Economía y sus Índices
La economía se puede abordar a nivel macroeconómico o microeconómico.
¿Qué es el Producto Interior Bruto (PIB)?
El PIB es una macromagnitud económica que representa el valor monetario (€) de la producción total de bienes y servicios finales generada por los agentes económicos residentes en un país durante un año. Es un indicador clave de la riqueza de una nación. Actividades como el trabajo doméstico no remunerado o la economía sumergida (actividades ilegales o no declaradas que no pagan impuestos) no se incluyen en el cálculo del PIB. Se caracteriza por:
- Es una corriente o flujo que corresponde a un periodo de tiempo determinado (no es un stock).
- Valora bienes y servicios.
- Considera bienes y servicios finales (se deben deducir los consumos intermedios).
- Se produce en un territorio determinado (una región, un país o grupo de países), lo que permite calcular el PIB per cápita.
- Se valora en la moneda local (por ejemplo, euros).
Distribución del PIB
El PIB mundial está encabezado por Estados Unidos, y España se encuentra en el puesto 14. En la Unión Europea, España se sitúa lejos de los primeros puestos. A nivel de comunidades autónomas, Madrid tiene el mayor PIB, mientras que Andalucía se encuentra más rezagada.
PIB per cápita = PIB / Población = € / persona.
Valor Añadido Bruto (VAB)
Junto al PIB, existen otros indicadores como el VAB, que son conceptos muy equivalentes.
VAB = Producto Total – Consumos Intermedios.
El Producto Total o Producción Bruta es el valor monetario de todos los bienes y servicios generados en una economía, tanto los destinados al consumo final como los que se utilizan en otros procesos productivos. Los Consumos Intermedios son el valor monetario de los bienes y servicios que se utilizan en la producción de otros bienes y servicios (no incluyen la mano de obra ni el coste del capital fijo).
La agricultura en la Contabilidad Nacional
Andalucía está muy especializada en la agricultura, y esta es la actividad menos productiva. En Andalucía, el peso de la agricultura en el VAB total es del 7,5%, mientras que en España es del 4,1%.
Vías de estimación del PIB
- Vía de la Oferta: PIB = VAB Agricultura + VAB Industria + VAB Servicios. Por ejemplo, Andalucía presenta un mayor VAB en agricultura que en industria y servicios, mientras que Madrid destaca en servicios e industria por encima de la agricultura.
- Vía de la Demanda: PIB = C + G + FBK + (X – M).
- C (Consumo Privado): Compra de bienes y servicios por parte de individuos y hogares.
- G (Consumo Público): Adquisición de bienes y servicios por las Administraciones Públicas (AAPP).
- Formación Bruta de Capital (FBK): Inversión, es decir, la compra de bienes y servicios no consumidos en un año que se utilizan como medios de producción (ejemplo: maquinaria).
- X (Exportaciones): Ventas de bienes y servicios al exterior.
- M (Importaciones): Compra de bienes y servicios del exterior.
- Vía de la Renta: PIB = RA + EBE + RM.
- RA (Remuneración a los Asalariados): Rentas del trabajo.
- EBE (Excedente Bruto de Explotación): Rentas del capital y beneficio empresarial.
- RM (Rentas Mixtas): Rentas que combinan trabajo y capital (ejemplo: autónomos y agricultores).
La Inflación
La inflación es el incremento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía. Este fenómeno afecta a la economía al implicar una pérdida de poder adquisitivo si las rentas (salarios) se mantienen constantes o disminuyen, ya que con los mismos ingresos se puede adquirir una menor cantidad de bienes y servicios. La estimación del PIB puede realizarse considerando el efecto de la inflación.
- Variable Nominal o a Precios Corrientes: Se calcula utilizando los precios vigentes en el momento de la medición.
