Segunda Guerra Mundial
Resumen de 20 líneas
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue el conflicto más grande y destructivo de la historia contemporánea. Comenzó con la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, lo que llevó a Francia y Reino Unido a declarar la guerra a Alemania. El Eje estuvo formado por Alemania, Italia y Japón, mientras que los Aliados lo integraron principalmente Reino Unido, la Unión Soviética, Estados Unidos y China. Durante los primeros años, Alemania avanzó rápidamente por Europa mediante la “guerra relámpago”, ocupando países como Francia y extendiéndose hacia los Balcanes y el norte de África. En 1941, Hitler invadió la URSS, y ese mismo año, Japón atacó Pearl Harbor, provocando la entrada de Estados Unidos en el conflicto y convirtiéndolo en una guerra global. El conflicto estuvo marcado por el Holocausto, el genocidio sistemático de judíos y otros grupos perseguidos por el régimen nazi. A partir de 1942-43, la guerra cambió de rumbo con las victorias aliadas en Stalingrado y El Alamein, así como la derrota japonesa en Midway. En 1944, los Aliados desembarcaron en Normandía e iniciaron la liberación de Europa occidental, mientras la URSS avanzaba desde el este. En abril de 1945, Berlín cayó y Hitler se suicidó, lo que llevó a la rendición alemana el 8 de mayo. La guerra terminó definitivamente cuando Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, forzando la rendición de Japón el 2 de septiembre.
Causas
Las causas de la Segunda Guerra Mundial fueron cinco:
- Tratados de paz
- Política exterior agresiva
- Factores económicos
- Militarismo
- Reivindicaciones territoriales
Los tratados de paz impusieron condiciones severas a Alemania. Así mismo, hubo insatisfacción por los beneficios territoriales de Italia y Alemania, lo que aumentó el sentimiento nacionalista que dio ascenso al nazismo y fascismo.
La política exterior agresiva, a partir de 1933, desestabilizó Europa con la política exterior de Alemania. Hitler quería el “espacio vital” en países del este de Europa, como Polonia. Por otra parte, Hitler denunció el Tratado de Versalles. Los estados occidentales practicaron la política de apaciguamiento y aceptaron la expansión para evitar la guerra. Italia también buscaba expansión territorial (Etiopía).
Los factores económicos: la Gran Depresión puso fin a la colaboración internacional. Alemania comenzó a invadir Europa oriental en busca de materias primas, mercados y lugares donde establecer su población.
El militarismo: en 1933, Hitler comenzó el rearme militar a pesar de estar velado por el Tratado de Versalles. En 1936, se militarizó la zona de Renania, que había sido desmilitarizada por el Tratado de Versalles. Italia, por su parte, inició una política militarista agresiva.
Las reivindicaciones territoriales: Alemania insistía en los territorios de Alsacia y Lorena, y el Sarre. Alemania quería la anexión de Austria y los Sudetes (región de Checoslovaquia). La URSS deseaba ampliar sus territorios hacia el oeste. Italia reclamaba regiones irredentes y Albania en los Balcanes, y Japón buscaba imponer su supremacía en China.
Etapas
1ra fase: Predominio del Eje (1939-1941)
Alemania invade Polonia el 1 de septiembre de 1939, y la Unión Soviética invade el este de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia. En mayo de 1940, hubo la Blitzkrieg (guerra relámpago que consistía en atacar rápidamente territorios enemigos). Alemania ataca Países Bajos, Bélgica y Francia. En Dunkerque, las tropas británicas y francesas evacuaron. En junio de 1940, Francia se rinde y queda bajo control alemán. Hitler quiere la rendición de Inglaterra, donde tuvo lugar la Batalla de Inglaterra, y algunas ciudades británicas sufrieron grandes bombardeos. Italia y Alemania invaden los Balcanes y el norte de África. El 22 de junio de 1941 se lleva a cabo la Operación Barbarroja, donde Alemania ataca la URSS y la invade hasta el invierno. Alemania hace ofensiva hacia los pozos de Cáucaso: Batalla de Stalingrado. En diciembre de 1941, Japón ataca la base naval Pearl Harbor y EE. UU. entra en la guerra.
