Impresionismo y Realismo: Pilares del Arte del Siglo XIX en Europa


Impresionismo: Orígenes y Características Clave

El Impresionismo es un movimiento artístico, sobre todo pictórico, que se desarrolló a finales del siglo XIX y se extendió rápidamente por Europa y Estados Unidos. Es considerado un precursor de las primeras Vanguardias. Surgió de un grupo de artistas rechazados en los Salones oficiales. Se caracteriza por la importancia de la luz y la intención de plasmar el instante ‘al aire libre’, utilizando una pincelada suelta y rápida.

Características Distintivas del Impresionismo

  • Aplicación de la teoría de los colores primarios: La yuxtaposición de colores permitía que el ojo del espectador generara los colores secundarios y subsiguientes.
  • Pintura al aire libre: Los artistas practicaban con el caballete colocado directamente frente al motivo a representar. Esto fue posible gracias a la invención de la pintura al óleo en tubos y la estandarización del color.
  • Captura del instante y la luz: La intención era plasmar el momento exacto, con un gran interés por reflejar la luz precisa en los objetos. Esto se lograba con una pincelada suelta, corta, vibrante y muy visible, cargada de materia pictórica, buscando capturar el instante antes de que la luz cambiante alterara la imagen en la retina. Además, el dibujo perdía importancia.
  • Temática cotidiana: Los temas representados eran paisajes, vistas urbanas y escenas de la vida cotidiana, que a menudo se convertían en series debido a la repetición del motivo. La luz era el verdadero tema del cuadro.
  • Ausencia de modelado y profundidad tradicional: El modelado era inexistente; no se estudiaban las graduaciones de color o luz para dar volumen a las figuras. La profundidad se abordaba de manera diferente, valorando el espacio pictórico de una nueva forma.
  • Influencia de la fotografía y estampas japonesas: Las composiciones se vieron influenciadas por la llegada de la fotografía, que permitió dirigir una mirada fija y continua sobre las cosas y analizar detenidamente su estructura, alterando el punto de vista tradicional y creando encuadres con perspectivas cortadas. También las estampas japonesas, que gozaron de gran difusión, aportaron novedosas perspectivas oblicuas o paralelas, con puntos de vista elevados.

Realismo: Compromiso y Representación Social

El Realismo es un movimiento cultural que surgió en Francia hacia 1840 y se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX, en un contexto histórico definido por la Segunda Revolución Industrial y la lucha de clases. Los artistas adoptaron una actitud de compromiso ético con las clases trabajadoras, prestando atención a la realidad y rechazando el subjetivismo.

Realismo en Francia: Figuras Clave

Gustave Courbet

Pintor francés del siglo XIX, encuadrado estilísticamente en el Realismo, del cual fue uno de sus mejores representantes. Gustave Courbet fue un gran teórico del arte, así como un activo militante revolucionario y socialista, que convirtió en héroes y protagonistas de sus obras a trabajadores de clases sociales bajas, generalmente sin mostrar su rostro, representando así a la masa (ejemplos notables incluyen Los picapedreros y Las cribadoras de trigo). También plasmó el mundo rural francés, resaltando sus gentes, paisajes y costumbres (como en El entierro de Ornans), y el propio mundo del artista (en El taller), además de trabajar desnudos y autorretratos. Destacó por su pincelada suelta, su amor por el color y el excelente manejo de la luz.

Jean-François Millet

Pintor francés del siglo XIX, encuadrado estilísticamente en el Realismo, del cual fue uno de sus mejores representantes. Inicialmente formó parte de la Escuela de Barbizon, donde trabajó su faceta como paisajista. Sin embargo, posteriormente centró su obra en la exaltación y plasmación del día a día de los trabajadores del campo, a través de una visión idílica, ajena a las preocupaciones proletarias. En sus obras, dignificó la dureza de la vida de los campesinos, presentando escenas caracterizadas por suaves efectos lumínicos, composiciones estudiadas y personajes compuestos por volúmenes geométricos y gran delicadeza (como Las gavilladoras o El Ángelus).

Honoré Daumier

Pintor francés del siglo XIX, encuadrado estilísticamente en el Realismo, del cual fue uno de sus mejores representantes. Fue un destacado caricaturista político. Consideraba que el arte era un instrumento de lucha para transformar la realidad. Utilizó el óleo, acuarelas, entre otras técnicas. En su obra El vagón de tercera clase, se observa un marcado claroscuro y un realismo patente en los personajes representados, mostrando la realidad cotidiana parisina. La luz incide especialmente en las dos mujeres de primer plano, revelando una cierta influencia caravaggesca. Sus líneas eran ondulantes, pero sin dinamismo excesivo.

El Realismo en Inglaterra: La Hermandad Prerrafaelita

El Realismo en Inglaterra coincidió con el reinado de la reina Victoria, retrotrayéndose a la figuración anterior a Rafael. Reaccionaron ante las consecuencias sociales de la industrialización. Crearon composiciones de temas literarios, en una atmósfera fantástica y onírica, con un tratamiento minucioso. Además, se les vincula con los románticos nazarenos y los futuros simbolistas-modernistas de fin de siglo. Entre sus representantes destacan John Everett Millais y sus obras Ofelia muerta o La chica ciega, de fuerte lirismo y colores estridentes; William Holman Hunt, quien en El despertar de la conciencia o Isabella y Lorenzo muestra su marcada artificiosidad, rebosante de elementos simbólicos y muy moralizante; o el más popular Dante Gabriel Rossetti.

El Realismo en España: Un Contexto Particular

La tardía industrialización y los lentos cambios sociales explican la pervivencia del romanticismo y el retraso del realismo, dando lugar a una situación de cierto eclecticismo. Así, el paisaje realista, de pincelada suelta y rápida de Carlos de Haes, convivió con el estilo minucioso de Mariano Fortuny. Pintor de enorme éxito, Fortuny usó un lenguaje detallista, de pinceladas pequeñas y luminosas, para tratar temas que iban desde el orientalismo, que le fascinó desde su viaje a Marruecos, hasta el costumbrismo, como en La vicaría. Su peculiar técnica pictórica, a base de manchas de gran intensidad cromática y viveza lumínica, llevó a que su producción fuera conocida como pintura preciosista.

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