- Variable Real o a Precios Constantes: Elimina el efecto de la inflación, tomando como base un año determinado. Para convertir una variable nominal en una real, se utilizan índices de precios para deflactar, es decir, para eliminar el efecto de la variación de los precios en los valores corrientes. Habitualmente se utiliza el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Índice de Precios al Consumo (IPC)
El IPC es un índice que mide la variación porcentual de los precios de una cesta básica de bienes y servicios de consumo, siendo el principal indicador de la inflación. En el cálculo del IPC, los alimentos constituyen el componente más importante, seguidos por el transporte, los hoteles y restaurantes, y la vivienda. Aproximadamente el 22% de la renta familiar se destina a alimentos (frente al 50% anterior), lo que refleja un cambio en los patrones de gasto hacia otros sectores como vivienda o sanidad, y puede afectar negativamente a los agricultores.
Análisis de la Economía
Análisis simple (limitado) de la economía
Este esquema limitado sobre el flujo de renta está simplificado. Por ejemplo, se podrían añadir las regulaciones del Estado, que puede intervenir estableciendo una renta mínima, la cual representa una transferencia del sector público a la población.
Flujo circular de la renta (más completo)
Este esquema más completo sobre el flujo de renta se acerca más a la realidad, pero no contempla los problemas de sostenibilidad ambiental y social, ni considera las externalidades. Por ejemplo, la sequía es una externalidad ambiental donde la economía repercute en el medio ambiente, o las desigualdades entre poblaciones, donde no todos tienen una renta suficiente para mantenerse (externalidad social). Este flujo circular ha recibido críticas por ser una simplificación idealizada que representa un equilibrio estático permanente con ausencia de conflictos (externalidades ambientales y sociales). Además, solo valora el movimiento de dinero (no considera el stock de bienes o fondos) y el trabajo en el ámbito doméstico es invisible (al igual que todo lo que no se puede monetizar).
La economía como sistema abierto
Esta es la alternativa propuesta por la economía ecológica para resolver las críticas anteriores. La economía, entendida como un sistema abierto, tiene repercusiones sobre el contexto en el que se desarrolla. La materia prima entra en el sistema y genera residuos, que pueden suponer un daño significativo para la sociedad (ejemplo: el hueso de aceituna, que puede ser un residuo, también puede utilizarse como combustible para calderas).
Sostenibilidad y Huella Ecológica
Huella ecológica
La Huella Ecológica es un indicador de sostenibilidad que mide el impacto de nuestro modo de vida en el entorno. Representa la superficie ecológicamente productiva necesaria para generar los recursos consumidos por una población y para absorber los residuos que esta produce. La Huella de Carbono, calculada en equivalente de CO2, considera todos los gases de efecto invernadero. Los datos muestran un déficit ecológico mundial creciente en las últimas décadas: nuestra demanda de recursos requiere más de un planeta y medio para satisfacerse. Si mantenemos el ritmo actual, en 2050 se necesitarán 2,5 planetas. Para revertir esta tendencia, es urgente mejorar y transformar la forma en que producimos y consumimos recursos, especialmente en los sectores de la alimentación y la energía. El sistema alimentario actual es insostenible: casi el 80% de los terrenos agrícolas se destina a la ganadería para producir carne y lácteos, mientras que estos productos animales solo aportan el 33% de las proteínas consumidas globalmente. Además, la agricultura consume el 80% del agua dulce del planeta.
Estadísticas Agrarias
Existen diversas estadísticas que permiten analizar la realidad económica agraria. En España, la fuente más importante es el Censo Agrario (2020), aunque su principal limitación es que se actualiza solo cada 10 años. Para una visión global de la agricultura española, se pueden obtener estadísticas sobre:
- Datos Estructurales:
- Explotaciones: Número total por sectores (agrícola y ganadero) y comunidades autónomas, incluyendo sistema convencional y ecológico, y su dimensión.
- Régimen de Tenencia: Propiedad o arrendamiento.
- Perfil del Titular de la Explotación: Edad, sexo y nivel de formación.