2da fase: Fase del equilibrio (1942-1944)
En 1942, Estados Unidos tiene sus primeras batallas contra Japón. En noviembre de 1942, las tropas del Reino Unido y Estados Unidos desembarcan en Marruecos, expulsando las tropas alemanas e italianas. En 1943, Alemania fue derrotada en Stalingrado y terminó también la invasión de Rusia. En junio de 1943, las tropas del Reino Unido desembarcaron en Sicilia. La caída de Mussolini hizo que Italia cambiara de bando.
3ra fase: La derrota del Eje (1944-1945)
El 6 de junio de 1944, tras el desembarco de Normandía, dirigido por el presidente Eisenhower, hubo retrocesos alemanes, y Hitler se suicidó. El 8 de mayo de 1945, Alemania firma la rendición incondicional, acabando la guerra en Europa. Roosevelt muere y el nuevo presidente de Estados Unidos es Harry Truman. Truman lanza bombas atómicas a dos ciudades de Japón: el 6 de agosto de 1945 a Hiroshima y el 9 de agosto a Nagasaki.
Consecuencias
La Segunda Guerra Mundial requirió un gran esfuerzo económico, con los ejércitos del Eje confiscando recursos en los países ocupados y utilizando prisioneros de guerra para suplir la falta de mano de obra. Sin embargo, la superioridad de recursos de EE. UU. y Reino Unido fue clave para la victoria aliada. La guerra causó la muerte de 60 millones de personas, incluyendo 30 millones de civiles y 6 millones de víctimas del Holocausto. Tras la guerra, hubo desplazamientos forzosos, como los ciudadanos bálticos por Stalin. Además, Europa oriental experimentó grandes migraciones y las fábricas e infraestructuras fueron destruidas.
Consecuencias tecnológicas: avances tecnológicos, bomba atómica, aviones a reacción, etc.
Consecuencias territoriales: cambios territoriales; Alemania quedó dividida en 4 zonas, administradas por EE. UU., Reino Unido, Francia y la URSS. Italia, por su parte, entregó territorios de Yugoslavia.
Consecuencias políticas: hundimiento definitivo de totalitarismos fascistas. Europa occidental vio un aumento de democracias (menos España y Portugal), y Europa oriental extendió el comunismo. Se estableció un sistema bipolar: la URSS como bloque comunista y EE. UU. como bloque capitalista, lo que llevó a enfrentamientos en la Guerra Fría.
Consecuencias de paz: no se firmó ningún acuerdo de paz, se estableció una política de hechos consumados.
Tratados de paz y ONU
Las potencias vencedoras decidieron procesar a los jerarcas nazis por diversos delitos, como crímenes de guerra, genocidios y guerra de agresión. En los juicios de Nuremberg, bajo un tribunal militar internacional, se revelaron los horrores cometidos por el régimen nazi. La ONU se fundó el 25 de junio de 1945 en San Francisco, EE. UU., constituida por 52 naciones, y tiene su sede en Nueva York. Su objetivo es el mantenimiento de la paz (en 1948 se firma la Declaración Universal de Derechos Humanos).
