La Arquitectura Románica: Monumentalidad, Símbolos y Obras Maestras


Arquitectura Románica

En esta época, la arquitectura es la gran aglutinadora del resto de las artes plásticas, pues la mayor parte de la escultura y la pintura se realiza sobre las portadas, los capiteles y los muros de las iglesias.

Apenas existen novedades constructivas. Los elementos que se emplean ya existían en el arte romano, bizantino, islámico y bárbaro. La novedad reside en la manera en que esos elementos se fusionan para permitir la aparición de un nuevo estilo.

Es una arquitectura fundamentalmente religiosa, definida por dos principios básicos: la monumentalidad (importancia) y la perdurabilidad (búsqueda de la eternidad).

Características Principales

  • Nuevo espíritu arquitectónico: Se crea un verdadero espacio interno, ya que las iglesias están destinadas a acoger a los fieles, a menudo en un número muy importante en las llamadas “iglesias de peregrinación”.
  • Tipos de construcciones: Podemos distinguir entre construcciones religiosas (iglesias —de peregrinación, basilicales, rurales— y monasterios) y civiles (castillos y viviendas).
  • Planta: Se impone la planta de cruz latina, aunque en ocasiones puede ser de cruz griega (con los cuatro brazos iguales). Sus partes fundamentales son la cabecera (donde se sitúa el altar), el crucero (que separa la cabecera del resto), la nave y los pies (donde se colocan las torres de campanas).
  • Elementos sustentantes: Predominio de los muros, que se refuerzan con estribos o contrafuertes, ya que las bóvedas ejercen presiones tanto verticales como laterales.
  • Soportes aislados: Predomina el pilar sobre la columna, dado que el pilar es más robusto y adecuado para soportar grandes pesos.
  • Elementos sostenidos: El elemento por excelencia es el arco de medio punto.
  • Cubiertas: Se generaliza la cubierta de piedra curvilínea (bóvedas) por razones tanto de seguridad (peligro de incendios en las de madera) como estéticas (para dar mayor solidez a las obras).
  • Torres: Las iglesias románicas cuentan con una o dos torres de campana, situadas habitualmente a los pies del edificio.
  • Decoración: Se caracteriza por un amplio repertorio temático: motivos geométricos, vegetales, animales (reales o fantásticos) y narrativos (relieves historiados con escenas sagradas del Antiguo y Nuevo Testamento, con un fin didáctico). La decoración puede estar esculpida o pintada al fresco, por lo que la escultura y la pintura se subordinan a la arquitectura.
  • La portada: Cobrará especial importancia como elemento decorativo y simbólico principal.
  • Significado simbólico de las iglesias:
    • La planta de cruz latina es una alegoría del cuerpo de Cristo en la cruz.
    • El espacio cuadrado que forma el crucero representa a los cuatro evangelistas.
    • La cúpula central del crucero refleja un claro paralelismo con la bóveda celeste.
    • Los pilares que sostienen la iglesia simbolizan a los apóstoles y los profetas.
    • Los muros simbolizan al pueblo cristiano: cada sillar representa a un fiel y todos juntos constituyen la Iglesia universal.
    • El clima de silencio y penumbra permite al hombre el recogimiento y el encuentro con Dios.

Ejemplos Destacados

Francia

  • San Saturnino de Toulouse
  • Santa Fe de Conques
  • Iglesia de la Magdalena de Vézelay
  • Catedral de Angulema

Italia

  • Catedral, Baptisterio y Campanile de Pisa

Caso de Estudio: La Catedral de Santiago de Compostela

Construida entre 1075 y 1128 en piedra, la Catedral de Santiago se levanta al amparo del sepulcro del Apóstol. Es uno de los templos más característicos de las llamadas “Iglesias de peregrinación” y, tal vez, el ejemplo más maduro y monumental del románico español, la joya que culmina el Camino. Aunque su construcción finalizó en 1128, ya fue consagrada en 1105 por el obispo Gelmírez.

La catedral de Santiago sirve como ejemplo perfecto para explicar la tipología de iglesia de peregrinación, que ya hemos mencionado en el románico francés:

  • Tiene tres naves. Las laterales se prolongan por detrás del presbiterio hasta unirse, creando la girola o deambulatorio, que permitía a los peregrinos efectuar un itinerario desde la entrada y rodear el sepulcro del santo titular sin interrumpir el culto.
  • Presenta una cabecera muy amplia, con cinco pequeñas capillas radiales o absidiolos alrededor del deambulatorio.
  • Cuenta con un gran crucero sobresaliente en planta, dividido también en tres naves. En cada uno de los brazos del crucero aparecen otros dos absidiolos.
  • La nave central se cubre con bóveda de cañón reforzada con arcos fajones, y las laterales con bóveda de arista.
  • Para separar la nave central de las laterales, se utilizan arcos de medio punto peraltados sobre pilares cruciformes.
  • En alzado destaca la tribuna, una evolución del matroneum de las iglesias paleocristianas, que se abre a la nave central con ventanas geminadas. Sus grandes dimensiones cumplían con la función de alojamiento de peregrinos. Está cubierta por una bóveda de cuarto de cañón.

Aunque el exterior está hoy muy alterado por los añadidos barrocos, cabe destacar la armonía de volúmenes del edificio original, del que destacaban las dos torres a los pies y una magnífica decoración escultórica (en la que sobresale el Pórtico de la Gloria), hoy muy reducida pero suficiente para apreciar la importancia del conjunto original.

La catedral de Santiago de Compostela es un compendio de soluciones arquitectónicas anteriores: prerrománicas, románicas ibéricas y francesas, influencias andalusíes e incluso, en menor medida, elementos antiguos recogidos en Italia.

Pero Santiago aporta también innovaciones arquitectónicas muy interesantes. En primer lugar, sus dimensiones monumentales (casi 100 metros de longitud, naves laterales de cinco metros y una central de diez) y las proporciones entre sus partes. Más notable todavía es su altura: no se trata tanto de metros como de la sensación de esbeltez, conseguida por el notable peralte de los arcos, que algunos autores comparan con la de las obras góticas. Como ejemplo heterodoxo dentro del románico, destaca su innovadora técnica de iluminación, ya que las amplias proporciones de la tribuna permiten la consecución de una zona luminosa en lo alto de la nave central que contrasta con la penumbra del suelo.

En definitiva, es un templo diseñado y creado para recibir a las ingentes masas de peregrinos que atravesaban el Camino de Santiago para venerar las reliquias del santo, permitiendo al mismo tiempo el desarrollo paralelo de los actos de culto.

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