La Unión Dinástica y la Monarquía Autoritaria de los Reyes Católicos
El matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (1469) unió ambos reinos en una unión dinástica, manteniendo cada uno sus propias leyes e instituciones. Castilla, más rica y poblada, acabó predominando. En Aragón, el poder real estaba más limitado, aunque los Reyes reforzaron su autoridad mediante la figura de los virreyes.
Los Reyes Católicos consolidaron una monarquía autoritaria. Para ello:
- Limitaron el poder de la nobleza (mediante los mayorazgos).
- Controlaron al clero (a través del Patronato Regio) y a las Órdenes Militares.
- Crearon instituciones eficaces como el Consejo Real, las Chancillerías, un ejército permanente y la Santa Hermandad.
Las Cortes perdieron poder y los corregidores afianzaron la autoridad real en los municipios.
En política exterior, buscaron la unidad territorial y religiosa, la expansión mediterránea y atlántica, y alianzas contra Francia. La Inquisición (1478) aseguró la ortodoxia religiosa y en 1492 se decretó la expulsión de los judíos. La guerra de Granada (1481–1492) culminó con la capitulación de Boabdil y la incorporación del último reino musulmán, cerrando la Reconquista. Las conversiones forzosas posteriores llevaron también a la expulsión de los musulmanes. La unidad territorial y religiosa quedó consolidada, y la paz con Portugal se aseguró con el Tratado de Alcáçovas (1479), que fijó el reparto atlántico.
El Descubrimiento y la Conquista de América
El descubrimiento de América marcó una gran transformación en la Edad Moderna. Tras el cierre de las rutas orientales en 1453, los Reyes Católicos financiaron el proyecto de Cristóbal Colón, quien llegó a América el 12 de octubre de 1492, creyendo haber alcanzado Asia. Con posteriores viajes y los estudios de Américo Vespucio se confirmó que era un nuevo continente. El Tratado de Tordesillas (1494) repartió las zonas de expansión entre Castilla y Portugal.
En el siglo XVI comenzó la conquista:
- Hernán Cortés sometió el Imperio azteca, creando el Virreinato de Nueva España.
- Francisco Pizarro conquistó el Imperio inca, origen del Virreinato del Perú.
La expedición de Magallanes-Elcano logró la primera vuelta al mundo, demostrando la esfericidad terrestre.
La colonización se organizó desde Castilla mediante sistemas de trabajo indígena como la encomienda y la mita, que generaron abusos denunciados por Bartolomé de las Casas y que motivaron leyes protectoras (Leyes de Burgos, 1512; Leyes Nuevas, 1542). La administración se estructuró con la Casa de Contratación, el Consejo de Indias, virreinatos y audiencias. La conquista provocó un fuerte descenso demográfico indígena, la importación de esclavos africanos y el mestizaje. También impulsó la evangelización, el castellano y la creación de instituciones culturales, configurando un nuevo mundo hispano.
El Apogeo de la Monarquía Hispánica: Los Austrias Mayores (Siglo XVI)
Durante los siglos XVI y XVII, España fue gobernada por la dinastía de los Austrias o Habsburgo. En el siglo XVI reinaron Carlos I y Felipe II, bajo los cuales la monarquía alcanzó su mayor poder.
Carlos I (1516–1556)
Heredó un enorme imperio en Europa y América. En el interior reprimió las revueltas de las Comunidades de Castilla y las Germanías. En el exterior buscó un imperio cristiano universal, enfrentándose a Francia, a los turcos y al protestantismo. La Paz de Augsburgo (1555) permitió que cada príncipe alemán escogiera la religión de su territorio.
Felipe II (1556–1598)
Consolidó una monarquía centralizada, fijó la capital en Madrid y reforzó la Inquisición y la Contrarreforma. Reprimió la rebelión de las Alpujarras y la revuelta de Aragón, e incorporó Portugal en 1580. En política exterior logró importantes victorias (San Quintín, Lepanto) pero también sufrió fracasos como el de la Armada Invencible. La guerra constante provocó crisis financieras, aunque España se mantuvo como la principal potencia mundial.
Decadencia y Crisis del Siglo XVII: Los Austrias Menores
El siglo XVII fue una época de decadencia y crisis en España, marcada por la debilidad de los Austrias menores —Felipe III, Felipe IV y Carlos II—, quienes delegaron el poder en validos, generando corrupción y mala gestión.
- Felipe III (1598–1621): Expulsó a los moriscos (1609), lo que provocó un fuerte impacto económico y demográfico. Su valido, el duque de Lerma, mantuvo la paz exterior pero no realizó reformas profundas.
- Felipe IV (1621–1665): Gobernó con el conde-duque de Olivares, que intentó restaurar la grandeza española mediante el Gran Memorial y la Unión de Armas. Esto desencadenó la crisis de 1640, con sublevaciones en Cataluña y la independencia de Portugal en 1668.
