La Narrativa Española del Primer Tercio del Siglo XX: Un Recorrido por sus Autores y Temas Esenciales


La Generación del 98: Rasgos Distintivos

Los autores de la Generación del 98 (conocidos como regeneracionistas o noventayochistas) presentan unas características comunes relacionadas con:

  • Una actitud rebelde contra los valores burgueses.
  • La repulsa contra el capitalismo.
  • El gusto por la provocación y las conductas antisociales.
  • El tedio vital, reflejado en la predilección por el paisaje y unos personajes abúlicos e indolentes.

Estos rasgos generales se enmarcan en la literatura del regeneracionismo, que pretendía dar respuesta a la crisis social a partir de metáforas biológicas. En estas, España es concebida como un cadáver o cuerpo enfermo (afectado por el caciquismo, la ataraxia, la abulia, etc.) que necesita ser regenerado mediante «medicinas» (reformas) y la intervención de un «cirujano de hierro» (un dictador).

Muchos de estos regeneracionistas se relacionaron con el Instituto de Libre Enseñanza, dirigido por Francisco Giner de los Ríos. Es en el Manifiesto de los Tres donde Pío Baroja, Azorín y Ramiro de Maeztu proponen reformas sociopolíticas.

Se defiende el neocastellanismo a través del arquetipo de la austera Castilla, elemento principal en obras como Castilla de Azorín. Existe un gusto por refugiarse en el pasado, relacionado con este neocastellanismo, lo que es síntoma del «mal del siglo». Este se refleja en los sociotipos de hombres modelo como Don Quijote o El Cid, observándose en obras como Vida de Don Quijote y Sancho de Unamuno o La ruta de Don Quijote de Azorín.

Se extiende una sensación de hastío vital que genera el «mal del siglo» y se manifiesta en el escepticismo, la desconfianza y el pesimismo a través de unos personajes que pueden ser activos (con voluntad) o contemplativos (se abstienen de actuar).

Por otro lado, se produce la experimentación y ruptura de los límites de los géneros literarios a partir de ensayos de Azorín y Unamuno, lo que Baroja define como «cajón de sastre donde todo tiene cabida».

La Prosa de Principios de Siglo: Crisis del Realismo y Nuevas Tendencias

En la prosa de principios del siglo XX se aprecia la crisis del Realismo, que da paso a nuevas tendencias. En estas, la novela se considera un subgénero narrativo proteico y multiforme, como se observa en la mezcla de novelas líricas, descriptivas y el ensayo. Este último toma gran importancia al ser utilizado por los intelectuales como medio principal para difundir sus ideas.

Autores Clave de la Narrativa del 98

José Martínez Ruiz, Azorín

José Martínez Ruiz, conocido como Azorín, presenta una obra que oscila entre el ensayo y la novela, reflejando un cambio de ideas de liberales a conservadoras.

Destaca La voluntad, en la que el tenue hilo argumental se centra en el paisaje. También son relevantes Los pueblos y Castilla, colecciones de artículos y pequeños relatos, cuyos temas principales son el hastío vital y la angustia por el paso del tiempo. Esto se refleja en un estilo detallado, basado en el fragmentarismo y en lo intemporal (sensación de tiempo detenido y de eterno retorno, un ciclo constante).

Pío Baroja

El vasco Pío Baroja es considerado el noventayochista por excelencia. Su obra se puede dividir en dos etapas:

  • Primera etapa: Incluye sus obras más conocidas como El árbol de la ciencia o Camino de perfección, en las que los personajes se encuentran inadaptados frente al mundo.
  • Segunda etapa: Escribe novelas históricas, tomando como referencia los Episodios nacionales de Galdós. Destaca una serie de veintidós novelas unidas en su mayoría por el personaje de Aviraneta, titulada Memorias de un hombre de acción.

El rasgo fundamental de sus novelas es la amenidad de la lectura, para lo que emplea frases breves y un léxico común. Su objetivo es expresar el pesimismo existencial que sufre en su vida a través de unos personajes desconfiados, como aparece en la trilogía La lucha por la vida (compuesta por La busca, Mala hierba y Aurora roja).

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno fue un filósofo y escritor vasco arraigado en Salamanca que pretendía buscar el sentido existencial por medio de la inmortalidad. Su exilio a Francia durante la dictadura de Primo de Rivera incrementó sus ideales republicanos, lo que le llevó a morir en su casa bajo arresto domiciliario.

Su personalidad compleja se refleja en el ensayo a través de paradojas y contradicciones agónicas, basadas en las ideas del miedo a la muerte, la necesidad de creer en un Dios y la certeza irracional de que ese mismo Dios no existe. Estas ideas las plasma en Del sentimiento trágico de la vida.

En cuanto a la novela, Amor y pedagogía se aproxima al ensayo, por lo que Unamuno llamará a sus obras experimentales «nivolas», como Niebla o La tía Tula.

Ramón María del Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán fue un bohemio destacado por su excentricidad, lo que reflejó en su literatura junto a su ideología de izquierda. Sus Sonatas dieron lugar a un nuevo género en el que destaca la nostalgia por una sociedad antigua, reflejada en la mayor parte de sus obras, especialmente en la Galicia rural.

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