Estructura del Acto Moral
El acto moral es una totalidad o unidad indisoluble de diversos aspectos o elementos: motivo, fin, medios, resultados y consecuencias objetivas. Siempre está sujeto a una sanción de los demás, ya sea positiva o negativa.
- Motivo: Impulsa a actuar o perseguir determinado fin. Muchas veces los motivos son inconscientes y esta motivación inconsciente no permite calificar al acto estimulado por ella como propiamente moral.
- Fin: Toda acción específicamente humana exige cierta conciencia de un fin, o anticipación ideal del resultado que se pretende alcanzar. Pero el fin trazado por la conciencia implica asimismo la decisión de alcanzarlo. Es decir, en el acto moral además hay la decisión de alcanzar efectivamente el resultado que dicho fin prefigura o anticipa. La conciencia del fin, y la decisión de alcanzarlo, dan al acto moral el carácter de un acto voluntario.
- Medios: El empleo de los medios adecuados no puede entenderse —cuando se trata de un acto moral— en el sentido de que todos los medios sean buenos para alcanzar un fin o que el fin justifique los medios. Un fin elevado no justifica el uso de los medios más bajos.
- Resultados y consecuencias objetivas: Plasmación del fin conseguido. El resultado obtenido, en un caso y otro, no puede ser separado del acto moral en su conjunto, haciendo exclusión de otros aspectos fundamentales. Por otro lado, el acto moral tiene un carácter social; es decir, no es algo que competa exclusivamente al agente, sino que afecta o tiene consecuencias para otro, razón por la cual estas tienen que ser tenidas muy presentes al calificar el acto moral.
En suma: el acto moral es una totalidad o unidad indisoluble de diversos aspectos o elementos: motivo, fin, medios, resultados y consecuencias objetivas. Lo subjetivo y lo objetivo son aquí como dos caras de una misma medalla. El acto moral no puede ser reducido a uno de sus elementos, sino que está en todos ellos, en su unidad y relaciones mutuas. Así, pues, aunque la intención se encuentre genéticamente antes que el resultado, es decir, antes que su plasmación objetiva, la calificación moral de la intención no puede dejar de tomar en cuenta el resultado. A su vez, los medios no pueden ser considerados al margen de los fines, ni los resultados y las consecuencias objetivas del acto moral tampoco pueden ser aislados de la intención, ya que circunstancias externas imprevistas o casuales pueden dar lugar a resultados que el agente no puede reconocer como suyos.
Finalmente, el acto moral, como acto de un sujeto real que pertenece a una comunidad humana, históricamente determinada, no puede ser calificado sino en relación con el código moral que rige en ella.
Escuelas de la Ética
- Ética de las emociones: Finalidad del hombre: Alcanzar la mayor cantidad posible de Felicidad. Ruptura del egocentrismo. Concentración en el YO. Descentramiento y salida hacia el otro. Simpatía: Capacidad de convertirnos en espectadores. Manifestación de un orden y armonía providencial que Dios ha establecido en los hombres. La razón no puede explicar los fines de las acciones humanas (AD INFINITUM). Todo conlleva a un fin último: la felicidad. Las decisiones morales se basan en el sentimiento que este, a su vez, puede representar el bien (virtud) o el mal (vicio).
- Ética Existencialista: La religión cada vez más olvidada por la cultura moderna (libertad del hombre). Una sociedad más aceptante a la diferencia entre las personas (individualidad). Búsqueda del sentido de la vida (sentido de su existencia).
- Ética Kantiana: Principios universalizables, buena voluntad, razón, teoría del conocimiento de Kant, dos valoraciones éticas, nosotros mismos somos los legisladores morales.
- Ética Utilitarista: La doctrina utilitarista establece que la felicidad es deseable y que es la única cosa deseable como fin, todas las demás cosas son deseables como medios. La ética utilitarista consiste en buscar el máximo bienestar del mayor número de individuos. Basado en criterio de conducta. Sostiene que la felicidad de los individuos, de cada uno, depende de la de los demás. Principio de bienestar como fundamento de su ética. Destaca la felicidad como fin último que un ser desea dentro de su ética. En parte se basa en un criterio de conducta y elección racional de los individuos. Se identifica con la búsqueda del placer y la ausencia del dolor. Un acto es moralmente bueno si es útil y malo si es perjudicial para alcanzar la felicidad. Para el utilitarismo la evaluación se basa no en intenciones sino solo en hechos, es una línea de pensamiento netamente empírica.
- Ética de las Virtudes / Aristotélica:
Falacias Argumentativas
La falacia ad hominem
Consiste en atacar a la persona o grupo oponente en vez de criticar los argumentos que nos presentan.
La falacia del razonamiento circular
Consiste en utilizar como premisa de un argumento la conclusión que uno trata de establecer. Supongamos, por ejemplo, que alguien nos pregunta cómo sabemos que Dios existe. Ahora supongamos que la respuesta sea: “Así lo dice la Biblia”. El que pregunta puede continuar: “¿Y cómo sabes que la Biblia dice la verdad?”. Si la siguiente respuesta es: “Porque está inspirada en la palabra de Dios”.
