los objetos conforme a las ideas renacentistas de **perspectiva lineal** y **aérea**. Lo que parece actualmente excesivo a los historiadores de arte es atribuir una influencia directa de las **máscaras** africanas con la obra picassiana.

Todo ello no hubiera sido posible sin la aparición de la **fotografía** pues esta, al representar la realidad visual de manera más exacta que la pintura, liberó a este último arte de la obligación de representar las cosas tal como aparecen ante nuestros ojos y forzó a los artistas a buscarle un sentido diferente a la mera transcripción a las dos dimensiones de la apariencia externa de las cosas. La aparición del cubismo se ha relacionado, además, con otros dos hechos acontecidos en la misma década que revelan que las cosas pueden ser diferentes a como aparentan ser: el **psicoanálisis** al evidenciar que pueden existir motivaciones más profundas para los actos y pensamientos humanos, y la **teoría de la relatividad**, que revela que el mundo no es exactamente, en su estructura profunda, como lo presentaba la **geometría euclidiana**.

Cubismo analítico o hermético (1909-1912)

En **1909** Braque y Picasso estrechan su amistad y consiguen desarrollar la nueva tendencia. Juntos crearon las dos tendencias del cubismo. La primera es el **cubismo analítico** (1909-1912), en donde la pintura es casi monocroma en **gris** y **ocre**. Los colores en este momento no interesaban pues lo importante eran los diferentes puntos de vista y la geometrización, no el cromatismo. Fueron elaborando un «nuevo lenguaje» que analiza la realidad y la descompone en múltiples elementos geométricos. Los puntos de vista se multiplicaron, abandonando definitivamente la unidad del punto de vista de la **perspectiva** renacentista. Se introducen en la pintura los «pasos», definidos como ligeras interrupciones de la línea del contorno. Los volúmenes grandes se fragmentan en volúmenes más pequeños. Entre las obras de esta fase del cubismo se encuentra el Retrato de Kahnweiler (1910, Instituto de Arte de Chicago).

A este período también se le llama de **cubismo hermético**, pues por la cantidad de puntos de vista representados, algunas obras parecen casi **abstractas**. Al hermetismo se llega porque los planos acaban independizándose en relación al volumen de manera que es difícil descodificar la figuración, reconstruir mentalmente el objeto que esos planos representan. El **color** no ayudaba, al ser prácticamente monocromos y muchas veces convencionales, no relacionados con el auténtico color del objeto. La imagen representada, en definitiva, era ilegible, casi imposible de ver, a no ser por algunos objetos como una **pipa**, o letras de periódico, que permiten distinguir lo que se está representando.

Es en esta fase cuando el cubismo se presenta en público. Pero no por obra de Picasso y Braque, que exponían privadamente en la galería Kahnweiler, sino por otros pintores que conocieron la obra de aquellos en sus talleres. Se presentaron al **Salón de los Independientes** de 1911. En su sala 41 aparecieron obras de Jean Metzinger, Albert Gleizes, Henri Le Fauconnier, Fernand Léger y Robert Delaunay. Provocaron el escándalo y rechazo de público y crítica. Ello llevó a que se construyera ya una obra doctrinal de primera hora explicando los hallazgos de la nueva tendencia. Así, el primer estudio teórico del cubismo lo hicieron en **1912** Gleizes y Metzinger: Du cubisme («Sobre el cubismo»). Apollinaire, por su parte, escribió Les peintres cubistes («Los pintores cubistas. Meditaciones estéticas») en **1913**. Hubo otras adhesiones, como la de la mecenas Gertrude Stein o los marchantes como Ambroise Vollard y Henry Kahnweiler. Otros poetas, además de Apollinaire, defendieron el nuevo estilo: Pierre Reverdy y Max Jacob.

Además del rechazo de los tradicionalistas de la pintura, hubo posteriormente críticos que venían de la propia **vanguardia**, centradas en dos problemas que planteaba el cubismo: su estatismo y su adhesión a lo figurativo. En efecto, sobre todo los **futuristas** objetaron al cubismo que en sus obras el movimiento estuviera ausente, siendo así que el mundo actual es esencialmente **dinámico**. Guido Severini, a quien se considera el más cubista dentro del futurismo, lo criticó en Del Cubismo al Clasicismo (1921), aunque con el tiempo (1960) reconoció que debía al cubismo gran parte de su técnica. Algunos cubistas fueron sensibles a esta crítica y crearon obras influidas por el futurismo, como hizo Marcel Duchamp con su primera versión de Desnudo bajando una escalera (1911, Museo de Arte de Filadelfia, col. Arensberg). Por otro lado, aunque en su época no resultaba fácil deslindar el cubismo de la **abstracción**, hoy resulta evidente que siguen sujetos a una representación figurativa de las cosas reales. Se seguían representando **sillas**, **botellas** o figuras humanas, aunque las descompusieran en planos y volúmenes geométricos. No se apartaban de representar la realidad, sino que querían representarla en el cuadro con un nuevo lenguaje.