- Personalidad Jurídica: Física o jurídica.
- Otras Actividades Lucrativas.
- Análisis Especiales:
- Mano de Obra: Distinción entre titular, familia del titular y mano de obra no familiar (asalariada). Se observa una tendencia creciente de la mano de obra asalariada en las explotaciones, con una menor intervención de la familia del titular.
- Desarrollo Rural.
El Sistema Agroalimentario
El Sistema Agroalimentario (SA) es el conjunto de actividades que convergen en la producción, transformación y distribución de productos agroalimentarios, con el fin de satisfacer las necesidades de alimentación humana en una sociedad determinada. Se pueden establecer diferentes tipos de sistemas agroalimentarios según la referencia que se tome:
- Producto: SA vitivinícola, SA cárnico, SA lácteo, etc.
- Espacio: SA andaluz, SA español, etc.
- Técnica de Producción: SA convencional, SA integrado, SA ecológico, etc.
Actualmente, el sistema de producción convencional es el dominante, aunque existe una parte significativa de producción agrícola y ganadera bajo el sistema integrado.
El Sistema Agroalimentario hasta la Primera Mitad del Siglo XX: Agricultura Tradicional
Agricultura tradicional
Hasta la primera mitad del siglo XX, la producción agraria se regía por la agricultura tradicional. Esta se caracterizaba por:
- Una producción ecológica (uso de energía de origen animal, abonos naturales, semillas autóctonas).
- Estructuras de costes bajos, lo que la hacía económicamente muy rentable.
- Abundante mano de obra con pocas restricciones y bajos salarios, lo que le confería un carácter social.
- Escaso desarrollo tecnológico y falta de mecanización.
- Venta basada en mercados locales y un elevado autoconsumo.
En este periodo, el producto agrario coincidía con el producto alimentario; es decir, lo que se producía y se consumía era prácticamente idéntico. Como consecuencia, la industria alimentaria tenía muy poca importancia, con escasas transformaciones o envasados.
Revolución Verde
A principios de la década de 1950, surge la Revolución Verde. Esta se basó en el uso de tecnología productivista para aumentar los rendimientos y la producción de los sistemas agrarios, mediante la mecanización de las tareas y el uso de agroquímicos y semillas ‘mejoradas’. Sus consecuencias incluyeron el crecimiento de la industria y las ciudades, y la búsqueda de garantizar un abastecimiento alimentario estable a la población urbano-industrial. A corto plazo, resultó beneficiosa para los agricultores debido al incremento de ingresos por precios estables; sin embargo, a largo plazo, la sobreproducción provocó una caída de los precios. No todos los cultivos se beneficiaron por igual, siendo las explotaciones de gran tamaño las que mejor aprovecharon esta revolución.
El Fordismo
Tras la Segunda Guerra Mundial, se intensificó la industrialización y se produjo una profunda transformación de los sistemas agroalimentarios, con mercados en expansión. Se generó un cambio en el sistema de producción con la llegada del Fordismo, que buscaba producir y consumir en grandes cantidades. Esto requería disponibilidad de capital para la inversión, abundante mano de obra barata e innovaciones tecnológicas para la producción y el consumo masivo (ejemplos: frigoríficos, hornos). Era un sistema de producción en cadena que pretendía producir grandes volúmenes de un mismo producto para reducir los precios y aumentar la producción en masa. Las industrias de agroquímicos y de nueva maquinaria se beneficiaron de este modelo, mientras que los agricultores perdieron autonomía al depender cada vez más de estas industrias.
Crisis de la agricultura tradicional
Como consecuencia de lo anterior, la agricultura tradicional entró en crisis, lo que provocó una importante emigración de la población rural hacia las ciudades en busca de salarios industriales.