- Carlos II (1665–1700): Enfermo y sin descendencia, gobernó con regentes y validos. Se intentaron algunas reformas económicas y hubo cierta recuperación en la Corona de Aragón, pero el reino siguió debilitándose.
En política exterior, Felipe III mantuvo la Paz Hispánica; Felipe IV participó en la Guerra de los Treinta Años, que terminó con la Paz de Westfalia (1648) y la pérdida de la hegemonía europea. La Paz de los Pirineos (1659) consolidó el predominio francés. Bajo Carlos II se firmaron nuevas paces, pero España quedó como potencia secundaria. Su testamento, nombrando heredero a Felipe de Anjou, desencadenó la Guerra de Sucesión.
Economía, Sociedad y Cultura en los Siglos XVI y XVII
El Siglo XVI: Crecimiento y Prosperidad
Castilla vivió un periodo de crecimiento económico y demográfico, favorecido por el comercio con América, que impulsó la agricultura, la artesanía y la construcción naval. Sin embargo, la concentración de tierras y la competencia extranjera provocaron el declive de la industria textil. La prosperidad dependió fundamentalmente del comercio atlántico y de los metales preciosos llegados de América.
El Siglo XVII: Crisis y Decadencia
Se produjo una profunda crisis: malas cosechas, epidemias, guerras y la expulsión de los moriscos redujeron la población. La caída de la plata americana y los altos gastos militares causaron bancarrotas y una fuerte recesión en todos los sectores productivos. La sociedad siguió siendo estamental, con nobleza y clero reforzados, mientras el pueblo llano sufría pobreza y discriminación.
Cultura: Renacimiento y Siglo de Oro
Culturalmente, el Renacimiento y el Humanismo caracterizaron el siglo XVI, mientras que el Barroco del XVII dio lugar al Siglo de Oro, con grandes escritores y pintores que reflejaron tanto el esplendor como la decadencia de la España imperial.
La Guerra de Sucesión y el Establecimiento de los Borbones
La muerte sin descendencia de Carlos II en 1700 provocó la Guerra de Sucesión al enfrentarse los partidarios de Felipe de Anjou y del archiduque Carlos de Austria. El conflicto fue a la vez:
- Interno: Castilla apoyó a Felipe y la Corona de Aragón al archiduque.
- Europeo: Enfrentó a Francia y España contra la Gran Alianza (Austria, Inglaterra, Holanda y Portugal).
La victoria borbónica en Almansa (1707) aseguró Aragón y Valencia.
La guerra terminó con la Paz de Utrecht (1713) y Rastadt (1714). España reconoció a Felipe V como rey, quien renunció a la corona francesa, pero el país perdió sus territorios europeos y cedió Gibraltar y Menorca a Inglaterra. Tras la caída de Barcelona (1714) comenzó la centralización borbónica.
Posteriormente, España se alió con Francia mediante los Pactos de Familia (1733, 1743 y 1761), que permitieron recuperar algunos territorios italianos para miembros de la familia real, aunque las guerras asociadas supusieron un gran gasto y deterioraron la Hacienda.
El Reformismo Borbónico e Ilustrado en América
En el siglo XVIII, los Borbones aplicaron reformas inspiradas en la Ilustración para centralizar el poder, aumentar la recaudación y fortalecer el control sobre América. Las principales medidas fueron:
- Se crearon nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata) y capitanías generales.
- Los corregimientos fueron sustituidos por intendencias, dirigidas por funcionarios peninsulares, reduciendo la autonomía local.
- En economía, se buscó diversificar la producción y se implantó el comercio libre entre puertos españoles y americanos (1778), aunque manteniendo el monopolio con España.
- Aumentaron los impuestos y se impulsaron obras públicas.
- En religión se reforzó el Regalismo, culminando con la expulsión de los jesuitas (1767).
Las reformas aumentaron el comercio y los ingresos, pero provocaron revueltas, como la de Túpac Amaru II, y acrecentaron el descontento criollo, favoreciendo el surgimiento del movimiento independentista que estallaría en el siglo XIX.
Recuperación Económica y la Ilustración en la España del Siglo XVIII
En el siglo XVIII, España vivió una recuperación económica y demográfica, superando los 10 millones de habitantes gracias al descenso de la mortalidad. La agricultura mejoró con roturaciones, obras hidráulicas y nuevos cultivos como maíz, patata y arroz, aunque persistió la propiedad señorial.
La industria siguió siendo artesanal, destacando las manufacturas reales. El comercio creció con la libertad de comercio con América, el auge de Cádiz y Barcelona y el dinamismo catalán con las indianas y los primeros telares mecánicos.
La sociedad continuó siendo estamental, aunque la nobleza perdió peso y surgió una burguesía más fuerte. Hubo conflictos como el motín de Esquilache. La Ilustración impulsó la educación y el reformismo mediante Academias y Sociedades Económicas, con autores como Feijoo, Jovellanos y Cadalso. En el arte destacó el Neoclasicismo, y en la pintura, Goya.