La justificación de un mal con otro mal
Cuando cometemos esta falacia, tratamos de defender una acción equivocada aludiendo a otra instancia igualmente equivocada. Por ejemplo, si un oficial de tránsito nos detiene por conducir a alta velocidad y tratamos de evitar la sanción alegando que muchos otros vehículos también transitan con exceso de velocidad, por la misma avenida y en ese mismo momento, estaremos cayendo en este error. En otras palabras, una mala acción no puede ser justificada señalando otra mala acción.
La falacia por anticipación de consecuencias
Este error consiste en objetar una posición porque asumimos indebidamente que la aceptación de esta seguramente conducirá a consecuencias indeseables. Por ejemplo, se puede objetar a la legalización del aborto sobre la base de que, de hacerlo, esto inevitablemente conducirá al infanticidio y eventualmente al genocidio.
La falacia de apelar a la autoridad
Algunas veces se argumentan las posiciones morales apelando a la autoridad. Algunos tipos de autoridad pueden ser apropiados, mientras que otros no. Entre estos últimos se destacan las nociones de popularidad y democracia. En este caso, los argumentos se sostienen apelando únicamente a los números. Retomando el asunto del aborto, podría decirse, por ejemplo, que: “El aborto debe de ser legalizado debido a que la mayoría de los ciudadanos (en una región determinada) están a favor de ello”. Este tipo de razonamiento no es muy diferente en su forma a decir: “La esclavitud estaba bien y debía de haber sido aceptada en el sur de los Estados Unidos simplemente porque la mayoría de los sureños estaba a su favor”. Para ponerlo de manera simple, la mayoría puede estar equivocada. Los puntos de vista sostenidos por la mayoría y las acciones que de estos se desprenden, pueden violar sólidos principios de moralidad y conducta ética. Por lo tanto, no debemos dejarnos influir moralmente por la autoridad de la opinión mayoritaria. Otra forma incorrecta de apelar a la autoridad puede involucrar la sabiduría tradicional. Algunas acciones se tratan de justificar apoyándose de manera exclusiva en convenciones del pasado que no necesariamente pueden justificarse. Decir: “X está bien porque así es como siempre ha sido”.
La falacia de desviar la atención
Esta falacia consiste en abordar un asunto que tiene muy poca o ninguna relación con el tema que se discute con la finalidad de desviar la atención hacia una posición que puede defenderse más fácilmente. Esta estrategia es un procedimiento de contraataque, ya que el debate se desvía hacia un terreno en el cual se poseen argumentos más sólidos.
La falacia del desprestigio por asociación
Esta falacia consiste en el intento de desacreditar la posición del oponente o al oponente mismo llamando la atención sobre la relación que tiene el oponente con algún individuo o grupo que ya está desacreditado.
Ética y Moral
La moral y la ética son valores y principios que tienen que ver con el comportamiento humano, mostrándonos lo correcto e incorrecto y así fundamentar en conjunto todos los principios.
Los principios de la ética y la moral van en el mismo sentido. Por un lado, la ética dice “Ama y haz lo que quieras” y la moral dice “Actúa como si amases, y haz lo que debes”.
- La ética es todo lo que se hace por deseo o amor.
- La ética aconseja.
- La ética responde a la pregunta: ¿Cómo vivir?
- La ética es a la vez el origen y la verdad de la moral.
- La ética es más fundamental y elevada.
- La ética es liberadora, llena de alegría y vigor.
- La moral es todo lo que se hace por deber.
- La moral ordena.
- La moral responde a la pregunta: ¿Qué debo hacer?
- La moral está adentro de la ética.
- La moral es una apariencia del amor.
- La moral estaba mal, parecía opresiva, reaccionaria, alienante, prisionera de la mala conciencia y el resentimiento.
- La moral recuerda que no se debe esperar a ser feliz para mostrarse digno de llegar a serlo.
- La moral podría llegar a controlar o relativizar a la ética.
Critón y Teoría de la Ignorancia
En cuanto al texto de Critón, Sócrates quiere apegarse a la moral y regirse por las reglas de la ciudad al no querer irse de la cárcel.
La ignorancia no se define como un estado de carencia sino como un estado de llenura. La ignorancia no es una ausencia o una falta, sino por el contrario un estado en el que nos sentimos pletóricos de opiniones y saberes en los que, por lo demás, tenemos una confianza desmesurada. La carencia se produce solo después de una reflexión, de una vuelta sobre sí mismo a partir de la cual se ponen en cuestión las propias creencias y las formas de pensar que nos han conducido a ellas. La carencia es entonces un resultado del proceso de conocer y no su punto de partida, porque lo que hay inicialmente es un dominio de la OPINIÓN. La opinión nos protege contra la angustia de saber y contra el reconocimiento de nuestra propia ignorancia. En los términos de Platón puede decirse que enseñar a dudar es la tarea principal de la educación. El primer saber efectivo es el reconocimiento de que lo que se creía saber no era más que una opinión. Este reconocimiento abre entonces la pregunta: “¿Si no era lo que se creía, entonces qué es?”.
