Jesús: Identidad Mesiánica y el Camino hacia la Plenitud Humana


La Figura de Jesús: El Mesías y su Misión

¿Quién es el Mesías?

Muchos relatos del Antiguo Testamento hablan del enviado de Dios que traerá la salvación prometida: el Mesías. La palabra hebrea Mesías significa ungido.

Esperanzas Mesiánicas en Tiempo de Jesús

En la época de Jesús, la tierra de los judíos estaba ocupada por un poder extranjero: los Romanos. La vida del pueblo no era sencilla. El pueblo judío seguía esperando la llegada del Mesías, aunque no todos lo concebían de la misma forma. La mayoría de los judíos esperaban a un Mesías descendiente del rey David. Otros esperaban a un ser venido del cielo.

Jesús: El Mesías, según los Evangelios

Los evangelistas entendieron que Jesús era el Mesías esperado. Para ello, demostraron que en Él se cumplían las profecías sobre el Mesías del Antiguo Testamento:

  • Jesús es descendiente del rey David.
  • La Virgen María concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo.
  • Jesús nació en Belén.
  • Juan el Bautista predicó la llegada de Jesús, igual que Elías preparó la venida del Mesías.

Sin embargo, la figura de Jesús no se ajustaba exactamente a ninguno de los modelos mesiánicos de su época. Por eso, Jesús pidió a sus seguidores que no revelaran a nadie que Él era el Mesías.

¿Quién dice la gente que soy yo?

La pregunta es: ¿por qué mandó Jesús a sus discípulos que guardaran silencio sobre su verdadera identidad? La respuesta más probable es que Jesús quería evitar que la gente se confundiera respecto a su misión. La misión mesiánica de Jesús no tenía como prioridad conseguir el bienestar político o económico en este mundo. Jesús afirmó: “Mi reino no es de este mundo.”

Jesús es el Siervo del Señor

Jesús era el Mesías, pero muy distinto del personaje político y poderoso que muchos esperaban. Jesús se parecía más al Mesías que había anunciado Isaías: el Siervo del Señor. El Siervo posee el Espíritu del Señor, y es una persona sencilla y humilde, que no necesita gritar para proclamar su misión. Su tortuoso camino no lo recorrió Jesús en vano: con su entrega, Jesús arrojó luz al mundo, abrió los ojos a los ciegos e iluminó a todas las naciones. Demostró que el poder del Reino de Dios está en la entrega y el sacrificio por los demás.

La Naturaleza Humana y el Discipulado de Jesús

¿Quiénes son los seres humanos?

La información biológica sobre el ser humano no es suficiente para comprender la verdadera naturaleza de las personas. En el Antiguo Templo de Apolo de la ciudad griega de Delfos, estaba escrito en su frontón el aforismo: “Conócete a ti mismo”. A lo largo de la historia, esta frase ha inspirado a numerosos pensadores para reflexionar sobre la naturaleza humana. Conocerse a sí mismo es una aventura que descubre a cada persona que es un misterio para sí misma.

Una Sucesión de Interrogantes

Se observa que las personas son esencialmente seres relacionales, es una continua interacción. Por eso, si esas relaciones son adecuadas, la persona crece y consigue ser cada día más feliz. Pero aquí surgen grandes dudas: ¿Cómo hay que relacionarse con las personas? Son muchas las propuestas para tener una vida feliz, pero para los creyentes, todas son insuficientes o erróneas. La naturaleza del ser humano es un misterio que solamente en la persona de Jesús encuentra la verdadera luz.

Jesús, Revelador de la Vida en Plenitud

Las tres dimensiones del ser humano que muestra la Biblia, Jesús las vivió en plenitud:

  1. En primer lugar, la vida de Jesús estaba íntimamente unida a Dios.
  2. Jesús consideraba a todos sus hermanos. Reconocía en sus semejantes la capacidad de relacionarse con Dios por ser también hijos de Dios.
  3. Jesús enseñó a sus discípulos a no vivir obsesionados con los bienes materiales.

La Vida del Discípulo de Jesús

Los discípulos de Jesús imitan la vida en plenitud de su maestro. Como Jesús, viven la alegría de sentirse hijos de Dios. En su día a día, buscan a Dios, dialogan con Él. Del amor de Dios nace en el discípulo el amor fraternal por todas las personas, y esta experiencia le ofrece la verdadera libertad. El discípulo de Jesús sabe que el camino de la felicidad consiste en una vida al servicio de los demás.

El Poder de Atracción de Jesús

Jesús, tras ser bautizado en el Jordán, comenzó a hablar sobre el Reino de Dios por la región de Galilea, empezando por Nazaret, donde se había criado. Jesús predicó en las sinagogas. Había un grupo de discípulos más cercano a Jesús, que lo seguían a todas partes. Estos discípulos estaban convencidos del mensaje de Jesús. Este grupo de discípulos más cercanos a Jesús estaba formado por personas de origen diverso. Los escribas y los fariseos consideraban a la mayoría de ellos pecadores por saltarse prohibiciones. Muchos seguidores de Jesús eran mujeres, y esto era escandaloso para la época.

El Grupo de los Doce

Jesús formó a su alrededor un grupo de amigos íntimos. Entre todos sus discípulos, la mayoría eran galileos humildes:

  • Simón, llamado Pedro
  • Su hermano Andrés
  • Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo
  • Felipe y Bartolomé
  • Tomás y Mateo, el publicano
  • Santiago, el hijo de Alfeo, y Judas Tadeo
  • Simón el Cananeo
  • Judas Iscariote, el que lo entregó

De entre estos discípulos, Jesús se sentía especialmente unido a tres de ellos: con Simón y con los hermanos Santiago y Juan. Sin duda, fue Pedro el discípulo más destacado entre los doce. Era el portavoz de los discípulos.

La Radicalidad del Servicio al Reino de Dios

El objetivo fundamental de la obra de Jesús era instaurar el Reino de Dios entre las personas. Jesús llamó a cada uno de ellos para que lo siguieran. Su llamada fue radical, pues implicaba que debían dejar todo para seguirle y poner, como absoluta prioridad en sus vidas, el trabajo por el Reino de Dios. Tuvieron que renunciar a la familia, a las comodidades del hogar, y entregarse con todas sus fuerzas a la misión del grupo de Jesús.

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