La Modernización del Sistema Agroalimentario
El sistema agroalimentario experimentó una modernización, cuyas características principales fueron:
- Continua mecanización de las tareas agrícolas: Los costes de la maquinaria y los insumos resultaron menores en comparación con los salarios. En general, se sustituyó la mano de obra asalariada por nuevas máquinas, aunque en algunas explotaciones rurales esto no fue posible. Este proceso generó beneficios económicos, especialmente en las explotaciones de mayor tamaño.
- Sustitución de semillas locales por semillas “mejoradas”: Esto permitió un aumento de la productividad, mayor resistencia a plagas, mejor adaptación a la mecanización y versatilidad para diversos suelos y climas. Sin embargo, también incrementó la dependencia de fertilizantes e irrigación, elevando los precios y, por ende, disminuyendo la rentabilidad.
- Consumo de agroquímicos que potenció la industria química: Esto llevó a un aumento de la dependencia de la agricultura respecto a otros sectores industriales y a una desvinculación de la agricultura de su función alimenticia original. En respuesta a la demanda de los clientes, se desarrollaron empresas multinacionales. La modernización trajo consigo avances técnicos en la industria (frigoríficos, microondas), la incorporación de la mujer al mercado laboral y nuevas tecnologías alimentarias (deshidratación, congelación, técnicas de envasado, nuevos ingredientes y aditivos). Las actividades agrícolas tradicionales se transformaron en actividades e insumos de la industria agroalimentaria, dando lugar a un proceso de sustitución de productos agrarios por productos industriales (“alimentos fabricados”). La brecha entre el producto agrario y el alimenticio se amplió debido a la mayor transformación. Se pasó de una agricultura predominante a una industria de “alimentos fabricados” como actor principal. Aunque el pequeño comercio es importante para acercar el producto al consumidor, su falta de cuota de mercado limita su poder de negociación. En definitiva, se consolidó un creciente predominio de la industria en el sistema agroalimentario.
Consecuencias de la modernización
Este nuevo sistema de producción, apoyado en la Revolución Verde, tuvo una serie de consecuencias:
- Concentración agraria y pérdida de rentabilidad: Se observó una disminución del número de explotaciones (las menos competitivas desaparecieron por falta de rentabilidad), una reducción de la población activa y del empleo en la agricultura, un aumento de la capitalización y el endeudamiento, y un incremento de las desigualdades sociales, sectoriales y territoriales (beneficiando a las explotaciones de mayor tamaño).
- Dependencia (papel subordinado de la agricultura a la industria): La agricultura se volvió dependiente de la industria (como proveedor y cliente), de la distribución comercial (que controlaba el acceso a los mercados, imponiendo canales indirectos frente a los directos de la etapa anterior), de la industria agroalimentaria y de las cadenas minoristas. También aumentó la dependencia del Estado (debido a la menor rentabilidad y al incremento de ayudas públicas, especialmente desde la adhesión de España a la Unión Europea) y del medio urbano.
- Sobreutilización de recursos y deterioro ecológico: Esto incluyó la degradación del suelo, del medio atmosférico y de los recursos hídricos, la pérdida de biodiversidad y la generación de residuos por la propia actividad industrial y distribuidora.
La Globalización del Sistema Agroalimentario
Crisis económica años 70
La crisis económica de los años 70, originada por el aumento del precio del petróleo, también impactó en los sistemas agroalimentarios. Se generaron excedentes agrarios (debido a que la oferta superaba la demanda) y una baja rentabilidad (por la disminución de precios y el aumento de los costes de producción). Se transitó de una etapa de rentabilidad a otra de subsistencia y endeudamiento. Esta situación provocó inestabilidad en los mercados, volatilidad de precios e ingresos, y una fragmentación y diversificación de los mercados (surgiendo productos como refrescos, bollería industrial, aperitivos, comida rápida, productos dietéticos, etc.). También se produjo una crisis de las políticas regulatorias, como la Política Agrícola Común (PAC), debido al aumento de sus costes de mantenimiento. Además, hubo una crisis de legitimidad: mientras los países desarrollados generaban excedentes agrarios, en los países menos desarrollados persistía el hambre, lo que, sumado a los efectos sobre el medio ambiente y la salud (pérdida de calidad alimentaria), evidenció las contradicciones del sistema.
