Fin de la monarquía absoluta en España


Introducción:


Durante la Edad Moderna Europa se había sustentado sus estructuras en un trípode sumamente estable: monarquía absoluta, sociedad estamental y economía agrícola de subsistencia. Se trata del sistema conocido como Antiguo Régimen. Este sistema va perdiendo su solidez a lo largo del Siglo XVIII por la convergencia de una serie de factores entre los que cabe destacar el ascenso de la burguésía y nuevas actividades económicas desligadas de la tierra, la difusión de las ideas de la Ilustración, la sucesión de crisis de subsistencia y la mala administración de los monarcas. En España, esta crisis del Antiguo Régimen se gesta en el reinado de Carlos IV y tiene su punto culminante en la Guerra de la Independencia, provocada por la influencia ideológica de la Revolución Francesa y por la debilidad y desprestigio de la monarquía española.

Las causas de la Guerra de la Independencia

Durante el reinado de Carlos IV, y su ministro Godoy, España sufrirá en su política exterior una escandalosa y progresiva subordinación a los intereses franceses, que comenzará dejándose arrastrar a la guerra contra Inglaterra en 1896.       Así, se ganará, primero, el rechazo creciente de la burguésía que ve cómo el país se arruina y, después, el de la nobleza y el clero, por las medidas que se toman para evitar la quiebra (desamortización de 1798).      Posteriormente, la derrota de Trafalgar en 1805 aumentará la oposición a la monarquía, con el agravante de la pérdida de la mayor parte de la armada, determinante en la inminente emancipación de las colonias americanas.      Pero Napoleón no cejará en su empeño e ideará contra Inglaterra una guerra económica: el bloqueo continental, consistente en cerrarle los puertos y mercados del continente, para lo cual era decisivo el control de la Península Ibérica.     En 1807, firmará con Godoy el Tratado de Fontainebleau, acordando el reparto de Portugal. En este sentido, la Guerra de la Independencia será fruto de un cambio de planes: el proyecto inicial de ocupación de Portugal se convertirá en otro de ocupación peninsular.     La creciente oposición interna contra Carlos IV y su valido, pone sus esperanzas en el príncipe Fernando, quien, harto del poder que su padre deposita en Godoy, ambiciona el trono real. Se suscitan numerosas intrigas y conspiraciones, hasta que en Marzo de 1808 triunfa el Motín de Aranjuez.     Fernando y Carlos dejarán el trono en manos del emperador quien impondrá a su hermano José como nuevo rey de España. Mientras tanto, en España, la evidencia de que las tropas francesas no estaban de paso sino que estaban ocupando el país desemboca en el levantamiento popular del 2 de Mayo de 1808 en Madrid. Los enfrentamientos y lo inician los civiles, a los que se suman los militares, con los oficiales Daoiz y Velarde. Era el comienzo de la Guerra de la Independencia.

2-El desarrollo de la Guerra:

La guerra se desarrolla en tres fases. La primera abarca los primeros meses de la invasión después del fracaso del levantamiento del 2 de Mayo. Los franceses intentaron ocupar las principales vías de comunicación desde la frontera francesa hasta Lisboa, Sevilla y Cádiz, pero se toparon con una resistencia que se generalizaba espontáneamente por toda España, como ocurríó en Zaragoza, con el General Palafox, y, sobre todo, la batalla de Bailén, en la que el General Dupont frente al general Castaños cosecha la primera derrota de un ejército napoleónico en campo abierto. Además, en Agosto, tropas inglesas al mando del general Wellington desembarcaban para apoyar a los españoles contra el invasor francés.

La segunda fase transcurre entre finales de 1808 y 1812. Tras los fracasos de sus tropas, Napoleón acude a España con un poderoso ejército, la Grande Armee, y obtiene importantes victorias (entre ellas, Zaragoza). Esos éxitos lo llevan a retirarse precipitadamente sin concluir por completo la conquista peninsular, tarea que deja en manos de su hermano.
3-

Los comienzos de la revolución liberal

En la Guerra de la Independencia no solo hubo luchas militares, sino que se enfrentaron también dos modelos políticos distintos: el reformista francés, encarnado por José Bonaparte (José I) y el liberal español, que se fue desarrollando durante elconflicto con las Juntas, y que alcanzaría su máxima expresión con las Cortes de Cádiz.    Desde 1808 ante la ausencia de autoridad por las abdicaciones de Bayona y la negativa a aceptar al nuevo rey José I, el pueblo español en su conjunto asume la soberanía en un acto auténticamente revolucionario. Se crean las Juntas, como manifestación palpable de esa soberanía popular: declaran actuar en nombre del rey y se convierten en un poder paralelo al de la nueva monarquía.      Estuvieron compuestas por miembros de procedencia diversa, casi siempre pertenecientes a los grupos sociales más influyentes. Tras las abdicaciones se crearon untas locales en numerosas ciudades y, posteriormente, juntas provinciales. En Septiembre de 1808 se forma la Junta Central del Reino en representación de las principales Juntas Provinciales, asumiendo la regencia hasta que volviera Fernando VII al trono. Su labor va a consistir en gobernar el país y, lo más trascendental, en la convocatoria de una reuníón extraordinaria de las Cortes del reino en Cádiz, para que los representantes de la nacíón decidieran su destino político. Tras la convocatoria en Enero de 1810, la Junta se disuelve, manteniendo una regencia de cinco miembros hasta la celebración de las mismas.     Mediante un complicado sistema de elección fueron elegidos representantes de treinta y tres ciudades importantes, tanto peninsulares como de las colonias americanas, a razón de un diputado por cada 50.000 habitantes. Éstos se trasladarán a Cádiz, territorio español que permanecía libre de la dominación francesa, quedando inaugurada la sesíón en Septiembre de 1810.    Las Cortes Generales estaban compuestas por 296 diputados, siendo la mayoría eclesiásticos, y de otras profesiones, como abogados, funcionarios y profesiones liberales.La ideología política era muy variada, aunque predominaba la que defendían posiciones ilustradas y liberales:
1-

Los absolutistas o tradicionalistas:

partidarios del Antiguo Régimen, defendían sus intereses como integrantes de grupos sociales privilegiados (la nobleza y el clero).
2-

Los liberales:

pretenden un régimen político basado en las ideas de la Revolución Francesa. Son mayoritariamente intelectuales.      No obstante, la heterogeneidad es una de las claves políticas del momento, ya que ni la burguésía llevó a cabo una revolución liberal completa ni todo el clero y la nobleza se posicionaban contra ella. Las Cortes de Cádiz transformarán las estructuras sociales, económicas y políticas, mediante la promulgación de dos tipos de leyes: las que liquidaban los fundamentos del Antiguo Régimen y las que diseñaban un nuevo Estado, reflejado en la constitución de 1812. Para acabar con el Antiguo Régimen, se promulgan diversos decretos que permitieron reformas de todo tipo: políticas , sociales y económicas Pero entre toda su labor legislativa destaca la promulgación de la Constitución de 1812.

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