El camino trazado por Picasso y Braque pronto fue seguido por los pintores Juan Gris (José Victoriano González) y Louis Marcoussis, el primero influido por Picasso, el segundo por Braque. Gris, tercer gran nombre del cubismo. Este **madrileño** malvivía en **París** dibujando para revistas y periódicos. A partir de 1911 se interesó por el problema de la luz sobre los objetos, creando cuadros con iluminación naturalista, en los que los rayos luminosos oblicuos y paralelos entre sí inciden sobre formas rígidas, como puede verse en su Retrato de Picasso de 1912. Él mismo dijo haber adoptado el cubismo «analítico», multiplicando los puntos de vista y usando colores vivos. Para el año 1912, Braque y Picasso ya habían realizado collages, y Gris comenzó a introducir en sus obras diversos materiales como la madera o la tapicería, bien imitándolos, bien pegándolos (El lavabo, 1912).

Braque, por su parte, influyó en el **polaco** Marcoussis (Ludwig Markus). Más ortodoxo y menos original que Gris, creó una obra con colores intensos y cercana a veces al **futurismo**. Comenzó en 1912 a trabajar el cubismo analítico, con obras como Naturaleza muerta con damero (1912, Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou).

Cubismo sintético (1912-1914)

En El Portugués (1911) de Braque aparecen palabras y números, lo que abrió una nueva vía que llevó al segundo período del cubismo, el **cubismo sintético** (1912-1914). Braque, que había sido el primero en utilizar la **caligrafía**, y que más de una vez intentó imitar la **madera** o el **mármol**, fue quien inició esta última fase del cubismo al realizar papier collés, pegando directamente papeles decorados en la pintura. Picasso y Braque comenzaron a incorporar material gráfico como páginas de diario y papeles pintados, técnica que se conoce como collage. En 1912 Picasso realizó su primer collage, Naturaleza muerta con silla de paja (Museo Picasso, París), en el que añade al lienzo pasta de papel y hule. El color es más rico que en la fase anterior, como puede verse en los rojos y azules de Botella de Suze (1913, Saint Louis, Misuri, Universidad Washington). Estas obras sintéticas son más simples, más sencillas de entender en cuanto a que son más figurativas, se ve claramente lo que se pretende representar. Los objetos ya no se reducen a volúmenes y planos expuestos en diversas perspectivas hasta ser irreconocibles, sino que se reducen a sus atributos esenciales, a aquello que los caracteriza de manera inequívoca y sin lo cual no serían lo que son. Por ello, aunque reducido a lo esencial, queda claro en todo momento lo que son. Para representar los objetos «tipo» de manera objetiva y permanente, y no a través de la subjetividad del pincel, se recurre a lo que parece un ensamblaje. Los cuadros están formados por diversos materiales cotidianos que se pegaban o clavaban a la tela, como tiras de papel de **tapicerías**, **periódico**, **partituras**, **naipes**, cajetillas de **cigarros** o cajas de **cerillas**. El cuadro se construye con elementos diversos, tanto tradicionales (la pintura al óleo) como nuevos (como el papel de periódico). Los **cafés** y la **música** inspiraron estos **bodegones**. Otras obras de Picasso pertenecientes a esta fase del cubismo sintético son El jugador de cartas (1913-14) o Naturaleza muerta verde (1914). Braque realiza en esta época El clarinete (1913), el Correo (1913), Aria de Bach (1913-14) o Violeta de Parma (1914).

En este período Juan Gris realiza una pintura más libre y colorista. Emblemática es su Place Ravignan, naturaleza muerta ante una ventana abierta (1915), donde el exterior se representa a la manera tradicional, con perspectiva renacentista, mientras que el interior de formas deconstruidas y compuestas desde diversos puntos de vista con planos quebrados. Por su parte, Marcoussis llega a la cumbre de su tarea creadora con obras más poéticas y personales como Músico (1914, Galería Nacional de Washington, col. Chester Dale)

María Blanchard nunca llegó a la total descomposición de la forma pero dejó su fanufactura en forma de ricos colores. Su famosa «Mujer con abanico» (1916, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), «Naturaleza muerta» (1917, Fundación telefónica) o «Mujer con guitarra» (1917, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) son ejemplos del intenso estudio que realiza sobre la anatomía de las cosas, como señaló Ramón Gómez de la Serna y del peso del color en su pintura. Tras esta etapa regresa a las técnicas figurativas donde queda impresa la influencia de las vanguardias.

