La España Franquista: Evolución Económica y Declive Político (1939-1975)


La España Franquista: Evolución Económica y Declive Político

Autarquía y Estancamiento Económico (1939-1951)

Tras la Guerra Civil, España experimentó una lenta recuperación económica. El régimen franquista adoptó una política autárquica, buscando la autosuficiencia económica y favoreciendo poco la producción industrial, lo que llevó a un largo estancamiento. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para impulsar sectores clave como la siderurgia, la industria naval y la electricidad. Durante los años 40, España vivió una grave escasez, con los “años del hambre”, racionamiento y una economía arruinada, con una inflación descontrolada. Además, España no pudo acceder a la ayuda del Plan Marshall debido al aislamiento internacional. El Estado controlaba el mercado y fijaba precios, lo que llevó al desabastecimiento y la proliferación del mercado negro, manteniéndose las cartillas de racionamiento hasta 1951.

Hacia la Liberalización Económica y el Plan de Estabilización (1951-1959)

En junio de 1959, el gobierno español aprobó el Plan de Estabilización con el objetivo de reducir su intervencionismo y equilibrar la economía. Se buscaba lograr el equilibrio interno mediante medidas fiscales y monetarias para frenar la demanda y estabilizar precios, y el equilibrio externo con la liberalización del comercio exterior, un nuevo tipo de cambio y la apertura a la inversión extranjera. El plan logró reducir la demanda interna, la inflación y estabilizar los precios, pero provocó una disminución de la actividad económica y un aumento del paro, que se alivió con la emigración a Europa.

El Crecimiento Económico y el «Milagro Español» (1960s-1973)

En los años 60, España vivió un fuerte crecimiento económico impulsado por los Planes de Desarrollo (1964-1973), bajo la dirección de Laureano López Rodó. Durante este periodo, el Producto Interior Bruto (PIB) creció significativamente, aunque con desajustes sociales y regionales. La modernización de la industria y el aumento de las exportaciones, centradas ahora en la industria y los servicios, fueron claves. Además, la iniciativa privada se benefició de infraestructuras y productos básicos, favoreciendo el crecimiento económico. Entre 1959 y 1973, la industria y los servicios se consolidaron, los salarios aumentaron un 40% y se produjo una mayor demanda de bienes de consumo duradero, como electrodomésticos y coches. La modernización del campo español redujo los empleos agrícolas, provocando una intensa emigración del campo a la ciudad, lo que facilitó la modernización agrícola. Sin embargo, esta modernización hizo a España más dependiente del extranjero. En 1973, la crisis del petróleo, junto con el atentado a Carrero Blanco y la falta de medidas del gobierno, sumió al país en una grave crisis económica, afectando negativamente su futuro.

Declive y Ocaso del Régimen Franquista (1970-1975)

A principios de los años 70, la incapacidad del régimen para adaptarse a las demandas sociales e internacionales llevó a una crisis irreversible, acelerada por la muerte de Franco en 1975. Un momento clave fue el asesinato de Luis Carrero Blanco, vicepresidente y figura clave para la continuidad del régimen, a manos de ETA en 1973. Este atentado dividió al régimen entre inmovilistas y aperturistas, marcando el inicio de su declive. En enero de 1974, Carlos Arias Navarro asumió la presidencia y propuso una reforma limitada del franquismo. Sin embargo, con Franco gravemente enfermo, el gobierno se inclinó hacia el inmovilismo político. Los aperturistas no lograron imponer su agenda, y el sector más conservador, conocido como el “búnker”, dominado por altos mandos militares, bloqueó cualquier intento de cambio y fomentó la violencia fascista en las calles.

Fuera del régimen franquista, la oposición impulsó protestas y buscó la unidad política para lograr la democratización. Los principales actores fueron:

  • El PCE lideró la creación de la Junta Democrática en 1974, que agrupaba a varios sectores sociales y políticos y exigía libertades, amnistía y legalización de partidos.
  • El PSOE, que no se unió a la Junta, promovió en 1975 la Plataforma de Convergencia Democrática con objetivos similares, junto a la UGT y el PNV.

Entre 1974 y 1975, la enfermedad de Franco lo apartó del poder y el príncipe Juan Carlos asumió interinamente la jefatura del Estado, aunque sin autoridad real. Mientras la oposición se organizaba y las protestas aumentaban, el régimen intensificó la represión, aprobando una Ley Antiterrorista y ejecutando a cinco activistas de ETA y el FRAP, lo que generó una fuerte condena internacional.

Paralelamente, se agravó el conflicto del Sáhara, donde el Frente Polisario exigía la independencia. En octubre de 1975, Marruecos lanzó la Marcha Verde para ocupar el territorio. España, debilitada por la situación interna, firmó en noviembre el Acuerdo de Madrid y cedió el Sáhara a Marruecos y Mauritania, iniciando un conflicto aún sin resolver. En el verano de 1975 se percibía claramente el final del franquismo. Tras una larga agonía, Franco murió el 20 de noviembre de 1975 a los 83 años, dejando un régimen en crisis, anacrónico y sin rumbo claro. La incertidumbre sobre el futuro político era muy alta, y la afirmación de Arias Navarro de que todo quedaba “atado y bien atado” resultó ser una ilusión sin base real.

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