Nueva etapa
Se inicia un nuevo contexto caracterizado por mercados saturados, lo que exige una reestructuración productiva postfordista (toyotismo) basada en la producción ‘just in time’, es decir, producir solo lo que se consume o se vende, con una producción flexible. Se impulsa la liberalización del comercio internacional y de la economía, buscando comercializar productos en otros países para evitar el almacenamiento ante una oferta que supera la demanda interna. Las grandes empresas de distribución comercial ejercen un control creciente, recopilando información estratégica sobre las tendencias y características del consumidor. Esta etapa se caracteriza por el predominio de la distribución comercial, ya que el desafío principal deja de ser producir para centrarse en vender. Todo esto se enmarca en un proceso de consolidación de oligopolios globales en la industria de insumos agrícolas (semillas, agroquímicos), la industria de transformación (industrias alimentarias) y la distribución comercial. La agricultura es el sector con menor concentración oligopólica. Ejemplos de oligopolios incluyen el mercado de semillas, el mercado de agroquímicos, el oligopolio biotecnológico (semillas + agroquímicos, con un elevado poder de negociación frente al sector agrario), el mercado de maquinaria agrícola, el mercado de productos farmacéuticos veterinarios y el oligopolio de la industria agroalimentaria (las 100 mayores empresas controlan el 74% del total de ventas mundiales de comestibles empaquetados).
Funciones estratégicas de la distribución comercial
Las funciones estratégicas de la distribución comercial incluyen el seguimiento de la demanda, el control de las ventas y la recopilación de información estratégica sobre los cambios en las preferencias del consumidor.
Evoluciones del sector agrario
Ante esta situación, el sector agrario puede experimentar cuatro posibles evoluciones (cuantas más de estas evoluciones se adopten, mejor será para la empresa):
- Profundización y consolidación de la industrialización agraria: Implica continuar con el modelo actual, pero de forma más avanzada, utilizando insumos agrícolas como semillas transgénicas, monocultivos agroexportadores y un fuerte proceso de mecanización. Este enfoque tiende a expulsar y marginar la agricultura familiar y campesina, generando una crisis de rentabilidad y una mayor dependencia de subvenciones.
- Nichos de mercado de calidad: Se prioriza la calidad sobre la cantidad, mediante el uso de indicaciones geográficas (denominaciones de origen, productos de la tierra), productos artesanales, alimentos de agricultura integrada y alimentos ecológicos.
- Diversificación productiva: Fomenta la multifuncionalidad agraria y el desarrollo rural, incluyendo la industrialización agroalimentaria rural, la artesanía, el turismo rural y las energías renovables.
- Recampesinización y desarrollo rural agroecológico: Representa un retorno a la agricultura tradicional, recuperando saberes ancestrales en el manejo agroganadero para producir alimentos de calidad, sanos y sostenibles, y promoviendo canales cortos de comercialización.
Las tres primeras evoluciones son las más implementadas, mientras que la última tiene un menor peso en la práctica.
Análisis de Costes y Márgenes
Tipologías de Contabilidad
- Contabilidad General: Proporciona información financiera global de una empresa, determinando el beneficio de un ejercicio o campaña a través de la cuenta de pérdidas y ganancias. Sin embargo, no ofrece detalles sobre el comportamiento de actividades específicas de la empresa.
- Contabilidad de Costes: Es una contabilidad interna que ofrece información detallada sobre cultivos, productos o actividades específicas. Facilita la toma de decisiones técnicas y mejora la gestión empresarial, incluyendo el análisis de flujos monetarios, ingresos, costes y márgenes por cultivos, actividades o productos.
Costes, Márgenes y Beneficio Monetario
- Ingresos: Ventas (salidas físicas) / Entradas monetarias.
