La Carga de Ramón Casas: Arte, Conflicto Social y Movimiento Obrero en la España del Siglo XIX


Clasificación de la Obra: «La Carga» de Ramón Casas

Nos encontramos ante una fuente gráfica, una pintura al óleo que representa la carga de la Guardia Civil sobre unos manifestantes obreros. Se trata, por lo tanto, de una fuente primaria o histórica, un documento de denuncia social, aunque para algunos autores, esa no era la intención de su autor, sino la de hacerse eco de los acontecimientos que sucedían a su alrededor.

El tema refleja la conflictividad social entre finales del siglo XIX y principios del XX, y relata, en realidad, un hecho histórico que todavía no había acontecido en el momento de su creación: el cuadro fue realizado en 1899 para la Exposición Universal de París de 1900. Cuando fue rechazado, el autor le cambió el título y lo retocó para relacionarlo con la huelga general de Barcelona del 17 de febrero de 1902.

Ramón Casas, considerado un atento cronista de la vida barcelonesa de su tiempo, reflejó las conmociones sociales en otras muchas obras, como Garrote vil, sobre las últimas ejecuciones públicas. Pintó también escenas de la vida popular y colaboró en la parte gráfica de diversas revistas culturales. También sobresalió en el cartelismo publicitario. La Carga se exhibe en el Museo de la Garrotxa de Olot desde 1911.

Contexto Histórico: España a Finales del Siglo XIX y Principios del XX

La obra describe de manera magistral la carga de la Guardia Civil sobre una multitud que huye despavorida en el contexto de la agitación social de finales del siglo XIX o principios del XX. El enorme espacio vacío del centro, abandonado por la multitud que huye, el humo y los cielos grises, y el guardia civil a caballo en primer término a punto de arrollar al obrero caído, intensifican la sensación de violencia. Aunque la escena pueda relacionarse con la huelga de Barcelona de 1902, el autor la presenta en clave universal, y es por eso que la ubicación no es realista: la plaza en la que se sitúa la escena no existe, y la silueta de Santa María del Mar rodeada de fábricas no se corresponde con la localización real de esta iglesia en el centro de Barcelona.

Transformaciones Socioeconómicas y el Surgimiento del Movimiento Obrero

La creación del Estado burgués parlamentario durante el reinado de Isabel II estuvo unida al sistema económico capitalista y a la sociedad de clases, en sustitución del feudalismo y de la sociedad estamental. En este proceso, la propiedad privada fue fundamental, por lo que los cambios jurídicos pretendieron reforzarla. El resultado fue la alianza entre la aristocracia y la alta burguesía a costa de la Iglesia y del campesinado, lo que generó grandes latifundios, agrandados por las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz.

El latifundismo impidió un gran desarrollo de la industria; no obstante, surgieron focos industriales en Madrid, en el textil catalán y en la siderurgia vasca. En esos focos industriales, los campesinos, que habían sufrido las desamortizaciones, hicieron crecer los suburbios sin saneamientos, convirtiéndose en auténticos focos infecciosos. La aparición de una clase obrera industrial fue el principal cambio social del siglo XIX. El nuevo sistema industrial había eliminado la mutualidad tradicional de los gremios.

Desarrollo del Movimiento Obrero y la Restauración

Tras la Revolución de 1868, los gobiernos aspiraron a la creación de un sistema burgués que afirmase las libertades políticas, económicas y civiles y secularizara el Estado. Sin embargo, en Barcelona empezó a desarrollarse el movimiento obrero. Los efectos de la Comuna de París lo favorecerían, y no tardarían en desarrollarse las principales corrientes que existían en Europa, especialmente en Cataluña y Andalucía. Así, los internacionalistas Giuseppe Fanelli y Paul Lafargue implantaron la AIT en España. En el Congreso de Zaragoza de 1872 se escindieron la corriente anarquista y la marxista, al igual que sucedería en Europa en La Haya. La revolución cantonal sirvió como excusa para acabar con la AIT en España.

Durante la Restauración, el movimiento obrero se dividió claramente en dos tendencias: el socialismo y el anarquismo. Así, el obrerismo se diferenció claramente del republicanismo, que entonces se dividiría en pequeñas formaciones sin representación política. Pero la Restauración fue un sistema conservador que logró la estabilidad institucional y cierta prosperidad económica, manteniendo el analfabetismo y la desigual distribución de la riqueza. El sistema funcionaba mediante el turno pacífico y el fraude electoral.

Fue así como en 1887 la Ley de Asociaciones legalizó los sindicatos obreros y en 1888, la Ley del Jurado favoreció la libertad de prensa. En 1886 se fundó en Madrid «El Socialista», periódico oficial del PSOE. En 1888 la UGT, el sindicato socialista, se fundó en Barcelona. En 1890 se celebró por primera vez el 1 de mayo, siguiendo las consignas de la II Internacional. En 1891, el PSOE obtuvo por primera vez cuatro concejales en las grandes ciudades. No obstante, su influencia fue mayor en Madrid, Asturias y Vizcaya, mientras que los anarquistas se hicieron fuertes en Cataluña y Andalucía.

Durante los años de la Restauración, los anarquistas se radicalizaron en parte, y los partidarios de la acción directa generaron una ola de magnicidios entre finales del siglo XIX y principios del XX en toda Europa, lo que en España dio lugar al asesinato de Cánovas y de otros muchos líderes políticos. Pero no todo el anarquismo fue radical. La Federación de Trabajadores de la Región Española tuvo una actividad más sindical. La Guerra de Cuba le ganó al socialismo más apoyos. La crisis subsiguiente puso en primer plano los problemas de la Restauración.

Interpretación y Significado de «La Carga»

La idea central de la obra es la represión ante la conflictividad social derivada de las pésimas condiciones de trabajo de los obreros en las fábricas. No obstante, puede que la intención del autor no fuera de denuncia social, sino meramente informativa, buscando una expresión más moderna para los cuadros históricos.

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