Guerra Fría
Resumen: La Guerra Fría fue un periodo de confrontación política, ideológica y económica entre Estados Unidos y la Unión Soviética que se desarrolló desde 1947 hasta 1991. Tras la Segunda Guerra Mundial, ambas superpotencias emergieron victoriosas, pero defendían sistemas completamente opuestos: el capitalismo democrático estadounidense y el comunismo soviético. Esta rivalidad dio lugar a un clima de tensión permanente caracterizado por la amenaza nuclear, la carrera armamentística, la carrera espacial y la competencia por la influencia mundial. El mundo quedó dividido en dos bloques: el occidental, liderado por EE. UU. y organizado alrededor de la OTAN, y el oriental, dominado por la URSS y estructurado en torno al Pacto de Varsovia. Aunque nunca hubo enfrentamiento militar directo entre las superpotencias, la Guerra Fría se manifestó en conflictos indirectos, llamados “guerras proxy”, como la guerra de Corea, la de Vietnam o la invasión soviética de Afganistán. También se vivieron momentos críticos que casi desencadenan una guerra nuclear, como el bloqueo de Berlín (1948-49), la construcción del Muro de Berlín (1961) y la crisis de los misiles en Cuba (1962). A partir de los años 80, la URSS comenzó a mostrar un fuerte desgaste económico y social. Con la llegada de Mijaíl Gorbachov, se impulsaron reformas como la perestroika (reconstrucción económica) y la glasnost (apertura política), que aceleraron el debilitamiento del sistema soviético. En 1989, cayó el Muro de Berlín y se produjo el derrumbe de los regímenes comunistas de Europa del Este. Finalmente, la disolución de la URSS en 1991 marcó el fin de la Guerra Fría y el triunfo del modelo occidental en el escenario internacional.
La formación de dos bloques y organización
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en dos grandes bloques enfrentados debido a las diferencias ideológicas, económicas y políticas entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Esta división fue el origen de la Guerra Fría.
- Bloque capitalista (liderado por Estados Unidos): Estaba basado en el sistema capitalista, la democracia liberal y la economía de mercado. Para consolidar su influencia, EE. UU. impulsó el Plan Marshall, que ofrecía ayuda económica a Europa occidental. En el ámbito militar, los países aliados de Estados Unidos se organizaron en la OTAN, creada en 1949 para garantizar la defensa colectiva frente a cualquier amenaza soviética. Este bloque incluía a países como Reino Unido, Francia, Italia, Alemania Occidental, Canadá o Japón.
- Bloque comunista (liderado por la URSS): Se basaba en el sistema comunista, la economía planificada y los partidos únicos. Para asegurar su control sobre Europa del Este, la URSS instauró gobiernos comunistas en países como Polonia, Hungría, Rumanía o Checoslovaquia. En respuesta a la OTAN, la Unión Soviética creó en 1955 el Pacto de Varsovia, una alianza militar que coordinaba a sus estados satélites. En el plano económico, este bloque se organizó mediante el COMECON, que regulaba la cooperación económica entre los países socialistas.
En conjunto, la formación de estos dos bloques consolidó la división del mundo en dos esferas de influencia opuestas, lo que definió la estructura internacional de toda la Guerra Fría.
Los primeros años de la Guerra Fría
Los primeros años de la Guerra Fría, entre 1947 y 1959, estuvieron marcados por la formación definitiva de los dos bloques y por una creciente tensión internacional entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En 1947, el presidente Truman lanzó la Doctrina Truman, por la cual Estados Unidos se comprometía a detener la expansión del comunismo en cualquier parte del mundo. Ese mismo año se anunció el Plan Marshall, un programa de ayuda económica para reconstruir Europa occidental y reforzar políticamente a los países democráticos. Como respuesta, la URSS rechazó esta ayuda e impulsó el COMECON para coordinar las economías de los países socialistas.
Entre 1948 y 1949 tuvo lugar la crisis de Berlín, uno de los primeros enfrentamientos directos entre las superpotencias. La URSS bloqueó los accesos terrestres a Berlín Occidental, intentando forzar su control. Estados Unidos y sus aliados respondieron mediante un espectacular puente aéreo que abasteció la ciudad durante casi un año. Finalmente, la URSS retiró el bloqueo, pero la crisis provocó la división definitiva de Alemania en dos Estados: la RFA, capitalista, y la RDA, comunista.
En el terreno militar, en 1949 se creó la OTAN, una alianza defensiva liderada por EE. UU. para garantizar la seguridad del bloque occidental. Como reacción, en 1955 surgió el Pacto de Varsovia, la alianza militar del bloque comunista. La rivalidad entre ambos bloques se intensificó gracias al desarrollo de armas atómicas y de la bomba H, lo que aumentó la sensación de “equilibrio del terror”.