- Costes: Compras (entradas físicas) / Salidas monetarias.
Ratios de Análisis
- Margen Bruto: Ingresos – Costes Variables Directos.
- Renta Disponible: Margen Bruto – Costes Fijos Directos.
- Margen Neto: Renta Disponible – Amortizaciones.
- Beneficio Empresarial: Margen Neto – Costes de Oportunidad.
Gastos, Pagos, Costes
- Gasto: Es el compromiso de adquisición (cambio de propiedad de los factores o recursos productivos). Se pueden clasificar de varias maneras:
- Variabilidad: Según el grado de dependencia del volumen de producción, pueden ser costes variables o fijos. Ambos son importantes para determinar los ratios de análisis.
- Imputación: Según su vinculación con un producto, pueden ser costes directos o indirectos.
- Costes Directos: Son costes que se pueden asignar de forma sencilla a cada producto, ya que intervienen directamente en el proceso productivo (ejemplos: horas de mano de obra directa o materias primas utilizadas para fabricar un producto).
- Variables: Materias primas (valoradas a precio de adquisición, incluyendo IVA, transporte, deducciones y subvenciones), suministros (recibos de empresas), coste de mano de obra eventual (incluye Seguridad Social, transporte de empleados), alquiler de maquinaria o servicios contratados (recibos), y costes variables de maquinaria (cálculo complejo).
- Fijos: Impuestos y seguros, mano de obra fija, y reparaciones y conservaciones (facturas o estimación a partir de tablas).
- Costes Indirectos: Son costes que no se pueden imputar directamente al proceso productivo o son comunes a la fabricación de distintos productos, pero que son necesarios para la actividad empresarial (ejemplos: el salario del contable, el alquiler del local, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles – IBI).
- Costes Directos: Son costes que se pueden asignar de forma sencilla a cada producto, ya que intervienen directamente en el proceso productivo (ejemplos: horas de mano de obra directa o materias primas utilizadas para fabricar un producto).
- Función: Según su destino, pueden ser costes de producción, de venta, de administración o de transporte.
- Pago: Es el desembolso o la transferencia de dinero.
- Ingresos: Es la incorporación al proceso productivo (empleo de los factores o recursos). Solo son relevantes para determinar los márgenes y la rentabilidad.
- Dimensión Física (kg/ha): Producción bruta, pérdidas, producción neta.
- Dimensión Monetaria (€/kg, €/ha): Precios de ventas, subvenciones, venta de productos.
Amortización del Capital Fijo
El consumo del capital fijo se refiere a la pérdida de valor, desgaste o consumo de los bienes utilizados en el proceso productivo con una duración superior a un año (maquinaria, aperos, construcciones, vehículos, etc.). Su coste se distribuye entre los años de vida útil, y la amortización suele ser lineal (igual cada año).
Al calcular la amortización, se deben considerar los siguientes factores y la obtención de sus datos:
- Vida Útil: Generalmente a partir de datos tabulados.
- Valor Inicial, Actual o de Reposición: Valor de compra o estimación del valor actual.
- Valor Final: A partir de un porcentaje del valor inicial o nulo.
- Tipo de Depreciación: Se asume que es lineal.
Cálculo de Amortizaciones
a = (VC - VD) / n
Donde:
- a: Amortización anual (unidad monetaria/año)
- VC: Valor de Compra
- VD: Valor de Desecho
- n: Número de años de vida útil
Coste de Oportunidad
El Coste de Oportunidad es el beneficio potencial que se pierde al elegir una opción en lugar de otra (ejemplo: si se opta por importar mercancía en lugar de producirla internamente, se incurre en un coste de oportunidad). Algunos ejemplos son:
- La mano de obra familiar (se calcula por horas trabajadas y valoradas según el salario habitual).
- El coste de oportunidad de la tierra (se calcula por el importe de su posible alquiler).
- El coste de oportunidad del capital (se determina por el tipo de interés de mercado).