Grandes Movimientos de la Arquitectura del Siglo XX: De la Bauhaus al High-Tech


La Arquitectura del Siglo XX. Introducción Histórica

El siglo XX fue una centuria de constantes cambios, lo que se reflejó profundamente en el arte. A principios de esta centuria, pervivían estilos del siglo XIX como el eclecticismo y el modernismo. Sin embargo, el hormigón y otros nuevos materiales abrieron nuevas vías para la expresión arquitectónica.

1. La Arquitectura Funcionalista o Racionalista

Esta corriente, la más característica del siglo XX, constituyó una revolución en la arquitectura que hoy está tan generalizada que apenas nos llama la atención. Frente al historicismo y el modernismo, predominó lo racional y la funcionalidad, despreciando toda ornamentación y mostrando la simplicidad de los volúmenes puros y la línea recta. Tuvo su precedente en la Escuela de Chicago.

La Bauhaus (Walter Gropius)

Walter Gropius fundó en Weimar en 1919 la Bauhaus, una escuela que buscaba conciliar técnica y arte. Fue la primera escuela de diseño en la que los estudiantes llegaban a realizar todo lo que proyectaban, conjugando la teoría y la práctica. Se investigaba sobre toda actividad plástica relacionada con la industria: muebles, menaje, edificios, fotografía, cine, etc. Fueron profesores de la Bauhaus personalidades como Kandinsky, Paul Klee o Mies van der Rohe.

La escuela recibió encargos de la industria y se quedó pequeña; además, recibió incesantes ataques de la derecha (acusándola de mal gusto y de no respetar la tradición) y de la izquierda (tachándola de eclecticismo y compromiso con los capitalistas), por lo que en 1925 se trasladó a Dessau. Gropius realizó la nueva sede, de estudiada asimetría.

Gropius ya había realizado la Fábrica Fagus con la misma pureza de formas, tejados planos y un gran empleo del vidrio en las esquinas.

El Estilo Internacional (Mies van der Rohe)

En 1930, Mies van der Rohe asumió la dirección de la Bauhaus con gran eficacia hasta que en 1933, ya trasladada a Berlín, se vio forzado por el nazismo a clausurar esta vanguardista experiencia.

Van der Rohe asumió inicialmente los postulados de la arquitectura expresionista y neoplasticista. Despreció lo artesanal, enfocándose en la cualidad escultórica de sus obras. De esta primera etapa destaca el Pabellón de Alemania para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, basado en una estructura de acero en la que sustituyó los tabiques por pantallas de cristal, aplicando su máxima: «menos es más».

La segunda etapa de su vida la desarrolló en EE. UU. (tras huir de la persecución nazi). Allí fue el responsable del segundo renacimiento arquitectónico de la ciudad de Chicago, donde realizó edificios en los que culminó su simplificación estructural, como los dos rascacielos conocidos como Los Gemelos o el Instituto Tecnológico de Illinois. En Nueva York realizó el Edificio Seagram, un rascacielos aligerado con vidrio.

Le Corbusier (Charles-Édouard Jeanneret)

Suizo de origen, Le Corbusier buscó proporciones armónicas y se caracterizó por el uso de volúmenes simples y la pureza de líneas. Autor de numerosos proyectos, fue también un importante teórico de la arquitectura y el urbanismo.

1) En su primera etapa, puramente racionalista, con formas limpias, claras y rectas (por influencia del holandés Piet Mondrian), destacan obras como la Villa Saboya: una vivienda con forma de falso cuadrado, ventanas horizontales y planta libre. También la Unidad de Habitación de Marsella, en la que plasmó su idea del «bloque-ciudad» y sus teorías.

2) En un segundo momento, realizó obras en las que trató el hormigón de un modo más libre y «barroco», con un sentido expresivo y poético, como la Iglesia de Ronchamp, cuyas superficies se curvan y quiebran.

Realizó obras también en Brasilia, Chandigarh, entre otras, y promovió sus teorías arquitectónicas y urbanísticas a través de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM).

El racionalismo penetró en España durante la II República, especialmente con José Luis Sert y el GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea). Le Corbusier también influyó en Lucio Costa y Oscar Niemeyer, quienes diseñaron la ciudad de Brasilia.

2. El Organicismo (Frank Lloyd Wright)

Frente al rigor del racionalismo, el organicismo mostró una sensibilidad por lo humano, centrándose en el hombre individual. El edificio «crece» y se diseña de dentro hacia fuera, extendiéndose según las necesidades del que lo habita, como en un crecimiento natural y estético.

En la Casa Robie y la Casa Bradley, Frank Lloyd Wright desarrolló la idea de las «casas de la pradera» de los primeros colonos, con grandes voladizos, ausencia de ornamentación y empleando los materiales del lugar.

En la Casa de la Cascada, integró la arquitectura en un ambiente natural con terrazas de líneas rectas y una arquitectura más dinámica y expresiva en la que los espacios internos se confunden con los externos.

El Museo Guggenheim de Nueva York, cuya suave rampa helicoidal se traduce al exterior en un poderoso perfil de cono invertido, aprovecha la luz natural gracias a su cúpula de cristal.

3. Características del Movimiento Postmoderno

El postmodernismo se caracteriza porque, por un lado, acepta ciertos elementos de la arquitectura moderna, tratando así de comunicarse con una élite cultural; y por otro, busca ser aceptado por el público en general. Por ello, recurre al historicismo, a los aspectos vernáculos de la región e incluso a lo kitsch.

La arquitectura postmoderna crea espacios sorprendentes, abandona la cuadrícula funcionalista y recurre a plantas con ángulos oblicuos, a colores fuertes y atrevidos, y a efectos visuales equívocos. Resulta atractiva y logra resultados espectaculares utilizando la ornamentación y el simbolismo. Cabe citar al barcelonés Ricardo Bofill, autor de Los Espacios de Abraxas en París.

El deconstructivismo, con autores como Frank Gehry, responde a la «cultura del fragmento» propia de la mentalidad postmoderna. Su célebre Museo Guggenheim de Bilbao (1997) es como una inmensa y expresiva escultura abstracta, con sus formas agudas que también evocan un navío varado en la ría de Bilbao.

4. La Arquitectura High-Tech

Desde los años 80, ha adquirido especial popularidad el movimiento High-Tech, que establece una clara vinculación entre la arquitectura y la ingeniería, y aplica las últimas tecnologías tanto a la creación como a la fabricación. Busca diseños futuristas que pretenden crear paisajes originales. El acero y el cristal sirven para crear estructuras traslúcidas y ajenas a la realidad.

Destacan arquitectos como Norman Foster y el ingeniero Santiago Calatrava, autor de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Tuvo su precedente en el Centro Pompidou de París, obra de Richard Rogers, en el que se exhiben en el exterior las tuberías de distintos colores y los elementos tecnológicos.

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