La **Primera Guerra Mundial** puso fin a la fase más creadora del cubismo. Muchos de los pintores cubistas, al ser franceses, fueron llamados a la lucha (Braque, Léger, Metzinger, Gleizes, Villon y Lhote). En la **posguerra**, sólo Juan Gris siguió trabajando el cubismo más o menos ortodoxo, aunque en un estilo más austero y simple, en el que los objetos quedaron reducidos a su esencia geométrica. Marcoussis creó una obra más poética. Braque siguió trabajando en la misma línea del cubismo sintético, con papel encolado. Nuevos pintores adoptaron un lenguaje cubista, como María Blanchard. Pero la mayoría de los pintores hasta entonces cubistas, empezando por el propio Picasso, fueron adoptando nuevas tendencias, como ocurre con Duchamp y Picabia, que crearon el **dadaísmo** o Mondrian que se adhirió a la **abstracción**. El cubismo, como movimiento pictórico, se puede dar por terminado hacia 1919.


El **futurismo** fue el **movimiento** inicial de las corrientes de **vanguardia** artística, fundado en **Italia** por Filippo Tommaso Marinetti, quien redactó el Manifeste du Futurisme, publicado el 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París.

…un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia.1

El futurismo surgió en Milán, Italia, impulsado por Filippo Tommaso Marinetti. Este movimiento buscaba romper con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba como elementos principales a la **poesía**, el **valor**, la **audacia** y la **revolución**, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada irreverente. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.

Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la **máquina** y el **movimiento**. Se recurría, de este modo, a cualquier medio expresivo (artes plásticas, arquitectura, urbanismo, publicidad, moda, cine, música, poesía) capaz de crear un verdadero arte de acción, con el propósito de rejuvenecer y construir de nuevo la faz del mundo. El poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto de 1909. Al año siguiente los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Gino Severini firmaron el Manifiesto de los pintores futuristas.

El futurismo se caracterizó por el intento de captar la sensación de movimiento. Para ello superpuso acciones consecutivas, una especie de fotografía estroboscópica o una serie de fotografías tomadas a gran velocidad e impresas en un solo plano. Ejemplos destacados son el Jeroglífico dinámico de Bal Tabarin (1912, Museo de Arte Moderno, Nueva York) y el Tren suburbano (1915, Colección Richard S. Zeisler, Nueva York), ambos de Gino Severini. En el campo de la fotografía destacaron los hermanos Bragaglia y sus imágenes movidas, que ofrecen tiempos sucesivos y trayectoria de los gestos, como en Carpintero serrando o en Joven meciéndose.

En 1914 se presentaron también los primeros dibujos sobre una ciudad moderna de Antonio Sant’Elia y Mario Chiattone. Sant’Elia presentó ese mismo año su Manifiesto de la arquitectura futurista, un proyecto utópico que cristalizó en las imágenes de la Ciudad Nueva: la nueva medida ya no era el edificio, sino la estructura urbana, y apostaba, además, por las nuevas tipologías, como estaciones de trenes y aeroplanos, centrales eléctricas, casas escalonadas con ascensores… Se trataba de un nuevo mundo vertical y mecánico, conectado a través de redes de ascensores de hierro y cristal.

Aunque el futurismo tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1944 -acabado con la muerte de Marinetti- su influencia se aprecia en las obras de autores canónicos como Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay en París, así como en el definitivo constructivismo ruso. En 1915 algunos de los representantes del futurismo, como Marinetti y Sant’Elia, se enrolaron en un batallón de voluntarios, de acuerdo con el punto nueve de su decálogo fundacional, donde se ensalzaba la guerra como la única higiene del mundo. Algunos de ellos murieron, como Sant’Elia, y los demás radicalizaron sus posiciones, como la conocida conversión al fascismo en las elecciones de 1919.

Contenido

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  • 1 Estética
  • 2 El futurismo en otros países
  • 3 Trascendencia del futurismo
  • 4 Notas
  • 5 Bibliografía
  • 6 Enlaces externos

Estética

Marinetti concibió esta nueva estética, inspirado en la patafísica de Alfred Jarry, en Remy de Gourmont y en procedimientos estilísticos, que este movimiento literario, no asumió, respecto de ninguna tradición formal, ni cultural previa. El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado (el llamado pasadismo), y por considerar que los museos, en especial en Italia, eran sitios equivalentes a los cementerios, donde la tradición artística común lo impregnaba todo.

