Platón: Ética y Política
El Intelectualismo Socrático
El intelectualismo socrático establece la relación directa entre las virtudes y la felicidad. La tesis del intelectualismo ético sostiene que quien conoce el bien solo puede hacer el bien, y que solo hacemos el mal por ignorancia, pues nadie que conozca el bien podrá dejar de actuar conforme a él. Por otro lado, nadie podrá hacer el bien si no sabe lo que es el bien.
Claramente, detrás de este intelectualismo hay una postura antisofística, un rechazo del relativismo.
La filosofía platónica busca lograr un modelo social donde no vuelvan a cometerse injusticias como la condena y ejecución de alguien como Sócrates.
Filosofía Política: El Modelo Ideal de Estado
Platón quiere diseñar racionalmente un Estado en el que se realice al máximo posible la idea de Justicia. Para ello, escoge un camino particular: la psicología es la bisagra entre la filosofía teórica y la práctica en Platón, lo que llevará a cabo una transposición de lo anímico a lo social.
Teoría Tripartita del Alma y Estructura Social
Platón diseña un sistema educativo que le permite articular su sistema político y que funciona como criterio para adscribir a cada individuo el rol social que por Naturaleza le corresponde; esto es, permite identificar el lugar natural que le corresponde en la sociedad.
Este sistema educativo consta de etapas eliminatorias y voluntarias, y su función es la distribución de los individuos en su función social innata según su alma:
- Los que abandonan en las primeras fases (la mayoría) serán Los Productores (alma concupiscible).
- Los que abandonan en la fase intermedia serán Los Militares o guardianes (alma irascible).
- Aquellos que superen todas las fases pasarán a ser Filósofos y, por ende, los posibles gobernantes (alma racional).
¿Qué logra Platón?
En primer lugar, encontramos aquí un elitismo intelectual, que no es de poder para ejercer la violencia, de sangre, o simplemente de capacidad retórica.
Además, este sistema es el más apropiado desde el intelectualismo socrático: solo el que conoce el bien y la justicia podrá hacer el bien y la justicia. Luego, debe gobernar el que más sabe. En este sistema, cada cual ocupa su lugar sin imposiciones ni privilegios.
Aristóteles: Ética y Política
Ética Empirista y Eudaimonismo
Aristóteles, basándose en la experiencia, ofrece una serie de consejos prácticos de acción que nos permiten alcanzar el fin de la vida humana: la Felicidad. Hace una ética, por tanto, que denominaremos Eudaimonista. El objetivo y fin último de la vida es ser feliz.
Hay que diferenciar la inteligencia teórica y la inteligencia productiva de la inteligencia práctica, la inteligencia para lograr una vida buena, es decir, feliz. La vida virtuosa será aquella en la que alcancemos el fin que nos es propio, y el fin de la vida humana es la felicidad.
Aristóteles piensa que la felicidad consiste en que el hombre realice lo que le es específico, que consiga alcanzar su fin como hombre. Seremos felices cuando nos realicemos en aquello que nos es propio y esencial. Lo esencial del hombre es la sociabilidad y la racionalidad. Luego, seremos felices cuando nos realicemos como seres sociales y como seres pensantes.
Eudaimonismo Social: La Felicidad en la Comunidad
La ética de Aristóteles es comunitarista: solo se puede ser feliz en sociedad. Necesitamos emocionalmente de los demás, y la soledad absoluta es la peor de las torturas para nosotros. Igualmente, necesitamos de nuestra sociedad para desarrollarnos intelectualmente.
Eudaimonismo Intelectual: La Felicidad en la Racionalidad
La parte de su alma que era específica, no compartida con plantas o animales, era la racionalidad. Luego, nos realizaremos si logramos las condiciones materiales que nos permitan desarrollar una vida teorética, ociosa y contemplativa.
Sistema Político Justo
Aristóteles parece decantarse por un sistema intermedio entre la democracia y la aristocracia, un gobierno de los mejores pero con el control y participación del pueblo, al que denomina República. Lo ideal es que predomine la Clase Media como justo medio entre pobres y ricos.