Un hecho clave de esta etapa fue la guerra de Corea (1950-1953), el primer conflicto armado de la Guerra Fría. Corea del Norte, apoyada por la URSS y China, invadió Corea del Sur, respaldada por EE. UU. y la ONU. Tras tres años de guerra y millones de muertos, el conflicto terminó sin cambios territoriales, pero demostró que las superpotencias podían enfrentarse de forma indirecta sin llegar a un choque nuclear.
A mediados de los años cincuenta, la URSS vivió la muerte de Stalin (1953) y el ascenso de Jruschov, que impulsó una política de relativa distensión conocida como “coexistencia pacífica”. Sin embargo, este clima no impidió nuevas tensiones. En 1956 estalló la rebelión de Hungría, que fue duramente reprimida por el ejército soviético, demostrando que Moscú no estaba dispuesto a perder el control sobre Europa del Este. Ese mismo año tuvo lugar la crisis de Suez, en la que se evidenció el declive de las potencias coloniales europeas y el protagonismo creciente de EE. UU. y la URSS en los asuntos internacionales. En 1957 empezó también la carrera espacial, cuando la URSS lanzó el Sputnik, el primer satélite artificial, lo que supuso un enorme impacto propagandístico y científico y obligó a Estados Unidos a acelerar sus programas tecnológicos.
En conjunto, este periodo inicial (1947-1959) consolidó la división del mundo en dos bloques ideológicos irreconciliables, protagonizados por tensiones políticas, conflictos indirectos, rivalidad militar y una intensa competencia científica y estratégica.
Final de la Guerra Fría
El final de la Guerra Fría entre 1981 y 1989 estuvo marcado por profundos cambios en la política internacional y en la situación interna de la Unión Soviética. En primer lugar, la llegada al poder del presidente estadounidense Ronald W. Reagan intensificó las tensiones entre ambos bloques. Bajo su mandato, Estados Unidos aplicó una política firme frente al comunismo. Así, Reagan impulsó un amplio rearme militar, incrementando el presupuesto de defensa y promoviendo tecnologías armamentísticas de última generación. Asimismo, en 1983 lanzó la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), un proyecto destinado a crear un sistema de defensa antimisiles basado en satélites; aunque no llegó a materializarse, supuso una fuerte presión económica para la URSS. Paralelamente, desarrolló la Doctrina Reagan, mediante la cual Estados Unidos apoyó a movimientos y gobiernos anticomunistas en distintas regiones del mundo, con el fin de debilitar la influencia soviética. Incluso su discurso político fue contundente, calificando a la URSS como el “Imperio del Mal”.
Posteriormente, el giro fundamental se produjo en 1985 con la llegada de Mijaíl Gorbachov al liderazgo soviético. Consciente de la grave crisis económica y social del país, impulsó dos grandes reformas: la perestroika (reestructuración económica) y la glasnost (apertura política). Estas medidas, además de modernizar el sistema soviético, favorecieron el diálogo con Occidente. En consecuencia, se firmaron importantes acuerdos de desarme, entre ellos el Tratado INF de 1987, que eliminó misiles nucleares de alcance medio en Europa y simbolizó un acercamiento diplomático sin precedentes desde los inicios de la Guerra Fría.
De manera paralela, las reformas soviéticas estimularon el surgimiento de movimientos democráticos en Europa del Este. A partir de 1988, varios países iniciaron procesos de cambio político que culminaron en la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, un acontecimiento simbólico que representó el fin del dominio soviético sobre la región y el derrumbe del sistema comunista en Europa oriental.
En definitiva, el periodo 1981-1989 supuso no solo la progresiva desintegración del bloque comunista, sino también una transformación profunda del orden internacional. A través de la combinación de presión económica, reformas internas y diálogo diplomático, se abrió paso el final del enfrentamiento bipolar que había definido el mundo desde 1945. Aunque la Guerra Fría concluyó oficialmente en 1991 con la disolución de la URSS, el proceso de deshielo y el cambio estructural del sistema internacional se consolidaron decisivamente en esta etapa, marcando el inicio de una nueva etapa dominada por Estados Unidos y por la expansión de los modelos democráticos en Europa.