Según Marinetti, había que hacer tabla rasa del pasado y crear un arte nuevo, desde cero, acorde con la mentalidad moderna y las nuevas realidades, tomando como modelo a las máquinas y sus virtudes: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento, la deshumanización.

En la literatura, el futurismo abjura completamente del pasado y alienta a no respetar la métrica. Asimismo, intenta sustituir los nexos por notaciones algebraicas y buscar un léxico radicalmente hecho de tecnicismos y barbarismos, plagado de infinitivos, exclamaciones e interjecciones que denotan energía y libertad.

El llamado teatro sintético del futurismo es el espacio en el cual las acciones ocurren a una velocidad vertiginosa, con tramas de no más de diez minutos, y donde se ocultan las presencias humanas, y sólo se ven los pies de los actores, cuyas figuras se adivinan por metonimia.

La estética futurista pregona una ética, de raíz fundamentalmente machista, misógina y provocadora. Entre sus postulados se dignifica la guerra como una fórmula para el saneamiento de un mundo anacrónico y decrépito, y proscribe la argumentación sentimental o anecdótica.

Con el correr de los años, Marinetti fue politizando el movimiento, hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó en 1919.

El futurismo fue un movimiento fundamentalmente italiano y de carácter literario (Marinetti), aunque tuvo expresiones importantes en la plástica (el pintor argentino Emilio Pettoruti y los pintores italianos Gino Severini, Carlo Carrà, Giacomo Balla o el escultor Umberto Boccioni). También tuvo adherencias en otras manifestaciones artísticas, en arquitectura (Antonio Sant’Elia) y en la música (el ruidismo del compositor Luigi Russolo, antecedente directo de la llamada música concreta).

El futurismo en otros países

El futurismo tuvo sus más notables seguidores en otras naciones, como Rusia (los poetas Vladímir Maiakovski y Aleksei Kruchenykh, éste último creador del «lenguaje más allá del sentido», en ruso zaumnyi iazyk) y otros, en Bélgica (el escritor Émile Verhaeren), en Portugal (Fernando Pessoa, quien divulgó el movimiento a través de la revista Orpheu, 1915), en España (el poeta Joan Salvat-Papasseit) y en el Río de la Plata, donde algunos poetas reflejaron temporalmente la influencia de la corriente, por influjo de la primera visita de Marinetti al Cono Sur, en 1926. Marcos Fingerit, Brandán Caraffa y Alberto Hidalgo, en Buenos Aires, y Alfredo Mario Ferreiro y Juan Parra del Riego, en Montevideo.

Trascendencia del futurismo

La importancia que tuvo el futurismo, más allá de sus méritos artísticos, consistió en crear una estética desde cero, con lo que se hizo posible una profunda renovación de las técnicas y principios artísticos, cuyas repercusiones aún se sienten. Fue uno de los primeros «ismos» o vanguardias artísticas, y su valor como movimiento de ruptura allanó el camino a otras corrientes que refrescaron el panorama artístico en los albores del siglo XX.

Muchas de sus técnicas para «figurar, con medios estáticos, el movimiento real» han sido incorporadas también al lenguaje de la historieta moderna.2

expresionismo

El noruego **Eduard Munch** está considerado el **precursor del expresionismo**. Sus obras destacan por la capacidad de expresión mediante una **gama cromática fuerte**, así como por las **figuras contorsionadas**, que son capaces de transmitir un **gran clima de angustia vital**.

Autores como **André Derain**, **Maurice Vlaminck** y **Henri Matisse**, cabeza éste último del grupo, son algunos de los miembros más destacados del **grupo fauvista francés**. **El fauvismo** se caracteriza por una primera etapa en la que se aplican **técnicas mixtas**, muy influenciada por el **puntillismo de Signac**, y una segunda etapa en la que se da el **uso de tintas planas**, pero en cualquiera de sus etapas el movimiento fauvista utiliza el color para transmitir una **pintura tranquila y calmada**.

Distorsiona las formas y recurre al uso de colores fuertes y puros, con combinaciones al azar, todo esto con la intención de alimentar sus obras de una desmedida fuerza psicológica y expresiva.

Está presente el uso de las líneas buscando transmitir el ritmo de los sentimientos.

Protagonizan las obras elementos como máscaras y paisajes. Se deja de lado la representación objetiva de la figura humana dando paso a rostros desfigurados y tristes.

Predominan los colores los colores azul, amarillo y verde, contrastando con el blanco y negro.