Tomás de Aquino: Razón, Fe y las Cinco Vías
Conciliación entre Razón y Fe
Tomás de Aquino plantea la conciliación entre razón y fe, de modo que la primera sirva a la segunda: la razón puede ayudar a hacer más fuerte a la fe. Razón y fe no se excluyen, sino que son complementarias. De San Anselmo, Tomás hará suyo su famoso: “Intellige ut credas, crede ut intelligas” (Entiende para creer, cree para entender).
Va a plantear su postura desde un punto de vista empirista, tomado muy directamente de Aristóteles.
Punto de Partida: Aristotelismo y las Cinco Vías
Tipos de Verdad Acerca de Dios
Existen dos tipos de verdad acerca de Dios:
- Artículos de Fe: Son aquellas verdades que «sobrepasan la capacidad de la razón», por ejemplo, el misterio de la Trinidad y todos los demás misterios que conocemos por revelación.
- Preámbulos de Fe: Son las verdades que sí pueden ser alcanzadas por la razón natural: la Existencia de Dios y su unidad.
Partiendo de Aristóteles, solo podemos conocer algo de una sustancia cualquiera si podemos captarla mediante el entendimiento paciente.
Ahora bien, más allá de la captación inicial de algo, la mente humana es capaz de deducir cosas que no vemos a partir de cosas que sí vemos. Esto llevará a Tomás a formular sus famosas Cinco Vías. Son cinco demostraciones deductivas y racionales de la existencia de Dios. Las otras verdades sobre Dios habrá que aceptarlas ciegamente, ya que el hombre no conoce enteramente lo que es de su naturaleza; la razón humana es débil y en todo inadecuada para alcanzar el entendimiento pleno de la sustancia infinita.
Contexto Histórico y Orígenes de la Filosofía
Época Arcaica: El Nacimiento de la Filosofía
La filosofía surge en Grecia, en lo que se conoce como el Paso del Mito al Logos, es decir, el paso de una explicación mítica a una explicación racional de los fenómenos naturales.
Lo importante es que por primera vez nos encontramos con una Cosmogonía racional frente a las teogonías tradicionales. En este sentido, el concepto clave es arché, término que se suele traducir como «principio».
Los Presocráticos
- Los Milesios: El más viejo de ellos y, por tanto, oficialmente el inaugurador de la filosofía fue Tales, quien sostuvo que el arché era el agua. Otros milesios posteriores, como Anaximandro o Anaxímenes, no aceptarían el agua como arché por diferentes razones, pero en todo caso, razones.
- Los Eleatas (Parménides y Zenón): El principal pensador de la ciudad de Elea fue Parménides, que tomará de él directamente sus dualismos ontológico y epistemológico.
- Los Pitagóricos: Se trata de una especie de secta filosófico-religiosa, cuyo creador fue Pitágoras de Samos y que influirá enormemente en Platón en dos aspectos: la visión matemática de la realidad y la psicología dualista. Consideraron que el arché era el número (teoría del Tetraktys) y que la organización armónica del cosmos respondía a estructuras matemáticas.
La Época Clásica (Siglos V y IV a. C.)
Los Sofistas
Son maestros a sueldo, contratados por las familias acomodadas como preceptores para sus hijos, de modo que estos logren el éxito en una sociedad nueva donde es fundamental el dominio de la retórica y la erística: la democracia.
Sócrates
Supone la gran reacción contra los sofistas y su escepticismo relativista: sí existe una verdad y está al alcance de la razón humana. Para Sócrates, hay que partir del conocimiento de la propia ignorancia («Solo sé que no sé nada»). Solo así estamos en condiciones de buscar la verdad, porque esta existe. Los diálogos platónicos en que Sócrates es el protagonista acaban muchas veces en aporías.
Platón y Aristóteles
- Platón: Discípulo de Sócrates, dedicó toda su filosofía al empeño de evitar que se volvieran a cometer injusticias como la muerte de su maestro. En su filosofía práctica, pensó cómo debería ser una sociedad justa y apostó por un gobierno de los sabios.
- Aristóteles: Discípulo de Platón, pero desarrollará una filosofía opuesta a su maestro. En lo teórico será monista: solo existen las sustancias, como compuestos de materia y forma.
