🏛️ Sección I: Fedón (“Examina ya…”)
Cuestión 1: Problema filosófico, idea principal y secundaria
El texto plantea un problema epistemológico y ontológico, ya que Sócrates se interroga sobre cómo es posible alcanzar conocimientos universales y necesarios si el mundo sensible se encuentra en constante cambio.
De este modo, distingue entre la realidad auténtica y las meras apariencias.
La idea principal es que existe una realidad perfecta e inmutable, denominada “lo igual en sí”, que se diferencia de las cosas sensibles, las cuales son simples copias imperfectas.
La idea secundaria señala que el alma conocía esas realidades antes de unirse al cuerpo; por lo tanto, conocer equivale a recordar (anámnesis) lo que el alma contempló en el ámbito inteligible.
Cuestión 2: Relación con la filosofía de Platón
El fragmento ilustra claramente la teoría de las Ideas, núcleo esencial del pensamiento platónico. Platón establece una división entre dos mundos:
el mundo sensible, sometido al cambio y accesible a través de los sentidos, y
el mundo inteligible, eterno y perfecto, al que solo la razón puede acceder.
A cada uno corresponde una forma de conocimiento: la dóxa (opinión), basada en los sentidos y carente de certeza, y la epistéme (ciencia), que surge de la razón y se dirige a las Ideas.
Además, Platón mantiene un dualismo antropológico: el cuerpo pertenece al mundo sensible y es fuente de error, mientras que el alma, inmortal, procede del mundo inteligible.
La doctrina de la reminiscencia explica que el alma, al observar las cosas sensibles, recuerda las Ideas que conoció antes de encarnarse. Por eso, filosofar consiste en purificar el alma de los engaños del cuerpo y elevarse hacia la verdad.
Cuestión 3: Comparación con otro autor (Descartes)
El pensamiento de Descartes presenta afinidades con el de Platón. Ambos comparten una actitud racionalista y desconfían de los sentidos, buscando una verdad universal y segura.
No obstante, su punto de partida difiere:
Para Platón, la verdad se encuentra fuera del sujeto, en las Ideas eternas que el alma recuerda.
Para Descartes, la verdad reside dentro del sujeto, en la razón, expresada en el “pienso, luego existo”.
En ambos casos, la razón es el instrumento del conocimiento: para Platón, conocer es recordar lo eterno; para Descartes, deducir lo evidente.
🏛️ Sección II: Fedón (“¿Qué? ¿Las…”)
Cuestión 1: Problema filosófico, idea principal y secundaria
El fragmento aborda un problema epistemológico, centrado en el origen del conocimiento. Sócrates y Simmias se cuestionan si dos cosas iguales pueden parecer desiguales, lo que muestra que los objetos sensibles varían y nunca son idénticos a “lo igual en sí”.
La idea principal es que el conocimiento verdadero surge de la reminiscencia: el alma recuerda las Ideas al contemplar las cosas sensibles.
La idea secundaria afirma que los sentidos no producen conocimiento, sino que únicamente despiertan el recuerdo de las realidades eternas conocidas por el alma antes de nacer.
Cuestión 2: Relación con la filosofía de Platón
Este pasaje desarrolla la teoría de la reminiscencia (anámnesis), pilar fundamental del pensamiento platónico. Según Platón, el alma, antes de habitar un cuerpo, contempló las Ideas eternas en el mundo inteligible.
Al encarnarse, las olvida, pero puede recordarlas al observar las cosas sensibles, que son copias imperfectas de esas Ideas.
Platón sostiene un dualismo ontológico (mundo sensible / mundo inteligible) y un dualismo epistemológico (opinión / ciencia).
El alma, inmortal y racional, pertenece al ámbito inteligible; el cuerpo, en cambio, es fuente de error y limitación.
Por eso, filosofar es prepararse para morir, es decir, liberar el alma del cuerpo para alcanzar la verdad.
El conocimiento es, así, un camino racional y espiritual mediante el cual el alma recuerda lo que ya sabe y asciende desde lo aparente hacia lo eterno.
Cuestión 3: Comparación con otro autor (Kant)
El problema del conocimiento también fue tratado por Kant, quien, al igual que Platón, buscó explicar cómo es posible un conocimiento universal y necesario.
Platón sostiene que las Ideas existen fuera del sujeto, en un mundo trascendente; Kant, por su parte, afirma que las estructuras del conocimiento se encuentran dentro del sujeto, como formas a priori que organizan la experiencia.
Ambos valoran la razón y se oponen al empirismo, aunque Kant no admite un mundo inteligible separado, sino que confía en la capacidad racional del sujeto para construir conocimiento mediante sus propias categorías mentales.
🏛️ Sección III: Fedón (“¿Y qué?…”)
Cuestión 1: Problema filosófico, idea principal y secundaria
El texto plantea un problema ontológico y epistemológico, pues reflexiona sobre la relación entre el mundo sensible y el inteligible, y sobre cómo el alma puede acceder a la verdad.
La idea principal sostiene que las cosas sensibles son imitaciones imperfectas de las realidades inteligibles.
La idea secundaria indica que el alma, al advertir la imperfección de las cosas, recuerda las realidades perfectas que contempló antes de encarnarse.
Cuestión 2: Relación con la filosofía de Platón
El fragmento expresa la teoría de la participación, según la cual los objetos del mundo sensible participan de las Ideas, sin llegar nunca a igualarlas.
Este planteamiento refleja el dualismo ontológico de Platón: lo sensible es cambiante e imperfecto, mientras que el mundo inteligible es eterno y perfecto.
El alma, proveniente del mundo inteligible, es inmortal y conoce mediante la reminiscencia; el cuerpo, en cambio, es una prisión material que distrae y confunde.
Por eso, conocer implica liberarse, pues al contemplar lo imperfecto, el alma recuerda lo perfecto y se eleva hacia la verdad.
En el Fedón, Platón concibe la filosofía como preparación para la muerte, entendida como la liberación definitiva del alma respecto del cuerpo.
Cuestión 3: Comparación con otro autor (San Agustín)
San Agustín, en la Edad Media, retoma el pensamiento platónico y lo adapta a la fe cristiana. Ambos sostienen que la verdad no procede de los sentidos y que el alma es el lugar del conocimiento.
Sin embargo, Agustín sustituye las Ideas de Platón por las razones eternas en Dios. El alma no recuerda, sino que es iluminada por Dios para conocer.
Así, mientras Platón sitúa la verdad en el mundo inteligible, Agustín la coloca en Dios. Ambos coinciden en que conocer exige elevar el alma hacia lo eterno y espiritual.