Precedentes

Los surrealistas señalaron como precedentes de la empresa surrealista a varios pensadores y artistas, como el pensador presocrático Heráclito, el Marqués de Sade y Charles Fourier, entre otros. En la pintura, el precedente más notable es Hieronymus Bosch «el Bosco», que en los siglos XV y XVI creó obras como «El jardín de las delicias» o «El carro de heno». El surrealismo retoma estos elementos y ofrece una formulación sistemática de los mismos.

1) Repudia la realidad, las construcciones lógicas, las leyes morales y los cánones estéticos.

2) Es una búsqueda hasta el subconsciente y los sueños.

3 Se utiliza mucho la imagen doble

dadaismo

A principio el dadaísmo no tenía una característica especifica una vez que era basada en el acaso, pero quizás el poema aleatorio y el “ready made” – manifiesto artista de Marcel Duchamp que elevaba a categoría de arte objetos ya hechos como una rueda de bicicleta, por ejemplo – sean dos formas de arte que definen bien el movimiento. Montajes, artes plásticas, fotografía, música y teatro también encuentran su faceta dadaísta

Tristán Tzara: Principal representante del dadaísmo de nacionalidad rumana. Editor, ensayista y poeta que fundó este movimiento con Hugo Ball (escritor alemán), Jean Arp (artista alsiaciano) y otros intelectuales.
Kurt Schwitters: Pintor y escritor alemán que se destacó por sus colages realizados con papeles usados y otros materiales similares.
Marcel Duchamp: Artista que expuso como obras de arte productos comerciales corrientes (un secador de botellas y un urinario), a los que denominó “ready-mades”.
Hans Arp, Soupault, Marx Ernst, Tzara, Antonin Artaud, André Bretón, entre otros, se caracterizaron por sus obras ilógicas que tenían como primera impresión la insolencia, la denuncia, y el insulto.
Otros representantes (pero no menos importantes) son Ribemont, Dessignes, Dermen, Arnaud, Breton, Argón, y Soup Ault.



El núcleo inicial dadaísta en Zurich (Suiza) estuvo formado por artistas y escritores: Tristan Tzara (poeta), Marcel Janko (pintor), y Hans Arp (pintor), entre otros. Editaron la revista Dadá. En 1917 Francis Picabia, un pintor francés, refugiado también en Suiza entra en contacto con Tzara. Ambos darán sentido al Manifiesto Dada de 1918, posiblemente el documento más importante del movimiento dadaísta de Zurich. Tras el fin de la guerra, el dadaismo cautiva a los artistas vanguardistas de París, produciéndose un resurgimiento del mismo.
En Nueva York, Estados Unidos, se desarrolló otro núcleo Dadá integrado por Picabia, Duchamp y Jean Crotti (europeos refugiados) junto a los americanos Man Ray, Morton Schamberg y otros.

 En España el surrealismo aparece en torno a los años veinte no en su vertiente puramente vanguardista sino mezclado con acentos simbolistas y de la pintura popular. Además de Joan Miró y Salvador Dalí, el surrealismo español lo componen Maruja Mallo, Gregorio Prieto, José Moreno Villa, Benjamín Palencia y José Caballero, además de los neocubistas que se pasan al surrealismo (Alberto Sánchez y Ángel Ferrant), y algunas creaciones pictóricas juveniles de Modesto Ciruelos y su «Serie Circense» presentada en la Academia Breve de Crítica de Arte de Eugenio D’Ors en Madrid el año 1947. Hubo un importante núcleo surrealista en las Islas Canarias, agrupado en torno a la Gaceta de Arte de Eduardo Westerdahl, con pintores como Óscar Domínguez o el propio Westerdahl y un grupo de poetas que invitaron a André Bretón a venir en 1935; allí compuso este el poema Le chateau etoilé y otras obras. En España Fernando Arrabal y en Latinoamérica se consideran surrealistas, además de los ya citados Roberto Matta (Chile) y Lam, a Remed

ios Varo y Leonora Carrington


Pintores del Surrealismo


Los artífices del surrealismo
Observamos dos vertientes. El surrealismo abstracto, donde artistas como Masson, Miró o Klee crean universos figurativos personales a partir del automatismo más puro. Y Ernst, Tanguy, Magritte o Dalí que se interesan más por la vía onírica, un surrealismo figurativo cuyas obras exhiben un realismo fotográfico, aunque totalmente alejadas de la pintura tradicional.


PRINCIPALES REPRESENTANTES 
*Salvador Dali 
*Max Ernst 
*Vladimir Kush
Jacek Jerka
*Lina Cortes(artista recomendado ) 


La información completa y obras, en enlaces y fuentes

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